Reseña: La Estrella del Desierto (Integral 1), de Stephen Desberg y Enrico Marini

La Estrella del Desierto es (en mi opinión, por supuesto) la obra visual más hermosa de Enrico Marini. Pasé dos tardes maravillosas leyendo este primer integral…, los dos primeros capítulos de la trama. Una historia que deleita cual buena peli del Oeste. Y dos tardes porque decidí extender el tiempo de disfrute, de gusto y regusto. Alargar el sabor del manjar que tenía entre manos. Se daba todo: buen cómic europeo, western, acción y tiros por doquier tras una buena trama. Os puedo decir que ha pasado bastante tiempo desde que leí un western de esta calidad. Cuando hablo de calidad pienso obviamente en el dibujo endiabladamente bueno de Marini que en mi opinión con esta serie ha alcanzado la casi perfección gráfica. Por decir que no existe la perfección al cien por cien… No obstante, conviene recordar que La Estrella del Desierto no es solo un cómic con un diseño suntuoso sino que también es una historia con un escenario seductor, que posiblemente es obvia y clásica; pero que nunca deja de gustarme. Y es que Stephen Desberg utiliza todos los códigos típicos del western y los ejecuta bien. Incorpora una historia de venganza y esto nos brinda un thriller ambientado durante la conquista de Occidente por parte de los «nuevos americanos». Además, da la sensación que el guionista se ha documentado enormemente bien para darnos de manera magistral, ese ambiente tan especial que reinaba en aquellos años. Fue toda una epopeya hacer aquella travesía por parte de las empresas ferroviarias que querían llegar al Pacífico.

¿Y qué más se puede pedir sino que esté bien hecho, un cómic que se lee con tanto placer? Lo único que no me gustó es que Marini nos puso un protagonista de rostro muy parecido a cierto actor tan famoso. Cuyo nombre no mencionaré. Más que nada porque nunca asocio a ese actor con una peli del Oeste y bueno, siempre cabe que algún afortunado no lo vea claro y así no le corta el rollo. Pero por lo demás el cómic está de lujo. Nos trasladamos a Washington en 1870. Un hombre de edad avanzada llamado Mathew Montgomery es funcionario en el Ministerio de Defensa. Tiene esposa, hija, amante…, todo lo que uno puede obtener en un alto cargo. Pero tras el asesinato y violación de su mujer e hija…, su perfil cambia. Abandona todo su mundo para seguir la pista del asesino, el cual dejó un extraño simbolo indio grabado con un cuchillo en el púlpito de sus seres queridos…

La Estrella del Desierto es una historia íntima. De una íntima venganza. La América de Occidente aquí solo un escenario grandioso en el que un hombre busca sentido a su vida, si es que ya queda tiempo para ello. Al principio, la violencia -exceptuando la tragedia- está cotenida pero luego…, se desata la ira, la locura de una búsqueda que llevará al protagonista a Topeka, a la llamada antecámara del infierno. Busca venganza contra los asesinos de su mujer e hija. Y luego la conmoción. Pues atrapado en un torbellino de salvajismo y macabra realidad, Matt Montgomery muestra al mundo lo que de verdad lleva dentro. Lo que yo diría que muchos de nosotros llevamos dentro y nunca nos queremos ver en ese papel.

El personaje evoluciona de una forma soberbia. Evoluciona, comprende y descubre una América desconocida y salvaje, y con ello un pueblo y un universo que nadie imagina que esté a un paso. Desberg captura el género a la perfección. Los códigos del western están ahí, y bien organizados. La narración es fluida y rítmica, la acción perfectamente equilibrada; la trama es ciertamente clásica, con una oscura historia de venganza, pero perfectamente dominada. El guión nos mantiene avanzando, y eso que aún me queda por leer el siguiente integral que resolverá muchas cosas… entiendo. Ganas tremendas que Norma Editorial lo publique. Revelaciones en el capítulo 3 y 4 se necesitan. Pero la verdadera ventaja la aporta el increíble universo gráfico que Marini diseña para ofrecernos de forma visual dicho mundo, entorno, época… Se trabaja admirablemente la decoración, los colores, los personajes, el encuadre y la atmósfera. El paso de las viñetas muestran también una evolución. La interpretación de este mundo de pioneros sin ley rodeado de amplios espacios abiertos es bastante notable. La Estrella del Desierto es un verdadero cómic del Oeste. Es un western crepuscular de muy alta gama que recuerda en sensaciones a la Sin Perdón, de Clint Eastwood. Un clásico cuento de venganza que mola y que reúne a dos autores en su mejor momento.

Siempre se ha dicho que las mejores aventuras se escriben en el Viejo Continente, ¿no? Este es un ejemplo.

Reseña: Pulp, de Ed Brubaker y Sean Phillips

Supongo que muchos de vosotros tendréis vuestros autores favoritos de los que os compráis e intentáis leer todo-todo. De los que aunque escriban una obra en papel de váter, lo queréis tener/leer todo. Se llama ser fan, aunque ahora le dicen ser fanboy o algo así. Pero normalmente esto pasa porque confías en esos autores y sabes que rara vez te defraudan. Ya puede ser un tema muy bizarro o uno que no les pega ni con cola que cuando te pones a leer, no paras de susurrar: «Madre mía, qué bueno es». O qué buenos son. Pues si es de esos que se complementa o se completa con una pareja de ilustrador como es el caso Ed Brubaker y Sean Phillips; dios, pero qué buenos son.

Por otro lado, sabéis muchos que con los años he encontrado el “lado bueno” del Salvaje Oeste; un cine, una literatura, un tipo de cómic que de pequeño nunca me gustó y ahora se puede decir que lo amo. Sólo por eso conocer de la publicación de Pulp entre las novedades de Panini Cómics y con este tandem de autores en los créditos, me puso casi el vello de punta. Y no sé si lo siento o me alegra decir que amigos, Panini Cómics este año en verano no ha parado de sacar joyitas. Otros años (aunque creo recordar que un par ya que hace lo mismo), Panini Cómics, más o menos en junio, julio y agosto, sacaba poca cosa. No poco bueno, sino poco en cantidad; el continuo de ciertas cabeceras y algún que otro integral interesante. Pero poco en cantidad. Este año, da miedo. Joya del cómic tras joya. Menudo julio estamos viviendo. Diez súper recomendables, al menos. Y no tienen porque ser grandes tochales.

Un ejemplo de ello es Pulp, una historia corta, one-shot, de los maestros Brubaker y Phillips; que si me pongo a nombrar joyitas que tienen juntos publicadas, no paro. Los mejores creadores del cómic de genero negro que han existido nunca. Pulp es un nuevo giro en una trama que hemos visto antes. Pero que tiene ese toquecito que siempre engancha. A un señor mayor llamado Max Winter, sus días de gloria le pesan pero se le da una última oportunidad para enfrentarse a lo injusto. Posiblemente, un nuevo intento de alcanzar la gloria. Una trama algo conocida pero que este equipo creativo la hace sentir fresca al reducir la acción y la romantización, y permitir que los miedos y sueños de sus personajes tengan prioridad. Por que lo bueno es que Pulp es literalmente un cómic sobre vaqueros y nazis… ¡Uh! ¿Qué? ¡Cómo! Ups! Sí. Aunque dedica más tiempo a ese miedo que todos tenemos sobre la vejez y la muerte que a otra cosa. A lo que verdaderamente importa. Todo el mundo muere. Unos antes, otros después. Tarde o temprano, todos morimos. Y Winter está en esos momentos en los que uno contempla su lugar en el mundo y piensa bastante en lo que dejará a los que quedan detrás.

Ed Brubaker y Sean Phillips han creado cantidad de historias increíbles juntos. Panini Cómics ha traído a nuestro país la mayoría. Por lo menos, un buen lote de las más potentes como pueden ser Criminal, Fatale y aún se está editando Kill or Be Killed. De las más potentes en cuanto a género negro. En Pulp, el tandem demuestra una vez más que aún le quedan muchas historias por contar juntos y que son capaces de seguir aportando historias gráficas que son todo un deleite.

Aquí conocemos a Max Winter, que escribe historias pulp para una revista en la Nueva York de 1930. Historias de la Frontera con pistoleros y bandidos y muchas de ellas centradas en su héroe Red River Kid. Solo que las historias no son del todo ficticias pues, en realidad, se basan en la vida verdadera de Max en el Lejano Oeste. Pero llegan malos tiempos y la vida del escritor comienza a caer en espiral. Le reducen el salario en el trabajo, lo asaltan mientras intenta ayudar a un extraño necesitado y para más inri, sufre un ataque cardíaco. Max comienza a pensar en su muerte más que en otra cosa. Y en lo que dejaría a su esposa en caso de muerte prematura.

Paralelismos entre la vida del Max actual y su vida en la frontera. A través de los cuentos de Max, conocerémos su vida anterior. Lo que sucedió a Max, aquellas tres veces en las que casi lo matan, por ejemplo. También de sus viejos hábitos en los que ha vuelto a caer. También vemos a alguien del pasado de Max resurgir. Pero, ¿era amigo o enemigo? ¿Puede Max hacer lo correcto por su esposa antes de que el sol se ponga por última vez? ¿Qué pasa con los nazis invasores en Nueva York? ¿Qué papel juegan en el “viaje” de Max? Brubaker y Phillips elaboran una historia extraordinaria de redención, desesperación y autorrealización.

A alguien que lleve la escritura dentro, le dará que pensar.

Reseña: Marshal Bass. Su Nombre es Nadie, de Darko Macan, Igor Kordey y Vitkovic

Marshal Bass creo que es el único serial western en formato cómic que he seguido fielmente en toda mi vida. Tiene el toque que me gusta del género; el melancólico, el desvaído, el alejado de toda sociedad y con encuentros a vida o muerte en los vastos páramos de una todavía salvaje América del Norte en muchos campos, nunca mejor dicho. Un inmenso desierto de frondoso follaje, montañas y ríos. Un edén donde todo ser vivo lucha por obtener un territorio o su sitio en una vida de desolación social.

River Bass es el primer afroamericano en el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos. Es el único que puede infiltrarse con facilidad en ciertos grupos pues muy pocos saben de su puesto. Aceptó la estrella que lleva en el pecho para luchar por los derechos de los considerados diferentes. Respeto e igualdad. Si hace falta él solo se enfrentará a la crueldad de un mundo, de un enorme país que empieza a emerger en base al dólar. Y con cada álbum, una nueva aventura.

ECC Ediciones recién publica el tercero de ellos. Tercero de seis que tiene la colección original. En Su Nombre es Nadie (título potente para peli del Oeste, ¿no), nos trasladamos a la granja de River Bass, donde su esposa Betsabé cuida siempre con cariño de sus hijos. Don Heraclio Vega, un acaudalado terrateniente mexicano, aprovecha la ausencia del marshal para hacerle insinuaciones a su mujer, pero ella no está de humor. Además, la hija mayor de ambos ha desaparecido. Se ha largado con un joven indio, guapo, que pasaba por allí, del que se enamoró. Ni una palabra, ni un adiós, solo Dios sabe dónde puede estar. Mas, en un lugar peligroso, seguro. Así que nada de aventuras. El asunto se convierte en algo personal. Y River Bass durante el rastreo se teme lo peor. Han huido hacia territorio indio, a la guarida de sus peores enemigos, lugar de residencia de la familia de un hombre al que mató y cuyos integrantes juraron matarle. Las cosas que hacemos por los hijos.

Los nuevos westerns en formato cómic se comparan implacablemente con las referencias del género. Fue el caso de Undertaker comparado con Blueberry. Además, tras grandes westerns como Blueberry, Durango, Buddy Longway o Mac Coy, algunos piensan sobre el riesgo de caer en la repetición o la banalidad de las historias. Sin embargo, yo veo todo lo contrario. Yo, que desde pequeño nunca sentí gusto alguno por las pelis del Oeste (que tanto gustaban a mi padre), ahora que ya tengo una edad, veo todo un mundo de posibilidades, de historias, de argumentos, inspiración pura en una época donde poder desarrollar grandes historias de género negro. Pues, sin duda, la tan de moda novela negra actual desciende de aquí. Lo recalco nuevamente. Y es que mi pasión actual por el western bien labrado como se puede encontrar en Marshal Bass, simplemente, me hace feliz. Feliz de ver llegar un nuevo cómic en un género que podríamos pensar que está saturado y donde todo se ha dicho y esta serie demuestra que no. Pero un NO rotundo. El escenario suscita temas reiterativos del género, sí: la condición de los esclavos, la forma en que se trata a los libertos, las opiniones de los blancos sobre negros, etc. Pero lo potente aquí es la trama-aventura central. La que afecta al protagonista de cerca. Tenemos, pues, un trasfondo tan interesante como la propia trama y su parte gráfica.

Black & White y Asesinatos Familiares ya me impactaron por su ambiente y trama. Su Nombre es Nadie es una pepita de oro más en una serie que os súper recomiendo. A tener en cuenta siempre, el trazo poderoso de Igor Kordey -siempre con ese aire a Richard Corben-, que aquí vuelve a mostrar unas hermosas splash-pages dobles, magníficas puestas de sol y una hermosa reproducción cromática esencial para el mejor ambiente en una historia del Oeste.

Reseña: Deadwood Dick. Black Hat Jack, de Joe R. Lansdale, Mauro Boselli y Stefano Andreucci

Algunos lectores de Terror no lo saben pero Joe R. Lansdale no sólo ha escrito novelones del género súper recomendables, también es un amante del género Western. Es una rara combinación de gustos o de estilos para un escritor, sin embargo, más que raro, yo lo veo original. Y no porque pueda mezclar ambos géneros(que yo sepa solo lo hizo en un relato, fue genial y sirvió de inspiración para mi relato Andad de día que la noche es mía); el tema es que me parece muy, muy difícil ser bueno en dos temáticas tan diferentes. Pero Lansdale lo es. Joe Richard Lansdale (1951) es un escritor estadounidense además experto en artes marciales y de vez en cuando aporta su don a los cómics. Alucino con este hombre: ¡Tiene todos mis gustos! Ha sido autor de más de cuarenta novelas y ha publicado unas treinta antologías. Incluso alguna de sus historias han sido llevadas al cine. Envidia pura. Además, ha ganado varios premios por su labor en las letras entre los que está, por supuesto, el glorioso Premio Bram Stoker. En definitiva, aquí uno que va a leer siempre todo-todito-todo lo que se publique en español de este hombre.

Es por eso que fue un gusto ver que Panini Cómics, dentro de ese hermanamiento y publicación de grandes títulos de Sergio Bonelli Editore, recién publica Deadwood Dick: Black Hat Jack. Si aún no conocéis Deadwood Dick, os diré que es un personaje de ficción que apareció por primera vez en viñetarios o las que fueron llamadas novelas de diez centavos, publicadas entre 1877 y 1897 por Edward Lytton Wheeler en USA. Un exitazo de venta en el lejano siglo XIX. De hecho, el nombre se hizo tan conocido en la época que varias personas, incluidos famosos de renombre que residían en Deadwood (Dakota del Sur), adoptaron dicho apodo. Incluso tuvo una serie televisiva antológica como fue Death Valley Days que presentó un episodio en 1966 titulado La Resurrección de Deadwood Dick, con el presentador Robert Taylor y con el popular actor Denver Pyle en el papel principal. La historia mola. Si podéis echadle un ojo. Deadwood Dick es presentado por los dirigentes de la ciudad por que muchos turistas vienen a Deadwood y piden conocer al legendario hombre de la frontera. Pronto Buffalo Bill invita a Deadwood Dick a unirse a una refriega en ciernes y al final Dick, fortalecido por el gran dueto, termina por salvar al banquero de la ciudad en un atraco y promete regresar a Deadwood algún día, donde resulta que pasará sus últimos años hasta su muerte en 1929.

Black Hat Jack nace a partir de un relato de Joe R. Lansdale. Un relato épico que ya me doy patadas en el culo por encontrar en formato literario tras ver lo guapo que está y para comparar… Aunque es Mauro Boselli quien adapta esta historia a cómic. Guion narrado en primera persona donde a través de la propias palabras del protagonista nos cuenta como junto al montañés Black Hat Jack decidieron probar suerte en la caza de búfalos y…, donde tras una serie de investigaciones y pesquisas que van encontrando por el vasto páramo con un puñado de cazadores de búfalos, terminarán luchando en la famosa batalla (la segunda) de Adobe Walls, que se dio en junio de 1874 y que enfrentó a cientos de guerreros comanches, cheyenes, kiowas y arapahoes contra unos veintiocho cazadores de bisontes estadounidenses que defendían el asentamiento, en lo que ahora es el condado de Hutchinson, Texas.

Otra de esas batallas épicas históricas de unos pocos contra muchos. Lugar para ver que Lansdale leyó bastantes “novelas de diez centavos” como inspiración para esta historia. De algún modo, es muy parecido a ese formato; sin contar, por supuesto, con las geniales ilustraciones de Stefano Andreucci que son soberbias. Acción trepidante en un relato que rebosa suspense y nervio con el avance lento hasta que se desata el infierno. Por lo que he podido encontrar: sí, realmente Bat (Murciélago) Masterson estuvo presente y fue uno de los parapetados que hizo unos disparos increíbles. Tiene detalles así. Después de eso, hay cosas que se contradicen pero el Sr. Lansdale y Mauro Boselli (tengo que comprobar de quién es la culpa, por eso lo de leer el relato original). Aunque los fans de los spaghetti-westerns alucinarán de lo lindo con este cómic.

Reseña: John Tanner. El Cautivo del Pueblo de los Mil Lagos, de Christian Perrisin y Boro Pavlovic

Llevo mucho sin deciros que, tanto que alardeamos de creadores de buen cómic los americanos, resulta que, por ejemplo, las mejores historias de Western en este formato siempre nacen en el viejo continente. Es una coincidencia que quizás no lo es tanto pero, ¿no sería más lógico que en cada tierra se hiciera lo mejor para con su historia? Supongo que de ahí lo de no ser profeta en tu tierra por que en mi caso, la mejor historia que he visto en cómic sobre la Guerra Civil Española…, por supuesto, no la hizo un español. Pero a lo que iba, que es fácil encontrar muy buenas historias del Oeste dentro del noveno arte y del cómic europeo.

Yermo Ediciones recién publica uno de esos títulos, uno de esos cómics para el recuerdo. Es decir, las historias que se basan en hechos reales a uno se les queda grabada. Serie que se inicia con este primer álbum y que deja con ganas de más. La historia de John Tanner, que permanecerá cautivo de las tribus Ojibwe durante treinta años (capturado desde los nueve) historia de la que no tenía ni idea. Me sonaba algo parecido, pero ni era exactamente esta historia, ni transcurría igual. Y es que, con la intención de reemplazar a un hijo desaparecido, John experimentará varias pruebas y un destino singular y doloroso, antes de convertirse en un vínculo entre las culturas blanca e india, a través de su función de traductor y guía. Por tanto, estamos ante un cómic de belleza incalculable, un guion de película biográfica muy bien relacionada y bien documentada por lo que he podido investigar. Al buscar lo que concierne al personaje (yo soy así de inquieto) en mi Historia del Far-West, de Rieupeyrout (enciclopedias que, sin duda, merecerían una bonita re-edición en español); me di cuenta que Perrisin había estudiado bien el tema, porque si exceptuamos algunos pasajes de ficción que le dan aspecto aventurero al guión, todo huele a autenticidad. A la vez que le da valor antropológico a los nativos americanos.

Es una trama que además pertenece más al campo de lo salvaje que a la típica historia de búsqueda. La acción se desarrolla entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, es decir, menos de un siglo antes del período en el que transcurre El Último Mohicano. Pero está en esa linea. Un cómic impregnado de cultura india, incluso el vocabulario indio es increíblemente rico. Y que trata la historia contada a través de John Tanner a un amigo que se convertirá más o menos en su biógrafo. Un médico curioso abierto a los pueblos nativos americanos de 1827. Así que imaginamos desde este medio-flashback que al final del álbum Tanner ya es un adulto y se ha convertido en indio. Una historia sin sorpresas pero que se disfruta con el “durante”. Sobre todo, por el dibujo de Pavlovic, cuando menos, ingenioso, efectivo, que acompaña muy bien a la historia, que se desarrolla a ritmo lento, pero de forma interesante. Siendo el conjunto descrito, diálogos bañados en ilustraciones muchas que son lienzos en sí mismos.

El dibujo de Pavlovic (ilustrador que recuerdo de El Niño y Les Munroe), posee un dibujo soberbio, digno de la mejor BD. Despliega todo su don en los magníficos paisajes de los Grandes Lagos pero también ofrece un verdadero festival sobre cultura india (atuendos, objetos y rostros indios). Además de la historia de John Tanner, la historia en su conjunto es instructiva por su transcripción de esta cultura india que descubrimos en un tono mucho menos idealizado; los nativos son crueles, a veces malvados, individualistas y viven en la indigencia algunos. Otra ambición de sobrevivir en un mundo hostil. Mas, también aprendemos que la evolución de los nativos no se basó sólo en violencia y sangre, sino en una especie de asimilación de mestizaje de lo que es un claro ejemplo John Tanner. Después de todo, son indios de los Grandes Lagos, no tienen la misma forma de vida que los indios de las llanuras de un siglo después. Una comuna diferente.

Serie planeada en díptico, que ningún amante del género debería perderse.

Reseña: Nevada. La Estrella Solitaria, de Fred Fred Duval, Jean-Pierre Pécau y Colin Wilson

Lo confieso. Últimamente, estoy en el punto de solo querer leer westerns e historias apocalípticas. Para mí, de algún modo, entre ellas hay cierta conexión. ¿Y la hay? No sé, mi cerebro dice que sí, y que quiere leer-degustar obras del estilo. Si no fijaros en mis últimas reseñas… ¿Qué sobre lo apocalíptico el tema que quema que estamos viviendo tiene mucho que ver? Pues supongo que la mayoría de los psicoanalistas están afirmando ahora lentamente con la cabeza. En fin. ¿Qué es la lectura si no el mejor arma para evadirse? ¿Vivir y sentir aventuras en la piel de otros e imaginar qué harías tú en su lugar? Para la ocasión, junto varias cosas. Un tipo de argumento que me gusta leer en estos momentos y un dueto de guionistas de los que no me quiero perder nada-nadita-nada de lo que se publique en nuestro idioma. Fred Duval (Mosquetero, Hauteville House) y Jean-Pierre Pécau (Sonora). Ahí estamos. Y no contento con eso, este primer ejemplar de Nevada, cuando sabes de qué va, se recomienda solo. No sólo por el “suspense” de los acontecimientos, como decía Patricia Highsmith; hay más, la estructuración y el marco de los hechos. Pues Nevada nos lleva a un universo muy occidental pero que tiene lugar en una zona muy western durante el período de prohibición estadounidense de la Ley Seca.

Nevada, es el bastión de los grandes estudios de Hollywood que están comenzando a despegar. Tiene como misión buscar y traer de vuelta a los estudios a los actores para que puedan prestar sus servicios a los medios. Y se le aporta lo que quiera que necesite: sustancias más o menos legales. He aquí una serie decididamente volcada a la acción con un protagonista central, un antihéroe «perfecto», que no teme a nada y no se deja engañar. Un rostro pulcro, fuerte, inteligente, afortunadamente su cinismo le da a su carácter un poco de aspereza, de lo contrario rápidamente nos abrumaríamos con tanta perfección. Pero el tío lo vale.

Por si aún no me he explicado bien (no me he tomado aún los cafés que necesito), Nevada es  una nueva serie de álbumes procedente de nuestra amada BD, que Yermo Ediciones recién publica y que nos habla sobre un cazador de estrellas en Hollywood en la década de 1920. Un concepto original del tándem a seguir Duval/Pécau. Nevada Márquez es una especie de vaquero montando en el mejor corcel motorizado que existía en California en los gloriosos años 20 y probablemente a día de hoy. Una Harley. Los estudios de Hollywood le encargan regularmente que traiga de vuelta a estrellas de cine que, sacadas de la borrachera, drogas o de los deseos más naturales que el cuerpo necesita, lo más importante, es que vuelvan al trabajo, en especial, aquellos que abandonaron en mitad de una filmación.

Nevada tiene que encontrar los medios para hacerlos entrar en razón. Los presupuestos son los que son y giran en torno a esos/as depravados. Y así vamos sabiendo de Mac Nabb, estrella prodigiosa del western, apodado «La Estrella Solitaria», que decidió tomarse un descanso por México o la Baja California. Con unos intereses ocultos que no gustan a cierto tipo de gente. Y ahora a Nevada le toca encontrarlos. ¿Cómo? ¿En plural? Sí. El actor y su doble se han metido en un buen lío…

Me gustó mucho este western ligeramente moderno que mezcla Oeste Americano y desierto de México con el comienzo de la Edad de Oro de Hollywood y sus caprichosas estrellas. Tiene bastante trasfondo a novela de James Ellroy. Un buen punto de partida a intrigas palaciegas del mundo del cine pero que se centra sobre todo en la acción. La psicología no es demasiado importante aquí.

El escenario del desierto está lo suficientemente bien representado para que podamos entrar. Y hay algunos toques de humor muy interesantes. Colin Wilson nos ofrece un dibujo, una gráfica realista bastante convencional, jugando con el encuadre y manejando cuando toca el ímpetu de la acción, cosa que embellece a su vez el hilo narrativo.

Nevada tiene buena pinta o mala, según el bando en el que estés. Su motocicleta ruge en el desierto y mejor será que no la oigas cada vez más cerca. ¿Quieres saber más? Yo también.

Reseña: Americania. Historias de la Frontera, de Sergio Toppi

Si Toppi hubiera sido escritor, probablemente hubiera sido antologista. Se nota que le gusta y se le da bien, crear cómics con diversos relatos donde en realidad nos está brindando sorbitos con moraleja. Americania: Historias de la Frontera es este estupendo tomo en tapa dura que recién publica Ponent Mon y que podría ser una especie de contraparte a Tanka, que contenía una serie de historias cortas sobre el Japón medieval, otra buenísima antología del milanés que espero que Ponent Mon nos traiga en breve.

Ya lo dice el subtitulo, en Americania somos transportados al Oeste de USA, a la frontera, momento culmen de la fiebre del oro. Aquí los protagonistas llevan una existencia sucia, polvorienta, viven el día a día apenas sabiendo que le deparará el destino mañana. Todo el mundo piensa que puede mejorar su triste vida cotidiana recogiendo algunas pepitas que parecen dejadas ahí, en un charco, donde pisan y mean los caballos. Pero pocos conseguirán encontrar tan preciado tesoro, piedras que proporcionan placeres de la vida por un tiempo, o no, porque la lucha y la muerte van de la mano con estas señoritas de color dorado. Y también hay quienes se aprovechan de esta miseria humana para hacer buenos negocios, y quienes roban a pobres infelices, pero quién roba a un ladrón… Bueno, ya saben.

Esta fabulosa edición -indispensable para ti si tienes un mínimo de interés por una buena historia del Oeste en formato cómic-, abre con un estupendo Prólogo de José E. Martínez, donde habla de la genial colección que están creando con Maestros del Fumetto. Donde Sergio Toppi es un imprescindible, por supuesto, y de la importancia de recuperar sus obras para el público español e información jugosa de donde parte y donde se publica cada relato. De hecho, cada historia abre con eso mismo: año de publicación, titulo original y demás… Me encanta. Así «entras» sabiendo un poco sobre lo que cada cuento tiene detrás, en estas once historias que nos llevan a las rutas del Gran Norte, donde poblaciones amerindias y tramperos se codeaban para tener que llevarse, casi cada día, un trozo de carne a la boca.

Americania: Historias de la Frontera contiene relatos buenos y buenísimos. Así de claro. En comparación con otras colecciones de cuentos (y os habla alguien que tiene en casa más de quinientas antologías, y leídas, más del doble), en antologías ya sean de Toppi, Serpieri u otros autores, casi siempre hay un resultado desigual. Pero Americania tiene un alto porcentaje de calidad. Sinceramente, no desecharía ninguna de las once tramas por las que Tarantino estarái seguramente encantado de llevarlas al cine. Tiene chuladas como Naugatuck 1757, que habla de Farquharson, un escocés que huyó del yugo inglés, un gaitero que se va América a cumplir la profecía de su familia. O Mientras vivas, donde un indio nos cuenta los momentos finales de su padre, el cual cambiaba pieles por armas y alcohol, aunque él solo quiere poder cazar en paz en las grandes llanuras. O Una sola vez en la vida, donde un ladrón cuenta cómo la única buena acción que hizo en la vida, lo llevó a la horca.

Joyitas que se quedan en la mente por un tiempo como es Responde a mi pregunta, un relato de un hombre que se instala cerca de un río y encuentra mucho oro. Hasta que los indios del lugar, hasta entonces benévolos, le piden que se vaya y devuelva lo robado a sus tierras. O Una visita para John Colter, genial este relato muy fílmico, donde el mostrador de Colter es el único lugar en millas donde poder obtener suministros. El mismo lugar donde John Colter aprovecha para desplumar a sus clientes, hasta que un día aparece un indio que le ofrece una enorme pepita… O historias como Blues, que dan miedito.

O Katana, donde se cuenta el último viaje de Jedediah McCoy con prisa por cruzar la frontera. O La rabia por vivir, donde abandonado por su compañero, un buscador de oro decide recurrir a sus últimos recursos para sobrevivir al agotamiento, el hambre y a ese viejo lobo que lo vigila desde la espesura…

Todas y cada una de las historias tienen su aquel. El Oeste contado por Toppi es el de un período duro en la historia de Estados Unidos. El de Las Uvas de la Ira, de Steinbeck, donde hombres en busca de un futuro mejor se aventuran en tierra inhóspita. ¿Y qué mejor que la línea realista y el dominio del blanco y negro del gran Sergio Toppi para trasladarnos a ese ambiente? Americania: Historias de la Frontera es un tomo que hará salivar a más de un fan del cómic europeo, y por supuesto, a todo amante del western o historias de vaqueros, como las llamaba mi padre. Una puerta abierta a otra época, donde el sufrimiento era vivir entre montañas escarpadas, desiertos de vida sin arena, donde el viento agrieta rostros y enmudece los disparos de Colts y Winchesters que ayudan a vivir unos días demás.

Indispensable, amigos, indispensable.

Reseña: West Legends. Wyatt Earp´s Las Hunt, de Peru, Lorusso y J. Nanjan

Siempre se ha dicho (y lo corroboro) que en el cómic europeo se pueden encontrar los mejores cómics del Oeste. Esos westerns que muchos apreciamos, un género donde se han podido leer grandes historias, tramas que han evolucionado en muchos casos en lo que se conoce hoy en día como novela negra. West Legends, es un claro ejemplo de serie de álbumes chulos de la BD, una miniserie de seis one-shots cuyos protagonistas o héroes son esos tipos que ya conocemos como leyendas del Salvaje Oeste. Mirad con que simple idea se puede realizar algo tan atractivo, la serie promete contarnos la historia que se esconde tras los famosos pistoleros: Billy El Niño, Buffalo Bill, Wild Bill Hickok, Butch Cassidy, Toro Sentado o Wyatt Earp. Como dice la sinopsis:

Detrás de cada mito del Oeste hay un hombre… hay una historia.

Este primer volumen se relaciona con Wyatt Earp, uno de los mitos que siempre más me han llamado la atención. El famoso Marshall o Alguacil que ocupó varios puestos policiales en el Oeste y uno de los protagonistas en el conocido tiroteo en el O.K. Corral de Tombstone, Arizona; junto a Doc Holliday, Virgil y Morgan Earp. Una figura legendaria del western americano cuya vida ha inspirado numerosas historias pues Wyatt Earp fue conocido por su extrema dureza en el trato con aquellos que infringían la ley.

Era incorruptible y osado en sus procedimientos como pocos. Virtudes muy díficiles encontrar en esos tiempos…, y en los nuestros. Pero aquí no vamos a encontrar la historia del O.K. Corral. La historia que se nos cuenta ocurre años después. Earp viaja a San Francisco por invitación de un viejo compañero de aventuras y cuando llega, se desilusiona bastante rápido. Su amigo ha sido asesinado. Earp investigará para averiguar quién y por qué, y en el transcurso, volverá a encontrar esa maldad del ser humano que nunca soportó.

La libertad que se tomó Peru para imaginar la vida del héroe años después del gran tiroteo, es audaz e ingeniosa en Wyatt Earp´s Last Hunt. La historia propuesta es súper atractiva y su dinámica e investigación es apasionante. Quedas enganchado en nada. Hay pistas falsas y suspense como para que quieras seguir, y seguir leyendo, durante las sesenta páginas del álbum, hasta terminarlo. Saber el porqué de todo. Además, posee una ilustraciones de Lorusso magníficas y un coloreado de J. Najan genial que confieren en una atmósfera evocadora, que respeta los códigos del género de forma maravillosa.

Muy agradable sorpresa con esta serie que representa las grandes leyendas del Viejo Oeste. Deseandito leer el siguiente volumen. Pero ya os digo, por el momento, una serie indispensable para todo fan de este glorioso género que ha sabido reinventarse gracias a los grandes autores de la BD.

Reseña: Durango. Volumen 1, de Yves Swolfs

Vuelve a estar en catálogo una nueva edición de esta joyita western del cómic europeo como es Durango. Wow! Cuando vi que Yermo Ediciones nos traía esta maravilla en formato recopilatorio, no me lo pensé dos veces. Unas ediciones geniales en tapa dura, unas obras tan atractivas que, merece bastante el esfuezo económico. Pues Durango es una obra de esas que cautivan al verlas de pasada. Y de la que podés ver que todo el mundo comenta solo cosas buenas. Ya la misma portada, con un personaje muy a lo Clint Eastwood, atrae. Además de contener un verdadero spaghetti-western. Con grandes referencias a films clásicos, de los buenos del género como El Gran Silencio. Para los entendidos, que duda cabe que en Durango, Reno está inspirado en Kinski. El film también goza de un estado nevado como es Utah, donde la pequeña ciudad de Snow Hill parece perdida, y donde el deshielo llega a las cercanías de Wyoming a un lugar llamado White Valley.

Este primer volumen es brillante. Contiene los cuatro primeros volúmenes de la serie. Los únicos que hasta ahora habían visto la luz en nuestro país, sí, pero que en una edición así se hace indispensable. Yves Swolfs (Black Hills) redefine en Durango los parámetros del western franco-belga añadiéndole todas las características del spaghetti-western cinematográfico. Desde el primer momento lo ves. Viñetas que molan un montón, casi cada una un lienzo a enmarcar dentro del noveno arte. Hace que te preguntes donde has visto estos paisajes antes y por qué son tan evocadores. Asesinos liderados por Loco recorren las montañas nevadas. Pauline ha perdido a su marido; muerto por un asesino desenfrenado a quien parece que nadie puede parar en su desidia. Entonces, como una desalmada que lo ha perdido todo, ella contrata a un hombre habilidoso con el gatillo. La venganza, la persecución, está servida. ¿Cortarle la garganta a un niño? ¿En qué vasto e inconsciente mundo, nos hemos convertido?

En Los perros mueren en invierno encuentras un buen escenario y buenos diseños desde la primera página. La trama que os decía que más recuerda a El Gran Silencio. El plomizo y sangriento film que el cineasta Sergio Corbucci dirigiera a finales de los 60s. En un tiempo en el que el Salvaje Oeste conocido como tal, llega a su fin. Aunque a ciertos territorios, le cuesta irse. La fuerza de la cólera ya cuenta más. Y para mí, contiene ese ingrediente que hace que te enganches a la lectura y no quieras parar. Un grupo de ladrones, los mismos idiotas de los viejos westerns que se creen los mejores siendo los más salvajes sin respetar la vida de los demás, más unos aldeanos que acogen con los brazos abiertos a Durango, que parece resolver la situación a su manera. Un argumento de lo más sencillo pero pieza básica de las mejores historias del Oeste. Malas noticias para unos bandidos ir a saquear un pueblecito en el que Durango descansa…

Trampa para un asesino. Tercera aventura, tercera oportunidad, y sigue siendo efectiva a pesar de usar las mismas recetas. Sin embargo, el estilo de Swolfs que se parecía un poco al de Giraud hasta ahora, aquí cambia al utilizar otro escenario. En mi opinión, este es el gran álbum del tomo y no por su escenario (tan bueno como los demás) sino simplemente por la aparición estelar de la Mauser 98, el cambio del revólver por la famosa escopeta que dura hasta nuestro días. Dicen que es la marca de Durango por excelencia. Amos es el cuarto álbum y el que cierra el volumen. Del que espero poder a volver más en no mucho tiempo, pues menuda joya. Un cómic que refleja muy bien lo que debió ser el día a día en aquellos años de colonización y escaramuzas. Una buena historia que mantiene el movimiento. la atmósfera y el lado despiadado del clima para con la vida del ser humano en aquellos tramos. Personajes secundarios bien estudiados y el dibujo de Swolfs volviéndose espléndido. Por lo visto existe un «Ciclo Amos» de tres álbumes y este es el primero. La persecución entre mexicanos por un lado, y estadounidenses por otro. Grandioso.

Un primer volumen en el que conoceremos a Durango y que tipo de rasgos lo definirán en un futuro. Un pasado sangriento, rencor sosegado pero eterno, su condición de pistolero implacable y una antigua herida de bala que lleva a modernizar su arma, dejando atrás el clásico revólver para dar paso a las semiautomáticas. La principal presentación del cambio, pues Durango es un pistolero que no tiene escrúpulos en derramar sangre. Aunque surge en él, en ocasiones, la tesitura de estar haciendo lo correcto. Me consta que existen diecisiete álbumes publicados desde 1981, donde Swolfs ha ido introduciendo versiones y homenajes a grandes spaguetti-westerns de la historia fílmica. Yermo ya ha publicado varios recopilatorios. Un dibujante talentoso, guiones cautivadores y un personaje seductor y entrañable. Caeréis rendidos.

Reseña: Pieles Rojas, de Paolo Eleuteri Serpieri

Los amantes del buen cómic y del género Western estmos de enhorabuena. Y aunque a veces la espera de algún titulo que merezca la pena, se hace larga, uno siempre tiene la esperanza que entre las editoriales que publican asiduamente cómic europeo en nuestro país, aparezca alguna joyita. Por eso, nunca me cansaré de deciros que como mínimo vuestro ojito derecho debe estar puesto siempre-siempre en Ponent Mon; editorial gracias a la cual (por-ejemplo-por-ejemplo) podemos acceder a joyitas de la BD como Apache Junction, Simón del Río o el glorioso integral de Manos Kelly. La misma editorial que alcanza el podio del aficionado al comenzar a publicar volúmenes del maestro Serpieri como Las Reglas del Oeste, Lakota, La India Blanca y otras historias de mujeres o este magnífico volumen de relatos que os traigo hoy llamado Pieles Rojas.

Y es que con Pieles Rojas se contribuye a los inicios del autor italiano. Los nuevos amantes del cómic pueden no saber que antes de hacer Ciencia Ficción y dibujar buenas nalgas femeninas (¡Cómo en Druuna!), Paolo Serpieri comenzó de forma inteligente con lo que molaba en el momento; haciendo relatos cortos del Oeste en formato viñeta. Sus primeros trabajos, gracias a Ponent Mon, ahora recuperados de la legendaria publicación italiana Mosquito. Con todo lo ideal para abstraerse en esa visión casi antropológica de la cultura nativa americana.

Cheyennes, pawnees… Lejanas estepas de color amarillento y amarronado donde cuervos carroñeros sondean tribus que recorren el sendero, la cuenca del río Plateado en las actuales Nebraska y Kansas. Auténticas tribus repletas de historias sugerentes que contar, llamativas y con trasfondo. Tramas que narrar, siempre vestidos con su indumentaria gobernada de pieles de animales y plumas con los más diversos tonos de ocultación. Historias de estos hombres curtidos en el dolor, entre los susurros de atardeceres bajo la sombra de las Rocosas, aventuras que Serpieri muestra  de forma bastante realista y que vieran la luz a finales de los años 70.

En Pieles Rojas descubrimos así al indio que con desazón está tratando de conformarse con la llegada a sus tierras de la cultura blanca. El indio místico, el indio en guerra que es cauto y preserva su juego, y por supuesto, aquellos trabajos duros que conllevaba la trashumancia entre bisontes y pieles rojas. Historias que no brillan por la percusión de sus escenarios, Serpieri siempre fue más de acercarnos a los personajes en demasía, a sus interiores, haciéndose principalmente descriptivo con sus moralidades a través de bocadillos de pensamiento y cajas narrativas. ¿Qué les preocupa¿ ¿Qué les incita a seguir hacia delante? ¿Tienen mucho que perder? Todo en una vena muy cercana a lo que hacía Giraud, Manara o Boucq.

En este genial recopilatorio se aprovecha además, la llegada a su fin del siglo XIX, cuando en América del Norte dos grandes civilizaciones se enfrentaban a muerte. Así se cierra un volumen que tiene como objetivo un apasionante viaje al Lejano Oeste, el cuarto de una cuatrilogía de autor podríamos decir, ese mismo que sabía reflejar como pocos, dichos momentos de supervivencia casi diaria. Para saber más. Destinos inevitables y otros lances del destino que muy pocos esperan. La vida misma pero atractiva en lo que se refiere a viejas historias de frontera. Como amante de la originalidad, para mí brillan. Historias cortas de las que hablar poco, es contar demasiado. Joyas muy destacables en este tomo como De cómo se convirtió en bandido Cola de Zorro, El Sortilegio del Espíritu de las Aguas y la inmersiva Takuat. Si aún no lo habéis notado, os adelanto que para mí Serpieri, es uno de los más grandes ilustradores que ha parido el Viejo Continente. Paolo Eleuteri Serpieri (1944), un guionista e ilustrador de cómics italiano, de todos conocido por sus trabajos de representaciones muy detalladas.

Ahora casi que descanso a gusto. O no. Por que uno siempre quiere más. Más de lo bueno. Lakota, La India Blanca y otras historias de mujeres y Las Reglas del Oeste son genialidades que ya se encuentran en mi cómicteca en lugar destacable. Pieles Rojas se les une con los abrazos abiertos. Serpieri enmarcando perfectamente escenas detalladas y documentadas. Su tinta negra profunda como modelo de equilibrio, tanto en términos de decoración cercana como de personajes expresivos y disfrazados. Su cese de los cómics por razones médicas es una gran pérdida para el noveno arte. Mucha fuerza, maestro italiano.