Reseña: Marshal Law (Obra Completa), de Pat Mills y Kevin O´Neill

Lo recuerdo como un cómic que en mi juventud veía en formato grapa en el kiosco de mi calle, pero cuyo dibujo y cuyo tamaño -algo más estrecho de lo normal eran los Epic-, de algún modo me repelía. Sin embargo, había algo. Tenía algo. Algo extraño en esa fruta prohibida que pese a su mal apariencia quieres saber a que sabe. ¿Y qué es Marshal Law? Pues me consta que una de las primeras y mejores críticas al género superheróico que se han hecho. Una sátira, así como una deconstrucción de los superhéroes de la Edad de Oro y la Edad de Plata. El personaje principal, ya es específicamente una parodia de la tira cómica del Juez Dredd que se publicaba en la 2000 AD. Un oficial de la ley ultra-violento en una ciudad futura distópica. Una serie que se caracteriza por su extrema violencia gráfica y desnudez sin reparos. Pat Mills no se cortaba un pelo y arañó aquí a la política de superhéroes convencionales, dando a su vez un repaso a la sociedad de gobierno que promovía USA en aquellos años 80.

Nunca me cansaré de alabar del bien que hacen al aficionado de toda la vida, editoriales que escuchan peticiones y rescatan títulos que muchos pensábamos que jamás volveríamos a tener en nuestras manos. Una de las eternas peticiones que se han hecho, es el regreso de Marshal Law. El comicazo que entre otros se marcaron los geniales Pat Mills (Judge Dredd, Sláine) y Kevin O´Neill (The League of Extraordinary Gentlemen, Cinema Purgatorio) entre 1987 y 1993. Epic Comics lanzó Marshal Law en octubre de 1987 como una serie limitada de seis números. Le siguió el one-shot Marshal Law: Takes Manhattan, en el que la mayoría de los personajes principales de Marvel son parodiados. En 1991, Mills y O’Neill llevaron al personaje a la incipiente Apocalypse Comics para otro one-shot. Luego, el personaje protagonizó el papel principal de Toxic!, un cómic semanal que comenzó en 1991. Resultó que no gustó nada y Apocalypse Comics quebró en 1992. Mills y O’Neill llevaron entonces a Marshal Law a Dark Horse Comics, donde la historia de Toxic! se completó ese mismo año. El mismo en el que el personaje regresaba también a Epic Comics para una serie de dos números que enfrenta a Marshal Law contra Pinhead, el líder de los Cenobitas que tiene pinchos o clavos amartillados en el cráneo, que sale en la famosa obra Hellraiser, de Clive Barker. Recuerdo tener este cómic en mi estantería del piso de Las Vegas y mirarlo cada poco… Durante los años siguientes, Marshal Law apareció en varios cruces entre franquicias y se enfrentó a personajes tan dispares como La Máscara. La miniserie original y todos esos primeros cómics se recogen en este integral.

Marshal Law es el «cazador de superhéroes» autorizado por el gobierno a “rescatar” a las personas de bien de esos maleantes con súper-poderes. Custodia la ciudad de San Futuro, la metrópolis de un futuro cercano construida a partir de las ruinas de San Francisco después del Grande, un enorme y destructivo terremoto que la hundió. El trabajo de Law es acabar con otros superhéroes que se han vuelto rebeldes, trabajo que desempeña con desdén y sin miramientos, empleando su máxima fuerza, cosa que le provoca un enorme placer. Ayudado por el usuario de sillita de ruedas Danny y su socio físicamente imponente (pero extremadamente educado) Kiloton; este mariscal de la Seguridad opera desde un recinto secreto bajo la ciudad. Administrando la justicia brutal suficiente contra los súper-poderosos para salvaguardar al ciudadano de a pie. La identidad secreta de Marshal Law es Joe Gilmore, un ex-supersoldado consumido por el odio a sí mismo por ser un superhéroe. En el mundo que nos muestran Mills y O´Neill, los superhéroes son gente común que cambió gracias a la ingeniería genética, donde gran parte de las fuerzas armadas de los Estados Unidos se han sometido al proceso. Sin embargo, aunque sus cuerpos pueden volverse súper-poderosos, sus mentes permanecen exactamente como eran y, en muchos casos, la incapacidad de sentir dolor hace que los sujetos lo compensen infligiendo dolor a los demás. La psicosis de diversos grados también es un efecto secundario común, y algunos sujetos desarrollan súper-poderes sin ser conscientes de cómo usarlos. Poderes terriblemente incontrolables.

La miniserie original de seis números gira en torno a los intentos del Marshal de desenmascarar a un asesino en serie y violador que se “alimenta” de mujeres como Celeste, la actual novia del querido superhéroe Public Spirit. El aborrecimiento de Marshal Law por el Public Spirit -que representa todo lo fraudulento e hipócrita de los superhéroes-, lo lleva a sospechar que este mismo es responsable de esos crímenes. Trama, sencillamente magnífica.

Mucho antes que Garth Ennis, Pat Mills ya mostró al fan (que se acercó) esta magnifica idea de darle a los superhéroes que se creen especialitos, lo que se merecen. O´Neill aquí, se ve que aún se estaba desarrollando, así que es normal que el dibujo a muchos de vosotros no os entre. Pero en resumidas cuentas, ahora gracias a ECC Ediciones y su genial colección DC Blak Label pone de nuevo disponible esta joyita, nadie debería perdersela. Una de las obras por las que me fustigaba no haberla leído aún.

Marshal Law es magnífica.

Reseña: Nevada. La Estrella Solitaria, de Fred Fred Duval, Jean-Pierre Pécau y Colin Wilson

Lo confieso. Últimamente, estoy en el punto de solo querer leer westerns e historias apocalípticas. Para mí, de algún modo, entre ellas hay cierta conexión. ¿Y la hay? No sé, mi cerebro dice que sí, y que quiere leer-degustar obras del estilo. Si no fijaros en mis últimas reseñas… ¿Qué sobre lo apocalíptico el tema que quema que estamos viviendo tiene mucho que ver? Pues supongo que la mayoría de los psicoanalistas están afirmando ahora lentamente con la cabeza. En fin. ¿Qué es la lectura si no el mejor arma para evadirse? ¿Vivir y sentir aventuras en la piel de otros e imaginar qué harías tú en su lugar? Para la ocasión, junto varias cosas. Un tipo de argumento que me gusta leer en estos momentos y un dueto de guionistas de los que no me quiero perder nada-nadita-nada de lo que se publique en nuestro idioma. Fred Duval (Mosquetero, Hauteville House) y Jean-Pierre Pécau (Sonora). Ahí estamos. Y no contento con eso, este primer ejemplar de Nevada, cuando sabes de qué va, se recomienda solo. No sólo por el “suspense” de los acontecimientos, como decía Patricia Highsmith; hay más, la estructuración y el marco de los hechos. Pues Nevada nos lleva a un universo muy occidental pero que tiene lugar en una zona muy western durante el período de prohibición estadounidense de la Ley Seca.

Nevada, es el bastión de los grandes estudios de Hollywood que están comenzando a despegar. Tiene como misión buscar y traer de vuelta a los estudios a los actores para que puedan prestar sus servicios a los medios. Y se le aporta lo que quiera que necesite: sustancias más o menos legales. He aquí una serie decididamente volcada a la acción con un protagonista central, un antihéroe «perfecto», que no teme a nada y no se deja engañar. Un rostro pulcro, fuerte, inteligente, afortunadamente su cinismo le da a su carácter un poco de aspereza, de lo contrario rápidamente nos abrumaríamos con tanta perfección. Pero el tío lo vale.

Por si aún no me he explicado bien (no me he tomado aún los cafés que necesito), Nevada es  una nueva serie de álbumes procedente de nuestra amada BD, que Yermo Ediciones recién publica y que nos habla sobre un cazador de estrellas en Hollywood en la década de 1920. Un concepto original del tándem a seguir Duval/Pécau. Nevada Márquez es una especie de vaquero montando en el mejor corcel motorizado que existía en California en los gloriosos años 20 y probablemente a día de hoy. Una Harley. Los estudios de Hollywood le encargan regularmente que traiga de vuelta a estrellas de cine que, sacadas de la borrachera, drogas o de los deseos más naturales que el cuerpo necesita, lo más importante, es que vuelvan al trabajo, en especial, aquellos que abandonaron en mitad de una filmación.

Nevada tiene que encontrar los medios para hacerlos entrar en razón. Los presupuestos son los que son y giran en torno a esos/as depravados. Y así vamos sabiendo de Mac Nabb, estrella prodigiosa del western, apodado «La Estrella Solitaria», que decidió tomarse un descanso por México o la Baja California. Con unos intereses ocultos que no gustan a cierto tipo de gente. Y ahora a Nevada le toca encontrarlos. ¿Cómo? ¿En plural? Sí. El actor y su doble se han metido en un buen lío…

Me gustó mucho este western ligeramente moderno que mezcla Oeste Americano y desierto de México con el comienzo de la Edad de Oro de Hollywood y sus caprichosas estrellas. Tiene bastante trasfondo a novela de James Ellroy. Un buen punto de partida a intrigas palaciegas del mundo del cine pero que se centra sobre todo en la acción. La psicología no es demasiado importante aquí.

El escenario del desierto está lo suficientemente bien representado para que podamos entrar. Y hay algunos toques de humor muy interesantes. Colin Wilson nos ofrece un dibujo, una gráfica realista bastante convencional, jugando con el encuadre y manejando cuando toca el ímpetu de la acción, cosa que embellece a su vez el hilo narrativo.

Nevada tiene buena pinta o mala, según el bando en el que estés. Su motocicleta ruge en el desierto y mejor será que no la oigas cada vez más cerca. ¿Quieres saber más? Yo también.

Reseña: Casacas Azules 1968-1971, de Raoul Cauvin y Louis Salvérius

Uno de los cómics que mas leí de pequeño, debido a que de algún modo tengo sangre norteamericana, fue Les Tuniques Bleues (Casacas Azules). Aquí hay una interrelación un poco raruna: leía cómic franco-belga gracias a mi tito americano. Reside en USA, sí, pero mantenemos desde que tengo uso de razón una relación familiar-lectora que ya muchos conoceréis si sois de los que lleváis años leyendo cada reseña diaria que se publica en Desde New York – Crónicas Literarias. A lo que iba. Recuerdo que mi tito recuperaba lo que se publicaba de Casacas Azules, lo que se iba publicando en español en la arcaica revista Spirou Ardilla, entre los años 1979 y 1981 aproximadamente, de donde me encantaba aquella serie que llamaron, nada más y nada menos que Guerreras Azules, nombre que poco después, Ediciones Junior, cambió por Casacas Azules. Todo un clásico de la escuela franco-belga, con más de cincuenta álbumes publicados y como no, nacida en la legendaria y casa madre de cómics míticos como es la revista Spirou.

Toda una serie de aventuras y desventuras centrada en estos intrépidos soldados norteños, yankees del noveno arte, que han sobrevivido a lo largo de 50 años, en especial, y gracias a editoriales como Dolmen que piensan bastante en el aficionado trayendo y poniendo a mano estos enormes clásicos de renombre en su más que recomendable colección Fuera Borda que publica joyita tras joyita. Y con gran acogida, me consta. Pues ya van unos cuantos integrales de estos que Dolmen Editorial ha puesto tan de moda seleccionados por años. Una suerte ver que estos geniales tomos aún están relativamente fáciles de pillar. Obras de arte que si el aficionado medio nuevo supiera de su enorme calidad, no me cabe duda que ya estarían vivitos y coleando en más de una cómicteca que aún está huérfana de Casacas Azules.

El volumen que hoy os traigo es el más reciente publicado. Pero recoge los álbumes que comprendieron los años entre 1968 y 1971. Los inicios. Comienza con La Gran Patrulla (La Grande Patrouille), que recoge aventuras ilustradas por Louis Salvérius que fue quien lanzó la serie. Por lo tanto, este álbum está cargado de cierta emoción, ya que presenta el debut del Sargento Chesterfield y el Cabo Blutch, desde las primeras páginas, donde ya vemos que estos dos siempre han sido los mismos. Incapaces de llevarse bien y, sin embargo, inseparables.

Una Carreta al Oeste (Un Chariot dans l’Ouest) sí que comprende lo que conocemos como historia completa. Donde un mensajero herido logra llegar al campamento de Fort Bow y cuenta que pertenece a la guarnición de Fuerte Desafío (Fort Defiance). Los soldados sufren el asedio de los indios allí y están al final de sus fuerzas y sin municiones. ¡Hay que darse prisa! Así que el sargento Chesterfield, flanqueado por su inseparable cabo Blutch y sus compañeros, se apresuran en ayudar a los suyos. Pero no es fácil trasladarse sin incidentes con un carro lleno de municiones por una zona infestada de indios, ¿no?

De Norte a Sur (Du Nord au Sud) puede ser el álbum más adulto de todos los que he leído hasta ahora. Y eso que es de las primeras historias que hicieron Raoul Cauvin y Louis Salvérius. Por lo que se me invita a pensar que el tono inicial -la ameba primordial-, se encaminaba más hacia un público más adulto y en algún momento, “alguien” les dio un toque. De Norte a Sur (titulo muy sonado) es otra historia completa -nada de tiras de cómicas-, donde asistimos a la proclamación de la Guerra Civil Americana que enfrentó al bando de la Unión contra los Confederados. El sargento Chesterfield, el cabo Blutch y sus compañeros se unen a las tropas del General Grant. Entre un capitán de caballería fanático de la carga, un general dispuesto a emborrachar a sus soldados para convencerlos de que acepten misiones arriesgadas e indios peligrosamente susceptibles… Es poco probable que alguien aquí se aburra.

Además de estas geniales aventuras, Casacas Azules 1968-1971 contiene un extenso artículo que nos revela más sobre la vida y obra de Salvérius.

Casacas Azules es un clásico del western humorístico y un best-seller absoluto del cómic europeo. Más de cinco décadas, una de las series más longevas y más exitosas del célebre semanario Spirou, habiendo protagonizado ya casi setenta álbumes. Un grandísimo estandarte del cómic europeo que podéis encontrar aún en librerías.

Vosotros veréis.

Reseña: Marvel Omnibus. Hulk. Holocausto en la Tierra de Dios, de John Byrne, Ron Garney y VVAA

Si eres de Byrne, eres de Byrne, y casi que no hay más que hablar. Eso me dijo un colega de internet una vez que debatíamos sobre el por qué de tanto haterismo a un autor por su forma de ser. Byrne es ya un maestro consagrado que incluso llegó a ser puntal de lanza del cómic de superhéroes, número 1 mundial, durante un tiempo donde nadie quería perderse todo lo que publicaba. Un maestro que a nuestros días, dejó grandes obras para la posterioridad. No hablamos de un buen autor y ya. John Byrne haga lo que haga, sea quien sea, es una de las grandes estrellas del paseo de la fama del noveno arte y eso ya no podrá quitárselo nadie. De hecho, está entre los grandes autores que categorizamos más por su nombre que por la obra que en sí. Véase: el Daredevil, de Frank Miller, El Castigador, de Garth Ennis, el Thor, de Walter Simonson, o el Hulk, Los 4 Fantásticos, los X-Men o la Alpha Flight, de John Byrne. Un tío legendario, conocido por sus desavenencias (en plata: por no casarse con nadie), el cual se unió a Ron Garney y otros autores para lanzar al mercado en 1999 este Volumen 2 que iniciaba la cabecera de Hulk.

Un Marvel Omnibus denominado Holocausto en la Tierra de Dios, que recién edita Panini Cómics, donde se recogen los famosos once números donde comenzó el maestro con dicha serie. Numeritos súper chulos -como no puede ser de otra forma- casi ideados para los que amamos al personaje desde sus principios. Y os tengo que confesar que siendo mi personaje favorito Marvel, para mí, La Masa, siempre funcionó mejor en las historias donde tiene presencia en pequeñas dosis… ¡¡Hulk Aplasta!!, y poco más. Ostias como panes, pero sin llegar a saturar…

Y aquí comenzamos con una buena historia donde Bruce Banner está teniendo bajonas mentales, hasta que un día despierta y descubre que Hulk se ha vuelto loco. ¿Banner ha perdido el poco control que tenía sobre la criatura? Una ejecución que empieza a desarrollarse y que es bastante entretenida, en general. Salseada de una tonelada de estrellas invitadas, donde el arte de Ron Garney es excelente, además de una historia contada a modo clásico/de la vieja escuela. Por lo que Holocausto en la Tierra de Dios es un buen consejo-comiquero para los que quieren entrar por primera vez con Hulk o retomar el personaje después de tiempo sin leerlo. Aquí vais a encontrar a Los Vengadores protagonizando una trama y eso que son los invitados. Siguen la pista del goliat verde engendrado por rayos gamma, hasta que de pronto se ven atrapados en una poderosa batalla donde Hulk y La Cosa se desatan como fuerzas de la naturaleza enloquecidas que son.

Un volumen que también contiene un homenaje (que solo el golfo de Byrne es capaz de hacerse a sí mismo) de hace 25 años, cuando La Masa se encuentra por primera vez con un bicho canadiense del tamaño de un hobbit y con garras de adamantium irrompibles. En vísperas de ese aniversario, Lobezno vuelve a enfrentarse al Gigante Verde, como puede… Porque esa es otra: Byrne parece ser de los únicos que comprenden la inconmensurable e incontrolable fuerza de Hulk. Y no lo trata como un ser activo-pasivo como se puede ver la mayoría de las pelis de la MCU, al cual tumba un simple Thor a medio gas… Ufff. Aquí, enmarcado por Tyrannus por la muerte de cientos de inocentes, el gigante de jade se ha convertido en la figura más odiada y perseguida del Universo Marvel. Ni Los Vengadores, ni Wolverine pueden con él. Y ahora solo los intentos de Bruce Banner de limpiar su nombre lo llevan a un particular destino. Uno que ya tendréis que descubrir ustedes…

Como colección y volumen calidad-precio, Hulk: Holocausto en la Tierra de Dios está genial. Se incluyen portadas originales y alternativas, un boceto también, y obtienes once números completos más un contenido anual que te aporta buenos momentos lectores de acción. No es una historia que cambie las reglas del juego, pero la obra de arte es buena y las historias entretenidas y tiene esa épica que Byrne siempre aporta a los protagonistas. Disfruté de cada historia y la sensación que me queda es, que quiero más Hulk.

El legendario creador John Byrne colabora con una gran cantidad de talentos de primer nivel para ofrecer una mini-saga recomendable. ¿Es la típica obra que hubiera tenido un alto nivel casi eterno si el equipo creativo de inicio se hubiera quedado para siempre? Por supuesto. Es fácil encontrar otras obras donde John Byrne se larga a mitad y después de un inicio trepidante. ¿Se enfada, se cansa y es incapaz de acabar nada? No. Quizás y tal vez, lo primero, pero lo bueno de este hombre es que después de darse el piro, cierra la puerta. Dejando la sensación de crear más una novela gráfica con un icono Marvel, que otra cosa.

La principal razón por que siempre voy a intentar leer todo lo que se publique con su nombre.

Reseña: El Día de los Trífidos, de John Wyndham

Los que saben de esto tienen muy claro que El Día de los Trífidos es uno de los grandes clásicos de la Ciencia Ficción que nadie debería perderse. Es una novela fascinante y entretenida que contiene los mejores elementos del género: mima al lector con una experiencia de un mundo tan fantástico como atractivo mientras hace observaciones conmovedoras sobre el nuestro. Su amplia influencia es evidente en nuestra era actual de narración post-apocalíptica. Por eso y por mucho más, que esta joyita se vuelva a reeditar una y otra vez, que esté siempre en librerías, es un hecho más que imprescindible. Y algo de eso deben saber en Alianza Editorial y los coordinares de su sello Runas donde recién se publica esta nueva edición en tapa dura. Y es que… puede… hacer… como mínimo treinta años que la leí por primera y única vez. Así que poco después de comenzar, me di cuenta que apenas recordaba nada. Y comencé El Día de los Trífidos con la expectativa de disfrutarla. Y a pesar de ser una novela corta, se disfruta muchísimo, va al grano, al mismo tiempo que aporta mucho material que invita a la reflexión.

Al leer El Día de los Trífidos es imposible ignorar la fuerte ambientación en la que te sumerges de pronto. Escrita en 1951, poco después de la supervivencia de Inglaterra (y en particular de Londres), a la Segunda Guerra Mundial, te topas con la sensación de que, una vez más, Inglaterra debe encontrar alguna forma de sobrevivir a su total destruccióna. William Masen se despierta en el hospital con vendas cubriendo sus ojos. Acababa de someterse a un procedimiento para salvar su vista. Pero al despertar no oye los sonidos a los que uno está acostumbrado durante su estadía en el hospital: no hay tráfico fuera, no hay médicos o enfermeras dando vueltas, no hay otros pacientes. Aunque inicialmente tiene miedo de quitarse las vendas por miedo a arruinar la restauración de su vista, está demasiado asustado para no correr ese riesgo.

Cuando un día que sabe que es miércoles,

comienza sonando como domingo,

algo anda muy mal en alguna parte.

Lo que Masen encuentra es un mundo nuevo donde todo aquel que se encuentra está ciego. Un médico ciego salta a la muerte desde la ventana del hospital, pacientes ciegos deambulan sin rumbo fijo por los pasillos, cuentan que el día anterior, la órbita de la Tierra pasó por un camino de restos de cometas y se suponía que iba a ser un espectáculo asombroso que Masen no iba a poder presenciar. Bien. Ahora parece que todos los que vieron los cometas están ciegos. No obstante, antes de ingresar en el hospital, el trabajo diario de Masen consistía en trabajar con Trífidos; una extraña especie de planta que surgió espontáneamente cuando Masen era niño y se ha extendido por el mundo. Se desconoce su origen, pero muchos sospechan que son el resultado de experimentos genéticos realizados en la Rusia soviética. Las plantas producen un aceite útil y valioso y el cultivo de Trífidos para obtener aceite se ha convertido en un negocio lucrativo en todo el mundo. Pero los Trífidos también exhiben rasgos que alarman a algunos. Se mueven. Incluso pueden comunicarse entre sí y mostrar signos de lo que algunos podrían interpretar como inteligencia. Y otorgan picaduras peligrosas que incluso pueden matar a un ser humano. Y aunque son insectívoros, también pueden consumir carne. Fue por una picadura trífida que Masen llegó al hospital necesitando un procedimiento para salvar su vista. Uno de los colegas de Masen argumentó que si no fuera por nuestra capacidad de ver, los Trífidos tendrían una ventaja considerable sobre los humanos. Es decir, ahora, en un mundo de ciegos, los Trífidos toman ventaja…

Aunque se publicó en 1951, El Día de los Trífidos es un libro que todavía brilla con fuerza con una historia que atrapa desde la primera página. Un hilo conductor que se vuelve desgarrador con el transcurso de la trama, argumento que se ha llevado a la gran y pequeña pantalla con múltiples variantes. Puedes ver su influencia en gran parte del film 28 Dias Después, de Danny Boyles (desde la cama de hospital hasta el refugio en la casa de campo), Melanie: The Girl with all the Gifts, Soy Leyenda, 12 Monos… etc, etc. Se puede decir que el talento de Wydham vio la luz a través de la actidud de otros, grandes maestros muchos que trasladaron la virtud del inglés en otros formatos, como hizo por ejemplo John Carpenter con su novela Los Cuclillos de Midwich en El Pueblo de los Malditos.

En resumen, si aún no has leído El Día de los Trífidos y te gusta la CF, casi que blasfemas. Novela imaginativa, detallada, tensa y oportuna dada nuestra fascinación actual con un cercano fin de todas las cosas.

Súper recomendable.

Reseña: Asuntos de Muertos, de Nieves Mories

Cuentan que, en el interior de la casa con un seis pintado en la fachada, se habla con los muertos. Dicen que han visto salir de ella a hombres lívidos y a mujeres llorando. No suelen descorrer las cortinas, apenas hacen la compra y ni se relacionan con nadie. El padre dejó de trabajar para llevar este negocio desde casa, “Asuntos de Muertos”, lo llaman.

La historia de Nieves Mories es una novela de Terror contemporánea difícil de olvidar. Viaja de un lado a otro en el tiempo capturando al lector sin dejarle espacio para que escape de sus páginas. El texto bellamente afinado, acompañado de momentos casi poéticos, está impregnado de una rica descripción, generando tensión y una atmósfera que a veces te hace detener la lectura. Necesitas escuchar que tu corazón sigue latiendo…

Si bien existen elementos sobrenaturales aterradores, serán las personas los verdaderos monstruos aquí. La naturaleza humana asoma su espantosa cabeza mostrándose en su forma más cruel y egoísta. Son las memorias del pasado y el presente de una familia contada por una de las hijas. No fue un hogar feliz. Era un sitio horrible donde no solo hacían negocios con los muertos, sino que también ellos crearon los suyos. Victoria, nuestra protagonista principal, narra lo que fue su vida en manos de unas personas que en vez de amarla la llenaron de demonios personales que nunca lograría sacarse. Su hermana, alma inseparable, en cierta forma sin culpa, terminó de destrozarla. Tal vez Victoria no debería querer volver a casa. Es un lugar que representa el dolor donde su memoria pinta los pasillos de unos recuerdos horribles… Y, sin embargo, regresa de todos modos.

La autora sacará a la superficie el conflicto interno que todos experimentamos cuando lo que debemos hacer y lo que nos sentimos obligados a hacer, están en guerra. Un texto repleto de sentimientos, intensas cicatrices que ya no duelen pero siguen recordando tragedias. Personajes magníficos, vivos, rotos con tendencia al suicidio, que se aman con la misma fuerza con la que desean destruirse. Visiones, relojes invertidos, tijeras manchadas de sangre y una habitación llena de espejos. Una historia de amor, del amor que debían tenerse, pero nadie les enseñó a hacerlo. Una historia de cómo pasa el tiempo y este ni perdona ni olvida. Romance, sexo y un juego de café de porcelana que huele a sus antiguos dueños. La Casa Usher, así la llamaba Victoria. Vidas perseguidas para siempre por la sombra de la muerte. ¿Qué ocurre cuando damos más amor del que recibimos? Una máquina que invoca a los muertos… ¿Fue siempre un simple juego? Las tijeras, el regreso de esas tijeras, chas, chas, chas…

Hermosa, cruel, demasiado real, deseas ponerte en su piel, pero esa locura que arrastra, te hace apartarte de ellas prefiriendo verlo todo dentro de una novela de ficción. Lo que ocurre es que no lo es. Lo sabes, porque algunos de los hechos puedes haberlos vivido.

Hubo páginas que, sin darme cuenta, las leía moviendo los labios, dejando salir pequeños susurros. No da miedo, pero la historia aterroriza sumergiéndote en una extraña melancolía. Letras de Sinatra, matices acompañando una narración donde se domina la palabra… Increíble novela. La recomiendo mucho y al mismo tiempo tengo miedo de hacerlo, porque es un libro que una vez cerrado, la historia seguirá atormentando al lector.

Reseña: Estrellas Oscuras (Volumen Uno), de Lonnie Nadler, Jenna Cha, Brad Simpson y Hassan Otsmane-Elhaou

A los que vivimos esa lucha incansable de encontrar buenas historias de Terror ya sea en formato fílmico, literario o cómic, la publicación de obras como Estrellas Oscuras no es otra cosa que una buenísima noticia. Trae a nuestros lares, esta chulada de cómic la cada vez más interesante Editorial Hidra a la que le tengo puesto el ojo, mes sí y mes también. Por lo original, por lo diferente, por el buen ojo que tiene para traer al público español sendos títulos que parecen no tener cabida en otras editoriales… Pese a las buenas críticas que tienen. Ejemplo de lo que digo es Estrellas Oscuras (Black Stars Above), una miniserie que abre con un primer volumen en tapa dura, una trama de Terror inquietante como pocas de las leidas los últimos años. Claramente, una serie llena de ilustraciones cuidadosas donde se hace el esfuerzo por hacer un buen homenaje a los grandes autores del género de Terror.

Nacida de las mentes creativas de Lonnie Nadler, Jenna Cha, Brad Simpson y Hassan Otsmane-Elhaou; el viaje de Eulalie tiene lugar en el más bello entorno de la naturaleza canadiense más de cien años atrás. Pero no solo eso, sin que exista precedente en la historia, este cómic parece contar algo verídico incluso cuando el horror es el foco principal. La trama da la sensación de ser una pieza histórica gracias a la investigación y el esfuerzo creativo de sus autores. Estrellas Oscuras se centra en el verde/blanco canadiense de aquellos lejanos años de comercio de pieles en América del Norte. Un cambio económico importante en el país que afecta a Eulalie y su familia, aunque nunca se dice explícitamente. Con su casa bastante lejos del pueblo más cercano, y solo la familia como compañía, es lógico que Eulalie anhele algo más. No es una mala vida, y hay muchas alegrías, pero la mundanalidad y la insatisfacción no se marchan de su corazón. Tened en cuenta que con esto no es con lo que abre la historia, lo hace con algo mucho más siniestro:

Observé y descendí, como un copo de nieve o un dios o ambas cosas, sobre una llanura pálida. No era un vacío, sino más bien un espacio blanco donde se veía la vida y la oscuridad que nos distingue…

Yo añadiría una cita de pelicula que se podría adaptar muy bien:

En la profunda Canadá, nadie oirá tus gritos.

Ok, quizás es una frase que abarca demasiado. Un país enorme. Pero con ello quizás os podéis hacer una idea de lo que se puede encontrar uno en Estrellas Oscuras. Eulalie Dubois, la hija de un trampero de pieles franco-canadiense y una mujer nativa, lucha por su futuro. Es el año 1887, y mientras su padre lo niega obstinadamente, el negocio de trampero se muere. El negocio de las pieles está siendo absorbido por la HBC. Un día, mientras se detiene en la ciudad para vender mercancías, se encuentra con un tipo extraño y misterioso que le ofrece una misión en peculiar: entregar un paquete en la ciudad norteña sin nombre, esa misma que se ubica entre los frondosos bosques del Cinturón Verde. Lo único: jamás debe mirar qué hay dentro del paquete.

A medida que la situación en casa se vuelve más grave, incluido un matrimonio arreglado no deseado, Eulalie decide hacerse cargo del recado y no pasa mucho tiempo antes de que se encuentre recorriendo un viejo sendero, un camino de irracionalidad, sucesos extraños en un bosque, llegar a una ciudad a la que nadie debería aventurarse solo…

Lo decía al principio. Estrellas Negras es, en pocas palabras, un tesorito encontrado en el desierto de publicaciones de género de Terror en nuestro país. Un cómic para amantes de este género literario donde la sensación que queda es, que te vuelves a encontrar con los grandes maestros consagrados. Una historia que evoca a Jack London, H.P. Lovecraft, Arthur Machen, Algernon Blackwood…, y los relatos de maestros literatos del horror a fuego lento que acometen fácilmente el alma lectora. Y nieve que cae, árboles dispersos y linces que atraviesan la vasta extensión. Y un hombre que alcanza a ver los ojos de un lince que en realidad no tiene ojos, solo oscuridad, muy a lo Junji Ito. Y Eulalie que se encuentra a sí misma en una edad sobre la que Stephen King casi ha escrito tesis. Teorías sobre el cambio en ellas y lo sobrenatural cuando alcanzan la pubertad.

Cómic magnífico, cuya historia os atrapará fácilmente.

Deseando saber más.

Reseña: Yondu. Mis Dos Yondus, de Zac Thompson y Lonnie Nadler, John McCrea y Mike Spencer

Yondu no es un personaje nuevo y molón, para mí, al menos no, desde que apareciera por primera vez en la vida de muchos en el primer film de Los Guardianes de la Galaxia. A lo que voy es, que no es un personaje nuevo para muchos de los lectores de cómics clásicos. En mi caso, yo conocía a Yondu, al más molón, de mucho antes. Soy de esos pocos friki-cómics que hizo la colección en grapa de Los Guardianes de la Galaxia originales allá por los 90. De los pocos que compraba la serie mensualmente y en grapa. Aunque no desde su inicio, veréis: en aquellos benditos años de coleccionismo con colegas, uno de los comentarios normales entre nosotros era advertir que ibas a dejar una colección y si alguien te la quería pillar, comprartela para continuarla. No sé por qué, me llamó la atención la trama de unos superhéroes galácticos en el siglo XXXI que iban buscando por el espacio-sideral un amuleto arcaico que resultaba ser el escudo del extinguido ya Capitán América… Bien, pues uno de ellos era Yondu. Un Yondu bueno, pero firme en su puesto, un tipo de piel azul que maneja un arco clásico y flechas a conciencia. Ese Yondu, como casi cada arquero de cualquier historia, me encantó. En realidad, todos los personajes eran molones y desde entonces decidí leer cualquier historia donde “El Pitufo” apareciera. Y así, casi treinta años después, llego a este Mis Dos Yondus, una trama cuando menos curiosa.

Ahora Yondu tiene su propia minsierie. Cinco numeritos que Panini Cómics recoge en un solo TPB, una trama donde el destino de galaxia depende de su “taza de té”, como diría un inglés. Que Anthos nos ayude a todos…

Mis Dos Yondus está escrito por el dúo de guionistas Zac Thompson y Lonnie Nadler. John McCrea trae el arte, mientras que Mike Spencer los colores. Joe Caramagna escribe algo también. Una trama que cuenta como, después de violar la ley para su propio beneficio una vez más, el canalla de Yondu Udonta encuentra a sus amigos los Ravagers -ese grupo espacial de ladrones, piratas y contrabandistas que en ocasiones se alían y en ocasiones se oponen a Los Guardianes de la Galaxia-, encuentra a un buen montón de ellos muertos. Las heridas son de combate pero queda una reliquia entre los cuerpos: la Urna del Heraldo. Sabiendo que dicho artefacto en valor y poder equivale a la Gemas del Infinito, Yondu planea honrar a sus amigos perdidos, vendiéndolo al mejor postor. ¡Y corriéndose una buena juerga! ¿Qué pensaban? No obstante, su descendiente del siglo XXXI también llamado Yondu Udonta ha tenido una visión de su poderoso dios Anthos, el cual le otorga la misión de retroceder en el tiempo y asegurar el futuro de su pueblo, ayudando a su antepasado en su nombre.

Por que lo que quiere hacer ese inepto del Yondu del pasado con la Urna del Heraldo es peligroso de cojones.

La trama de Mis Dos Yondus es un argumento ingenioso a varios niveles. Si bien indudablemente se hizo para dar protagonismo en una historia alternativa al Yondu moderno -popularizado por la actuación de Michael Rooker y el guión de James Gunn-; este cómic se esfuerza por establecer en el podium al Yondu original como personaje con derecho propio. Y eso me gusta. Al César lo que es del César.

El guión provoca que se relacionen directamente y eso no es otra cosa que una excelente manera de forzarlos para tal vez quizás, formen pareja en el futuro. Además, algo que hacen increíblemente bien el dueto de guionistas es crear una atmósfera cada vez más extraña. El planeta en el que aterrizan ambos Yondus (¿Yondii?), Eyefelle 66, está repleto de varios personajes alienígenas nuevos y rarunos que asombran y dan vida a la aventura cósmica. Me encanta el ilustrador John McCrea aquí, se crece y lanza nuestros ojos una arquitectura estrecha, claustrofóbica por dentro y por fuera, con detalles que llenan las páginas. Y con colores espectaculares de Mike Spencer en cada página.

Si bien un personaje con el nombre Yondu Udonta ha existido desde 1969 dentro de los archivos de Marvel Comics, no fue hasta la primera película de Los Guardianes de la Galaxia (2014) cuando los muggles comenzaron a disfrutarlo como personaje. Pero a los fans de obras de culto dentro de Marvel sólo nos hizo sonreír al verlo. Ya conocíamos a Yondu. Algunos desde los 90, otros desde sus principios. Mis Dos Yondus es una historia que intenta justificar al mismo tiempo por que el actual, actúa como actúa. Dos ángulos, dos perspectivas de una misma alma, que deja un buen sabor de boca.

Reseña: Americania. Historias de la Frontera, de Sergio Toppi

Si Toppi hubiera sido escritor, probablemente hubiera sido antologista. Se nota que le gusta y se le da bien, crear cómics con diversos relatos donde en realidad nos está brindando sorbitos con moraleja. Americania: Historias de la Frontera es este estupendo tomo en tapa dura que recién publica Ponent Mon y que podría ser una especie de contraparte a Tanka, que contenía una serie de historias cortas sobre el Japón medieval, otra buenísima antología del milanés que espero que Ponent Mon nos traiga en breve.

Ya lo dice el subtitulo, en Americania somos transportados al Oeste de USA, a la frontera, momento culmen de la fiebre del oro. Aquí los protagonistas llevan una existencia sucia, polvorienta, viven el día a día apenas sabiendo que le deparará el destino mañana. Todo el mundo piensa que puede mejorar su triste vida cotidiana recogiendo algunas pepitas que parecen dejadas ahí, en un charco, donde pisan y mean los caballos. Pero pocos conseguirán encontrar tan preciado tesoro, piedras que proporcionan placeres de la vida por un tiempo, o no, porque la lucha y la muerte van de la mano con estas señoritas de color dorado. Y también hay quienes se aprovechan de esta miseria humana para hacer buenos negocios, y quienes roban a pobres infelices, pero quién roba a un ladrón… Bueno, ya saben.

Esta fabulosa edición -indispensable para ti si tienes un mínimo de interés por una buena historia del Oeste en formato cómic-, abre con un estupendo Prólogo de José E. Martínez, donde habla de la genial colección que están creando con Maestros del Fumetto. Donde Sergio Toppi es un imprescindible, por supuesto, y de la importancia de recuperar sus obras para el público español e información jugosa de donde parte y donde se publica cada relato. De hecho, cada historia abre con eso mismo: año de publicación, titulo original y demás… Me encanta. Así «entras» sabiendo un poco sobre lo que cada cuento tiene detrás, en estas once historias que nos llevan a las rutas del Gran Norte, donde poblaciones amerindias y tramperos se codeaban para tener que llevarse, casi cada día, un trozo de carne a la boca.

Americania: Historias de la Frontera contiene relatos buenos y buenísimos. Así de claro. En comparación con otras colecciones de cuentos (y os habla alguien que tiene en casa más de quinientas antologías, y leídas, más del doble), en antologías ya sean de Toppi, Serpieri u otros autores, casi siempre hay un resultado desigual. Pero Americania tiene un alto porcentaje de calidad. Sinceramente, no desecharía ninguna de las once tramas por las que Tarantino estarái seguramente encantado de llevarlas al cine. Tiene chuladas como Naugatuck 1757, que habla de Farquharson, un escocés que huyó del yugo inglés, un gaitero que se va América a cumplir la profecía de su familia. O Mientras vivas, donde un indio nos cuenta los momentos finales de su padre, el cual cambiaba pieles por armas y alcohol, aunque él solo quiere poder cazar en paz en las grandes llanuras. O Una sola vez en la vida, donde un ladrón cuenta cómo la única buena acción que hizo en la vida, lo llevó a la horca.

Joyitas que se quedan en la mente por un tiempo como es Responde a mi pregunta, un relato de un hombre que se instala cerca de un río y encuentra mucho oro. Hasta que los indios del lugar, hasta entonces benévolos, le piden que se vaya y devuelva lo robado a sus tierras. O Una visita para John Colter, genial este relato muy fílmico, donde el mostrador de Colter es el único lugar en millas donde poder obtener suministros. El mismo lugar donde John Colter aprovecha para desplumar a sus clientes, hasta que un día aparece un indio que le ofrece una enorme pepita… O historias como Blues, que dan miedito.

O Katana, donde se cuenta el último viaje de Jedediah McCoy con prisa por cruzar la frontera. O La rabia por vivir, donde abandonado por su compañero, un buscador de oro decide recurrir a sus últimos recursos para sobrevivir al agotamiento, el hambre y a ese viejo lobo que lo vigila desde la espesura…

Todas y cada una de las historias tienen su aquel. El Oeste contado por Toppi es el de un período duro en la historia de Estados Unidos. El de Las Uvas de la Ira, de Steinbeck, donde hombres en busca de un futuro mejor se aventuran en tierra inhóspita. ¿Y qué mejor que la línea realista y el dominio del blanco y negro del gran Sergio Toppi para trasladarnos a ese ambiente? Americania: Historias de la Frontera es un tomo que hará salivar a más de un fan del cómic europeo, y por supuesto, a todo amante del western o historias de vaqueros, como las llamaba mi padre. Una puerta abierta a otra época, donde el sufrimiento era vivir entre montañas escarpadas, desiertos de vida sin arena, donde el viento agrieta rostros y enmudece los disparos de Colts y Winchesters que ayudan a vivir unos días demás.

Indispensable, amigos, indispensable.

Reseña: Joe El Bárbaro, de Grant Morrison y Sean Murphy

Escrita por Grant Morrison (Batman: Asilo Arkham, Los Invisibles) y dibujada por Sean Murphy (Punk Rock Jesus, Batman: Caballero Blanco) -y ya sólo con estos datos te tienes que enganchar-, Joe El Bárbaro puede ser una de las obras independientes y disfrutables logradas por el sello Vértigo en los últimos diez años. De hecho, este mismo año cumple década este guión especial de Grant Morrison, un guionista muy especial. Nada más y nada menos que ocho numeritos recopilados en un solo tomo en tapa dura que se marca ECC Ediciones para su fantástica e indispensable, para mí, Biblioteca Grant Morrison. Y es que a la mayoría no le suele gustar los trabajos experimentales que se marca de vez en cuando el guionista escocés afincado en USA. Especialmente, cuando las narrativas se vuelven característicamente densas y abstractas. Digo más: no tengo amigos que alaben Crisis Final, y eso que va por su tercera edición… Lo que pienso es, que mucha gente no disfruta cuando incorpora ideas esotéricas a su cerebro racionalista; ideas abstractas y “duras” de comprender para quien no ha leído fantástico en su vida. Ideas como la magia del caos, magia ceremonial, filosofía oculta, teoría de los medios, surrealismo, dadaísmo, los escritos de un inspirado William S. Burroughs, temas psicodélicos, abducciones extraterrestres, etc. Por ejemplo, conozco gente que incapaz de pillar el punto a Los Invisibles, sabiendo que es un desastre increíble si no estás familiarizado con algunos de estos temas. Lo mismo podría decirse de su Doom Patrol. Sin embargo, otra parte de su trabajo no trata esas ideas experimentales. Es mas «amable». Obras para un público que no quiere complicarse mucho la vida pero que quiere una historia chula y disfrutable entre sus manos.

Joe El Bárbaro, es un ejemplo.

Entre 2010 y 2011, Morrison y el siempre genial Sean Murphy, formaron equipo creativo para desarrollar Joe el Bárbaro. Una historia épica de aventuras, con bajos niveles de azúcar y la heroicidad que todos llevamos dentro, por bandera. Nuestro protagonista es Joe, un adolescente cuyo padre estaba en el ejército y murió en la pasada Guerra del Golfo, dejando a la madre de Joe, viuda Y ahora tratando de mantener su casa. Joe realmente ama su casa, especialmente su habitación…, que es probablemente un ejemplo de habitación que todo niño sueña tener. Y Joe también tiene una rata como mascota llamada Jack. Pero Joe es hipoglucémico y después de una visita al cementerio, donde algunos matones aprovechan el sitio para hacerle bulling, Joe llega a casa hecho polvo y duerme una siesta. Para despertarse en un mundo de fantasía donde Jack es una rata guerrera y Joe es una especie de personaje protagonista en una profecía conocido como el Chico Moribundo. Aunque la verdadera aventura se inicia cuando el reacio Joe es reclutado para traer la Luz que ahuyentará a la Oscuridad. Hacer frente al tal Rey Muerte, el gran malvado de este cuento. Y eso que todo lo que pide Joe es un refresco para poder recuperar su nivel de azúcar en sangre…

Muy propio en él, Morrison ofrece una escritura de primer nivel. Diálogos y escenas concretas que van a tiro hecho. La trama narrativa es un pastiche de cosas que has visto antes, sí, pero la ejecución es verdaderamente hermosa y enrarecida. Y tiene ese toque justo que hace que quieras saber cómo acaba todo. Aunque se parecen poco, recordé sensaciones a la primera vez que vi de pequeño Dentro del Laberinto (Labyrinth), la genial peli de Jim Henson. Merece elogios por dar un giro a una historia que si has leído libros de Fantasía (sobre todo, clásicos) te parecerá trama explotada con niño que explora el fértil mundo de su propia imaginación, cuya percepción se maneja entre lo real y lo fantástico. Pero lo que hace que esto sea realmente interesante es cuando Joe intenta llegar al refrigerador de la planta baja para poder tomar un refresco, momento que se traduce en eventos y entornos retorcidos durante su sueño de vigilia. Al sufrir de sonambulismo desde que tengo uso de razón, me tocó bastante esto la patata… Se pueden ver cosas realmente horribles en esos momentos.

Un fregadero desbordado se convierte en cascada. Un perro callejero que deambula por la puerta abierta de la casa de Joe se convierte en un monstruo amenazador. Jack se convierte en una rata guerrera, completamente armada con espada y habilidades de combate. Un fusible fundido se convierte en la oscuridad que se extiende… El arte de Sean Murphy provoca que te cale la mente todo lo que Joe va viviendo. Engrandece aún más la obra. Una hermosa historia donde se nos habla de la fuerza de una imaginación inmensamente poderosa.

Lo dice la sinopsis pero lo corroboro yo: un cómic trepidante, genialmente recuperado, un tomo que además contiene interesantes extras para los amantes del dibujo y el trabajo de Sean Murphy.