Reseña: Marvel Gallery Edition. Warlock, de Jim Starlin

Siempre he dicho que Warlock es un personaje para disfrutar en página grande. En general, todo el trabajo de Jim Starlin debería ser así por que es fácil: Starlin siempre supo rodearse de los mejores ilustradores aunque también fue un gran creador de personajes, dos de ellos inmortales como Thanos y el sorprendente Warlock. Personaje que me he dado cuenta que, en general, el público que no lee cómics pero que ha disfrutado del Universo Cinematográfico de Marvel solo conoce un porcentaje muy bajo de él. Apenas conoce de lo que es capaz este ser. Y que se olviden del personaje de risa que sale en el último film de Guardianes de la Galaxia. Ese no es Warlock. Solo es una versión atontada y joven de lo que, en realidad, Stan Lee, Jack Kirby y Starlin presentaron al mundo marvelita. Y es que en los 70 del siglo pasado, en Marvel nadie dominaba el universo cósmico como Jim Starlin. Llevó la CF, la buena ciencia ficción, al Universo Marvel y lo entrelazó de un modo alarmantemente genial. Starlin evolucionó a Adam Warlock al siguiente nivel, imbuyendo al personaje de los demonios internos de un hombre-dios al borde de la locura. Todo esto se descubre en el genial volumen que reseñamos hoy y que Panini Cómics ha decidido incluir dentro de la colección Marvel Gallery Edition que incluye los números restaurados de Strange Tales #178-#181, Warlock #9-#15, The Avengers Annual 7 y Marvel Two-In-One Annual 2. Es decir, los números donde el personaje se vio obligado a enfrentarse a una versión malvada de sí mismo, sumando a eso la amenaza de un odioso de todo lo viviente como es Thanos.

Los conflictos de Warlock no consistieron sólo en espectaculares batallas, sino en luchas existenciales por su propia alma… Starlin aportó ingenio y creatividad a un cómic que languidece en la oscuridad; la serie duró algunos años después de la partida de Starlin, y la novela gráfica “siguiente” del autor, La muerte del Capitán Marvel, lo petó por completo. Pero antes deja su esencia aquí. Hoy en día una historia que muestra lo pequeñito que somos con nuestros males ante el cosmos. Fue entonces que tras transformar al guerrero Kree Mar-Vell en un campeón intergaláctico, Starlin se encontró nuevamente en el asiento del conductor, pilotando las aventuras de otro guardián dorado de las vías espaciales: Adam Warlock.

Un personaje presentado originalmente como Él, por Stan Lee y Jack Kirby, durante su famoso trabajo conjunto en Los 4 Fantásticos, y que Roy Thomas remodeló a Warlock en una figura parecida a un Cristo y salvador de la Contra-Tierra, creado por el Alto Evolucionador. Starlin luego regresaría a su persona al rincón cósmico del Universo Marvel, tomando un personaje regular y convirtiéndolo en un éxito de culto, como también hizo con el Capitán Marvel. Hoy echamos un vistazo a esas aventuras, con esta colección completa con unos dibujazos que tiran de espaldas, y donde se cubre la etapa de Starlin en Warlock y las semillas adicionales que plantó para su saga espacial más famosa como El Guantelete del Infinito… y todo lo que vino después. Donde Starlin enseña también un personaje torturado.

The Strange Tales y los primeros números de Warlock forman una narrativa coherente en la que Warlock, además de sus aliados Pip el Troll y Gamora, se enfrentan al Magus, una futura versión villana de Warlock. Starlin juega con la personalidad de Adam mientras se enfrenta a su yo corrupto, luchando contra el tiempo y el destino para mantenerse alejado del camino del Mago. Starlin crea una interesante batalla de libre albedrío entre las dos potencias, estableciendo un conflicto más allá de los puñetazos. ¿Warlock está realmente destinado a convertirse en su yo más oscuro en el futuro o podrá encontrar alguna manera de romper la oscuridad aparentemente destinada? Starlin juega con esos conflictos e internamente, la difícil situación de Adam se ve agravada por la Gema del Alma adherida a su frente. Para quien no lo sepa, la Gema del Alma siempre fuer un organismo vivo, voraz en su hambre, y solo el control de Warlock puede evitar que devore las almas de otros…

Tela marinera.

Reseña: Voodoo (1953), de Craig Yoe, Robert Farrell y Mike Howlett

¿Por qué recomendar tantos libros y cómics de Terror? Tres sencillas razones: estamos en el mes ideal (Halloween en apenas dos semanas), cada mes llegan más y más títulos (las editoriales parecen haberse puesto las pilas) y, por supuesto, es el mejor género de todos (disculpad, por ser tan cansino). Pero el Terror es el único género que, bien hecho, te mantiene en tensión, activa tu adrenalina, y si consigues disfrutarlo, lo disfrutas demasiado. Es droga. Y aunque decía que “algunas editoriales parecen haber puesto las pilas”, una que hace tiempo que se las puso y que las debió pillar alcalinas, es Diábolo Ediciones. Lleva ya un tiempo trayéndonos joyitas de Terror en formato cómic, en especial, la colección Biblioteca de Cómics de Terror de los años 50, que ya va por su undécimo volumen. Pero no importa. Aunque sería lo ideal y un sueño para muchos/as, no hay porque tenerlos todos. Por ejemplo, este volumen que os reseño hoy, solo se complementa con el publicado en mayo del año pasado por estos lares y que contenía todo lo publicado en la revista famosa y extinta, Voodoo, entre 1952 y 1953 (https://www.cronicasliterarias.es/?p=9578). Llega ahora el segundo volumen recopilatorio de la mítica -y bizarra- revista, como se la ha denominado, publicada originalmente por Robert Farrell y que comprende todo lo publicada en el esplendoroso año del siglo pasado como fue 1953.

Una revista que nada tenía que envidiarle a los cómics de terror de la EC. Una recopilación de historietas de terror pulp, algunas con un tono muy naíf, y en ocasiones con una narrativa que odias que no se llegue a profundizar más en el tema. Pero donde se ven muchas de las ideas y estética que influiría posteriormente a una generación de directores de cine de terror (George A. Romero o John Carpenter, por ejemplo) o escritores (Stephen King y otros muchos) que consumieron estos cómics de niños y despuntaron con sus obras posteriormente dándoles un pasito más y consiguiendo un enorme éxito en sus carreras.

Encontré que este volumen es ligeramente mejor que la mayoría de los otros de la Biblioteca de Cómics de Terror de los años 50. No es que los demás fueran malos. Por supuesto, que no. Solo tenéis que leer las reseñas; cada uno tiene su tema, su intringulis y, sobre todo, los “monográficos” como Haunted Horror (https://www.cronicasliterarias.es/?p=11540), Haunted Love (https://www.diaboloediciones.com/haunted-love-biblioteca-de-comics-de-terror-de-los-anos-50/) o El extraño mundo de tus sueños (https://www.cronicasliterarias.es/?p=5127) son un nivel superior a indispensables… Si existe eso. A lo que iba es, que las historias contenidas en este tomo gozan de un terror actual, y lo que es mejor aún, muchas de ellas son bastante divertidas. Es una lástima que no se conozcan más artistas específicos, ya que los créditos son casi todos de «The Iger Shop», que era un equipo de artistas y supongo que se ha perdido con el tiempo el saber cuantos y quienes fueron realmente. Me hubiera gustado saber más de ellos.

Así que dad un paso adelante, friends, y metámonos en miedos de todo tipo. El día es propicio. Plantas devoradoras de hombres, langostas que invocan demonios de Marte, alfombras poseídas y hombres cambiando de cerebro… El concepto de vudú sentí que se aceleraba, sobre todo, en los últimos números del primer volumen, pero este continúa en ese punto. El juguete de Satanás, La guillotina espectral, El terror llega a la habitación 1313, Los cráneos de la muerte, Horriblemente bella, Sangre y huesos viejos, El cuaderno de viaje de las torturas…son algunos de los títulos de las historietas que te harán estremecer de terror en este undécimo volumen indispensable.

Sangre y huesos viejos puede ser una de las historias que más me han inspirado para escribir en mucho tiempo. Extrema y gótica. Y Los cadáveres evanescentes es otra que tal anda. Pero también tenemos algunas con giros de tuerca sorprendentes (del estilo Tales from the Crypt) como ¡Ohhhh, hermano!, esencialmente una reinterpretación de la muerte de los hermanos Collyer, famosos por dar nombre a un “síndrome” (no muy lejos del de Diógenes), además de tener un parque dedicado en la mismísima Nueva York.

En el primer volumen teníamos más horror exótico: aventuras en la jungla, templos sagrados, ídolos malditos, zombis, etc. Aquí es terror más cercano, urbanita, pueblerino, costumbrista, como queráis llamarlo. Creo que vendrá un tercer volumen en el futuro que cerrará todo el contenido de la extinta revista Voodoo. Que levante la mano quien se lo va a perder…

Ah no, que no hay nadie.

Este material, nunca ha tenido mejor aspecto.

Reseña: Lobo Gris, de Al Gordon y Joe Phillips

A principios de los 90, la Legión de Superhéroes realmente destacaba como un oasis de calidad. Gran parte de la programación convencional de Marvel y DC se volvía más estúpida cada mes, sin embargo, hubo ciertas series o miniseries que sí destacaron por su calidad de las cuales analizas algunas a día de hoy y destacan por ser profundamente conmovedoras. Por eso no es bueno, ni real, generalizar. En el mar aún hay peces comestibles…

En el centro de esta iniciativa estaba el recientemente fallecido Keith Giffen, quien trazó y escribió a lápiz, muy buenos títulos y colaboró con Tom y Mary Bierbaum, como coautores y guionistas (quienes a veces lo excluían de escribir uno o dos números a la vez). El entintador de Giffen en esos primeros días fue Al Gordon, quien comenzó a recibir crédito por ayudar con las tramas. Al Gordon tuvo entonces la oportunidad de escribir en solitario para Legión de Superhéroes en The Great Darkness, la clásica historia de Legion vs. Darkseid. Y fue a partir de ese arco argumental que Gordon ideó una miniserie spin-off con uno de mis legionarios favoritos, Timber Wolf, conocido por estos lares como Lobo Gris.

Los años de Giffen fueron duros para Brin Lodo, el prota de esta serie que nació en Zuun y obtuvo habilidades lupinas gracias a un experimento científico. Giffen lo convirtió en una gran criatura humanoide, pero de vez en cuando volvía a su forma original, más o menos humana. Incluso provocó que Darkseid hiciera que Brin volviera a la normalidad, pero eso fue más bondad que maldición, ya que estaba atormentado por el dolor y parecía estar muriendo. Todo esto fue un efecto secundario de la droga, o un elemento llamado Zuunium, que le dio sus poderes definitivamente. Al Gordon aquí nos lleva a otros temas. El número comienza con un pequeño resumen de la escena de Legion of Super-Heroes Annual #3 (extracto que trae este genial tomito que ECC Ediciones ha publicado). Entramos en vereda viendo como Lobo Gris y Aria aparecen de pronto en el siglo XX e interrumpen el tráfico. Faost, el tipo que dirige cualquier organización policial, está viendo imágenes de videocámaras y hablando consigo mismo sobre la suerte que tiene de haber adquirido la cámara antes de que salieran las imágenes. Recibe una llamada que le alerta sobre un suceso de “todo el mundo dándose de ostias en la calle”, la misma pelea entre Brin y Thrust, el tipo amarillo vestido como un mensajero en bicicleta al que llamó el tipo policía llamado Jesse. Y es que Jesse no quiere que Thrust pelee con Brin, pero las cosas salen mal, en gran parte porque Brin no puede controlar su ira. Recordemos que un verdadero hombre-lobo siempre anda desatado…

Voy a lo de antes. Son los años 90, una época donde muchos cómics o cabeceras se quedaban en un quiero y no puedo. Pero Legion of Super-Heroes era otro cantar. Y como buena serie lo que partió de ella también mola. ¿Es Lobo Gris un título que vale la pena leer hoy en día? Cuando lo cogí pensaba que debía haber algo para que tuviera algún sentido leerlo. No lo había, pero decidí empezar y ver qué ofrecía. Y ofrece lo que de toda la vida se le ha pedido a un cómic: acción, trama no muy profunda y entretenimiento. Y todos estos ingredientes los vais a encontrar seguro. Incluso puede que os pase como a mí que os entren muchísimas ganas de volver a leer las aventuras de Legión de Superhéroes.

¿Qué crítica se le puede hacer a esta miniserie? Aparte de que lo ideal es entrar en ella sabiendo de donde viene todo, nunca se obtiene una explicación seria de por qué Brin tiene problemas para controlar sus emociones o nunca se muestra cuáles realmente son los poderes de Aria, los que la convierte en un puente entre dios y el hombre, o lo que sea. No obstante, hay cosas por las que no se necesitan explicación y molan. Al Gordon hizo un buen trabajo con la historia de Quiet Darkness y hace un buen trabajo aquí. Me gustó el arte de Joe Phillips. Especialmente, la forma en que dibujó a Brin; tiene un buen control de los tamaños, las formas de los personajes, un control que en los 90 a varios dibujantes parece que se les fue de las manos. Creo que desde entonces en Bellas Artes se insiste a los alumnos en que un bíceps no es la parte más grande del cuerpo humano…

Reseña: Predator. La Etapa Original, de VVAA

Espero que ni por un momento hayáis pensado que por estos lares íbamos a dejar pasar la reseña de un tomo tan maravilloso como el que Panini Cómics publicó el mes pasado. Correct! Hablo del Marvel Omnibus de Predator, la Etapa Original. Unos cómics que como muchos otros que (benditos los dioses) por fin están volviendo a salir a la palestra. Cómics que muchos de nosotros jamás pensamos que algún día tendríamos la posibilidad de volver a tener recopilados, en formato nuevo y quizás lo más importante, todos-toditos-todos, reunidos uno detrás de otro como mandan los canones. No copias sueltas con los que los niños de los 80s nos teníamos que conformar si encontrábamos con suerte uno en algún kiosco.

Muy fuerte.

Predator 1-4, Predator 2 1 y 2, Predator: Big Game 1-4, Predator: Cold War 1-4, Predator: The Bloody Sands of Time 1 y 2, Predator: Bad Blood 1-4, Predator: Invaders from the Fourth Dimension, Predator: Dark River 1-4, Predator: Strange Roux, Predator: Kindred 1-4 y material de Dark Horse Presents 46, 67-69 y 119, Dark Horse Comics 1 y 2, 4-7, 16-18 y 20 y 21 y A Decade of Dark Horse; todo esto, my friends, trae este integralaco que se marcó Panini el mes pasado. Y al igual que el de Alien (https://www.cronicasliterarias.es/?p=12169), no nos lo íbamos a perder por aquí. Son maravillas del mundo del cómic que hay que tener. Maravillas del cómic de los 80 y 90, de las que me atrevo a decir que jamás las volveréis a ver en papel cuando se agoten.

En estos cómics es donde se amplía el conocimiento sobre estos seres. Formas de actuar que solo se insinuaban en el primer film, o mitología y sociedad, que se empezó a mostrar en la segunda peli cuando uno de estos cazadores es visto en Nueva York. Pero aquí cómics donde se amplía conocimiento sobre su biología, presas, planeta, cultura, leyes, religión, rituales, orden social, tecnología, naves, equipos, armas y miembros destacados. Y todo en formato cómic molón contado a través de historias. Información subliminal. Y es que Dark Horse Comics sorprendió a la industria del cómic con la expansión del mito de Predator, una serie de cómics tan fiel al espíritu del éxito de taquilla original de 20th Century Fox que los conceptos de la primera serie de cómics de Predator terminaron por incorporarse al universo cinematográfico. En este tomaco se incluye además las que está consideradas sus tres mejores arcos: Jungla de Asfalto, Guerra Fría y Río Oscuro (a mí Dark River me flipó cuando la leí por primera vez), además de varias otras escalofriantes historias de Predator, algunas nunca antes reimpresas, recopiladas juntas por primera vez, en un formato de calidad y a buen precio, en mi opinión. El contenido lo vale aunque sé que para muchos la única opción es meterlo en la próxima carta a Papa Noel o Reyes Magos. Los comiqueros siempre hemos sido unos tiesos, lo sé.

Pero tenemos aquí tramas escritas por el guionista de cine y televisión Mark Verheiden (La Máscara, Battlestar Galactica) y la leyenda del cómic Dan Barry, además de las ilustraciones de Chris Warner, Ron Randall, Dan Barry y otros. My friends, Predator. La Etapa Original es una pieza esencial en vuestra cómicteca… Y LO SABÉIS. Al igual que Alien, la franquicia Predator (Depredador) fueron pelis que se convirtieron en exitazos en el mismo momento de su estreno. Igual que con La Guerra de las Galaxias (que después explotaría demasiado fuerte), pelis que las veías por primera vez y sabías que eran grandes historias porque había mucho detrás. Y hubo. Se rascó, con autores puestos e inspirados y… todo un universo por descubrir. Además de ser las dos franquicias que mejor representan la unión entre Ciencia Ficción y Terror. Y con Alien y Predator pasó que las quisieron encasillar como “de culto”. Pero escaparon del encasillamiento. De culto no es algo que tenga tanta repercusión, tanto éxito, algo que vende tanto y que su merchandising se venda como el pan. Si preguntas a cualquiera por la calle, sabe, o al menos tiene una ligera idea, de lo que le estás hablando. Eso no es «de culto».

Además de las películas y estos geniales cómics, los Predators se han enfrentado a famosos personajes del noveno arte como Batman, Superman, Liga de la Justicia, Tarzán o Terminator. El crossover más famoso fue con Alien. Existe un cómic llamado Aliens vs Predator vs The Terminator que actúa como secuela de la película Alien: Resurrección. Amigos de Panini Cómics, por favor, todo esto se tiene que publicar aquí. ¡Por favor!

Reseña: Los Vengadores. ¡Guerra a través del tiempo!, de Levitz, Davis y Rosenberg

Uno de los mejores cómics existentes entre novedades que se pueden degustar ahora mismo junto a un té o taza de café es, sin duda, el TPB que ha publicado este mes Panini Cómics denominado ¡Guerra a través del tiempo! Tiene lo que se necesita. La lista clásica de Los Vengadores: Thor, Iron Man, Capitán América, el Hombre Hormiga (Hank Pym) y la Avispa (Janet van Dyne). Todos y cada uno de ellos regresando a las páginas de Marvel Comics en una historia ambientada justo después de los acontecimientos del clásico Avengers #11, publicado por primera vez el 8 de octubre de 1964, cuando unos primitivos Vengadores se encontraban luchando contra un Hulk arrasador. Pero se añade más. Los héroes acaban de derrotar a un Spiderman robótico enviado por Kang el Conquistador, y suponen que este Hulk desquiciado es otra de las maquinaciones del villano.

Se hace obviamente una variación de la historia clásica, una desvío espacio-temporal de la mano del guionista Paul Levitz con dibujos del gran Alan Davis y colores de Rachelle Rosenberg. ¿Y qué sale? ¡Guerra a través del tiempo! es una carta de amor maravillosamente elaborada a los cómics clásicos de Los Vengadores.

La cuestión, en realidad, es bastante sencilla. Al regresar a Nueva York después de una batalla con ese robótico Spiderman que os mencionaba antes, Los Vengadores apenas tienen tiempo para relajarse antes de que Kang envíe a Hulk en contra de ellos. La primera parte de la historia presenta a los miembros del equipo y sus interacciones típicas, es decir, nostalgia pura, que os llevará a recordar a aquellos días pasados en los que disfrutabas a tope de los cómics de superhéroes sin más preocupación en la vida que saber cual sería el próximo cómic con el que te pondrías. Y es que tan pronto como Hulk ataca, el problema se acelera con acción ininterrumpida. Cada personaje tiene algunos momentos para brillar y los lectores tienen una idea clara de cómo trabaja el equipo en conjunto.

Levitz hace un trabajo espectacular al capturar la esencia de cada personaje de este período. Es probable que muchos lectores no hayan leído las historias clásicas de Los Vengadores y benditos ellos por poder vivir estos momentos por primera vez. Las similitudes y diferencias de cada personaje en comparación con sus homólogos actuales quedan inmediatamente claras. Hank y Janet se destacan particularmente. Su química romántica prácticamente «calienta» al lector, cosa que obviamente no pasaba en aquellos lejanos años 60 del siglo pasado. Además, las bromas entre los héroes en combate mientras se dan de ostias con Hulk son entretenidas, a menudo cómicas y consistentemente informativas tanto para los personajes como para la historia.

Y el arte del maestro Davis es una maravilla de principio a fin. Punto.

Lo único a nivel temático, es que la inclusión de Kang abre la puerta a infinitas posibilidades y espero que tiren por ese camino si se decide seguir adelante. Porque en la vida, lo más importante, es siempre seguir adelante, ¿no?

Chulada de cómic.

Reseña: Razorblades. El Libro del Horror, de James Tynion IV, Steve Foxe y VVAA

Un antología de cómics de Terror que le da la oportunidad de contar “lo que le pasa por dentro” a autores que tienen mucho que decir. Eso es Razorblades, el volumen que llega a novedades para este mes donde el miedo se convierte en diversión por excelencia para todo el mundo.

Ojito a Moztros que se está convirtiendo en una editorial con títulos cada vez más potentes, muchos indispensables que quizás de otra forma, jamás veríamos traducidos a nuestro idioma. Cómics geniales muchos, fuera de las dos grandes casas norteamericanas, cómics a destacar como la serie Giant Days, Slam! pero también inesperados como el volumen que acaba de publicar de Frankenstein (https://fandogamia.com/moztros/660-frankenstein.html) de unos buenísimos autores italianos. Y, por supuesto, Razorblades; antología de relatos de terror, tomo llevadero, novedad… lo tiene todo para que los disfrutemos por estos lares. Y más aun en el mes que tenemos por delante donde tanto se brinda por el miedo.

Razorblades es uno de los proyectos más ambiciosos de James Tynion IV (Justice League Dark, Red Hood, The Nice House, cantidad de títulos de Batman…), lo que se llamó originalmente Razorblades: The Horror Magazine y que formó un omnibus que por aquí llegarán en varios volúmenes, todo, una ideíta de este señor ganador de varios premios Eisner. Razorblades es una antología de terror, una serie que se lanzó originalmente como un cómic en digital donde participaban los autores más en boga en el mundo del cómic de terror, pero no solo eso. También dio margen a aspirantes a guionistas y dibujantes y brindó la oportunidad de contar sus horribles historias, así como de dar a conocer sus nombres para darse a conocer en la industria. Incluso el propio Tynion IV también contribuye con sus propias historias. Aunque se percibe que hay que mantener el foco en los nuevos talentos y “paga lo que puedas por este cómic” fue lo que llevó a Razorblades a tener gran repercusión y convertirse en gran éxito al otro lado del charco. Luego, Tynion IV se asoció con Image Comics para publicarlo en papel.

La primera historia se llama La lavadora, de Tynion con arte de Andy Belanger. La historia gira en torno a una idea muy inteligente, una que puedes imaginar que se le ocurrió a Tynion mientras esperaba que lavaran su ropa en la lavandería.

Héroes locales es el tipo de historia que provocará escalofríos a cualquier padre. El bajón de mitad de temporada, en tan solo siete páginas, encaja bien con la obsesión de la sociedad por los espectáculos sobrenaturales y las personas que nunca creerán en los fantasmas y la magia. Hasta que les toca el tema en primera persona. Extracto de “Relatos dormidos” es donde Michael Walsh saca un cómic corto que es materia de pesadillas. Las imágenes, el juego con la oscuridad y el concepto son identificables si alguna vez te has despertado de un sueño y no estás muy seguro de estar realmente despierto. Muerto significa muerto, es una delicia de historia espeluznante; la señora que iba a mi lado en el metro mientras la leía murmuró: «Qué bonito y qué asqueroso, ¿no?».

¡Lo consiguió! es una historia donde Lonnie Nadler y Jenna Cha nos narran una trama sobre la vida doméstica que me puso la piel de gallina. Y otra pin-up interesante es El rey de las fiebres, que recuerda bastante a la peli The Cell. De los tres que siguen no contaré nada de nada para no spoilear. Aunque el tomo también aporta un avance de una historia de James Tynion IV y Ricardo López Ortiz (con Otsmane-Elhaou) y luego una entrevista con Scott Snyder realizada por el propio antologista.

Siempre he sido un fan-terrible de las antologías de horror. Las portadas norteamericanas siguen despertando en mí, inspiración como para ponerme a escribir. Leer relatos tiene la ventaja de si, una historia no te gusta, la terminas aun así y al poco te pones con otra cosa totalmente diferente. De una sentada, tu eliges cuanto lees. Lo malo-bueno es cuando encuentras una antología que todos los relatos te molan. Entonces, ¿la guardas como oro en paño como yo?

Reseña: El Sgto. Rock contra el Ejército de los Muertos, de Bruce Campbell, Eduardo Risso y Kristian Rossi

Abogando por el género de Terror nuevamente, DC se ha sacado de la manga unos cómics de horror chulísimos donde tenemos, nada más y nada menos que a Bruce Campbell presentando El Sgto. Rock contra el Ejércitos de los Muertos. Un cómic que ECC Ediciones ha tenido a bien publicar por estos lares, lo que es de agradecer bastante. Pocos cómics de zombies tienen tan buen nivel como este y más que un cómic, tenemos miniserie de seis numeritos recogidos en un solo tomo, todo-todito-todo para disfrutar del tirón.

Un sargento con dos cojones defendiéndose de un ejército de zombis nazis con su tropa.

Escrita por el héroe de pelis de terror icónicas como Posesión Infernal (y toda la saga), Bruce Campbell demuestra que también se le da bien escribir historias de horror. Muy fuerte, ¿no? Y es que con esta obra Campbell hace su debut en DC como guionista de una miniserie que inicia lo que se llamó colección DC Horror. Trama que nos lleva a una utopía basada en que el miedo por el que pasó el mundo fue poco comparado a lo que se cuenta aquí. Mete más leña al fuego, ya que la Alemania nazi utiliza medios nefastos para complementar su ejército, y los únicos que pueden detener este apocalipsis de los no-muertos son el sargento Rock y su escuadra.

Nos vamos así a los momentos finales de la Segunda Guerra Mundial, e in media res vemos como el sargento Rock no es un cualquiera, arrincona a los nazis mientras las fuerzas aliadas rodean el este y el oeste de Alemania. Enfurecido, el Führer toma la drástica decisión de implementar el Plan de Regeneración, que proporcionará a los alemanes una fuerza laboral no-muerta. Es decir, si caen, se vuelven a levantar y así unas mil veces. Y cuando el ejército estadounidense se encuentra con algunos de estos nuevos soldados, el panorama se vuelve bastante claro, más muertos, más potencia de combate para los nazis… de gratis. Así que el Servicio de Inteligencia envía un mensaje a la Easy Company narrando los impíos experimentos que están realizando los nazis y Rock declara su próximo objetivo: la instalación militar responsable de las hordas de zombies. Llegar y destruir el centro del mal.

Bruce Campbell, que no es del todo nuevo en el mundo del cómic, aprovecha su energía interior de Ash Williams para poner la máquina en marcha con una serie de impactantes páginas iniciales. La historia comienza de manera siniestra, mostrando destellos del enemigo no-muerto, insomne y no dormido, que se lanza en estampida hacia las líneas enemigas. Como lector, rápidamente te das cuenta del tono sangriento que emanará del tomo. Pero gradualmente, ese sentimiento disminuye a medida que la exposición se convierte en el lema. En el mundo zombie siempre hay que innovar aunque solo sea un poquito; lo predico siempre. Si no solo te quedará la acción. Y ese es el caso de El Sargento Rock contra el Ejércitos de los Muertos, súper recomendable por la acción. Cómic de acción con zombies.

Los estilos únicos del gran Eduardo Risso y el colorista Kristian Rossi florecen en el horror de lo paranormal y el terror de lo desconocido. Sobre el papel, las líneas pueden parecer minimalistas, pero las tintas espesas proyectan una larga sombra sobre los personajes, resaltando sus cualidades siniestras e inquisitivas. Risso diseña cada página para crear una sensación de anticipación y temor. Y Rossi combina las imágenes espeluznantes con la tensa historia, uniendo ambos.

Tenemos entonces una historia de combustión lenta que termina cuando el equipo experimenta por primera vez la agresión zombie.

Una buena noticia para los fans es que vendrán más títulos así. Una colección y primer título, ideal para disfrutar en la próxima noche de Halloween.

Reseña: El Halcón. Ganadores y Perdedores, de Mark Evanier, Sal Buscema y VVAA

Amigos comiqueros, amigas editoriales, se necesitan más tomitos como El Halcón: Ganadores y Perdedores. Tomos únicos, ligeros, económicos, que recogen las aventuras en solitario de personajes que jamás gozaron de cabecera pero que fueron siempre secundarios muy prometedores. O al menos, no gozaron de serie propia larga durante cierta década en la que sí que participaban en más de una aventura junto al héroe o grupo de superhéroes de turno. Esto concretamente sería El Halcón: Ganadores y Perdedores. Por tanto, reunidas en un único volumen, tenemos las aventuras clásicas en solitario de Sam Wilson, todo los cómics dónde se le pudieron ver en los benditos años 80. Pero con tramas muy setenteras, al estilo de pelis de Charles Bronson. Por lo que mola el doble, si no el triple, este maravilloso 100% Marvel HC. Y comenzando con una historia muy potente que vio la luz en el Marvel Premiere #49, de agosto de 1979, donde El Halcón comete un error en su camino a través de un complot de misterio y asesinato.

Una curiosa historia escrita, nada más y nada menos que por Mark Evanier, guionista de cómics y televisión estadounidense, conocido por su trabajo en la serie de televisión Garfield and Friends y, sobre todo, por los guiones muchos, de mi amado personaje Groo El Errante (¡¡Integrales ya de esta serie, por favor!!) junto al gran Sergio Aragonés. Y no es que esta sea la primera aparición de El Halcón pero da la sensación de serlo, con una aparición estelar del gran J. J. Jameson y Joe Robertson del Daily Bugle, situándola fuera del período en el que Robbie renunció. Una historia muy criticada por temas de comportamiento racial, pero víctima de su tiempo. ¡Setenteo a tope!

Trama que enlaza con los números del Capitán América #220, #275 al #278,con el tema del asesino a sueldo donde se suelta una retórica súper patriótica en la que El Halcón considera similar la forma de actuar la Fuerza Nacional del país a los despropósitos del estado. Pero, en definitiva, El Halcón y su compañero Ala Roja salvando a sus compañeros residentes de Harlem de los señores del crimen que profesan esos barrios bajos de Nueva York. En el Captain America #275 tras varios interludios (el Barón Zemo mirando un retrato familiar y jurando que el Capitán América debe morir, los extremistas de derecha lanzando discursos de odio y negando el holocausto mientras se preparan para su manifestación), nos encontramos con Sam Wilson en una pequeña iglesia bautista de Harlem anunciando que se postula para el Congreso. El Sr. Williams, un reportero del Daily Bugle, desafía a Sam sobre su pasado criminal y después de la entrevista le dice a Peter Parker que cree que Wilson es «calaña» y que planea «clavar su trasero a la pared». Steve Rogers entrará de todas-todas en una historia que podría ser un spin-off del trepamuros perfectamente.

Los cómics ochenteros eran cómics, historias, aventuras, donde pasaban muchas cosas. Nada que ver con lo que se alargan hoy en día las tramas por la falta de ideas. En aquella maravillosa década cada autor, cada artista, eran fuentes de inspiración tremendas. Bullían las nuevas ideas. Los 80s fue un boom apoteósico en todos los niveles de lo que se considera entretenimiento pero yo considero arte: música, literatura, cómics, cine… Y esto se deja ver fácilmente en cómics como El Halcón: Ganadores y Perdedores. Huele a sabroso bacon que te cagas. En un mismo cómic daba tiempo a hablar de política, racismo, había acción, un Centinela la liaba parada y Sam Wilson sin comerlo ni beberlo de pronto se partía la cara con Electro, uno de los principales enemigos de Spiderman. No había distinciones, ni tanta tontería ni miramientos por lo exquisito como a día de hoy. Lo que era pan se comía y lo que se te caía al suelo, se le soplaba un poco, y también te lo comías. Cuatro numeritos de miniserie de este señor de pelo a lo afro cierran el tomo. Con grandes momentos donde repartir ostias como panes a los malutos…, como tiene que ser.

Reseña: Los Seis Ayudantes de Trigger Keaton, de Kyle Starks y Chris Schweizer

Necesitábamos hace tiempo un cómic con esta temática. Una buena historia, de misterio, de resolver asesinatos fuera del tema superhéroe, esos que tan colapsados nos tienen a veces, pero a los que recurrimos cada poco. El tema es que ECC Ediciones ha traído un cómic con estas características, una trama chula, fresca y por qué no, actual. Logró algo con lo que muchos cómics y libros solo soñaron: Mantenerme toda la lectura sonriendo. En Los seis ayudantes de Trigger Keaton conocemos a los antiguos compañeros de la popular estrella de televisión de acción Trigger Keaton mientras intentan resolver su asesinato. El único problema es que Trigger es un verdadero tío mierda y a nadie le importa si ha muerto o no. De hecho, casi todo el mundo está contento de que por fin esté criando malvas y se haya ido “a vivir” a los pinos… Lo que sigue es un cómic hilarantemente elaborado.

Una de las sorpresas del año. Porque los diálogos de Starks son siempre ingeniosos y memorables muy del estilo de las comedias de acción cinematográficas modernas. Y se debe en parte al hecho de que consigue, carisma, casi con cada personaje. Incluso se nos da una razón para apoyar a personajes que de otro modo serían considerados tóxicos (a excepción del propio Trigger, por supuesto). Hay seis «estrellas» diferentes en la historia en forma de compinches, amigos, dobles de acción, enemigos, personajes blancos o negros que rápidamente te das cuenta que son grises. Algunos muy grises, por cierto. O sea, la vida misma porque así son los seres humanos que te vas encontrando en la vida real y cuanto más mayor te haces, antes los calas. Cada cual su pelea, el egoísmo, el egocentrismo, en sus más altas cotas.

Los pequeños momentos de patetismo esparcidos a lo largo de la historia contribuyen en gran medida a establecer la aceptación del lector. Las primeras páginas muestran perfectamente el equilibrio de humor y drama de Starks al recordarle al lector lo terrible que es Trigger justo después de hacerte reír con una de sus muchas “travesuras” en el set de rodaje. Los seis ayudantes de Trigger Keaton utiliza los puntos fuertes del arte denominado cómic, los mismos que le dieron nombre anglosajón. Aparte, el guion está muy bien elaborado con el tema detectivesco que se usa para enseñarnos culpables sin serlo y viceversa. Con esa sensación de “magia de las películas de Hollywood” en imágenes y viñetas muy presentes. En particular, las presentaciones de los sospechosos/amigos/enemigos/dobles están muy bien acompañadas de fragmentos de recortes de periódicos que insinúan la traumática historia de cada colega respecto a la estrella asesinada. Cada uno tuvo una experiencia diferente con Trigger y, a veces, entre ellos, eso se revela de forma natural o solo dándolo a entender. Solo estos detalles la convierten en una lectura suspicaz a la que el lector debe estar muy atento.

Chris Schweizer se encarga de las tareas artísticas, junto con Liz Trice Schweizer en el coloreado. El trabajo lineal de Schweizer es limpio y redondo, pero son sus diseños los que realmente ayudan a que los chistes lleguen en el momento perfecto. Este cómic es también una carta de amor a Hollywood, particularmente a las estrellas de televisión de acción de antaño y a enseñar que no hay tan buen rollo entre ellas como siempre nos han querido hacer ver.

Sorprendentemente dramática y divertida, el misterio que rodea la muerte de Trigger Keaton es la parte menos interesante del cómic pero todo lo que sucede antes y después, es una de las tramas más hilarantes que se pueden leer en formato cómic en estos momentos. Es la primera vez que leo sobre el trabajo de Kyle Starks y Chris Schweizer, y definitivamente no será la última.

Reseña: Amanece en Ciudad Despojo, de Mario Riviére

Mario Riviére ha conseguido publicar algo que muchos deseamos hacer antes de morirnos. Una antología de relatos de horror en formato cómic muy al estilo de la extinta revista Creepy. Pero además es que el tío se ha currado los posibles anuncios, ensayos, comentarios… que dicha publicación en firme pudiera tener entre un relato y otro, tal y como aparecían en aquellas revistas para adultos que tanto nos gustaban a los que andamos por aquí. Con el nombre de Amanece en Ciudad Despojo, tenemos una colección de cómics dementes de Mario Riviére, un nuevo tomito a presentar a nuestra cómicteca, esa misma donde guardamos nuestras más horrendas tramas de terror. Vayan mis aplausos para Editorial La Felguera por dar esta oportunidad a un autor que brinda por el mejor género de todos y con un dibujo ideal para ello.

Con relatos que presentan indirectas o sacan a la luz “lo mejor” de nuestros adentros como Muta o las maldiciones de una señora a un tío sin miramientos antes de morir. Y es que, ¿a quién se le ocurre desahuciar a una bruja?

Además, microrrelatos de una sola página que te dejarán el culo torcido como La estoica muerte del Dr. Cadáver, Doppëlganger, Lentes Antisufrimiento o El Agujero. También tenemos historias apocalípticas como El último discurso del hombre justicia, Sacrificio satánico, Krom vs. Dios, además de cachondeo terrorífico como La cocina del Infierno, El repugnante hombre mierda y al menos una decena más de mini-referencias a lo peor de lo peor del ser humano al que pertenecéis.

Y varios anuncios publicitarios “ideales” como el Kit de Autotrepanación del Dr. Karma. O la historia más inquietante, la que más miedo da de imaginar que le puede pasar a cualquiera y que cierra el tomo, como es La visita.

Lo dicho: un volumen que siempre gusta leer porque es un claro homenaje al género de Terror comiquero, a los mejores tiempos que tuvo y a un estilo que por su variedad entra mejor que una rubia fresquita con limón a las doce del mediodía. Que eso es decir mucho. Y es que no sé vosotros pero yo es que veo esto y compro, leo y me alegro que autores tenga la oportunidad de sacar a la luz «lo peor” que llevan dentro. ¿Qué yo estoy muy mal? Quizás sea usted el que ha perdido el norte porque yo sí sé diferenciar el bien del mal. Al enemigo hay que conocerlo.