Reseña: La Casa del Diablo, de José Ortiz, John Wagner y Alan Grant

Isla de Nabumbu sigue recopilando joyitas del cómic clásico para su catálogo. Joyitas que ningún aficionado al cómic fantástico se debería perder. Grandes maestros, nuevamente traídos a la palestra de novedades, títulos a cual más apetecible. La última sorpresa ha sido La Casa del Diablo (The House of Daemon), obra que se sacaron de la manga el maestro Alan Grant, John Wagner y nuestro paisano con el don de la ilustración como es José Ortiz. Uno de los cómics favoritos para el fan y que ya tocaba reeditar. Con un argumento sencillo, en principio, una historia de Terror que es maravillosa en todos los aspectos, pues en La Casa del Diablo, Elliot Aldrich ha construido una casa de ensueño para su chica. Pero un sueño que termina por convertirse en pesadilla para todos.

Elliot con su esposa Cassandra y algunos valientes trabajadores y parapsicólogos contratados terminan por quedar atrapados en esta retorcida mansión del terror. El Diablo (Daemon) hace lo que quiere dentro de ella, una casa de la que nunca les permitirá escapar…

¿Qué tenemos? Una impresionante obra para mí que conocí por primera vez en su publicación de New Eagle allá por finales de 1982. Y si no fue ahí mi primera lectura, recuerdo que esa edición sí que la tuve un tiempo en mi poder. Aunque es de esos cómics que se perdieron con el tiempo en mi vida y no sé donde acabó entre tanta mudanza. Así que imaginad mi sorpresa cuando vi que Isla de Nabumbu lo sacaba de nuevo y en una nueva edición en español. Una historia magníficamente escrita por Alan Grant y John Wagner, acompañada del arte incomparable del maestro español José Ortiz. Y es que no me canso de repetirlo y todo porque es sorprendente la calidad creativa que se reúne en este cómic. Donde Grant y Wagner dan cuerpo a todos los personajes de manera efectiva, no solo brindándonos una gran acción y aventura, sino también fuertes heroínas femeninas; una rareza en la mayoría de los cómics británicos “para niños” de aquellos años. La historia no trata de una simple posesión demoníaca. Más bien de una infestación. Una fuerza maligna mucho más aterradora y aparentemente imparable que se ha hecho con «la realidad» de los presentes. Y la batalla. Escenas que os dejarán boquiabiertos por como están diseñadas desde la primera hasta la última página.

Si deseáis sentaros a saborear buen cómic de Terror, con un trabajo creativo, asombroso, detrás, esta debería ser una de vuestras opciones en este momento. Y quizás, en cualquiera de los momentos lectores de los que dispongáis. Un buen cómic de Terror, una buena historia, siempre-siempre es un cóctel que se disfruta. Recordad que el primer sentimiento del ser humano, aquel que sintió y le inquietó por primera vez, tiene el poder de atrapar a todo aquel que se expone. En vosotros está querer más o no. O de forma más culta, lo que dijo el maestro H.P. Lovecraft:

La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo,

y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido.

La Casa del Diablo es un clásico cómic británico de terror verdaderamente escalofriante. Pasa rápidamente de ser una historia de casa embrujada al mundo de las pesadillas cuando los Aldrich y los que les rodean se sumergen en un aterrador paisaje de ensueño. Con un ente que no puede existir sin hacer el Mal.

Reseña: Los Buenos Veranos (Edición Integral), de Jordi Lafebre y Zidrou

Un integral de los buenos es lo que de vez en cuando se marca Norma Editorial. Al igual que hicieran con aquella maravilla que fue el integral de Blacksad (https://www.normaeditorial.com/ficha/comic-europeo/blacksad/blacksad/blacksad-integral-ed-en-castellano), más cómic europeo del bueno. Aunque es cierto que de vez en cuando también lo hacen con cómic americano, esta vez vuelven a la carga con una chulada de tomo que recopila los geniales álbumes de Los Buenos Veranos, de Jordi Lafebre y Zidrou.

¿Existe mejor cómic a recomendar para disfrutar leyendo este verano? Había leído algún que otro álbum de Los Buenos Veranos (Beaux Etes) como para decirles que cada vez tuve una excelente lectura en compañía de esta familia belga, los Faldérault, que regularmente se van de vacaciones (una historia completa por álbum). Pero sabía (conociendo ya un poco a Norma Editorial y la época de tipos de publicaciones en la que andamos) que de esta joyita se haría integral. Y quería esperarme a tenerlo así porque es una obra de la que querrás tenerlo todo. Aquí no hay dramas morbosos ni aventuras bizarras, se invita a los lectores a seguir instalados en un sillón relax, silla de playa o hamaca de las largas, mientras se toma un buen refresco o “aliñado” de época estival. Todo para adentrarte en las desventuras y salidas al lugar de vacaciones, descubrir cómo viven los Faldérault, sus días fuera, su vuelta a casa, en diferentes momentos de su vida. Y se podría pensar que son historias monótonas, que serán siempre lo mismo, pero no. Porque los autores han sabido presentarnos historias suficientemente variadas en cada título. Cada una de ellas, llena de anécdotas muchas veces simpáticas, a veces terrenales, nunca vulgares.

Las historias son sencillas. Faldérault deciden salir a la carretera todos los veranos a bordo de su 4L que les llevará a un camino sembrado de cosas buenas y menos buenas pero un camino que simplemente conduce a la felicidad. Ya sea una granja, un camping en Ardèche, un hotel en Saint-Étienne o una cabaña… aventuras a espuertas. Entre bromas, rituales y contratiempos, nunca dejarán que nada le impida disfrutar de su merecido descanso. Y no solo son momentos dulces, habrá de todo, como lo hay en cualquier vida en familia. ¿Lo peor? (Si es que eso es malo) La nostalgia está muy presente y en ciertos momentos, una lagrimita puede querer asomarse a vuestros ojos, sobre todo, si vivisteis vacaciones intensas con familiares que ya no están…

El dibujo de Jordi Lafebre nos deleitará y calentará nuestro corazón. ¿El dibujo de Jordi Lafebre? Simplemente lo adoro. Sabe hacer entrañables y expresivos a sus personajes sin caer en la caricatura pura y dura. Sus diferentes protagonistas son muy fácilmente identificables a primera vista, permanece constantemente muy legible. El diseño es agradable porque es lo suficientemente aireado. El colorido es agradable con el uso de tonos pastel… ¡Muy buen trabajo! Y además, no podemos negar que Zidrou es un excelente dialogista con su uso de deliciosos juegos de palabras, comentarios infantiles de una ingenuidad y precisión que al menos te sacarán una sonrisa. Vas a pensar esto seguramente cuando empieces a leer alguna de las historias: “Seguro que me lo paso muy bien leyéndolo”. Eso si, insisto, vas a recordar con nostalgia vacaciones pasadas y vas a esperar y coger con ganas las próximas.

Joyita para este verano de 2023.

Reseña: Capitán América. El New Deal, de John Cassaday y John Ney Rieber

Mucha curiosidad tenía por leer el arco denominado The New Ideal. Me dijeron que aparte de lo atractivo del argumento, era una historia potente porque tenemos dentro de ella al dibujante John Cassaday dándolo todo, del mismo modo que hizo cuando trató los X-Men con Joss Whedon, hecho que lo convirtió en una súper estrella, por cierto. Por otro lado, tengo que adelantar que la aparecida aquí no es para nada mi representación favorita del Capi tras el 11-S. Ese honor pertenece a Mark Millar y Bryan Hitch en Ultimates. Pero este título, sin duda, tendría el segundo puesto en ese supuesto honor. Pues si no me equivoco, esta es la primera aparición del sutil rediseño de John Cassday de la túnica de cota de malla del Capi. La tela o el material del traje es menos tela y más un material compuesto -dispuesto- en un diseño de cota de malla. Eso es significativo en sí mismo, ya que la apariencia se convirtió en la imagen principal del Capitán América durante la siguiente década.

¿La historia? Cassaday llevó esta historia sobre sus hombros y demostró que su arte no sería lo único chulo de un título suyo. Habría “una historia”. De la que tengo que decir que en primer orden me afectó bastante porque es una trama que no puede interesar para nada a un no-estadounidense. Pero yo que estoy entre dos aguas, sí que me enganché por lo del tono patriótico que a muchos de por aquí puede excluir como lector. Historia que cuenta que tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, el Capitán América debe afrontar los peligros de un mundo que ha cambiado para siempre. Esto fue bastante bueno. Porque a partir de este atentado que impactó al mundo, teníamos un momento roto en las tramas de muchos superhéroes que trasladadan muchos lo que era la vida real al formato viñeta. Por eso El New Deal empieza justo después de la caída de las Torres Gemelas. Para luego entras en la verdadera carne de la historia del terrorismo y convertirse en lo que es probablemente uno de los más patrióticos cómics que captura muy bien lo que es y representa el Capi.

Sobre cómo el odio genera miedo, lo que hace que las personas hagan cosas horribles. Steve Rogers tendrá que tomar decisiones radicales sobre quién es realmente y qué representa.bles.

Esta es una muy buena lectura. Esto se debe principalmente a que el arte de John Cassaday se ve increíble (mucho mejor que su trabajo reciente en Uncanny Avengers). Me gusta que Rieber no sobrellene las páginas con cuadros de subtítulos y globos de palabras, por lo que no está encubriendo el arte de Cassaday. En cambio, la historia está casi impulsada por el arte y todas las palabras son secundarias.

No sé porqué esta obra me recordó bastante a Invencible Iron Man: Las Cinco Pesadillas, de Matt Fraction (https://www.panini.es/shp_esp_es/marvel-must-have-el-invencible-iron-man-las-cinco-pesadillas-smust069-es01.html). Quizás ustedes si podáis ver el por qué.

Reseña: La Gota de Sangre, de Emilia Pardo Bazán

Ediciones Siruela, la mejor editorial ahora mismo en nuestro país en la que buscar una buena novela detectivesca o de género negro clásico, vuelve a poner en el candelero una nueva edición de La gota de sangre de nuestra querida escritora y maestra Emilia Pardo Bazán. La considerada primera novela de detectives española, una novelette o cuento largo más bien ya que no llega a las cien páginas, con un antihéroe curioso que le propone a un juez resolver un crimen que podría achacársele a él.

Me gusta mucho de este relato que la investigación se desarrolla muy diferente a las grandes deducciones de Poirot o Holmes, y es en parte porque a la autora no le hacía gracia los métodos extra-experimentales de los famosos detectives ingleses y recurre, en cambio, a acertadas intuiciones para detectar las pistas. Más realista, si cabe, porque la mayoría de las cosas en las investigaciones llegan por el azar. De buena mano lo sé. Y debo decir que La gota de sangre encaja bastante bien con lo que uno podría esperar cómo primera historia policíaca publicada en nuestro país, aunque solo sea por tener un detective aficionado que intenta limpiar su nombre tras un crimen pendiente de resolver, aunque sin mucha investigación que digamos. Una historia que me descubre de nuevo a Doña Emilia, con un lenguaje fino, matizado por los personajes, y que me hacen recordar a esa mujer culta que descubrí en Los pazos de Ulloa.

Ha sido una delicia y un placer leerla de nuevo ahora en esta faceta a lo Ágatha Christie, que me mantuvo a la expectativa de si cierto personaje era el asesino o no. Eso sí que se consigue. Aunque lejos de ser una historia redonda, tiene su mérito como la escribió y, sobre todo, cuando lo hizo. Aunque todo se resuelva demasiado rápido, eso no quita que sea historia que todo aficionado al género debiera disfrutar, al menos, una vez en la vida. Pues insisto, aunque todo ocurre demasiado rápido, se disfruta cada línea.

Un cuento negro con detalles muy buenos. Bien por Doña Emilia. El personaje de Julia Fernandina alias «la chulita” es divino: una mujer de alcurnia dedicada al oficio más viejo y que la Bazán satiriza de lo lindo.

Prueben.

Reseña: Einstein, de Jim Ottaviani y Jarel Dye

Como ya han dicho en varios medios importantes, Ottaviani es quizás el mejor de autor de biografías de cómics a día de hoy. Y su experiencia se demuestra una vez más en Einstein, obra atractiva también gracias al arte de Dye que proporciona el medio perfecto para enfatizar que la brillantez de Einstein no era estrictamente lógica sino también imaginativa, intuitiva e ingeniosa. Convincente para todo el mundo a partes iguales.

E = mc²

Una ecuación que cambió el mundo y un pelo blanco y asalvajado que a muchos nos viene a la cabeza cuando escuchamos dicho apellido. Una de las mentes más brillantes de la Historia, a pesar de que fue un nombre familiar en vida y un ícono en la nuestra. Pero aunque las líneas generales de lo que hizo Einstein son bien conocidas, quién era permaneció oculto a la vista de la mayoría… incluso de sus amigos más cercanos.

En Einstein, el escritor Jim Ottaviani y el artista Jerel Dye nos llevan tras la fachada de la celebridad de este señor, pintando un retrato complejo e íntimo del científico más conocido del mundo. Esta es la historia de un científico que cometió muchos errores, e incluso cuando quería demostrar que estaba equivocado, al final, a menudo, se encontraba con que tenía razón. Pero también es la historia de un humanista que luchó por conectar con la gente. Así como la historia de un revolucionario reacio que pagó un alto precio por vivir un solo sueño.

Un biografía en formato cómic, un experimento valiente, la vida ilustrada y muy detallada de Einstein en casi trescientas páginas. Contando además con una cronología y bibliografía del maestro de la Ciencia. Un tomito que cubre un amplio período, desde la infancia de Albert Einstein hasta su muerte. Incluye su infancia, su familia, su desempeño en la escuela y la universidad, sus relaciones, sus puntos de vista políticos, sus teorías, sus errores y la interacción con otros físicos. Como era de esperar, su desdén por la física cuántica encuentra buena cobertura, incluido su comentario sarcástico sobre las interacciones fantasma en todo el mundo en un artículo. No sabía que Neil Bohr respondió a este artículo contrarrestándolo de manera basada en hechos y con buen humor usando exactamente el mismo título para su artículo. La búsqueda de Einstein de una teoría unificada tampoco progresó. Dicho esto, su teoría de la relatividad fue revolucionaria y su camino hacia ella encuentra al final el espacio requerido…

Para un cómic en este formato, Einstein es sorprendentemente detallado. Si te interesa la vida del maestro y su contribución al mundo, este tomito publicado por Norma Editorial, es genial se mire por donde se mire. Cómic del bueno.

Reseña: La Bomba, de Didier Alcante, Laurent-Frédéric Bollée y Denis Rodier

El cómic de la BD tiene unos seguidores muy exquisitos, diría que (en su corazón hay) verdaderos amantes de la pintura y la ilustración. Somos solo unas pocas personas los que sentimos amor por estos cómics en concreto; mundos y lugares bellos donde los ojos agradecen casi cada titulo. Pero en su haber también hay obras que rompen todos los esquemas. Y no lo digo por contener un mal dibujo o mal guion, sino todo lo contrario. Me refiero a obras que se convierten en súper ventas de todo un país, seas amante del noveno arte o no. Obras como La Bomba. Y digo más. Buscando referencias sobre este cómic, ahora que Norma Editorial acaba de publicar una asombrosa edición de casi quinientas páginas donde se puede encontrar la historia ilustrada al completo; buscando referencias sobre el cómic que relata la increíble historia de la Bomba Atómica, me topé con el anuncio de ser un titulo que ha vendido más 80.000 ejemplares en toda Francia. ¿Os dice algo eso? Es fácil. Muchos tenemos interés por saber o seguir sabiendo. A los que ya tenemos una edad nos gusta concretar, pero también La Bomba será del disfrute lector de muchos jóvenes que llegan al mundo del cómic -al cómic bélico-, ahora. Que empiezan a conocer la Segunda Guerra Mundial, todos las anécdotas, los miles de casos particulares, anecdóticos, de los que sufrieron o ganaron con ella.

La Bomba es una edición con un tema tan horrible como interesante, donde el diseño es muy bueno y perfecto para este tipo de cómics. Muy informativo y con muestras y detalles del lado político…, quiero decir, las motivaciones de algunos para hacer la bomba, los esfuerzos de USA y Alemania por ser los primeros en tenerla, el espionaje de los soviéticos, las reflexiones de los norteamericanos después de haberlo logrado finalmente, una bomba nuclear que se le llamó la Destructora de Mundos por que, en definitiva, es lo que es. Un volumen completo, nunca mejor dicho, porque seguimos a todos los científicos que imaginaron, luego diseñaron y fabricaron el horror. Sus relaciones, su compromiso (en el contexto de la guerra contra el fascismo), su entusiasmo, pero también las preguntas que se hicieron a sí mismos durante la investigación. Especialmente, desde el momento en que conciben el alcance de su descubrimiento y las consecuencias que podría tener. Uma historia completa por que cada paso, cada «progreso», está claramente señalado. En USA, con un contexto bien establecido: el avance de la guerra, que hace cada vez más necesaria la culminación de esta aventura intelectual, científica e industrial… Sin embargo, también, pasado un tiempo, muestra a una Japón que se arrodilla a la vez que plantea la cuestión moral de la utilidad del uso de esta horrible arma. Y más detalles como el progreso de la investigación en la Inglaterra (pirata siempre) que no se quiere quedar fuera, pero también la propia Japón y la U.R.S.S. Y por último, completo, porque quienes quieran profundizar algo más en el tema leerán con gusto el dossier final y la importante bibliografía que culmina el tomo.

Así es como seguimos el avance de la guerra en paralelo con el diseño de esta arma. Un cómic muy fluido en el que para nada debe asustar su presencia física. Como digo, incluso si el tema apenas te pone, nunca te aburres. Se anima bastante bien incluso el tema de la investigación. Cada personaje está claramente identificado, su personalidad, desarrollada, todos y cada uno son históricos y sus apariciones están llenas de ritmo. Y eso que muchos de ellos, a otros nos gustaría que no fueran reales, dado el daño causado por esta bomba y la constante amenaza que ha representado desde entonces para la humanidad. Pero está muy bien desarrollado el cómic como tal, también por las apuestas industriales, financieras y diplomáticas que se derivaron de ella y que permitieron controlar muchas decisiones fuera del marco democrático por parte del complejo militar-industrial.

Este portentoso álbum también arroja luz sobre cómo los militares, y más ampliamente el complejo militar-industrial, tomaron la delantera a políticos, investigadores (desposeídos de su criatura), los mismos que después se opondrán (demasiado tarde), al uso indiscriminado del arma como arma de destrucción masiva. Y la justificación hipócrita para el uso de las dos bombas (para probar tecnologías diferentes) haciendo que Japón capitulara cuando ya estaba claro que lo haría. Además, por supuesto, de la indirecta a los soviéticos, en una guerra fría que ya empezaba a estar presente en muchos puntos estratégicos del planeta.

Degusté La Bomba en apenas una semana en la que está de moda el tema gracias al estreno de Oppenheimer. Debo decir que el dibujo, realista y preciso -que hace bastante por la fluidez del tomo-, es de los que hace amar el mundo del cómic por las sensaciones que otorga. Excelente, magistral, una historia nada glamourosa, que quizás te pueda hacer odiar el progreso del ser humano.

Reseña: Odio Este Sitio, de Kyle Starks, Artyom Topilin y Loughridge

Podría hacer una reseña de Odio este sitio en tan solo un párrafo que dijera: disfruté los dibujos, contiene los estereotipos clásicos del Terror en un solo escenario (lo cual es uno de los puntos fuertes del género), hay que sumar protagonistas geniales, seres malutos con y sin inteligencia, un misterio de luces que nadie entiende… En resumen-resumen, una pareja chicas en un rancho embrujado luchando contra ovnis, fantasmas, zombies, poltergeists, criaturas del bosque…, a saber. Y aunque no me gusta que siempre se recurra a la participación militar norteamericana tan socorrida, diría que aquí aporta al guion un toque muy original del porqué entran en escena.

Tenemos en Odio este sitio una serie súper interesante que empieza con una versión atractiva y al parecer diferente del género de las casas embrujadas. ECC Ediciones, que cada día nos maravilla más, con más y más cómics de Terror (¡Siempre grande Junji Ito!), recién publica este volumen en nuestro país. En mi tierra natal lo hizo Skybound a través de Image Comics, un sello en el que siempre tengo puesto un ojo porque se suceden este tipo publicaciones de vez en cuando. El guionista es Kyle Starks, quien está haciendo su primera incursión en los cómics de Terror después de una larga lista de excelentes historias de comedia y acción como puede ser Sex Castle o Rock Candy Mountain. Pero a lo que vamos, la premisa de Odio este sitio, cuando ya queda súper clara, es al final del primer número. Me refiero a la grapa pues este volumen en tapa dura de ECC contiene los cinco primeros números de la serie.

Una pareja ha heredado una casa de campo con terrenos de un familiar fallecido. Lo dejan todo para venir aquí. Las dos emocionadas chicas llegan, y la primera noche: ¡PUM! En toda la cara. Se topan con un grupo de seres acosándolas en la oscuridad de la noche. ¿Alienígenas, fantasmas, zombies, un misterioso demonio que acecha en el bosque? Os aseguro que apostaréis dudas o aceptaciones sobre algunos de ellos. Nunca certeza sobre lo que son. El problema es que también se apunta al carro un asesino en serie que busca dinero por la zona. Las visiones idílicas que tenían de comenzar una nueva vida en un lugar nuevo esta pareja de señoritas, finalmente se convierte en horror. Y con ese tema, si no tienes vuelta atrás u otra salida, lo pasas bastante mal. De buena mano lo sé.

Se puede deducir por mis palabras que este que os escribe es un enamorado de este tipo de historias. Que puede hacer un juego de palabras con el título de este cómic y decir que cuando terminó de leer Odio este sitio, de hecho, no lo odió. Si no que le encantó, o al menos, le tuvo entretenido y gustoso de leer que es lo mínimo que uno le pide a una historia. Que haya una intriga. El suspense famoso del que hablaba Patricia Highsmith en su ensayo. Pero la razón no es que solo se lee bien, sino que hace un buen uso del género que amamos muchos, tanto en términos creativos de lugares y ambientación como de los estereotipos en los que se basa para salir adelante. Y eso que la serie aún no ha terminado.

Seguimos en contacto.

Reseña: La Gran Novela de Hulk, de Jim Rugg

Tras haber disfrutado mucho de la serie/línea/diseño de canonización de La Gran Novela de… (Grand Design) con La Patrulla-X, de Ed Piskor (https://www.cronicasliterarias.es/?p=1671) y Los 4 Fantásticos, de Tom Scioli (https://www.cronicasliterarias.es/?p=3011), y aunque hace ¡tres años! de esto, ambos cómics tenían ciertas cosas en común. Un buen número de páginas, subtítulos abundantes y una adhesión general a un único estilo visual. Su GRAN TAMAÑO. Pero la idea principal de estas denominadas “novelas” es poner orden en nuestras ingobernables mentes constantemente atacadas de múltiples friki-hobbies, décadas de continuidad generadas por innumerables guionistas y dibujantes de un personaje o grupo marvel en concreto. Y en este caso, en apenas 128 páginas tenemos resumida “toda una vida” de Hulk o La Masa; como nos gusta llamarlo por estos lares.

Y ahora diré que La Gran Novela de Hulk, Jim Rugg, prescinde del mandato más literal establecido por Piskor y Scioli, y opta por una historia más despreocupada y conceptual, enfatizando las caricaturas y el estilo visual sobre una secuencia de eventos completamente desarrollada. Los resultados son inconsistentes, pero el arte de Rugg es lo suficientemente contundente como para superar el guion que aun así es bastante conexo y digerible para alguien que nunca ha leído un cómic de Hulk. La historia comienza con una impactante imagen de Banner atrapado en la explosión que orienta a los lectores hacia sus inicios. El cambio de página, dividido en un diseño estándar, menos denso y con muchos menos bocadillos, deja claro el cambio de filosofía aquí. Desde este punto, hasta el final del número, Rugg muestra una evolución visual sutil a medida que pasa el tiempo, un gran cambio del lenguaje visual más consistente que lo utilizado por Piskor y Scioli. Su guion enfatiza en la tragedia de Hulk, un monstruo solitario y errante que quiere la paz, y vuelve a ese tema con cada latido de su corazón.

Todo lo que queda aquí es Hulk haciendo lo único que puede: enfurecer a todos los que no lo dejan en paz, a todos los que le tienen miedo, y echándole cara a cualquiera que intente pelearse con él. Pues Hulk es una figura fundamentalmente triste, y Rugg identifica esa historia con clásicos como el Moderno Prometeo de Shelley y por eso en el original lo llamó Monster. Y también se lo lleva a interacciones con el Universo Marvel; desde MODOK y Juggernaut hasta Silver Surfer y Doctor Strange, destacando su versatilidad como herramienta de narración, encajando perfectamente el horror corporal, las películas de monstruos, la ciencia ficción embriagadora y la rareza mística que puede aportar con su aparición.

En cuanto al dibujo, encontraréis a Rugg mostrando una versatilidad que puede capturar los métodos cambiantes de diseño de los años 60 a los 80. Va desde Kirby a Buscema. Digno de ver. Resumiendo, sesenta años de historias de Hulk en lo que creo que es el máximo de páginas que se pueden resumir. Ideal si no has leído nunca nada de Hulk. Ideal si has leído hasta el momento todo-todito de La Masa.

Reseña: El Señor de la Noche, de Tanith Lee

Me pasó algo curioso con este libro. Cierto y verdad es que se ha publicado poco en nuestro país de la obra de Tanith Lee. Pero menos todavía son las novelas que he podido leer de la maestra inglesa del fantástico. Relatos, como amante de las antologías, bastantes. Eso sí me ha llegado y por eso, soy consciente de su talento. Pero lo curioso es, que escuché hablar de El Señor de la Noche en un podcast literario (uno que recomiendo mucho) como es Todo tranquilo en Dunwich; donde el amigo José Luis Forte y la autora Érica Couto (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6309) dan lo mejor de sí comentado libros, muchos, clásicos de nuestro amado género de Terror. Bien. Pues uno de ellos hablaron de El Señor de la Noche y me encantó lo que contaron y decidí buscarlo en el mercado de segunda mano. No lo encontré en la edición que quería, o sí, pero a precios desorbitados, así que decidí pensarlo un tiempo. Cuando no hace mucho, leyendo entre tantas newsletter que me llegan, para mi alegría, veo que Duermevela Ediciones ha decidido traer esta obraza en una genial edición que además contiene ilustraciones de Sebastian Giacobino, un chico argentino que tiene el don de evocar la pintura del siglo XIX, así como los lienzos prerrafaelitas de manera maravillosa. No obstante, si os soy aún más sincero, también venía yo hace tiempo con ganas de leer El Señor de la Noche porque tras la lectura del juego de rol Exalted me di cuenta que una de las influencias para el autor había sido este libro de Tanith Lee. De hecho, hace acto de presencia también en dicho juego el príncipe demonio Azharn, el conocido en inglés como Night’s Master. Y dejadme deciros que me enamoré del personaje…

El Señor de la noche toma prestada algo de la ambientación de Las mil y una noches, pero agrega sus propios giros grotescos (o eso le parece a alguien que solo está familiarizado con el material de origen). La figura central, Azharn, es un príncipe del Inframundo, un ser inconstante y amoral que aparentemente no tiene restricciones ni leyes para su poder, excepto su propio ego. Se entromete en los asuntos de la humanidad con arrogancia casual, aunque el mayor daño a menudo parece provenir de los intentos de sus sirvientes por complacerlo. A su alrededor y sus travesuras gira un mundo de poetas virtuosos y señores de la guerra despiadados, jóvenes enamorados y demonios astutos, todos llenos de gloria y pasión.

El Señor de la Noche es un tipo de libro relativamente inusual para el estándar del género fantástico. Hoy en día sería fácil ubicarlo dentro de lo que se conoce como fantasía oscura. Pero estamos hablando de un libro que tiene mi edad. Se puede decir, y está considerado, como una colección de novelas cortas interrelacionadas en un sola historia (una hechicera en busca de venganza, un poeta ciego enamorado de una flor, un aprendiz de mago codicioso, un demonio ladrón…); un modo de narrar que me encanta y que miles de autores en el mundo han copiado alguna vez. Ramas independientes de un árbol que van al mismo tronco. Un árbol frondoso en continente y contenido, con narración y estilo de las viejas leyendas medievales europeas en lugar de narrativas que suenan a inventado.

Las historias están llenas de magia, pero hay poca explicación aparte de que las personas con pasiones extraordinarias pueden manejar cosas sobrenaturalmente poderosas. También me encantó el estilo en que se cuenta esto. Hace que la historia base central se sienta como un mito redescubierto, lleno de personajes más grandes que la vida misma de cualquier humano. También me recordó a The Unspoken Name de A.K. Larkwood, y aunque a cualquiera que no haya leído mucha Fantasy le puede oler a la obra de Tracy Hickman y Margaret Weis en Dragonlance, a los más instruidos decirle que tiene más ese toque a Lord Dunsany y su Dioses de Pegana. ¿Una mezcla desagradable? Nunca mezclar Fantasía con Terror lo fue. Sin embargo, ahora, puedo ver fácilmente cómo mis palabras podrían haber persuadido a algunos de que este no es su tipo de entretenimiento. Pero creo que es inevitable leer El Señor de la Noche sin quedar encantado/a y querer saber más de las obras de Tanith Lee.

La señora Lee escribió un genial libro sobre ese subgénero de la Fantasía que muchos amamos. Tras más de noventa novelas y trescientos cuentos y varios premios literarios, la londinense nos dejó a Azharn como el “Maestro de la Noche”. Pero Lee es su reflejo omnipresente entre nosotros, al menos, hasta 2015 que fue cuando nos dejó la maestra .

Reseña: Zombicide. Día Uno, de Luca Enoch, Stefano Vietti, Alessio Moroni y Marco Itri

Al igual que con los cómics, en otras de mis aficiones como son los juegos de mesa, no pido otra cosa que divertimento. Que me pongan en situación, que en este caso yo decida sólo o junto a mi grupo de juego, las opciones más favorables para evitar los peligros y salir indemne al final… Pero divertimento puro y duro. Y eso es el juego Zombicide. Un juego de supervivencia de horror-zombie donde prepondera la máxima de intenta salvar tu culo al menos hasta el próximo día (turno). Y cierto es que ahora estoy en otros temas más lovecraftianos pero en su día Zombicide, fue el juego de mesa que más disfruté. Por lo que no iba a dejar pasar esta oportunidad que brinda Yermo Ediciones con su nuevo sello Meeple Comics, donde se publican cómics basados en juegos de mesa. Cómics que no son otra cosa que oportunidades de vivir nuevas aventuras pero en formato novela gráfica al igual que el grandioso Cthulhu Death May Die que ya devoré en su día (https://www.cronicasliterarias.es/?p=9093).

¿Y qué vamos a encontrar en Zombicide: Día Uno? Pues un comienzo. Una historia donde se detalla el primer día de reunión de varios de los protagonistas del juego. Una trama, en general, muy divertida como lo puede ser cualquier trama donde la civilización humana se va a la mierda por culpa de zombis. Acción por un tubo, y ¿original? Bueno, esto ya es súper dificil de conseguir dentro de este subgénero. Y os lo dice alguien que escribió en su momento su novelita zombie de rigor y fue publicada dentro de toda aquella cadena de novelas con esta temática que vieron la luz gracias a Dolmen Editorial. La originalidad dentro de estos temas ya son casi una alegoría porque, en realidad, suelen ser historias que se centran sólo en los personajes. Y ya conocemos bastante bien a los series humanos y sus delirios… Pero con que el cómic, novela, película, la trama sea medianamente interesante, yo ya estoy dentro. Y como se aproveche la oportunidad -como he visto en Zombicide: Día Uno– para desarrrollar un poco más algunos personajes del juego, con eso me quedo a gusto.

Y la mejor parte os la digo: la mejor parte fueron las historias cortas individuales que se proponen en la trama casi al final del volumen. Son lo suficientemente cortas para no resultar aburridas. Además de ser súper necesarias en estas tramas post-apocalípticas el saber de donde proviene cada uno. Así los personajes brillan un poco más. Por lo que tengo claro que voy a jugar con Norman la próxima vez que juegue Zombicide. Todo esto se complementa con un buen arte gráfico, que viene del último diseño que se le hizo al juego con el reciente lavado de cara en su última edición. No era así con el juego cuando yo empecé. Sin embargo, mola bastante más este formato ameri-manga donde se ha aprovechado la oportunidad para agregar algunos detalles y personajes nuevos. Zombicide: Día Uno está escrito por Stefano Vietti y dibujado por Alessio Moroni y Marco Itri, con colores de Paolo Francescutto y Marina Sanfelice. La portada es Filipe Pagliuso. Y dice así:

«Ayer, el mundo se movía a buen ritmo, con su flujo habitual de altibajos. La vida era normal, predecible y completamente desprevenida para la locura que azota hoy. Todos quedaron de piedra al ver que los muertos volvían a la vida… Todos excepto Ned, es decir, Ned vio venir el caos y ahora encuentra en un refugio seguro para él y sus amigos. Aquellos amigos que sobrevivieron, al menos. Pero hay una ciudad entera llena de zombis caníbales con los que cruzarse y la munición escasea, los suministros también, pero si hay que salir, se golpea fuerte y se devuelve esos míseros zombis a tumba».

Una buena lectura. Puro divertimento.