Reseña: Frankenstein, de Mary Shelley y George Bess

Correcto. Yo fui de esos que días atrás en el Día de Drácula (sí, existe) me puse con uno de sus títulos. Aproveché también que Norma Editorial recién trajo el Frankenstein, de George Bess, revisité su Drácula (https://www.normaeditorial.com/ficha/comic-europeo/dracula-v1) y disfruté ambas obras como nadie. Y es eso, tras el sublime Drácula que nos había ofrecido Mr. Bess en su día, inevitablemente se le esperaba el turno a esta nueva adaptación de uno de los grandes clásicos de la literatura fantástica. Una vez más, con resultado impresionante de su traslación al cómic de la obra más puntera del gótico, del terror clásico. E impecable. De cinco estrellas. Todos los halagos son pocos para este tomo. Esta obraza que se marcó este hombre que ha trabajado con los más grandes del gremio (Alejandro Jodorowsky, por ejemplo) y que pese a estar muy presente en la BD, la cuna del cómic europeo, reside en nuestras paradisíacas Islas Baleares.

Una nueva edición de lujo (que queda genial en la balda junto al dorado vampírico de su hermano de colección), un servido en blanco y negro que se vuelve sobrecogedor con tonos grises en ciertas escenas. Georges Bess, retoma fielmente la novela gótica escrita por Mary Shelley en 1816, la historia que marcará para siempre la literatura y el imaginario colectivo del terror junto con la idea científica de hasta donde puede llegar el hombre en sus investigaciones. Bess abordando el otro mito británico del siglo XIX. Y de nuevo, una adaptación fiel, un dibujo fabuloso, una psique fascinante de los personajes y una edición preciosa. Cierto es que algunos creen que esta trama es antigua, que nuestras mentalidades ya no están en línea con las costumbres vigentes de la época de pensamiento de Víctor Frankenstein, pero todo esto se pira cuando te pones a disfrutarla. La historia humanista del monstruo es universal y tocará la fibra a los lectores, como siempre he dicho, bien ilustrada, esta trama toca el cielo. Y Bess, al igual que hiciera Bernie Wrightson, lo consigue.

No voy a hablar del argumento porque… bueno, es demasiado conocido. Pero siempre me fascinó la historia real precursora de inspiración que hay detrás y la contaré para quien no la conozca. En 1816 un grupo de jóvenes «románticos» se fueron de vacaciones a un castillo junto a un lago en Suiza. Para pasar el tiempo, deciden escribir una historia de terror y exponerla en grupo. Una Mary Shelley de diecinueve años, gana este pequeño juego con un esbozo de Frankenstein; una historia que relata tras haberla soñado. Entre los amigos de dicha reunión estaban su esposo, el poeta y filósofo Percy Bysshe Shelley, Lord Byron y John Polodori que creó para la ocasión un genial relato como es El Vampiro y que os recomiendo leer. Pero Frankenstein o el Moderno Prometeo fue trasladada a novela y se convirtió en una obra precursora de la fantasía y la ciencia ficción, a priori, hasta que se conformó el género de Terror en si mismo. Luego, ya sabéis, un número incalculable de adaptaciones incluidas las cinematográficas y una obra entroncada en la cultura popular.

Bess se mantiene fiel a la novela. No hay grandes sorpresas. Es la historia a disfrutar junto a la ilustración. Pero se siente el dolor, el miedo y la furia de este monstruo creado de carne humana. Transmite emociones y por eso las sensaciones que deja el cómic son maravillosas. Un blanco y negro sublime, de trazo fino, preciso y repleto de detalles. Basta con mirar la página 53 con su lluvia torrencial o los ojos del monstruo los cuales transcriben emociones. Y la soledad que lo convertirá en lo que es.

Un diseño gráfico que hechiza.

Reseña: Los Portugueses, de Olivier Afonso y Chico

Que se sepa, no teníamos cómics que evocaran la afluencia masiva de portugueses a Francia en los años 70, ¿no? Al menos, ni he leído, ni me han contado, ni me han comentado que les comentaron. Y eso abarca a muchísima gente, modestia aparte. Ya puedo visualizar a los enemigos: personas que huían del régimen totalitario del general Salazar, y Francia cercana, linda y republicana, un edén maravillosito al igual que se la imaginaron los que huyeron de nuestro país tras y durante la guerra civil. Pero no a todo el mundo se podía acoger, no a todo refugiado ordinario, al menos. Aunque eran muy bien recibidos los que ofrecían mano de obra barata, aspirantes o sufridores de la construcción, en particular, albañiles.

Los Portugueses es un nuevo cómic publicado por Ponent Mon en nuestro país. Otra historia interesante con trasfondo histórico como se suele encontrar dentro del buen cómic europeo. Y no me equivocaba: un tal señor Mario huyendo de la dictadura de Salazar en Portugal que una vez instalado en un barrio marginal cerca de París conocerá, junto a Nel, la vida de miles de inmigrantes; sus males, sus bienes, lo que les llevó a “descansar” al mismo lugar como otro de los 700.000 portugueses condenados a la miseria y a guerras sinsentido en Angola, Guinea Bissau y Mozambique. En Los Portugueses conoceremos algo más de esas esas historias a través de Mario, Nel y Eva. Almas vivas y en pena que nacieron en el lugar equivocado, o mejor dicho, en un país, en la época equivocada. Y fue el destino de dos de ellos, incluido su padre, lo que sirvió como inspiración al guionista Olivier Afonso para contar esta obra.

El joven Mario acaba instalándose en las afueras de París, en un campo de trabajadores, claramente un gueto aunque quienes viven allí pueden hacer un viaje a París en su tiempo libre. El bullying, el racismo, el amor, todo esto será contado con franqueza, de forma fluida. Pero el tranquilo Mario choca a veces con el astuto y ambicioso Nel, aunque su amistad triunfará sobre bastantes pruebas que les pone el destino.

Hoy en día, cantidad de portugueses están totalmente integrados en la sociedad francesa. Este álbum nos recuerda que no fue fácil, que la sociedad actual se construyó sobre miles de historias así, y que a veces salió mal. Muy mal. Cantidad de países (como mi querida USA) es la prueba de ello. Los Portugueses es un cómic que lejos de revolcarse en una narrativa miserable, insiste en la solidaridad, la ternura y el amor. Y al final, como en los cuentos de hadas: se casaron y tuvieron un hijo (o más, la historia no lo dice).

El dibujo “cercano” de Chico es similar al de Olivier Jouvray, Christophe Blain o Manu Larcenet. Su línea, un poco vacilante, incluso imprecisa, encaja bien con el estado de ánimo de estos expatriados que se reinventan lejos de casa. Ilustraciones realzadas por los colores-tierra de Lou, que le dan a la historia un aire western, en los suburbios de una París pueblerina, de hace no mucho tiempo.

Crónica dulce y un poco amarga.

Reseña: La Maestra, de Yves Lavandier y Carole Maurel

La Maestra ha sido publicado por Editorial Astronave en nuestro país, pero es un cómic europeo con una historia fuerte, apasionante que me conmovió de principio a fin. ¿Es una oda al colectivo de profesores y profesoras? Pues sí, pero también es un cómic con un trasfondo histórico de emociones fuertes así como un historia realmente necesaria para leer en estos días. Habla de tolerancia y fraternidad, temas universales que deberían ser eternamente relevantes en nuestra sociedad. Con unos diseños maravillosos también de Carole Maurel, y bueno, el señor Yves Lavandier dándolo todo como suele hacer. Lo que repercute en una hermosísima obra.

Pero La Maestra es también un díptico que combina encanto, valores y suspense. ¿Una maestra defendiendo a sus niños de los que siguen persiguen judíos y allegados a combatientes de la Resistencia pese a que ya se ha iniciado el desembarcado en Normandía por parte de los Aliados? Digno de película. Y es que el encanto de esta conmovedora señorita se detecta desde la primera página. La profe y su franqueza acarician el alma.

El encanto del dibujo de Carole Maurel le hace mucho bien a la imaginación a la que nos lleva la historia; los valores de la tolerancia y convivencia están muy bien reflejados. Y el infierno desatado más allá de la puerta. Dibujos muy Disney clásico aunque, obviamente, una franquicia que jamás haría una peli de esta historia. ¿Le corresponde a la maestra Marie-Noelle salvar a un alumno de origen judío que se ve amenazado por una milicia nacionalista bretona que ayuda a los nazis en su siniestra empresa de exterminio? Algunos incluso dirían que es su deber. Pero ¡ay! del que estuviera en su lugar en un momento así. La cuestión es que esta señorita liderará a toda una clase en un escape inusual. Y como no, lidiando con un alumno que está claramente del lado de los alemanes. Y que no dudará en denunciarla a la menor oportunidad.

El “paseo por el bosque” es una de las escenas más intensas que he leído en un cómic.

Una historia en el fondo preciosa apoyada en la justa lucha de una mujer valiente como pocas.

Reseña: Volage, de Desberg y Sandoval

De Volage me comentaron en su día algo así como “La historia cuenta el intento de fuga del inframundo de un buen grupo de bastardos que te encantará odiar”. Y es así: un criminal nazi, un príncipe compositor y asesino, un envenenador romano una pirata y Jack el Destripador se asocian para conseguir escapar del Infierno. Personajes históricos que representan “la crème de la crème” de la humanidad queriendo o solicitando una segunda oportunidad. Si bien es cierto que Volage tiene una portada que puede incitar a creer que es un cómic juvenil, no lo es. Aunque, ya sabéis… ¿Dónde está el límite? Es una historia de redención si querer llegar a ella. Una historia de cabezonería y de lucha por vivir en la muerte. Un viaje, una aventura vista desde los ojos del malo. Una historia diferente.

Pero ahora que nuestros ojos están muy abiertos, que estamos asombrados y un poco asqueados de tanta soberbia y maldad en el mundo, sabemos que pronto babeamos cuando una historia así se nos propone. Porque nadie puede decir que el argumento de Volage no es atractivo. Es un largo vuelo, una persecución por los infiernos tan bien descritos por Dante y aquí, como dicen los franceses, es donde se nos aprieta el zapato. Volage es un cómic corto, rápido de leer, va a lo que va, y donde solo tendremos la oportunidad de interesarnos de manera muy superficial sobre los protagonistas. Esos mismos que aunque ya os haya contado quienes son, la historia de cada uno de ellos no será mencionada hasta el final. Pero no es parte demasiado importante en el proceso.

Obvio es (pero quiero mencionarlo) que la sucesión de lugares que visitaremos en el Infierno junto al protagonista, no obedece a ninguna regla coherente. Vamos de la mano de Ian McGilles, quien despierta en el Infierno y no sabe porqué está allí. Ni incluso los hechos que ocurren son algo más que lógicos. La teleportación de seres a caballo está a la orden día, por ejemplo. Y algo que me descolocó…, los personajes que mueren en el Infierno, ¿qué les pasa? Realmente no podrían morir, ¿no? O quizás, lo peor es que el Infierno es repetición, como decía Stephen King en una de sus novelas.

Volage, en realidad, habla de la esperanza y su ausencia. Del merecido castigo, de la huida, repasamos algunos trocitos de la vida de los personajes, y eso es lo que nos hace pensar. Lo que nos pone los vellos como escarpias. Todo esto con un dibujo de Sandoval llamativo, un viñetaje magníficos, muchas ilustraciones dignas de cuadro. Los paisajes y la arquitectura son a veces dignos de lo que podemos encontrar en un Santuario con siglos en sus cimientos. Dibujos majestuosos, a medio camino entre las ilustraciones fantásticas del siglo XV y los pintores modernos. Y los diversos demonios y monstruos que aparecen son algunos impresionantes y gráficamente soberbios.

Si te gustan los gráficos de Tony Sandoval y/o las historias de Stephen Desberg, es probable que te decepciones con Volage entre cero y nada.

Reseña: Compañero de Viaje, de Tristan Fillaire, Lucie Quéméner y Tiger Balm

Un thriller la mar de curioso, así catalogaría Compañero de Viaje, la novedad que nos trae este mes la siempre interesante editorial Ponent Mon. Editorial donde debéis poner un ojo, si no dos, para encontrar historias curiosas publicadas dentro del maravilloso cómic europeo.

Compañero de Viaje nos lleva a Moscú y a su fría noche. Olga reconoce a Yuri Gagarin acostado en un banco en un llamativo callejón… El susodicho está vestido con un jersey verde con el escudo de la Agencia Espacial Europea. Él también tiene la cara hinchada y no se atreve a corregir a la vagabunda que lo mete en su viejo coche. Por otro lado está Ahn, que espera dentro de una comisaría, ahora a salvo dentro de unas instalaciones de seguridad. Es prostituta y desea registrar una denuncia contra uno de sus clientes habituales. Y sabe que es esfuerzo malgastado. Aunque en alguna ocasión recibe consejos: “De ti depende gestionar a tus clientes”. Al salir de la comisaría, la vendedora de amor compra un cuchillo. Puede que no sea una mala idea, lo que piensa hacer…

Compañero de Viaje equivale a un álbum debut dos jóvenes autores descubiertos por la editorial Sabarcane, que unió en su día, el don de estos chicos para un proyecto que tras leerlo deja muy buen sabor de boca. Una historia al estilo de esas pelis indies que uno puede ver en Festivales como Sundance y que son muy gustosas de ver pero que muy poca repercusión tienen por su bajo presupuesto. Junto a Tiger Balm, Lucie Quéméner abordó con modestia su búsqueda de identidad con estas ilustraciones. Contrapuso entonces su educación marcada por sus raíces chinas y la rebeldía de una adolescente integrada en un estereotipo de cómic occidental. Y además del trato mesurado, su estilo agarra el estilo boceto y, en mi opinión, queda tan raruno como acertado para la historia en ciernes.

Por otro lado, Tristan Fillaire firma un escenario que es una mini orquesta coral donde se lleva a personajes muy diferentes a una especia de road-movie. Una carrera enloquecida aunque no tenemos la típica cronología de hechos continuados. Lo que hace el autor es darnos un puñado de flashbacks para situarnos y reforzar las intenciones de unos personajes que se les lleva al límite al más puro estilo Thelma y Louise. Desde Olga hasta Ahn, los personajes se transforman con cada adelanto de la historia como en un poema. Y Nils representa la guinda del pastel. Sus problemas de salud son solo el comienzo de un descenso a los infiernos que también recuerda a Un día de furia, de Joel Schumacher. En cuanto a las ilustraciones, más rectas que curvas. Líneas que parecen hechas a mano alzada, a una buena distancia del margen de viñeta, creo que intencionadamente para obtener esa representación “trepidante” de lo que se muestra.

Me gustó que Compañero de Viaje, friends, usa la narración centrada pero no utiliza un subtexto abiertamente social, sino que convoca a personajes marginados que se vuelven entrañables al conocer como actúan y los atrapa en una alineación tan extravagante como real.

Porque el libre albedrío siempre es inesperado…

Tremenda sorpresa.

Reseña: ¡Todo irá bien!, de JD Morvan, Julen Ribas y VVAA

Son ya unos cuantos cómics a mis espaldas leídos del prolífico guionista Jean-David Morvan. Así que en un porcentaje muy alto sabía que poco me podía defraudar este señor del que se puede decir que se le da bien escribir sobre casi cualquier género. Así que mis aplausos vayan por delante para Dolmen Editorial por haber decidido fichar este título del autor nacido en Marne (Francia). Y aunque ¡Todo irá bien! (Ah, ça ira !) fue uno de sus primeros títulos ya como autor consagrado, no es el más alabado. Pero a mi me ha parecido como poco, entretenido. A Morvan lo que le va es coger un momento concreto de la historia y hacer un cómic sobre ello. Y como es el caso, hace muy bien esto que os digo: retrotraernos con un guion a los conatos revolucionarios del 12 de julio de 1789 en el Palacio Real francés y llevarnos a saber qué ocurrió o pudo haber ocurrido, mejor dicho… porque algo de utopía hay.

Aquí en primer lugar nos vamos al invierno de 1775, donde Lisandro y su hermana pequeña intentan sobrevivir en París, ayudados por un misterioso amigo que les proporciona hogazas de pan. Mientras que en la ciudad la miseria inevitablemente se codea con la violencia. De pronto, un acontecimiento dramático obligará al joven a abandonar a su hermana para huir del país durante catorce largos años. Se unirá entonces a la lucha en un nuevo continente americano, para echar una mano a los insurgentes que luchan por su independencia contra las tropas de la corona de Inglaterra. Mas, años después regresa a Francia en abril de 1789 y descubre la opresión de los impuestos sobre el pueblo, lo que refuerza su deseo de luchar contra todas las injusticias impuestas por los poderosos del mundo. Será, “libertad o muerte”, y a través de las catacumbas, ingresa a las murallas de la ciudad para afiliarse con los armados ex-mercenarios de Lafayette, listos para liberar algunos amigos encarcelados.

Inicio potente, historia que te mantiene enganchado, no entiendo muy bien la crítica a esta obra al otro lado de los Pirineos. La Historia en movimiento. ¡He visto pelis del tema bastante más truño que el guion de Morvan. Y si que es cierto que el dibujo de Julen Ribas no es una maravilla en muchos momentos y eso lastra a cualquier obra que se tilda de buen cómic europeo; la vacuidad de los decorados, un trazo cercano al boceto y una narración que a veces no acompaña al dibujo… Creo que por aquí han tirado los que critican ¡Todo irá bien! Además, tengo la sensación de que quizás, en su estreno, los lectores llegaban a esta obra pensando que era un magnífico cómic con el que disfrutar de un buen traslado a la tan alabada Revolución Francesa, y no es exactamente eso.

Pero destaco el coloreado. Ayuda bastante a resaltar los ambientes. Y no pienso ir más allá porque en ¡Todo irá bien! importa, sobre todo, la historia. Así que si quieres sumergirte por “un momento” en ese gran y tumultuoso momento de la historia de Francia, te recomiendo Révolution, de Locard y Grouazel pero también ¡Todo irá bien!, de Morvan y Ribas. Una lectura histórica gabacha que pareces desear si estás leyendo esta reseña.

Incluye entrevista a Julen Ribas.

Reseña: Ángel del Proletariado. La Vida de Yuri Gagarin, de Nikolavitch y Félix Ruiz

Decían que su rostro sonriente y simpático lo convirtió en un ícono internacional, más allá de la Guerra Fría, pues Yuri Gagarin fue el primer héroe de la conquista espacial, personaje a la vanguardia de la mayor aventura del siglo XX. Y Gagarin, habiendo aceptado riesgos increíbles para con su integridad física, fue seleccionado por la Unión Soviética para representarla ante los ojos del mundo, mientras ésta ocultaba la enorme maquinaria técnica, científica e industrial que era capaz de poner en órbita a un hombre. Y en la sombra, un misterioso ingeniero jefe, Sergei Korolev, cuya identidad permanecería oculta durante años. ¿Quién? Korolev fue liberado de un gulag para equipar a su país de geniales lanzadores nucleares, mientras que en Estados Unidos, Wernher von Braun se vio exonerado de su pasado al servicio de la Alemania nazi para crear cohetes igualmente formidables. Que todo, no siempre se cuenta.

Alexis Racunica, conocido como Alex Nikolavitch, es un formidable guionista y traductor de la BD, donde se genera el mejor cómic europeo. También es ensayista y conferenciante, y llegado el momento dio el salto al otro lado del charco para también hacer sus pinitos en el cómic norteamericano de superhéroes. Pero aquí tenemos una de sus potentes obras creadas en el Viejo Continente. Ángel del Proletariado, publicada en nuestro país por Desfiladero Ediciones. Un cómic semi-biográfico que algunos andábamos locos por leer y ver traducido a nuestro idioma. Y que nos lleva a las décadas de 1950 y 1960, al programa espacial soviético logrando sus mayores éxitos. Mientras tanto, en la Rusia clásica, aún a día de hoy, siguen estando en el anonimato virtual ciertos personajes: obsesionados con el secreto, las autoridades han clasificado las identidades de los responsables de estos éxitos, en particular de todo lo que aconteció al comentado Korolev. Aunque todos aquellos cosmonautas fueron una excepción, y especialmente el primero de ellos: Yuri Alekseïevich Gagarin; hijo de obreros, mecánico, que se había convertido en el símbolo del sueño soviético… de buenas a primeras podría estar “clavado en el suelo”, sin que nadie quisiera correr el riesgo de verlo morir en una misión.

A pesar del subtítulo, no es una biografía de Gagarin lo que nos cuenta Alex Nikolavitch. Habla más ampliamente sobre la conquista del espacio, no dudando en hacer viajes cortos al otro lado del Pacífico para ver el progreso de Von Braun en la USA de los 50. También juega el acto de equilibrio con los personajes, siendo Korolev en particular tanto el que fríamente envía a Laika a la muerte o el que lanza cápsulas habitadas, estimando sus posibilidades de éxito en una de dos. Siendo el resultado, un cómic ameno, rítmico, bastante fiel a la historia y lo suficientemente complejo como para convencer.

Con pinceles de Félix Ruiz optando por una representación semirrealista tradicional, relativamente refinada y muy legible. Los diferentes personajes son reconocibles y el colorido juega hábilmente con las paletas para que los cambios en el contexto sean comprensibles. Sin ser irreprochable (sobre todo en los movimientos que a veces son un poco estáticos), es una obra limpia y contundente que recuerda aquí y allá a diseñadores clásicos como Edgar P. Jacobs. Y un cómic que recuerda que no todos los soviéticos fueron malos.

Por supuesto, que no.

Reseña: Neptuno, de Leo

Neptuno es la secuela de la secuela de la secuela, jajaj sí… Pero, ¿y no lo es cada nueva serie o peli de Star Wars? En la continuidad de Regreso a Aldebarán, Leo libera a Neptuno que, como era de esperar, atraerá a su órbita a la pequeña tropa apoyada por la simpática tribu extraterrestre en un cómic que con el paso de las páginas acomete la acción desde diversos puntos de vista. Y nos volvemos a encontrar a Kim, por supuesto, y a Manon, la joven conocida en la mencionada serie que acaba de terminar su formación como agente especial. Pero Leo nos vuelve a ofrecer una trama donde tenemos los resortes adecuados que nos hacen apreciar esta historia de Ciencia Ficción que está dando más de sí de lo que uno pudiera esperar. Ahora con una misteriosa y gigantesca nave que ha surgido de quién sabe dónde, y que daría cobijo a humanos, una amenaza desconocida y una colisión que como todas en este tipo de historias, va a salir mal. Pero nunca subestiméis a Kim, afortunadamente está aquí, con sus súper habilidades adquiridas con las pequeñas cápsulas, poderes de los que muchas vidas dependen.

Neptuno correspondería al sexto volumen de la saga Los Mundos de Aldebarán. La aventura creada por Leo, una obra alabada por muchos lectores de cómic europeo contemporáneo. Tenemos en nuestro país un nuevo álbum donde retoma el universo argumental de la célebre saga y el maestro brasileño vuelve a poner de manifiesto el talento y la desbordante imaginación con la que está llevando esta historia de aventura, intriga y acción. Una fabulosa epopeya humanista como ha sido llamada en diversos medios. Con dos pequeños giros en su guion que nos llevarán a un lugar inesperado en una trama que para nada me la esperaba tan atractiva como al final resultó ser.

Neptuno sólo duró dos álbumes. Los mismos que ahora se recogen en un solo tomo y que publica por estos lares ECC Ediciones. Pero que duda cabe que hubiera dado para mucho más. Obviamente, se queda en una obra menos desarrollada e investigada que los ciclos anteriores y no sé realmente qué incitó a cerrarla tan pronto. Una trama que promete bastante a la larga si se hubiera querido. Un episodio de CF que va a atrapando cuanto más sabe tanto los protagonistas como el lector. Pero se acaba.

Como recordatorio, la saga Aldebarán comenzó en 1994 y dio nueva vida a las historias clásicas de Anticipación lo que posteriormente se llamó simple y llanamente Ciencia Ficción. Pero cuando surgió, tenía ese toque exótico, semi-pulp, lleno de innovaciones tecnológicas que también apostaba por las aventuras clásicas de viajes en el espacio. Destacando especialmente a los personajes y sus emociones. Todo siempre revestido de una sensibilidad ecológica muy marcada y de un sinfín de criaturas y entornos extraordinarios. Un éxito desde el principio, que ya he recomendado (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6223) y que por las criticas que he ido viendo, con los años nunca ha flaqueado. Pero lo cierto es, que después de cinco volúmenes repletos de aventuras, lágrimas y giros, se debiera sentir cierto cansancio por lectores o autor. Y no lo encontré en Neptuno. Quizás por cuando llegó a nuestro país o por cuanto tiempo espacié su lectura en el tiempo, sentí que nuevamente me encantó leer sobre esta saga. Y aunque me da que Leo se convirtió en seguidor del estrés y se vio obligado a ceñirse a los tiempos para no quedarse atrás en un mundo de mundos que no paraba de crecer, creo que el lector que se tome esta obra como lo que es (aventuras clásicas en el espacio, insisto), disfrutará de todas-todas de lo que supone Los Mundos de Aldebarán. Para algunos decepción, para mí una nueva galaxia de eventos a descubrir.

Reseña: Love Love Love, de Kid Toussaint y Andrés Garrido

Uno siempre está preparado y acude encantado a las historias que cree que le van a gustar. En especial, si sabes o supones que la historia que te propones degustar parece sacada de un episodio de la serie Love, Dead & Robots. Porque Love Love Love es eso. Una historia de amor pero también una trama con el racismo de fondo en un escenario futurista.

Elle conoce por casualidad a Karel, un mecha pero también un cherish bot, es decir, un androide dotado de empatía que necesita amor para recargar sus baterías. Entonces, ¿todos los de este tipo necesitan ser amados para recargar sus baterías? Elle accede y es así como termina enamorándose de Karel mientras les rodea una tremenda lucha que llevan a cabo los robots por sus derechos civiles. Transposición total del devenir de la lucha de los negros contra la segregación racial en USA a principios del siglo XX. Aquí los robots, explotados, son mantenidos por humanos bajo el yugo de la obsolescencia programada que pretende destruirlos, impidiendo toda actualización. La guerra parece inevitable. Pero el amor no avisa y entre Elle y Karel es amor a primera vista.

Una historia bastante entretenida que tiene su cosilla. El ritmo es bueno y los protagonistas entrañables, aunque la eterna mirada de perro apaleado de Karel, en ocasiones, pone el vello de punta. Los gráficos de Andrés Garrido sorprenden. Inmediatamente me hizo pensar en el trazo de Hiroyuki Ooshima, el mangaka que probé hace no mucho con una versión manga de Spirou y Fantasio, el mismo que produjo Crime School y Toys of War. Garrido muestra una línea muy suelta, muy dinámica y a la vez encantadora y sostenida por colores ligeramente pastel pero más agradables que pesados. Me gusta la personalidad de este diseño.

Tened en cuenta que la influencia del manga también se encuentra en el rostro del androide Karel. Recuerda a Astro Boy, lo que seguramente está hecho a propósito ya que Tezuka también abordó el tema de la relación entre humanos y robots con empatía y lucha por sus derechos. Pero insisto, trabajazo de Andrés Garrido a los lápices. Me encanta este tipo de dibujo en una historia que recuerda muy mucho a un peliculón como es Her. Con sus diferencias, pero muy al alza con el tema ese de que en la terrible soledad del ser humano, más de uno o una, terminará emparejándose con una máquina. Especialmente, cuando lleguemos a esa época en la que las IAs sean totalmente aptas para, no solo escuchar, si no también darnos amor (en todos los sentidos) a la que se supone es, la raza dominante en el planeta Tierra.

Recomendable historia. Toca la fibra.

Reseña: Aquí Hay Avería, de Lorenzo Montatore

Lorenzo Montatore es un ilustrador y autor de cómics que suele pegar fuerte en el Salón del Cómic de Barcelona. Este año lo ha vuelto a hacer. Aquí hay avería y sus Obras Completas han visto la luz en dos geniales tomos publicados por ECC Ediciones. Yo no me los iba a perder. Pese a su nombre y apellidos italianos, Montatore nació en Madrid en 1983 y reside en Barcelona. Lugar ideal para desarrollarse como autor, en mi opinión. Y es ese tipo de autor que empezó desde lo más bajo: autoeditándose, publicando en fanzines y posteriormente dando el salto a la revista Voltio. Con Aquí hay avería nos demuestra el toque de originalidad del que están siempre sazonadas sus obras. Viti es un personaje tan feo como original, abstracto pero cuya apariencia tiene mucho que decir a poco que sepas de él. Y la vida que lleva. Siempre a tope de droga y vestido de brujo culpable, del color del vicio y con el cabello del color del fuego, no tiene boca porque solo necesita un ojo para comulgar en el sagrario del cuarto de baño. La metáfora está servida.

A Viti se le puede ver de noche. Cuando todos los gatos son pardos pero no sus colores que incitan a los que lo observan. Poseído por el delirio amarillo, patético en su patetismo, se detiene un momento a observar las estrellas que inventan líquidos y recuerdos. La droga haciendo efecto… Esa que se inyecta-gotea en ese ojo llorón. Una sola gota que colmó el vaso de su juventud, y ahí sigue esperando a sus amigos, que ya se fueron para siempre sin despedirse.

Montatore crea una alegoría del destino de muchos jóvenes (o viejóvenes) con este interesante cómic que deja muy buenas sensaciones. Pero Montatore no es casualidad del destino. Es un autor que pese a su juventud se le ve «trabajado» para con sus obras. En 2016 el autor fue nominado por La muerte y Román Tesoro como Mejor Autor Revelación en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona. Después llegaron notables obras como ¡Cuidado, que te asesinas! (La Cúpula, 2018), California Rocket Fuel (Sugoi ediciones, 2019) y Queridos difuntos (Sapristi, 2020). Obras que me han recomendado. No sé…, es ese tipo de autor creador de obras con las que no crees tener feeling hasta que lees o pasan por tu manos algunos de sus títulos. Jamás pensé que me iban a interesar ciertos cuadros y monumentos hasta que estudié Historia del Arte. Creo que es lo mismo.

Tenemos a un autor diferente que propone una jerigonza y un fuero muy personal aunque con diseños que recuerdan a Tono, Vázquez, Bruno Bozzetto o Max. Creo que no te va a gustar un cómic basado en el expresionismo hasta que das con uno bueno. Aquí hay avería fue para mí el ejemplo de esto. Relata doloras e hilarantes aventuras a la vez. Un pintor decadente enganchado a una droga que le aísla, que le lleva a la soledad y allí encuentra la inspiración. Lo único que me sale decir es: ¡Echadle un ojo!