Reseña: Gauguin. El Otro Mundo, de Fabrizio Dori

También publica ECC Ediciones buen cómic europeo. No tanta BD como quisiéramos algunos pero sí que algunos títulos destacables a los que merece la pena echar un ojo. Todo depende de los gustos. Pero yo sí que me fijo en casi cualquier editorial que sea capaz de traer del otro lado de los Pirineos obritas que de otro modo jamás veríamos publicadas aquí. Y me interesan, por ejemplo, unos tipos de cómics en los que ciertos autores aprovechan casi como de una biografía se tratara, el hablar sobre cierto autor de renombre y algún momento de su vida en especial.

Los que alguna vez estudiamos Historia del Arte, sabemos de la pasión de Paul Gauguin (1848-1903) por Tahití y su entorno en los últimos años de su vida. Paul Gauguin fue un pintor francés impresionista que como es normal empezó a ser reconocido después de su fallecimiento. Se me quedó grabada una anécdota sobre él que mi profe me contó. La obra de Gauguin es reconocida a día de hoy gracias a los esfuerzos de un comerciante de arte que organizaba exhibiciones de sus lienzos por medio París. Y eso que muchas de ellas estaban en posesión de un coleccionista ruso que andaba enamorado también del estilo y no las soltaba fácilmente. Y es que Gauguin fue y sigue siendo uno de los máximos referentes del pos-impresionismo. Lo demuestra con su uso experimental del color y su estilo sintetista, elementos clave para encuadrarlo dentro de este movimiento pictórico. Un trabajo de enorme influencia para grandes maestros como Picasso o Henri Matisse.

Desde ya, advierto que este cómic lo disfruta, sobre todo, un amante de la Historia del Arte. Y más aún los que gustan de la pintura clásica de finales del XIX. Si no, el cómic se les pues volver algo tedioso al principio cuando atraviesa algunos flashbacks en el que participan un montón de «celebrities»: Mallarmé, Verlaine, etc., que se llaman entre sí por su apellido, y que ya supones que por eso debieron ser reconocidos en el entorno de la época. Pero sí que es cierto que todo lector puede orientarse bien con tanto realismo y un dibujo que necesariamente tiene los ingredientes para integrarse casi en los pensamientos del artista a tratar. Aunque el álbum despega totalmente y la historia se disfruta de todas-todas (y se vuelve más fluido) cuando Gauguin llega a la Polinesia.

¿Un símil para con su vida en realidad? Me aferré especialmente al aspecto gráfico desarrollado por Fabrizio Dori y como aporta ese toque casi simplista lo que no es otra cosa que un bonito homenaje a la obra del pintor. Juega con los colores, la luminosidad, una ingenuidad de las líneas acercándose al estilo de Gauguin… Y me encantaron los paisajes y los elementos más significativos de la mitología polinesia. Pues el francés, en los últimos años de su vida, fue tocado con la varita de lo exótico y Dori lo expone muy bien a la vez que cuenta su vida y obra. El estilo artístico colorido y fascinante de Gauguin es algo que encanta a los diseñadores de cómics de la BD.

Gauguin: El Otro Mundo no es una excepción a la regla. Con una gráfica muy inspirada en la del pintor, aborda la biografía del artista desde un ángulo bastante original y crepuscular. Os explico: el álbum comienza con unas veinte páginas que son similares a un breve resumen de la vida de Gauguin, una historia trepidante que parece abrumadora y casi frustrante. Pero atrapa. Porque al final de esta introducción llega la muerte del pintor. Y allí su alma se encuentra con el dios tahitiano de la muerte con quien caminará y al que contará su vida esta vez desde su punto de vista personal. Es así como con él, volveremos con más detalle a todos estos momentos que acabamos de vislumbrar brevemente y con el que nos pondremos del lado del estado de ánimo e imaginación del artista.

Gauguin: El Otro Mundo es una inmersión íntima en la vida del maestro francés. Un cómic interesante y bastante bien hecho, que mezcla escapadas imaginarias, fantasmas del pasado y las pasiones íntimas de Gauguin, junto al folclore mitológico polinesio. Todo retratado de una manera muy hermosa, mezclando estilos, pero la mayoría de las veces inspirado por los geniales colores por los que abogaba el pintor. Para amantes de este estilo gráfico.

Reseña: Batman. El Contraataque del Caballero Oscuro, de Frank Miller y Lynn Varley

No podía faltar dentro de la genial colección DC Black Label el último aporte que hizo Frank Miller al mundo del Caballero Oscuro; que por cierto, se le llama así por su ingenio. El Contraataque del Caballero Oscuro fue una idea muy esperada, desde el mismo momento en que su predecesora se publicó. Pero a muchos fans no les gustó. Y es que este es el tema de siempre: después de una gran obra, de un gran film, de un gran cómic, de un gran libro… ¿qué viene? ¿Otro mejor? Pocas veces se consigue. En sólo algunos casos un autor o un artista consigue llegar a su cima, a su clímax, adopta el estado sobre-inspirado, con el don a tope y sale lo que sale. Una maravilla. Un tesoro como fue y es El Regreso del Caballero Oscuro. Pero como os digo, esto es dificilísimo de conseguir y no todos están en el momento preciso, en la hora adecuada, ni llevan el don potenciable dentro. Esto solo lo entiendes al cien por cien cuando eres creativo. Y se entiende que el fan siempre quiere más de lo mejor, obviamente. En este caso, de aquel Caballero Oscuro con el que tanto lo flipamos. Llegó en 2002 y en tres libros o partes que forman un todo. Se llama El Contraataque del Caballero Oscuro. Pero hay que entender que no salen «Picassos» todos los días…

Una cosa que me gusta y que le debe pasar al maestro FranK Miller, es que su mente debe seguir en los benditos años 80. El Contraataque del Caballero Oscuro se lee como un cómic de mediados de esa década. Unos años donde esas musas de las que hablo estaban a tope en muchos autores. Brotaron personajes y series súper molonas. No obstante, cuando se fue acabando la década, la industria del cómic se estaba muriendo. Las ventas bajaban en picado, los cómics fueron ignorados por la cultura dominante y los superhéroes eran impotentes frente a villanos de la vida real, como tramas de reciclaje, ídolos repetitivos… Pero justo cuando las cosas se veían más oscuras, descendió de una noche sin luna, Frank Miller. Apareció con su innovadora novela gráfica e injertó la angustia moderna en los mitos de los cómics. Creó una obra literaria que definió el género. También soy de los que piensan que Batman renació en este momento. Miller puso de nuevo los cómics épicos en el candelero. La revista Time y Rolling Stone elogiaron a Frank Miller y los 90 empujaron aún más a los cómics gracias a la peli de Tim Burton, el cual confesó estar muy inspirado por la novela gráfica. Desde entonces, los cómics comenzaron a explorar nuevas direcciones artísticas, lo que trajo una nueva generación de lectores al mercado y ayudó a impulsar las ventas de cómics a máximos históricos. Un Regreso…, de todas-todas.

En 2002 llegó El Contraataque del Caballero Oscuro (The Dark Knight Strikes Again), la secuela del clásico. Inicialmente, el lanzamiento de DK2 (como se le llamó al principio, como broma a las tendencias de películas de aquella época) atrajo mucha atención en los medios. Lo recuerdo, fue durante los años en los que empezamos a reseñar en Desde New York – Crónicas Literarias. De hecho, recuerdo que un amigo que vive en Brooklyn y reseña, me comentaba entonces que participó en un trabajo solicitado por el propio editor de DC Comics, en el que tenían que mirar cada una de las copias anticipadas para asegurarse que todo estaba más que perfecto para su distribución. Las oficinas de DC en Nueva York estuvieron a tope para anunciar el más esperado regreso del Batman, de Frank Miller. Pero entonces el público leyó El Contraataque del Cabllero Oscuro y los críticos calificaron la obra de arte minimalista y dijeron cosas como que estaba «dibujada apresuradamente». Los colores digitales superbrillantes de Lynn Varley se describieron como «enjuague bucal con sabor verde». ¿¿?? Peor aún, a muchos lectores no les gustó cómo Miller encaró la obra en forma de burla hacia la mitología de los superhéroes. Como dijo Bob Lipski, un dibujante que trabaja en DreamHaven Books and Comics: «Los fans han sentido que Miller escribió DK2 como forzado a hacer una jodido trabajo que no quería». Lo cual es una pena. Porque en primer lugar, ya os digo que gente que habla así, poco conocen a Frank Miller. Y ahora encima yo os digo, casi veinte años después, que tenéis que leerla y opinar por vosotros mismos.

Vais a encontrar una versión tan revolucionaria del personaje (que es lo que preocupa verdaderamente a la industria, pero mola), que de tan diferente que se vuelve, a mí, por lo menos, me encanta. Un cosa está muy clara: Miller tocó la fibra a mediados de los 80 con El Regreso del Caballero Oscuro porque los cómics no estaban a la altura de su potencial. Sin embargo, la revolución que inició Miller ha ido en exceso y eso a los conservadores o puritanos no les gusta. Para ellos, El Contraataque del Caballero Oscuro se vuelve un extraño candidato a la alegría. Y sonreír no está bien visto para el que usa traje de chaqueta. Ambientada tres años después de los eventos de su predecesora, con una USA que se vuelve un estado policial donde la Declaración de Derechos ha sido derogada, la gente no hace nada y un presidente holográfico está controlado por el magnate de los negocios Lex Luthor. Peor aún, la mayoría de los ciudadanos no se preocupan por las libertades que han perdido: están demasiado ocupados viendo programas porno y hacen vigilias a la luz de las velas en los días de sol… Decidme si no es interesante una historia que pregunta en voz alta, si es mejor ser feliz y estar esclavizado, o estar hundido en la miseria pero libre.

Opinad por vosotros mismos: SIEMPRE.

Reseña: El Escuadrón Suicida. Orígenes Secretos, de VVAA

Por lo bajini, la última película de James Gunn, El Escuadrón Suicida, nos ha presentado por fin, bien hecho, un film fuera de actores que van de ídolos y que lo primero que piden es tener más minutos en pantalla. Con la dignidad y la humildad por delante, James Gunn ha creado una película que es él, en esencia. Un «boom» de largometraje en muchos aspectos. Y aunque se la acusó de sangrienta, de violencia gratuita, tened en cuenta que este tipo de troles, o no les gusta ver que DC triunfa o no han leído cómics de este grupo en su puñetera vida. Tened en cuenta que está considerada una de las mejores pelis trasladadas a la gran pantalla de un cómic. Un cómic/película de personajes donde todos brillan. Y ahora digo: el cómic donde debéis poner el ojo a poco que os gustara la peli es Orígenes Secretos. Tomaco que publicó ECC Ediciones en una genial edición recopilatoria, volumen que tiene la particularidad de llenar el vaso medio lleno del fan que quiere saber más y más de cada uno de los protagonistas de este grupo tan característico. 

Saber más de un grupo de reclusos que el gobierno usa forzadamente para misiones de riesgo con la condición de reducirles pena, aunque la mayoría de los casos trabajan amedrentados, secuestrado bajo «otros recursos”, que les tiene implantados la señorita Amanda Waller; conocida como El Muro, personaje creado por los maestros John Ostrander, Len Wein y John Byrne. ¿No la conocen? Amanda Waller es una antagonista y aliada ocasional de los superhéroes del Universo DC, una funcionaria gubernamental despiadada y de alto rango que usa la astucia, las conexiones políticas y la pura intimidación para lograr sus objetivos. Carácter fuerte digno de estudio así como directora de las misiones mortales asignadas al Escuadrón Suicida. Y una especialista que supervisa la investigación de personas con poderes.

El Escuadrón Suicida: Orígenes Secretos fue una novedad de agosto, pero no quise perder la oportunidad de recomendarlo por lo que aporta. Pero primero:

NO ES UNA REVISIÓN EN VIÑETA DE LA PELÍCULA

Que quede claro. Esto es lo que tiene de malo ponerle a cómics las portadas del film. Aunque entiendo que toda publicidad es poca para mover el medio. Lo entiendo. Pero los fans comiqueros deben saber que aquí dentro se encuentran los orígenes de cada uno de los componentes de tan distinguido grupo. Comunión que nunca debió existir pero existe. Y encima se les da bien trabajar juntos siempre que haya cabezas por reventar y tipos por extinguir que no merezcan la vida. Además, esta selección de historias también incluye una aventura sobre la juventud de la mismísima Amanda Waller, la mujer implacable que dirige la Fuerza Especial X.

Lo cuenta muy bien en una mini-introducción Fran San Rafael como siempre. Tras la genial presentación con la que se inicia con cuatro numeritos del clásico personaje de El Pacificador (inminente serie de TV, que por cierto, dirige y guioniza también James Gunn); pero el resto del volumen incluye aventuras realizadas por autores legendarios como John Byrne, que escribió y dibujó la primera aparición de Bloodsport en la serie mensual de Superman; Alan Grant, John Wagner y Norm Breyfogle que sacaron adelante el debut del Ratonero; o Gail Simone y Ed Benes que convirtieron a Savant en uno de los personajes punteros de Aves de Presa. Pero también queda espacio como bien se indica para la primera aparición del Rey Tiburón en aquella destacable colección de Superboy de los 90. En definitiva, ver dónde comenzaron Deadshot, Harley Quinn y el resto de componentes de un grupo que reparte más que recibe, al cual en muchos casos se les van las misiones de la mano. No tiene precio.

O sí lo tiene y uno muy recomendable por calidad/precio. Contenido del bueno y que insisto, no estamos ante un cómic que revisite la película. Es un tremendo compendio, una tremenda aportación para el fan que desee saber más de estos personajes. Si quieres tener una idea de qué es El Escuadrón Suicida, quiénes son sus miembros y qué papel juega en el Universo DC, es mejor volver al principio, ¿no? Pues eso es exactamente lo que aporta Orígenes Secretos.

No tengo ninguna duda. Este volumen reposa en la cómicteca del distinguido James Gunn.

Reseña: Extremity, de Daniel Warren Johnson, Mike Spicer y VVAA

A veces, aparece un cómic que inventa un mundo completamente nuevo lleno de detalles e historia y que si vas predispuesto, te impregnas de ello cosa mala. ECC Ediciones publica este mes (¡en un solo tomo!) los doce números que comprenden la serie Extremity. Un ejemplo de cómo una idea bastante trillada puede generar una historia asombrosa y personajes fantásticos. Daniel Warren Johnson es el culpable-creador, guionista e ilustrador de este volumen de guerra post-apocalíptica, un yomeloguiso-yomelocomo, que le ha quedado genial como obra de autor. Una inspiración de cómic que os advierto ya que os gustará muy mucho a todo fan de la saga fílmica de Mad Max, la peli La Carretera o amantes del entorno del manga El Puño de la Estrella del Norte.

Extremity sigue un conflicto entre dos clanes: los Panzina y los Roto. Cada uno de ellos dirigidos por dos líderes despiadados, el jefe Jerome y la reina Nim. Con el tiempo, aprendemos sobre los eventos que crearon el conflicto entre estos dos mandatarios. Tiempos en los que se quemó el rostro de la hija de la reina Nim en una disputa fronteriza entre los dos grupos y la reina juró vengarse por los siglos de los siglos. Fue entonces cuando atacó de improviso al clan contrario y los expulsó de sus hogares. Para más inri, Nim vengó las heridas de su hija ordenando el asesinato de la esposa de Jerome y desmembrando personalmente la mano de la hija de Jerome, la pequeña Thea… Una locura.

Varios años años después nos topamos con un Jerome roto e iracundo. Jerome todavía lamenta la pérdida de su esposa y la mutilación de su pobre hijita. Por eso ha dedicado su vida a su objetivo de retribución contra el clan Panzina. El jefe lidera a su tribu en una búsqueda para eliminar a esa jodida civilización de una vez por todas. Jerome está dispuesto a lograrlo, haciendo lo que tenga que hacer. La sangre tiene que bañarlo todo y él estará allí para verlo y disfrutarlo. No os quepa la menor duda.

Extremity existe en un mundo post-apocalíptico similar al de Borderlands, u otros muchos cómics que tratan este tema. Pero este que os reseño hoy lleva intrínseco una intensidad desmadrada, en ocasiones, una ira que impacta en varios momentos de la historia. Hay batallas extremadamente sangrientas entre los Roto y los Panzina. Los hombres usan lanzas para empalar cabezas y miembros del cuerpo humano vuelan constantemente por los aires. No obstante, este derramamiento de sangre nunca parece excesivo ni gratuito porque encaja perfectamente con el tema y porque según mi opinión, es REAL. De buenas es sabido de lo que es capaz el ser humano para con el prójimo en caso de guerra y rencor. Pero Daniel Warren Johnson hace que nos preguntemos si la cruzada de Jerome por la justicia está justificada. Y no solo vale decirse que la violencia genera violencia, que si tal, que si cual. Lo que hay que pensar es, en el después. ¿Realmente merecen la pena las guerras? Si tus enemigos te tratan cruelmente, ¿deberías actuar con crueldad de la misma forma, pensando que este juego nunca tiene fin hasta que se cavan dos o trescientos millones de tumbas más? Este es el tema que aborda Extremity. Los personajes centrales de esta historia son Thea y Rollo, los dos hijos de Jerome. Thea fue una artista talentosa desde que era muy joven. Jerome siempre decía que podía ver los detalles y la vida donde otras personas no podían. La infancia inocente de Thea terminó abruptamente cuando murió su madre. Luego perdió la capacidad de dibujar bien, una vez le cortaron su mano buena. Ahora Thea sigue fervientemente a su padre en su búsqueda de venganza. Se convirtió en una dura guerrera que nunca duda en seguir órdenes. El soldado reemplazó al artista. Se supone que debemos preguntarnos si la joven sensible dentro de Thea todavía está ahí o es parte de lo que murió con su madre.

Es realmente increíble que Daniel Warren Jonhson, junto con Mike Spicer (quien solo colorea), dibujaran tantas y tantas páginas de esta historia. Tremendo trabajo artístico que nos traslada perfectamente al mundo cruel de Extremity. Una historia de dos tribus rivales con una brutal enemistad de sangre entre sí. El cómic, que Image Comics describió en USA como violento pero también emocionalmente conmovedor. Ya lo tenemos en librerías del país gracias a ECC Ediciones. Por mi parte agradezco mucho la publicación de obras así y el apoyo editorial, donde se le da oportunidad a autores que intentan sacar adelante lo que le sale de dentro. Grandes historias independientes. La mayoría de editoriales van a lo fácil. A publicar al famosete, cosa que obstaculiza mucho al que intenta salir del anonimato y tiene mucho que aportar.

En Extremity lo que queda es un gran trabajo con el que debatir los horrores de la guerra en un escenario y futuro fantástico, pero quién sabe, quizás no muy alejado del nuestro.

Reseña: Batman. El Mundo, de VVAA

Hoy toca Batman. Recomendar uno de los mejores tomos que he leído últimamente con historias del personaje. Claro. Tampoco me iba a equivocar mucho con Batman: El Mundo, ¿no? Perdonad, pero uno tiene mucho por leer, la vida es corta y los libros y cómics son muchos. Y es que toda obra que encabece Brian Azzarello en los guiones, junto a todo un conjunto de autores, y Lee Bermejo al dibujo, y todo un conjunto de ilustradores; en eso, my friends, uno poco puede fallar. Batman: El Mundo es un evento internacional que se publicó hace nada en nuestro país en dos ediciones: una con portada de Paco Roca (ésta que os traigo) y otra con portada de Lee Bermejo. Pero ambos volúmenes contienen lo mismo. Una idea tan poderosa como es poner al orejas picudas al servicio no de una sola ciudad, sino del mundo entero. Se le propone que mire más allá de los puentes, los callejones y los rascacielos de su oscura ciudad para que se percate de que la justicia no entiende de fronteras y que viaje. Que hay maldad en cualquier rincón de este mísero mundo. En definitiva, relatos de diversos autores que nos llevarán a ver como el Caballero Oscuro se defiende y antepone su vida por otros, allá por otras zonas del mundo. La lucha por la justicia pasa por la globalización en una antología de tapa dura que recopila historias protagonizadas por el Caballero Oscuro cuando abandona Gotham City en busca de aventuras. Escrita e ilustrada por equipos creativos también de varias partes del globo, esta colección de relatos presenta los mejores talentos creativos de más de una docena de países. Cada historia sigue al orejas picudas en una ciudad diferente. La antología se lee como una celebración del legado de Batman pero sirvió también para presentarle a los lectores USA (país que aún anda en el ensimismamiento), presentarle a todos ellos el talento creativo que existe en otras partes del planeta.

Comentaros que, como antología, Batman: El Mundo no tiene un tema general fuera de las cositas que le van ocurriendo a Bruce en diversas ciudades del planeta. En cambio, cada capítulo sigue al señor Wayne mientras viaja a otro país y si tiene que pasar a formato Batman, lo hace; cosa que en otras historias (por favor, nunca dije que el Caballero Oscuro no hubiera viajado nunca), parece que había cierta reticencia a usar el traje en país extraño. Por eso, en este volumen vamos a ver como da leña sin cuartel en Francia, España, Italia, Alemania, República Checa, Rusia, Turquía, Polonia, México, Brasil, Corea del Sur, China, Japón y en su país natal también. Si bien cada historia es una trama independiente, muchas de ellas exploran la cuestión: ¿Por qué Batman perdura como símbolo de esperanza siempre en la oscuridad? Y, ¿cuáles son las repercusiones de ser un justiciero?

Buena pregunta.

Como en cualquier recopilación de historias que se precie, no todos los relatos son un «home run». Y ahora viene lo fuerte: podría decirse que la historia más débil es el capítulo inicial, el que hace el equipo creativo más potente como son Brian Azzarello junto a Lee Bermejo. Si bien el estilo pictórico hiperdetallado de Bermejo y su versión gótica de Batman está técnicamente bien hecho, se adentra casi en la parodia con su violencia gráfica y páginas de presentación de héroes y villanos con poses dignas de los mejores marcos de una tienda de cuadros. El guión de Azzarello lleva la narración de estilo noir a un extremo que parece algo manido. Pero bueno. Se les puede perdonar porque no es otra cosa que una presentación. Afortunadamente, la siguiente historia retoma mi gusto por leer cositas de vez en cuando del Caballero Oscuro, con una historia de Catwoman ambientada en París, que curiosamente elaboran Mathieu Gabella y Thierry Martin. Un marcado contraste con la historia anterior. No obstante, las mejores historias que aprovechan la perspectiva y la cultura únicas de la herencia del país al que representan, son para mí gusto, las que nos llevan a Brasil, México y Alemania. Pero la historia más impactante es la que se marcan los creadores italianos Allessandro Bilotta, Nicola Mari y Giovanni Niro. Un guion que sigue a Batman y su relación con un nuevo villano llamado Ianus, basado en la figura de dos caras de la mitología romana que ve el pasado y el futuro a la vez… Maravillosa.

Cerrado por Vacaciones, la historia española de guión, dibujo, color y portada de Paco Roca y rotulación de Dolores Faraco, es otra maravilla. Pero simplemente porque el trabajo del señor Roca siempre es portador de una enorme calidad y regusto a los ojos. Siempre lo es.

Batman: El Mundo es un tomo único para disfrutar en cualquier momento del personaje DC con más seguidores del tercer planeta a partir del Sol. Una reliquia que merece un espacio en el estante de cualquier coleccionista.

Reseña: Green Arrow. Año Uno, de Andy Diggle y Jock

No todos los Año Uno son formidables. Pero hay dos que sí. Batman: Año Uno, por supuestísimo, del dios Frank Miller y Green Arrow: Año Uno, de Andy Diggle y Jock. Así. Lo digo ya. Directo. Del tirón. En toda la cara. Se ha subido al podio de joyitas comiqueras que he descubierto este año, de esos tomitos que no esperaba que me fliparan tanto y a los que llego tarde, por supuesto. Probablemente, tienes razón en lo que piensas, quizás sea yo el tontolabas-disperso que andaba perdido sin haber leído aún esta maravilla. Seis numeritos ahora recopilados nuevamente en un tomito en tapa dura al que muchos otros «dispersos» deberían echar un ojo. El origen definitivo del Arquero Esmeralda, narrado por los multipremiados autores Andy Diggle (Batman, Los Perdedores) al guion y Jock (La Cosa del Pantano, Hellblazer) al dibujo. ¿Y el por qué de tanto flipe? Green Arrow: Año Uno es una lectura tan rápida que tuve que asegurarme de lo que había leido. Y ese mismo día, por la noche, decidí revisitarlo. Con la segunda lectura me dije, este cómic es una maravilla.

Andy Diggle prepara al malcriado y señorito Oliver Queen y lo encara directamente a una caída, es decir, le da un patadón y lo pone mirando pa´Cuenca para que lo pase mal de verdad. Todo con un arte de Jock que encandila. Incluso al entrar, sabiendo por su sinopsis (¡no lo hagáis!) lo que iba a suceder, devoras el tomo cual peli de acción ochentera con sensaciones a lo Comando o Predator. Primero la calma para que después todo se torne en desgracias, explosiones y demás. El tema comienza con Ollie y su amigo Hackett, en el Polo Norte buscando desafíos. En realidad, es Oliver quien tiene que ver con el desafío, mientras que Hackett es su guía británico al que se le paga para ayudar a Oliver a arriesgar su vida. Después de salvar a Ollie, Hackett se pregunta por qué diablos se molesta, pero Oliver le recuerda que todo es cuestión de pasta en esta vida… Nos trasladamos entonces y rápidamente a un evento de caridad en Star City donde Oliver anda borracho y promueve el bochorno cosa mala. Está borracho, anda borracho, la caga estando borracho. ¿Ya mencioné que está ebrio? Bueno, realmente es que lo está y termina pujando y ganandose la atención de Howard Hill, el tipo que hizo todos los trucos de Erol Flynn y luego actuó como un completo y total imbécil para la diversión de nadie. Mientras esto sucede, Hackett le cuenta a Ollie sobre un trato que va a hacer con China White en Fiji y, dado que Oliver es ahora el hazmerreír de Star City, acuerda sin tener ni idea que ese trato siga adelante. Pero cuando se entera bien, Hackett no quiere que participe, pero Ollie insiste en seguir con ello y en este punto, si no sospechabas que Hackett no tramaba nada bueno, te dan la razón. La mirada que le da al desgraciado de Oliver Queen os lo confirmará.

Un viaje que comienza bien -Ollie contando que ha conocido a Howard Hill y disparando flechas en el barco en su tiempo libre no tiene desperdicio-, cuando las cosas se ponen feas. Hackett saca a su villano interior y admite que está malversando el dinero de Ollie, pero es incapaz de apretar el gatillo contra su amigo de toda la vida. Entonces, estalla una pelea en el yate y Hackett golpea a Ollie y lo arroja por la borda en lugar de “ponerle una bala” (o dos, como le dice China White por radio) en su cerebro. Trepidante momento e historia de la que creo haber contado demasiado por mi pasión…

Así que lo dejo. Tenéis que disfrutarla por vosotros mismos. Porque Green Arrow: Año Uno es un buen renacer del personaje. Como os decía, realmente he disfrutado de diversas historias Año Uno, pero hay dos por ahora que se alejan bastante en calidad de las demás por cómo se disfrutan. Green Arrow: Año Uno es una lectura realmente rápida y no hay nada impactante o diferente de lo que ya estamos acostumbrados en el cine de acción. Correcto. Pero que un cómic consiga aportar esa sensación de agilidad, movimiento, explosiones y trama de conspiración detrás; sigue siendo algo muy difícil de conseguir, os lo digo yo. Y el tandem de historia y dibujo Diggle/Jock lo consigue con viñetas, montaje, tiroteos y flechazos en la jungla, con un buen guion y un arte de Jock fantástico. Con frases chulas también como cuando Hackett le dice a Oliver: «No eres Robin Hood, más bien un Peter Pan».

Un tomo genial que además, solo en esta edición, trae fragmentos ilustrados de guion, bocetos y una introducción de otro grande del noveno arte como es Brian K. Vaughan (Perdidos, Y, el último hombre, Saga, Runaways).

Nada como una persona pasándolo mal, para que vea que la vida es otra cosa.

Reseña: Estado Futuro. Futura Gotham, de Nicola Scott, Eddy Barrows, Gene Luen Yang y Ben Oliver

Y ahora vamos con Estado Futuro el nuevo universo que se ha estado gestando en DC Comics en los últimos tiempos. Para entender cómo surge dicho evento hay que remontarse a los planes originales de DC durante el pasado año; el año malo que todos hemos pasado. En un principio, la editorial confirmó que tenía planes en torno a Generation Zero: Gods Among Us y dijo que se lanzaría un evento titulado Generations en el que confluirían todas las épocas de las cabeceras de DC. Esto, en teoría, saldría a la venta durante el Día del Cómic Gratis de 2020. Sin embargo, el editor jefe Dan Didio fue despedido de la compañía en el mes de febrero del año pasado, y con la crisis socio-sanitaria y económica que todos conocemos, pues Generations se retrasó. Y todo apuntaba muy mal pues el mismísimo Scott Snyder afirmó que los planes se estaban diluyendo y que incluso se barajaba dar carpetazo al asunto para pasar a otra cosa. Otra propuesta que no tuviera nada que ver. Así que Jim Lee terminó asegurando públicamente que desechaban el concepto de Generations y que le estaban echando un ojo a otras ideas. Aquí es donde entró Estado Futuro, una proclama que se relaciona directamente con el trabajo de Scott Snyder en Dark Knights: Death Metal y que conecta con dicha línea argumental. ¿La idea? Explorar posibles futuros de DC Comics, ramales que brotaron de la nombrada Death Metal. Esto es en resumen Estado Futuro. Una secuela directa del arco anterior y que nos presenta un posible futuro con el legado de la Liga de la Justicia y compañía dentro de algunos años donde ver el futuro de todos.

De estos títulos que ahora edita ECC Ediciones en formato TPB y que recogen series completas, decidí empezar por Futura Gotham. Su argumento central me toca de cerca la fibra. Donde la ciudad de Gotham anda sometida a una empresa de seguridad privada que ha impuesto una dictadura y detesta a los justicieros. Ahí es nada. Y no solo por eso me parece el mejor volumen para empezar. También porque incluye un par de numeritos de cada personaje principal como Harley Quinn, Robin Eternal, Catwoman, Nightwing y una conjunción chula que se hizo de Batman/Superman. Futura Gotham ofrece a los lectores un vistazo general a un posible futuro del Universo DC. Esta línea de tiempo tiene lugar en un futuro en gran parte distópico donde existe el régimen mencionado que criminaliza a los superhéroes y ha establecido un estado de vigilancia permanente sobre ellos. Durante todo el evento, Gotham City se convierte en un campo de batalla entre seres con poderes y estos vigilantes de seguridad mejorados que al parece dirige el Magistrado y su equipo de Pacificadores.

Batman, Nightwing y Robin, sobre todo, tienen enfrentamientos muy duros con estas “fuerzas de paz”. Y es que el Magistrado quiere que Red Hood se concentre únicamente en cazar y capturar superhéroes activos. Pero sin actuar como un héroe. A ver como demonios se come uno eso. Gotham se ve entonces sacudida por una serie de explosiones enormes que varios piensan que ha puesto en marcha el Nuevo Batman. A partir de aquí se desata la guerra. Y Red Hood y la Familia Batman en el punto de mira de todos.

Nicola Scott, Eddy Barrows y varios autores más, nos muestran el futuro próximo de Gotham City mientras el guionista Gene Luen Yang y el dibujante Ben Oliver nos cuentan los inicios de tan horrible situación en las que los transeúntes de la ciudad lo van a pasar muy mal. Un excelente trabajo al presentar varios puntos de la trama en un período de tiempo bastante corto pero bien elaborado para que el lector no se pierda en las pistas estableciendo una intriga de base así como la constante acción en casi cada salida de un personaje a la palestra. Y es que aparte, nos vamos enterando que Hood está completamente involucrado en al menos dos organizaciones diferentes con objetivos totalmente contrarios. Mola. Muy Scorsese.

Un evento que contará de casi veinticinco títulos que se publicarán este año en distintos formatos. Una trama que tampoco nos lleva muy lejos porque Futura Gotham, al menos, nos lleva al cercano año 2025 y nos muestra a los grandes héroes y villanos de DC luchando contra fuerzas paramilitares contratadas por la mismísima alcaldía de Gotham.

Pinta bien todo esto.

Reseña: El Umbral de lo Siniestro, de Junji Ito

Hacer recomendaciones de lectura para Halloween y no tener en cuenta a Junji Ito es como hacer una fiesta e invitar a todo el mundo a agua. Cero sentido. Junji Ito es el culmen de los relatos cortos de Terror desde hace ya algunos años. El maestro que todo el mundo debería leer…, pero no solo de manga, sino de libros, cómic o todo lo que lleve letras. A poco que ames el Terror, indispensable leer sus obras. Y es que Junji Ito no necesita mucha presentación, aunque siempre estoy feliz de poder hablar sobre él. Por que eso significa que hay un nuevo titulo suyo entre las novedades.

Durante los últimos diez años, se ha convertido en uno de los creadores de manga más populares a nivel internacional, y se ha convertido en éxito incluso entre personas que no leen manga. ¿Lo mejor? Que cualquiera de los títulos que ya existen en librerías especializadas, la extensa cantidad de obras que ECC Ediciones ya ha traído a nuestro país, cualquier de ellos te vale para empezar a disfrutar de este autor. Crea historias súper digeribles, cercanas, y lo mejor, muy dignas de aquel cine de Terror japonés que tanto impactó al mundo con films como The Ring, Dark Water, La Maldición, El Grito o El Ojo. Terror del bueno porque son historias tan simples y mundanas que a cualquiera de nosotros nos podrían ocurrir. Dicho esto, uno de los creadores más apreciados de todo el panorama de la cultura pop japonesa vuelve a dar un paso al frente con esta antología. Que por cierto, cuenta con relatos más largos de lo que es normal en el autor y eso provoca que esplendan. Tienen más consistencia y se desarrollan cositas que otras veces no. Siempre lo digo, a ver lo que tarda Hollywood en en darse cuenta de lo maravilloso que es este genio.

Genkai Chitai aproximadamente traducido como El Umbral de los Siniestro es una especie de área de descanso donde ocurren cosas a lo Twilight Zone. Lugar donde comienzan a ocurrir hechos extraños en la vida diaria de los transeúntes. Este tomito explora esas perturbaciones creadas por estas rarezas temporales donde obviamente el potencial de Junji Ito va a llenarnos la cabeza a diferentes indulgencias espeluznantes. Provocando que miremos en lugares de nuestra casa donde antes no habíamos mirado con esta obra formada por cuatro relatos terroríficos, historias sobre muertos muy vivos, espectros, voces del Más Allá y la incertidumbre que muchas veces tenemos entre la vigilia y el sueño.

La cuesta de las plañideras nos habla de una pareja que se va de escapada a la sierra y al pasar por un pueblo se topan con un lugar donde aún quedan plañideras. ¿Qué? Esas señoras contratadas para llorar en los entierros que ya normalmente no se ven. Un encuentro que se volverá contra ellos para siempre…

La Madona nos lleva a saber de una de una chica que entra en un internado religioso donde los profesores son como mínimo misteriosos de ocultar un Mal que nadie piensa. La atmósfera opresiva del colegio que Ito crea aquí es maravillosa.

La corriente espectral de Aokigahara habla de una de esas muchas parejas que van a suicidarse a la falda del monte Fuji. Pero en esta ocasión descubren una cueva.

Cierra el tomito El Duermevela. Que cuenta el caso de varios asesinatos que se están dando en el que las víctimas aparecen acuchilladas y cubiertos con una parca. Muy a lo Aaron Boone en Razas de Noche, el protagonista cada vez que se despierta, tiene ligeros recuerdos de dichos asesinatos y llegar a pensar que él es el asesino. Historia con un tremendo desenlace.

ECC Ediciones sigue trayéndonos (¡Y qué no pare!) el mejor Terror en formato manga. Un nuevo recopilatorio del maestro que no sólo no-debe faltar en cualquier biblioteca de Terror que se precie, tampoco en cualquier fiesta donde Halloween sea el motivo de la reunión. Asombro, desasosiego, terror… Otro indispensable.

Reseña: John Constantine. Hellblazer. Señales de Infortunio, de Simon Spurrier, Aaron Campbell y VVAA

Si siempre te ha llamado la atención Hellblazer pero por una cosa o por otra nunca te has puesto con él, este tomito es buena ocasión para conocer al personaje… actual. Una pizza de varios ingredientes que ya os advierto que está deliciosa. Además, viendo la cantidad de reseñas que estamos haciendo últimamente, qué duda cabe que las historias de Hellblazer son una buena recomendación para Halloween también. Uno de los personajes más icónicos del Universo DC que regresa gritando y soltando tacos a las páginas del tomo que se denominado Señales de Infortunio, y que recopila los números #1 al  #6 de la serie original así como The Sandman Universe Presents: Hellblazer #1 y el #14 de Los Libros de la Magia, para meterte en situación.

Como bien dice su sinopsis: El cabrón ha vuelto. Y lo hace de la mano de autores súper fans del personaje clásico como Simon Spurrier, Aaron Campbell, Matías Bergara, Marcio Takara y alguno más. John Constantine está de regreso y el mago estafador que una vez guió a Tim Hunter al mundo de la magia tiene un desafío para que el joven mago puede salvar o condenar al mundo de una vez por todas. Pero este Constantine ha visto caer a muchos ante el corrupto Tim Hunter y, en el mejor de los casos, no es de fiar. ¿Intentará John matar a Tim solo para estar a salvo? ¿Puede lograrlo si lo intenta? ¿Y sobrevivirá el mundo al intento? Son preguntas que se presentan aquí. Kat Howard y Simon Spurrier unen fuerzas para proponer un tema interesante que gira y gira entre la perspectiva de John Constantine y la de Tim Hunter. Así comienza la serie nueva y principal que recoge el volumen. Tramas dibujadas por Tom Fowler, aunque se ven drásticamente diferentes gracias a los acabados de Craig Taillefer y los colores de Jordan Boyd. Si nunca antes ha leído un cómic de John Constantine o Tim Hunter, este es uno que sorprende y te enganchará a esa conjunción.

Pero vamos a lo esencial. John Constantine está de vuelta y sobresale como un pulgar dolorido en el nuevo Londres. Los pubs con agujeros en la pared que frecuentaba John son ahora bares de moda para las chicas del West End y los cócteles acaramelados han reemplazo a los gintonics. A pesar de esto, el mundo todavía necesita un bastardo para hacer lo que hay que hacer. Como, por ejemplo, averiguar por qué una horda de ángeles ahora parece estar protegiendo un parque y golpeando a cualquier pecador que se sienta afortunado de cruzar sus límites… Estamos ante una colección de doce números que se dividirá supuestamente en dos tomos; en tapa dura, de estos tan llevaderos y chulos que publica ECC. También es una lectura obligada para los fans del John Constantine clásico, por supuesto. Pero insisto, Simon Spurrier ha traído de vuelta a Hellblazer en toda su maravilla ultrapolítica y malhablada, y la obra de arte de Aaron Campbell y Jordie Bellaire es un retroceso bienvenido a los días de gloria de Vertigo Comics. Un bienvenido regreso a las formas y una señal de que el sello oscuro DC Black Label viene para dar que hablar, en este mundo que vuelve a querer imponer censuras.

En el último cómic aportado aquí (#6), concuerdan cositas. Pero al leerlo me debatí entre varios sentimientos. Percibí que el estilo se lee como el Hellblazer clásico de la mejor manera, es decir, aquellas sensaciones y aventuras con monstruos que desafiaban la definición visual, proporcionando impresiones aterradoras sobre líneas claras. Las primeras páginas enfatizan breves retratos de personajes del mejor tipo, pero los giros en la trama revelan a otro ser humano cuyo tipo está en el centro del trauma. Personajes, personas, que se mueven por un odio imperdonable. Es difícil no sentirse en conflicto a medida que avanza la historia. Sabes que estás viendo la vida misma. Lo cabrón e hijo de puta que puede llegar a ser el ser humano con el prójimo. El egoismo puro, la mala educación, el yo-voy-a-lo-mío, preponderan aquí. Y aunque esto sea duro de decir, John Constantine: Hellblazer, esta vuelta a las andadas, pero elaborando el día a día que vemos en las calles, en el trabajo, en los deportes de equipo… No es otra cosa que una mirada a la actualidad. Figuras oprimidas que tienen prisa y casi matan por llegar a tiempo al trabajo, monstruos feos e invencibles, ángeles, demonios…, todos ellos, más el tío que se te cruza por la calle y te pide dinero y al otro día intenta apuñalarte en un callejón. ¿Qué dónde vivo? En 2021. Donde todos somos espejos de nosotros mismos. Por eso es tan brillante este regreso y las formas en las que está elaborada la serie. Su virtud es que muestra el mundo, nuestro mundo, el de ahora. Algo por lo que siempre abogó la clásica Hellblazer.

El mundo se va a pique.

Reseña: Sweet Tooth. El Regreso, de Jeff Lemire y José Villarrubia

Recordad siempre recurrir a la base de una buena historia. En las fuentes, está la esencia. Lo mejor de lo mejor. En cómic podemos encontrar desde hace un tiempo la serie de Sweet Tooth. Precisamente, ECC Ediciones ha sido la culpable de traer por estos lares este cómic tan joyita como original del ya maestro Jeff Lemire. Cómic que ECC Ediciones terminó por publicar de forma íntegra en dos volúmenes geniales. Pero hay más, friends. De este tipo de chuladas y de tan diferentes series no suele verse más. A los buenos autores siempre les da por hacer un “descanso” y salirse del típico y constante trabajo del mainstream. Pero como la mente de un verdadero escritor nunca descansa pues va y se saca algo tan diferente como inédito… Y esta es y no otra, la razón por la que nació Sweet Tooth. Sí, este genial cómic que se ha convertido en serie para Netflix (por eso lo de recurrir a las fuentes), la denominada Sweet Tooth: El Niño Ciervo. Y al decir que hay más, me refiero a Sweet Tooth: El Regreso, donde Lemire retoma uno de sus proyectos más personales, formando de nuevo equipo creativo con otro maestro como es el genial José Villarrubia. Seis numeritos más, una miniserie, un arco completo nuevo de esta casi mitología llevada a la viñeta del autor de obras tan maravillosas como la trilogía de Terror de Essex County o Black Hammer, así como cantidad de obras para Marvel y DC. ¡Y tiene mi edad!

Garabateadas en la primera página vais a encontrar algo que desconcierta. La frase 300 Años Después… Palabras que desconciertan y que te introducen un misterio en el cuerpo antes de empezar. Pues no es otra cosa que un mensaje extraño que dejará al lector preguntándose si Lemire se está refiriendo a su primera serie o a otro evento desconocido que aún no se ha producido. A partir de ahí, los futuros paralelos en tu mente se aclararán con esta nueva versión de un niño con rasgos parecidos a los de un ciervo reflexionando sobre visiones tenebrosas donde otro rostro aparece. A los que venís de la serie principal os sonará: un hombre enorme de ojos fríos… Pero algo está cambiando dentro de él, algo que aún no puede precisar. Y muy pronto la historia comienza por sí sola a medida que comienzan a surgir nuevas arrugas en el guión… Con un cambio en términos de seguridad que mantiene al niño dentro de su espacio vital, así como otra perspectiva donde vemos al peque de cuernos siendo inyectado con algún tipo de brebaje por parte de personas que lo cuidan (la escritura de Lemire aquí mantiene un suspense tremendo).

Finalmente, el niño, al igual que el protagonista original, Gus, antes que él, se encarga de cruzar el umbral que es su prisión y se ve expuesto a un giro que inmediatamente coloca a El Regreso en una trama nueva, un nivel completamente diferente a su historia predecesora. Y eso que como os decía se revela una cara familiar (pero posiblemente completamente diferente), la misma que se cierne sobre el niño, lista para iniciar un épico viaje. Aquí es donde la brillantez de Lemire brota mientras entreteje hábilmente los hilos de una manera que la nueva aventura se llena de peligros con la constante sensación de malos presentimientos y misterios sobre lo que está por venir. Sí, como habréis notado, es de esas series que casi odias por no poder contar mucho a alguien sin desvelarle demasiado. Lo que sí puedo decir es que a los entusiastas de Sweet Tooth les puede encantar el giro de acontecimientos que hay. Es una experiencia completamente nueva donde descubrir que quizás el peque llamado Gus no era el único ser en este mundo lleno de imposibilidades de la madre naturaleza.

La estrella del cómic contemporáneo Jeff Lemire (Moon Knight, Black Hammer, Animal Man) y el colorista José Villarrubia terminan su regreso al mundo de los híbridos y las plagas apocalípticas en Sweet Tooth: El Regreso. El capítulo final de esta serie secuela está lleno de ritmos emocionales, de una narración que está llena de guiños a la serie original y sinceramente, dudo que esto termine aquí. Para gusto nuestro.

Las acuarelas de José Villarrubia para crear la atmósfera de esta serie son brillantemente soberbias.