Reseña: The Weather Man (El Hombre del Tiempo), de Jody LeHeup, Nathan Fox y Dave Stewart

¿No os pasa que leéis o visualizáis una historia que creéis nueva y, sin embargo, te pegas todo el viaje preguntándote por qué te suena? Eso me acaba de ocurrir al terminar este primer tomo de The Weather Man (El Hombre del Tiempo) que publica Norma Editorial y que engloba los primeros seis números de una historia que ha gustado bastante en USA por lo que he podido saber. Una de las mejores historias de Ciencia Ficción que he podido leer últimamente y eso que aún no ha terminado. Pero mucho tiene que cambiar el tema para que el argumento deje de gustarme porque estamos ante una trama que produce las sensaciones que me dejó (lo flipado) en su día en mi juventud y en el cine, el film de Desafío Total; la antigua, por supuesto, la de Arnold Schwarzenegger. Pero, ¿a eso me recuerda? No, no, creo que no. Hay algo más escondido in memory…

Recomendado por Rick Remender, Garth Ennis, Frank Quitely y Gerry Dugan y, por supuesto, por mi tito americano que hace de espía o de alerta-tsunami ante series tan chulas que podrían llegar a nuestro país; tuve que ponerme con The Weather Man (El Hombre del Tiempo). (¿De qué me suena este argumento?) Debo decir que no estaba preparado para esta obra. Con tanto rumor positivo temí que me decepcionara. Pensé que podría ser otro cómic típico de CF lleno de clichés, un debut que sorprende a los que apenas tienen bagaje lector detrás… Aunque para nada. Impactante lo que han creado Jody Leheup, Nathan Fox, Dave Stewart, Steve Wands y Tom Muller, y a las pruebas me remito: The Weather Man nos traslada a una civilización en Marte en el año 2770. Pero algo malo pasa, algo catastrófico sucede, la sociedad… Bueno, entra en escena Nathan Bright, el meteorólogo. Lleno de carisma y encanto, y el amor por su amado perro, que no puedes evitar que te guste Nathan. Pero las cosas se ponen patas arriba cuando un grupo de “señores” armados aparecen disparando contra Bright, dejándonos con el final de un primer número con eventos que no sabes muy bien por donde coger. Un primer número potente que provoca que quieras saber más y no sueltes el tomo.

Lo dicho: el lugar, Marte, el año, 2770. Una catástrofe inexplicable ocurrió en la Tierra y ahora todo lo que queda de la raza humana vive en Marte. La moral está baja y la gente necesita distracciones de la terrible realidad que les rodea. Bright es el meteorólogo matutino más popular del planeta rojo y está más que nada para distraer a la gente de sus problemas. También acaba de tener una cita que se arruina por la llegada de varios tipos cargados de balas hasta los dientes. Es algo diferente. A Nathan no le suele pasar que le arruinen una cita, es la celebridad de moda al que la mayoría de las mujeres ven como ponerse un pin en la minifalda. A pesar de esto, Nathan es un tipo básicamente decente si se ignora su total falta de ética laboral, su borrachera constante, su superficialidad, su pobre higiene y la falta de escrúpulos con respecto a su trabajo. Por lo general, le cae bastante bien a su perro. Aunque desafortunadamente su perro no podrá salvarlo ahora que ha sido acusado del asesinato de casi todos los habitantes de la Tierra.

Me cautivó el ritmo frenético y la excelente escritura de Jody Leheup. Me impidió mirar cualquier cosa fuera del viñetario que tenía delante. Secuencias bien representadas con el estilo artístico agradable de Nathan Fox. Sé que es un cliché comparar cualquier tipo de distopía futurista con Blade Runner, Cowboy Bebop, Desafío Total y demás. Pero The Weather Man se aprovecha de esa estética “cercana” y catastrofista de visión de cómo aparecerían las futuras ciudades de Marte y mola. También tiene un toque Aeon Flux en la coreografía de las escenas de acción, donde los colores de Dave Stewart lo bordan. Me gustó de la historia la profundidad en la trama que se va consiguiendo con cada número. Cuando llegas al sexto capítulo no queda otra que pensar que esta primera parte ha sido una montaña rusa de emociones. Una miniserie que guarda todo lo chungo para el final.

Acción emocionante y visceral, sientes cada golpe y… No voy a desvelaros nada más de la trama como podéis ver. Me encantó. Ahora que lo pienso…, creo haber escrito un relato hace años muy parecido y…, quizás, de eso me suena.

(Maldita sea)

Reseña: Trillium, de Jeff Lemire y José Villarrubia

De sobresaliente me categorizaron en su día esta historia de Jeff Lemire, cuando yo andaba buscando una buena historia de Ciencia Ficción para degustar en formato cómic. Algo actual. Pues resulta que ahora en la Biblioteca DC Black Label, la nueva colección de ECC Ediciones donde se están agrupando bastantes joyitas del autor (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4194); llega una nueva edición, de Trillium revisada y ampliada con material inédito descriptivo de todo lo que conllevó al proceso creativo de esta trama que no deja indiferente. Sin duda, una mirada original a ese gran proyecto personal que brotó de Lemire y que fue nominado al mismísimo Premio Eisner a la Mejor Serie Limitada allá por 2014.

Una historia contada en paralelo, con un protagonista del futuro lejano y otro de casi cien años. Así se maneja la trama de Trillium, historia que expone una tesitura: ¿Sigues al hombre o sigues a una mujer? ¿Buscas sin cesar en el pasado o te apresuras desesperadamente a salvar el futuro? En el centro de toda tesis hay una base que podría contener la clave para la iluminación, la salvación… incluso para el amor. Lemire propone una trama audaz donde logra (¿fácilmente?) que los lectores se involucren en esta miniserie de ocho números ahora recopilada a modo de novela gráfica en un maravilloso tomo en tapa dura.

No adornado al estilo de Sweet Tooth (uno de mis cómics post-apocalípticos favoritos), este canadiense viejoven nos engancha de inmediato a este nuevo mundo intrépido (o viejo, según sea el caso) que se cuenta en el cómic. Un primer capítulo intrigante y lleno de fascinantes escenas alternativas que piden una disección en una buena tarde con amigos tomando té. Trillium, catalogada como la «última historia de amor jamás contada», cuenta el relato de dos personas diferentes, de dos lugares distintos tanto en el tiempo como en el espacio. Se empieza mostrando dos secuencias: una ambientada en el año 3797, siguiendo a la científica Nika Temsmith, y la otra ambientada en 1921, siguiendo a William Pike, mientras busca el Templo Perdido de los Incas. Cómo se encuentran estos dos es el quid de la cuestión, así que no lo estropearé aquí. Pero es seguro decir que ese misterio tras el por qué/cómo/quién de esta trama es la salsa alioli que convierte un serranito en manjar.

Lemire hace más trabajo en catorce páginas que la mayoría de los guionistas en veintitrés. Ejemplo claro es el primer número que abre esta serie. Divide temas pero los reúne pronto. Cada historia y cada mundo en Trillium están bien desarrollados. Lemire nunca pierde el ritmo, lo que demuestra que conoce el oficio. La mitad del problema de Pike es más fácil de digerir, debido a sus orígenes más terrenales, pero no lo empeora. De hecho, es un movimiento inteligente tener la mitad de la historia basada en una realidad más cercana a la nuestra, ya que se vuelve más fácil a la hora de identificarnos con Pike, mientras lucha contra sus propios demonios en tiempos de guerra. Pero eso no quiere decir que la parte de la historia de Nika sea infumable, a ver, un virus misterioso que está acabando lentamente con la raza humana y alguien tiene que hacer algo, no es moco de pavo.

Ser el héroe ante la niebla.

Hay una verdadera sensación de fin-de-todas-las-cosas en esta historia. Es evocadora en bastantes momentos, conmovedora e interesante. Y muchos detalles se extienden más allá de la ficción que nos están contando. Desde hace mucho, soy un gran admirador del estilo artístico de Lemire, y combinado con su antiguo colaborador en Sweet Tooth como es nuestro paisano José Villarrubia, realmente lo clavan aquí. Los personajes son expresivos y las acuarelas ofrecen una lectura gustosa en cantidad de momentos. Si bien algún lector se puede quejar del estilo surrealista de Lemire, es que no lo conoce. No es un dibujante para todo el mundo…, hasta que ves de lo que es capaz. Sabe cómo adaptar una historia a su trabajo.

Trillium es, para sorpresa de nadie, una obra brillante.

Reseña: El Tiempo Recobrado, de Kei Fujii y Cocoro Hirai

Ponent Mon también publica Manga. Pero no cualquier manga, sino del tipo del que te pone los vellos de punta. En el sentido que son historias muchas melancólicas, evocadoras y dignas de recuerdo. Por eso, se fijan en autores como Jiro Taniguchi o similares. Es una editorial digna de echarle un ojo si te gustan los guiones, las historias que rara vez se olvidan.

De las que te hacen ver la vida de otra forma.

Los Tiempos Recobrados trata sobre el amor, ese tan fugaz, ese que sin comerlo ni beberlo aparece y desaparece pero que también emerge incluso a los setenta años de edad. Una nueva ilusión cuando estamos en el ocaso de la vida. Aquí tenemos a un viudo y una viuda que intentarán construir una relación a pesar del peso de la edad, los problemas de salud y los recuerdos dolorosos del pasado. Pero, ¿cómo mantenerse fresco cuando todo son dolores y apenas a uno le quedan fuerzas por lo viejo?

Los autores de Bajo un Nuevo Cielo (obra que también publicó en su día Ponent Mon) han vuelto a encontrar una debilidad para con el lector: jugar con la cuerda sensible, esa que todos intentamos ocultar para pensar en lo inevitable. Estar sobrio cuando llegue la borrachera que no deseamos. Ponerse en la piel de dos almas septuagenarias que vuelven a encontrar deseos de amar, de compartir momentos, de discutir, de relacionarse hasta que la esencia de cada uno se disuelva… por no poder más. Los que decidimos leer mangas, historias de las potentes sentimentalmente, tenemos derecho a mangas en color. Me gusta este detalle en el tema gráfico de los guiones que encienden nuestra ternura. Al menos, nuestro final, que llegue en suaves tonos pero coloridos. En cualquier caso, Los Tiempos Recobrados es un manga que trae un poco de esperanza a nuestro momento lector, el hecho de que uno siempre puede enamorarse y a cualquier edad, volver a sentir ese cosquilleo en el estómago que te quita el hambre. Pensamientos sobre otra persona, distinta, que ves con otros ojos en esos días de primeros encuentros deseados…, por las dos partes.

Además, queda claro en Los Tiempos Recobrados que no estamos de vuelta a lo pasado. No es una vuelta a los amores adolescentes que tan pronto venían, que algunos muy rápidamente asociaban con la depresión, y que tal como venían se iban. No. A esta edad no tenemos ninguna prisa. Las cosas se hacen de manera más pausada, más serena, donde hay momentos de contemplación, escenas que los autores saben exponer en este cómic de forma maravillosa. Un buen equilibrio entre emoción, humor (porque hay en los amigos de Ippei) y dignidad. Además, tienen el buen gusto de crear un relato que no acaba aquí, que se completará en un segundo volumen al igual que en la edición original de Ki-Oon. Pero al final, cuando todo parece asentarse felizmente, asistimos a la oposición de las respectivas familias de una manera bastante odiosa. Una inquietud que te deja con la miel en los labios y con ganas de saber.

Ippei, un jubilado apuesto, lo ha visto todo de color de rosa desde que contempló a Kotoko, una nueva recluta del club de música en el Centro Gin. A su edad, no creía poder llegar a revivir tales emociones, y, sin embargo, su corazón late como lo hacía a los veinte años.

Tierna historia.

Reseña: Aquelarre (The Coven), de Lizzie Fry

En un mundo lleno de brujas pero gobernado por hombres, ¿qué podría salir mal? Cuando Chloe descubre una habilidad mágica latente lo suficientemente fuerte como para hacer desaparecer una casa entera, la ponen directamente en una lista de asesinos a perseguir por todo el mundo. Pues existen los cazadores de brujas del mundo moderno. Al mismo tiempo, Adelita está decidiendo si puede o no confiar en que el agente Sentinel haya cambiado de bando ya que acaba de sacarla de la prisión y le revela su propio poder oculto. Las cosas se ponen en movimiento muy rápidamente, aquí o se lucha o acabas en una lápida rodeada de pinos. Lo ideal es hacer grupo, juntar a otras brujas para luchar por sobrevivir o por la causa que tanta gente odia… Aquelarre (The Coven) es el último gran thriller sazonado con Terror que he devorado. Una novedad que Minotauro trae a nuestro país, una historia inquietante que huele bastante a séptimo arte.

Aquí la trama de hombres versus mujeres es bastante escalofriante. Principalmente, porque se hace de forma MUY CREÍBLE. Además, en un entorno moderno real, reforzado con puntos de referencia casi históricos que da sensación cercana. Encontré en Aquelarre referencias reales a las cacerías de brujas del siglo XVI y a las amas de casa reprimidas de épocas pasadas, lo que aporta a la trama central un poderío chulo pues se relaciona con que eran simplemente una exageración moderna de eventos que ya habían sucedido. Y es que nada amenaza más al patriarcado que cuando el equilibrio de poder se inclina a favor de las mujeres. Agregue brujería y magia al potaje, al caldero que guisa Lizzie Fry, y te toparás con una sociedad distópica donde las mujeres poderosas son encerradas o incluso asesinadas para restaurar este supuesto equilibrio. Este es el mundo en el que nos encontramos en el libro.

La dinámica del poder es un tema predominante en esta novela debut de la autora. La complicada infraestructura jerárquica del mundo de Fry hace que la trama sea mucho más creíble, insisto, me gustó cómo se nos permite ver diferentes reacciones a la inclusión de las brujas en la sociedad. Desde las posturas duras pero opuestas de los agentes hasta esa otra sociedad ya establecida que promueve el enfoque más relajado en diferentes condados de un país. Y, por supuesto, las personas de a pie que creen lo que se les dice y no se molestan hasta que algo les afecta particularmente y distorsionan su tranquila vida. Sin embargo, a pesar de esta estructura sólida, todavía hay muchos giros en la trama y sorpresas de personajes que no esperaba. Una de las partes más interesantes de Aquelarre, es la historia de fondo que está entretejida a la ligera, que nos muestra cómo las luchas crecieron gradualmente y cómo fueron controladas y guiadas en la dirección que mejor se adaptaba a los que estaban en el poder. Las historias de fondo de los personajes individuales encajan en esto al mostrar las pérdidas y el control a nivel personal, así como a nivel global, que se refuerza en todo momento.

No estaba muy seguro de qué esperar en Aquelarre (The Coven). Sinceramente, no me gusta nada el tono que se toman con el “tema bruja” ciertas novelas o series de TV juveniles que salen a manojos casi cada mes. Pero The Coven me cogió por sorpresa. Estamos ante una intrigante combinación de fantasía distópica y realismo, pero donde la brujería realmente existe. Una novela inteligente que nos lleva a un viaje emocionante alrededor del mundo, cambiando hábilmente de un lugar a otro, una narración de ritmo rápido lleno de acción y drama, casi en cada página. El mundo y el sistema mágico son complejos e interesantes. La historia se centra en Chloe Su, una bruja elemental adolescente que es La Elegida o La Única. La bruja más poderosa de todas. Ya que puede acceder a los cuatro elementos mágicos. Las brujas elementales son las más peligrosas; acceden a su magia a través de uno de los cuatro elementos: aire, agua, fuego o tierra. También hay brujas de «cristal» que acceden a su magia a través de cristales y brujas de «cocina» que son brujas de grado inferior que necesitan ingredientes naturales para sus hechizos. También existen niñas nacidas de brujas que no pueden hacer magia.

Aquelarre (The Coven) es una mezcla fabulosa y ecléctica de personajes, todos bien dibujados e interesantes. Dominada principalmente por personajes femeninos, una historia que rinde homenaje al poder de las mujeres en una sociedad donde van a sufrir de lo lindo.

Si habéis leído hasta aquí, echadle un ojo.

Reseña: En las Montañas de la Locura Volumen 2, de H.P. Lovecraft y François Baranger

H.P. Lovecraft (1890-1937) es uno de los mayores escritores de Terror de todos los tiempos. Desde la década de 1920, sus historias han cautivado a generaciones e influido en innumerables juegos, cómics, novelas, pelis e incluso música. Su reputación ha crecido a lo largo de los años y ha sido elogiado, entre otros, por Stephen King y Guillermo del Toro. El horror cósmico de Lovecraft tocó temas como la insuficiencia de la humanidad y el horror de lo incomprensible. Se ha hablado de él por activa y por pasiva y no hace falta ahondar más para saber la poderosa mente conceptual de otros seres y mundos que tenía el de Providence.

Pero siempre le faltó la ilustración.

Cientos -por no decir miles-, de dibujantes se lanzaron a ilustrar todos y cada uno de los relatos y novelas cortas que Lovecraft produjo. Bueno, no sé si realmente están todos-todos trasladados en formato cómic o libro ilustrado pero si tuviera que apostar, diría que sí. Quizás por eso la enorme edición ilustrada de François Baranger puede ser una de las ediciones más esperadas en este formato en nuestro país. Esta maravilla que te puedes llevar a la cama y vivir/introducirte en primera persona de En las Montañas de la Locura es… Uff, cuanto menos maravillosa.

Un ilustrador reconocido en el mundo por su talento, en especial, en el mundo del cine y los videojuegos (Harry Potter, Furia de Titanes, La Bella y la Bestia) es François Baranger. En las Montañas de la Locura (At the Mountains of Madness) es su último trabajo donde brilla; la más larga y una de las historias más famosas de Lovecraft. Una historia que toma la forma de una serie de cartas escritas por el doctor William Dyer, geólogo de la Universidad de Miskatonic, quien a finales de 1930 dirigió una expedición a la Antártida que terminaría en desastre, locura y muerte, tras el descubrimiento de unos restos prehistóricos que nadie conoce. Formas de vida desconocidas para la ciencia, enterradas en el permafrost y los restos de una ciudad inconmensurable detrás de una cadena montañosa a la altura del Himalaya, nunca antes vista. Una ciudad abandonada hace mucho tiempo por terribles razones que finalmente se revelan en el desenlace de esta historia ahora que se publica el segundo y último volumen en nuestro país gracias a la genial edición de Minotauro Ilustrados.

Específicamente, las cartas del doctor Dyer se han escrito en un esfuerzo por evitar que una segunda expedición se arriesgue, pero eso no quita que otra mucho más importante y ampliamente publicitada se monte para seguir el mismo camino. Una historia que tiene una de las más poderosos atmósferas y ambiente conseguidos en formato literario, de las mejores que he leído en mi casi medio siglo de edad. El hielo y la nieve, las temperaturas extremadamente bajas juegan un papel importante en la narrativa y sirven como telón de fondo crudamente frío contra el cual tienen lugar sus eventos y sus revelaciones igualmente crudas en cuanto a lo horrible y horribles acontecimientos del pasado y sus oscuras influencias sobre los orígenes de la humanidad. Una historia que fue originalmente serializada en las ediciones de febrero, marzo y abril de 1936 de Astounding Stories, y que se ha publicado millones de veces desde entonces e inspirado cantidad de adaptaciones.

Otras sesenta y cuatro páginas para cerrar una historia de época. Una historia impresionante que queda en la recámara cerebral. No podrás evitar pensar en ella cada vez que en telediarios o documentales veas esas vastas laderas blancas de los polos terráqueos. Lo más probable es que el lector que ya hubiese leído esta trama hace tiempo ahora flipe con estas ilustraciones e incluso les cambie el modo en que imaginó ciertas escenas. Gracias a las ilustraciones de Baranguer, todo esplende… A LO GRANDE. El ilustrador da vida visual a una trama sobrecogedora con colores potentes, acordes y hermosos en oscuridad. Captura la grandeza y la escala de los descubrimientos de la expedición como la terrible claustrofobia de sus misterios y realizaciones. Y poco más. Disculpad que no cuente casi nada de la trama, pero En las Montañas de la Locura es una historia tan maravillosa que se tiene que vivir por uno mismo.

Reseña: The Question. Las Muertes de Vic Sage, de Jeff Lemire, Denys Cowan, Bill Sienkiewicz y Chris Sotomayor

Uno de esos pocos personajes que tenía pendiente leer. De los que curiosamente no he leído nada nunca… que yo recuerde. Aprovechando que el célebre guionista Jeff Lemire (Joker: Sonrisa Asesina, entre otras miles) se pone con él, y, por supuesto, ahora que esta en librerías The Question: Las Muertes de Vic Sage el tomo que recopila los cuatro álbumes de la historia. Una buena serie que vio la luz en USA tan sólo el año anterior a la pan… al año de mierda que hemos vivido. No obstante, aun no siendo un personaje del que pueda alardear haber leído sus aventuras desde mi niñez, me consta que durante años, Vic Sage ha usado la máscara sin rostro de The Question para limpiar las calles de Hub City por pura fuerza de voluntad. Él es quien distingue el Bien del Mal, conoce el negro del blanco y quien impone coherencia donde no la hay. Pero vamos a ver quién es realmente para quien ande un poco perdido hasta ahora como lo estaba yo…

The Question fue un superhéroe que apareció en 1967 de la mano de Steve Ditko (sí, el creador de Spiderman junto a Stan Lee), pero el personaje comenzó a despuntar en 1980 que es cuando realmente se considera que se incorpora al Universo DC. Su identidad secreta como ya habéis podido adivinar fue originalmente Vic Sage. Sin embargo, después de los últimos acontecimientos de la miniserie Los New 52 (2006-2007), la protegida de Sage, Renée Montoya (creo que es la misma que creó Brubaker para Gotham Central) tomó su manto y se convirtió en su sucesora. No obstante, Vic Sage fue reintroducido como una entidad mística, luego agente del gobierno, antes de ser restaurado a su personalidad de detective tradicional después de los eventos Renacimiento. Vuelve a ser el que era y como podéis ver no ha parado.

The Question: Las Muertes de Vic Sage propone estas preguntas: ¿Qué sucede cuando este ser se ve involucrado en una conspiración que se extiende desde las alturas del poder de Hub City hasta las profundidades de los túneles subterráneos? ¿Qué sucede cuando las cosas dejan de ser en blanco y negro y comienzan a ponerse un poco grises? ¿Qué sucede cuando en una cámara secreta en las profundidades de la ciudad, Vic Sage encuentra su propio final… y un nuevo comienzo? Para completar añadiría la cuestión que aparece en la sinopsis editorial: ¿Qué pasa cuándo uno se encuentra de pie frente a su propia tumba? Como dijo un sabio: «Acertijos en la oscuridad». Cuando entrevistaron al gran Jeff Lemire sobre esta serie, él respondió que le atosigaba el saber cómo recuperar por completo el sentimiento de la serie clásica de Denny O’Neil. Y se ve que a eso se atañe la idea. No es casualidad que Denys Cowan, el dibujante habitual de esa serie clásica vuelva a estar aquí junto a Bill Sienkiewicz, quien colaboró con Cowan en muchas de las portadas. Por lo que he podido investigar, el guión también conserva el mismo escenario y reparto secundario.

¿Pero The Question: Las Muertes de Vic Sage estaba destinado a ser una continuación de la serie anterior o un reinicio? Parece ser un poco de ambos. Las Muertes de Vic Sage comienza con los eventos que sucederían a la serie. Nos topamos brevemente con Richard Dragon en silla de ruedas, quien le dio a Vic Sage entrenamiento de artes marciales en sus inicios. Wesley Fermin sigue siendo alcalde de Hub City y Vic aún no se ha mudado a la ciudad de Gotham ni ha muerto como se muestra en Los New 52 #38. Sin embargo, hay algunas diferencias que revelan que esta no es exactamente la misma continuidad. El más notable es que Myra Fermin es ahora la hermana del alcalde, en lugar de su esposa, y algunas diferencias más sutiles como la forma en que Aristóteles «Tot» Rodor habla de Vic. En la serie original, Tot insiste en usar su nombre real «Charlie» en lugar de su segundo nombre preferido «Vic». De todo esto me he enterado, sólo para deciros que estamos ante un primer volumen la mar de disfrutable tanto para amantes del personaje clásico como para nuevos allegados. Lo cierto es que la idea del personaje nunca me atrajo y por eso lo dejé pasar, pero ahora que sé de él cositas, me ha parecido que tiene un toque curioso del que quiero saber más. De su vida…, o mejor dicho de su no-vida.

Este es otro cómic DC Black Label, lo que significa que no está necesariamente en continuidad. Pero tampoco necesariamente fuera de continuidad. Una edición integral en tapa dura soberbia, eso si. Y es que Vic ha aparecido en otros cómics de DC recientemente, afirmando que había muerto, pero sin explicar cómo había regresado de entre los muertos. Aquí se nos explicar eso. Ya solo con el titulo podéis imaginar que Vic parece estar atrapado en un ciclo continuo de muerte y resurrección. Esto proporciona una clara explicación a las apariciones de Vic en los cómics de Superman, de Brian Michael Bendis, donde entra y sale como Pedro por su casa, cuando se supone que está muerto.

Lemire hace un trabajo extraordinario al recuperar el espíritu en uno de los grandes clásicos de los 80.

Reseña: El Loto Carmesí, de John Arcudi, Mindy Lee y Michelle Madsen

Hacia tiempo que no me ponía con algo de los mundos creados por Mike Mignola, de los que salen (y seguirán saliendo) cantidad de spin-offs. Historias alternativas que tienen ubicuidad en este sendero de magia negra, pactos con el diablo y seres aberrantes del submundo que quieren tener cada  vez más presencia en la Tierra. Un mundo muy Lovecraft del que poco se habla pues, en mi opinión, Mignola ya ha sabido separar bastante bien sus creaciones de todo lo creado por el terror primario que proponía el de Providence. No obstante, la obra que os traigo hoy ni siquiera es de Mike Mignola. Es más, el maestro, ni siquiera sale en los créditos como alegato a haber participado en algo de lo que se cuenta en El Loto Carmesí. Aunque dudo mucho que no le haya echado un ojo… Esta historia es de John Arcudi.

John Arcudi (Abe Sapien, A.I.D.P) es un guionista de cómics estadounidense conocido por su trabajo en The Mask pero, sobre todo, en A.I.D.P. (Asociación para la Investigación y Defensa Paranormal / B.P.R.D en USA), el titulo hermano de Hellboy. Lugar donde obviamente se hizo íntimo de Mignola. Se considera muy fan de Edgar Rice Burroughs y William Faulkner y eso en su trabajo se nota. En El Loto Carmesí es el encargado de contarnos los orígenes de la principal enemiga de Bogavante Johnson; otro personaje de este mundo del que no me pierdo una sola aventura y al que deberíais echar un ojo si estáis leyendo esto. Pues, antes de convertirse en el mayor adversario de Bogavante Johnson, el Lotus Carmesí fue una niña que se vio envuelta en la Guerra Ruso-Japonesa. Treinta años después, Lotus aún tiene rencor en su interior como para seguir jurando venganza eterna contra las potencias internacionales. Y dos espías intentan ir a por ella en territorio chino antes de que cantidad de gente inocente (o no) se conviertan en moscas en su telaraña.

Pese al género negro o de novela de espías que promueve El Loto Carmesí, diría que esta recopilación de los siete números que comprendieron esta miniserie y que publica la siempre recomendable Norma Editorial; diría, que tenemos aquí un thriller conspiranoico sazonado con temas sobrenaturales. En el Universo de Hellboy (mundos donde se meten estas historias como podéis ver anunciado en la portada del cómic), un elemento básico para la creación de dicho universo son estas miniseries one-shot que tan buen sabor de boca dejan. En esa amplia existencia, también son comunes las historias de origen y precuelas. Ya he disfrutado de chuladas como El Origen de la Llama Negra (Rise of the Black Flame, 2016), Rasputín: La Voz del Dragón (The Voice of the Dragon, 2017), Koshchei, el Inmortal (Koshchei the Deathless, 2018) y ahora nos llega El Lotus Carmesí (Crimson Lotus, 2019). Cada una de estas historias nos adentran en territorio inexplorado, visitando épocas que nunca antes habíamos visto, presentando personajes que nunca antes habíamos conocido. Guiones, que son una nueva astilla en ese árbol centenario que implica la construcción de este enorme mundo. Incluso cuando se trata de personajes familiares, como Trevor Bruttenholm en La Voz del Dragón, los vemos en un período de su vida diferente al que realmente los conocimos. A menudo, hay mucho que presentar y a veces, estas historias luchan bajo el peso de ello, especialmente, en momentos que intentan reforzar las conexiones con el Universo Hellboy en su conjunto.

Una cosa que me sorprende es (por que algunos lectores de cómics tienen mucha prisa en su vida y apenas se paran a leer lo que tiene en la punta de la nariz), que ciertos seguidores de Hellboy tardan en darse cuenta o les están pasando desapercibidos estos títulos. Algunos tan indispensables de leer que casi cualquier arco del Chico Infierno. Sé que suena comercial, pero estas obras (supongo que parte de la cabeza de Mignola) están elaboradas de tal forma que tienes que leerlas todas para que en tu cabeza de chorlito se componga el mismo puzzle. O me da que nunca se completará al cien por cien. Es cierto que al entrar en El Loto Carmesí hay muy pocos personajes familiares a los que aferrarse, más que cualquiera de los otros títulos mencionados anteriormente. Y es por que Arcudi parece disfrutar de lo distante que parece al principio su guión. Mas, cuando has leído bastante del tema sabes que es un universo circundante, hasta el punto de que el tejido conectivo es casi accidental en ocasiones. Y esas nimiedades, seguramente, algún día se desarrollarán.

En términos de cohesión visual, el arte de Mindy Lee (Bounty, Bitch Planet) encaja perfectamente con el Universo Hellboy. Pude ver su trabajo molando mucho cuando trabajó con Gabriel Bá. Unas ilustraciones que tienen ese no-sé-qué que gustan. En El Loto Carmesí, también me encantan los colores potentes de Michelle Madsen (Cazador de Brujas). La forma en que complementan el trabajo de Lee. Y es eso, en su conjunto, El Loto Carmesí es un nuevo y emocionante thriller del Mignolaverso.

Reseña: Éramos el Enemigo, de George Takei, Justin Eisinger, Steven Scott y Harmony Becker

Puede parecer que voy de novela gráfica en novela gráfica, pero es que me parece de recibo que para alguien que lee tantísimo y tan rápido como yo (un devorador de historias del tamaño de un Azotamentes tengo dentro), ya que me pongo con una historia que empiece y acabe en el mismo tomo. Se agradece. Para más inri, leo tramas de todos los géneros pero tengo debilidad, cada vez más (será la edad) por las historias que tocan el alma. Historias reales que son traslaciones de novelas autobiográficas que han sido súper ventas en el New York Times y que hablan del dolor en primera persona y de sucesos de gran envergadura, que para bien o para más mal que bien, sufren inocentes sin comerlo ni beberlo.

Éramos el Enemigo es una de esas memorias gráficas que merecen ser leídas. Cuenta la historia, ahora en formato ilustrado, del actor/guionista/escritor/activista George Takei. Una historia de coraje, patriotismo, lealtad y amor. Planeta Cómic publica este mes además, la edición They Called Us Enemy: Expanded Edition. Un genial tomo en tapa dura, una edición de lujo con material y páginas extras que trae lo que me gusta a mí visualizar cuando me cuentan una historia basada en hechos reales: fotos verídicas de los protagonistas.

George Takei ha capturado corazones y mentes en todo el mundo con sus actuaciones magnéticas, su ingenio agudo y su compromiso franco con la igualdad de derechos. Pero mucho antes de desafiar esas nuevas fronteras que tanto promueve en Star Trek, se despertó una mañana como niño de cuatro años para encontrar a su país de nacimiento en guerra y a su padre y a toda su familia teniendo que huir de buenas a primeras para abandonar su hogar con un futuro incierto por delante. Una impresionante historia gráfica donde Takei repasa además la niñez que tuvo viviendo en los campos de concentración estadounidenses cuando formó parte de los ciento veinte mil japoneses americanos que el gobierno estadounidense mantuvo presos durante la Segunda Guerra Mundial.

En 1942, por orden del presidente Franklin D. Roosevelt, todas las personas de ascendencia japonesa en la costa oeste fueron detenidas y enviadas a uno de los diez «centros de reubicación», a cientos o miles de millas de su hogar, donde serían retenidas dichas familias durante años bajo guardia armada. Éramos el Enemigo es el relato de primera mano de Takei sobre esos años detrás del alambre de púas, los terrores y las pequeñas alegrías de la infancia a la sombra del racismo legalizado. Las decisiones difíciles de una madre, la fe probada de su padre en la democracia y la forma en que esas experiencias plantaron las semillas para su asombroso pero entonces incierto futuro.

¿Qué significa ser estadounidense? ¿Quién decide? George Takei se une a los guionistas Justin Eisinger y Steven Scott y a la artista Harmony Becker en el viaje de su vida para presentar una novela gráfica que pone los vellos de punta. Una trama que si no fuera porque sabes que tiene un bonito final (dio fuerza y forma a un ícono estadounidense), pondríamos nuevamente en entretela la forma dictatorial que ejecuta el país que tanto alardea de promover la libertad, el ser el lugar donde cumplir tus sueños.

No es oro todo lo que reluce.

En mi amada por otras muchas cosas USA, he visto las imágenes de televisión de niños emigrantes sufriendo que es muy fácil desarrollar la fatiga por compasión. Después de todo, podemos apagar el televisor sin vernos obligados a contemplar la difícil situación de ser encarcelados a una tierna edad en un lugar extraño y duro, a merced de fuerzas que realmente no comprendemos. Pero Takei ha encontrado una manera poderosa de transmitir su mensaje. Con un libro y ahora con una novela gráfica que presenta en mejor caso el tema, en mi opinión, se muestra una historia que entra hasta el fondo. Me explico: no es lo mismo leer esta historia en narrativa que en un medio que la mayoría de nosotros experimentamos por primera vez cuando fuimos niños; en cómic, en manga, dibujos con globos de diálogo y narraciones simples y escasas para ayudar a los lectores a verlo todo a través de los ojos del niño que alguna vez fue Takei. Todo muy Estudios Ghibli. Donde Takei relata cosas como que soportaron un calor sofocante y tormentas de lluvia que convirtieron el campamento en un mar de barro, comieron alimentos de mal sabor que no tenían ni idea qué eran e hicieron sus necesidades en hileras de inodoros que construyeron con trozos de madera…

Una locura.

Reseña: Papyrus (1978-1982), de Lucien De Gieter

El arte de Papyrus es de esos cómics que se pueden meter dentro de la categoría de “entrañable”. Es curioso, pero al otro lado de los Pirineos la mayoría de lectores critican algunos de estos álbumes pese a su buen acogimiento en ventas. Pero creedme, no es nada raro por que hablamos de un edén donde los lectores están acostumbrados a gloriosos diseños en formato cómic, dibujos de títulos cuya mayoría superan en demasía al guion. Para para mí, que podamos de disfrutar (¡por fin!) de una obra tan chulísima como Papyrus… Se me cae toda crítica que pueda oír y mis oídos de plata las convierten en alabanzas. Es una saga que-lo-gra-su-objetivo. Entretener, hacer sonreír y contar aventuras en el siempre enigmático Egipto del que tanto se supone. De Gieter sabe cómo infundir a sus historias el ritmo y la energía suficiente para que uno no se aburra, y lo más importante, a ninguna edad. Muchos incluso critican que las historias son muy desiguales porque el principal problema de Papyrus es que hay demasiados tomos. Es como decir: «Hey mira tío, que este jamón no va a estar bueno por que hay demasiados en el secadero».

¿Qué tiene que ver la ética con la política?

En Papyrus lo chulo es que el autor se esfuerza por variar el marco y el hilo conductor en cada una de las historias y por eso estamos ante un cómic diferente. Apoyándose en un conocimiento bastante documentado y en todo caso muy creíble del antiguo Egipto, Papyrus seduce sobre todo por su exotismo y su actualización de la mitología egipcia. Esa siempre tan fascinante. Los personajes no son los más originales que he visto, pero funcionan bien. Y los lectores jóvenes encontrarán fácil identificarse con uno u otro para involucrarse en la historia. Además, funciona bastante bien el marco que propone casi en cada viñeta de la arquitectura monumental y de los diversos templos y palacios antiguos que dieron belleza a ese paisaje arenoso que tan a la cabeza nos viene cuando hablamos de Egipto. Lo decía en la reseña del anterior volumen (https://www.cronicasliterarias.es/?p=2944), en Papyrus vais a encontrar complots, sumos sacerdotes que son viles, crueles y que buscan el fin del (su) mundo, de alguna forma. Todo por el poder. Pero ante ellos, un joven valiente y su novia. Y luego, podemos hablar de dioses cuyos nombres no estamos acostumbrados a escuchar y de los que se dice que tenían poderes y rostros extraños.

Papyrus (1978-1982) es el nuevo integral que Dolmen Editorial ha publicado de esta genial serie. Comprende otros tres álbumes de esta maravilla que jamás pensé ver publicada en español. En La Tumba del Faraón, el joven fellah adquiere una espada mágica y salva a la princesa Théti-Chéri, de quien se convierte en la protectora y confidente. Tendrá mucho que hacer para proteger a su amiga de las maniobras tramadas contra ella si no quiere perderla para siempre. El Egipcio Blanco es, sin duda, la historia más potente con la que me he topado hasta ahora. Un álbum que pese a tener cuarenta años no ha envejecido nada. Una escena, más que las otras, me ha marcado. La de la serpiente enrollada en Papyrus es impactante. Y quieras que no, asombra la crueldad de las torturas que se proponen al más puro estilo antiguo Egipto. Pese a todo, un álbum hermoso de visualizar, original, potenciado con un conmovedor suspense.

Por último, llegamos a Los Cuatro Dedos del Dios de la Luna donde la serie alcanza ya velocidad de crucero. Incluso, el dibujo aquí pasa a un próximo nivel, una sexta aventura de Papyrus que se divide en dos partes: la primera, nos permite descubrir un nuevo personaje (con una sola pierna) y Théti-Chéri está totalmente ausente. Se siente que falta algo. Y la segunda, cuando aparece como por casualidad, la historia despega, y los decorados recuperan su esplendor. La trama se resume en que el hermano del Faraón aprovecha su ausencia para tomar el poder y encarcela a la princesa Théti-Chéri y persigue a Papyrus. Una lectura necesaria para todo coleccionista que se precie.

Una cosa que percibes cuando lees Papyrus, es cómo y cuándo llega el momento en que su autor encuentra la fórmula mágica; el sándwich mixto calentito donde acción, emoción, humor y contexto histórico se mezclan para dar a luz un completo manjar. Todo con un diseño que sigue la más pura tradición de la Escuela Marcinelle que nació en 1937 de la mano del maestro Jean Dupuis. He aquí una serie ideal que voy a recomendar para todos los públicos mientras viva.

Reseña: Un Cesto lleno de Cabezas, de Joe Hill, Leomacas y Dave Stewart

No hace mucho, reseñando el último libro de Joe Hill publicado en nuestro país (https://www.cronicasliterarias.es/?p=3981) decía que este autor ofrece todo su potencial en formato cómic. Siempre le vi más fuerza ahí, donde creo que esplende, pese a que no lo hace nada mal en lo literario. Una prueba de ello es que sus mejores escritos son los relatos. No obstante, el hijo del dios del género de Terror vivo, es recomendable en cualquier trabajo que haga. Merece como mínimo un vistazo a lo que saca. Después de haber leído cómics y libros que parten de esa mente que lleva la genética del Tito King, puedo decir que como poco, situaciones inéditas y originales dentro del glorioso género vais a encontrar en su obra. Letras a los que otros no han sabido ponerle música…

Un Cesto lleno de Cabezas es una miniserie de siete números que se publica en nuestro país recopilada en tapa dura, en estos tomitos tan geniales que nos gusta tener. Inicia una colección de cómics de Terror de la editorial Hill House Comics que tanto mola al otro lado del charco y con cuyos derechos se ha hecho ECC Ediciones. Como buena historia de miedo tiene un comienzo lento, pero desde el principio ya tenéis una escena llena de detalles desde la presentación de June en el puente colgante, hasta que Liam la lleva a casa para conocer a su familia. Recomiendo que, una vez que termines Un Cesto lleno de Cabezas, volver atrás y reflexionar sobre las ingeniosas alusiones en el diálogo y la forma en que Hill remata la historia.

Leída de un tirón, en realidad, estamos ante una novela gráfica que tiene toda la pinta de haber sido creada para ser vista en la pantalla algún día. Parte de ello se debe a la rica sensación «vintage» en las ilustraciones tan chulas que salen de la mano de Leomacs. Cada página evoca una sensación de horror por excelencia a las pelis clásicas de los 70s, tonos apagados, la sangre vibrante y, por supuesto, el impermeable amarillo de pescador que tanto se puso de moda dentro del cine de Terror.

En Un Cesto lleno de Cabezas (Basketful of Heads) vemos como June Branch se junta con su novio Liam, en Brody Island, para un relajante último fin de semana de verano. Después de que un grupo de criminales fugados irrumpan en la casa que June y Liam tienen pendiente usar, Liam acaba secuestrado. June, ida totalmente de la olla, agarra una extraña hacha vikinga y se larga. Cuando uno de los atacantes la encuentra, ella balancea el hacha y le arranca la cabeza, que rueda y comienza a balbucear… Para que June descubra la verdad, necesitará escuchar los hechos directamente de boca de sus atacantes, tengan o no sus cuerpos desmembrados.

Un Cesto lleno de Cabezas fue una serie mensual que se publicó originalmente en 2019. Joe Hill desembarcó en DC a través del «sello para adultos” de Hill House Comics, que viene con la idea de reinventar o al menos, tocar el corazoncito nostálgico a los amantes del cine clásico de Terror de los 70 u 80, y por supuesto, para enganchar a lectores de cómic del siglo XXI. Dentro de la colección DC Black Label, el aclamado guionista supervisa todos los proyectos y encabeza el equipo creativo de tres de sus títulos. Obras que ECC Ediciones nos traerá a lo largo de este año. La semana que viene, por ejemplo, ya se publica La familia de la Casa de Muñecas; donde se narran las consecuencias que llevarán a una joven Alice a estar obsesionada con una casa de muñecas. Pero es que en junio se publicará En lo profundo del bosque, de Carmen María Machado (Su cuerpo y otras fiestas) y Dani (Universo Sandman – El sueño); una de las obras de las que mejores referencias tengo. Y en agosto, Daphne Byrne, de Laura Marks (The Expanse) y Kelley Jones (Sandman); que cuenta como llevar más allá el tema de la posesión demoníaca. Y en octubre, la siguiente de Joe Hill, Inmersión, junto a Dan McDaid (Doctor Who) y Stuart Immonen (Superman: Identidad Secreta). Una chulada que trata sobre barcos desaparecidos mezclado con temas de viajes en el tiempo. Ganas muchas de ponerme con esto.

Como veis, toda una cantidad de títulos de Terror en formato cómic que por fin podremos disfrutar los que tanto nos quejamos que apenas se publica nada. Y con un detalle que aclara ECC: todas las obras del sello Hill House Comics venían acompañadas en la edición original de unas historias cortas que forman parte del serial Sea Dogs, escritas también por Joe Hill y dibujadas por Dan McDaid, algo parecido en lo que se hizo en su día en el clásico Watchmen con Relatos del Buque Negro. Bien, pues se ha anunciado que todas estas historias cortas se publicarán en un único recopilatorio en breve.

Imperdible.