Reseña: Hasta Nóvgorod. Crónicas de un Divisionario, de Víctor Barba

Lo que me gusta de Norma Editorial es la apuesta que hace como editorial por autores patrios como me atrevería a decir que no hace ninguna otra editorial en este país. Ni siquiera de libros. Muchos autores de este país merecen reconocimiento y trato por igual con lo foráneo. Se lleva demostrando hace años que tenemos en la Tierra de Conejos un potencial enorme en cuanto a autores que gozan de enorme calidad tanto literaria como en el mundo de lo audiovisual. Desde aquí mi humilde alabanza a todos ellos, de los que me considero parte. Un porcentaje de guionistas, ilustradores y escritores que poseen el famoso don que te hace diferente a los demás. El don de la creatividad que posee Víctor Barba, el mismo que aporta reconocimiento en cuanto salen de aquí.

Víctor Barba es ejemplo de autor prolífico, con una extensa trayectoria como historietista detrás. Su última obra es la genial novela gráfica Hasta Nóvgorod – Crónicas de un Divisionario. Historia que nos traslada a una época no muy lejana, de sufrimiento cercano, como fue el periodo entre guerras en el que se movió la Guerra Civil española. En Hasta Nóvgorod – Crónicas de un Divisionario nos muestra la vida de una persona nacida para ese sufrimiento al que parecen predestinados ciertas almas de este mundo. Un cómic ideal, una lectura de ambiente magnífica, que va muy acorde al momento que estamos viviendo con la tremenda ola de frío que tenemos encima. Y que lleva a perderse en esta interesante novela gráfica que trata la anécdota real de Teodoro Recuero Pérez, un divisionario extremeño que tomó parte en la Operación Barbarroja durante la Segunda Guerra Mundial. Un paisano que deja parte de sus vivencias aquí, la experiencia de estar luchando en el bando nazi contra el comunismo de Stalin.

Llevando adelante dibujo y guión con la maestría que caracteriza a un profesional del noveno arte como es Víctor Barba, estamos ante un cómic poderosamente atractivo que engancha desde su inicio. Bien mostrada la triste España en la que creció el joven Teodoro en un “paraíso» rural, donde comienza a emerger con fuerza las nuevas corrientes de pensamiento político. La luz y ansias de cambio entre la gente adulta y sufridora del momento, pero mecha encendida que da pie a enfrentamientos y duros desencuentros que terminará por explotar en la denominada Guerra Civil. Propios vecinos de un pueblo, que hasta no mucho antes se consideraban hermanos, matándose unos a otros por diferentes pensamientos políticos. Tristeza absoluta. Trocitos de plastilina como cerebros… Y gente como Teodoro que identificado como puntal comunista no ve otra posibilidad de salir vivo de ésta que trasladándose y alistándose en las tropas nacionales de la Falange y la Legión. Todo, para terminar luchando en el infierno blanco ruso a las ordenes de los alemanes. Lo que se suele denominar:  Irse de Guatemala y meterse en Guatepeor.

Aventuras y desventuras de una vida de sufrimiento, si la miras de forma subjetiva. Pasando por la dolorosa para muchos Batalla del Clínico y siendo enviado a las compañías militares en el norte de África, Teodoro se convierte en unos de los voluntarios para la conocida División Azul creada por Franco para caerle bien a las potencias del Eje. Víctor Barba crea una tremenda historia que tienes que vivir como lector. Una muestra de la sin razón que lleva a una persona a meterse en peligro por el bien y pensamiento de otros. Aunque con opinión propia, estás siguiendo casi sin quererlo los anhelos de otros. Altos cargos que manipulan a seres humanos como si fueran rebaños y que sólo tenían como objetivo la muerte de inocentes. La muerte sin sentido de vidas que no quisieron pensar por sí mismas o que ni siquiera tuvieron la posibilidad de hacerlo.

Con una estética tremendamente bien conseguida y con la épica que merece historias biográficas como ésta, encontramos en Hasta Nóvgorod – Crónicas de un Divisionario, una crónica digna de las mejores históricas bélicas llevadas al formato cómic. Una tremenda sorpresa lectora que no esperaba tan emocionante, si os soy sincero. Sensaciones maravillosas de epicidad y «traslado» que deja esta historia demuestra su calidad. Una que la coge Spielberg y te hace un film de cinco estrellas.

Teodoro fue herido y condecorado, pero también vacunado para siempre contra los dogmatismos y los partidos políticos que creía amar. Ver morir a tantas personas, pasa factura. La fidelidad a los hechos que muestra Hasta Nóvgorod – Crónicas de un Divisionario, puede inquietar a más de uno.

Grande, Víctor Barba.

Reseña: Nestor Burma, de Léo Malet y Jacques Tardi

También leo novela negra y vaya si me gusta, eso mismo le contesté a un lector hace unos días. Novela negra; lo que es género negro, en general, porque en formato cine y cómic también devoro este género que realmente me inculcó un amigo hace no muchos años. Por supuesto, uno ya se ha convertido en devorador de buenas historias, independientemente del género, si son buenas historias. Todo depende del momento. Por que sabiendo indagar, se pueden leer cositas muy jugosas, muy chulas, que casi te cambian la vida al hacerlo como, por ejemplo, me ocurrió a mí con algunos cómics de Ed Brubaker o las joyitas literarias de Dahiell Hammett o Raymond Chandler. Y cuando el radar está sobre un objetivo muy recomendado, dejo de mover el periscopio.

Lo llamamos Burma. Nestor, es su nombre de pila. Profesión: detective privado. Se le conoce como «el hombre que oculta misterios». Seguro, la fórmula suena bien. Pero la mayoría de las veces es él quien queda atónito cuando le empiezan a llegar casos en los que la batuta de la vida da golpes inesperados a gente que se creía inmune. Entonces, ahí está el detective privado parisino, Nestor Burma, un antihéroe de época: lejos de los clichés estadounidenses que representan a los superhéroes al estilo de Hollywood. Pues Burma investiga casos (necesita pagar el alquiler y financiar su firma de detectives), y es un tío útil, jovial, bohemio, pero Nestor Burma también sabe ser duro con los criminales que tienen la desfachatez de ponerse delante. Y con las mujeres es dulce, un Don Juan, rara vez se le resisten, como Helene su secretaria…

Pero tengo la impresión, que para leer y apreciar Nestor Burma, hay que tener cierta edad. Es un tema recurrente en mi cabeza desde que empecé a leer los clásicos del género negro. La novela negra o cómics de este estilo, llegas a ellos y te encantan, con cierta edad. Al menos, ser un adulto confirmado en el sentido de que hay que tener algunos recuerdos o un conocimiento no demasiado antiguo sobre el período en el que tienen lugar las acciones, haber leído al menos una novela policíaca e incluso estar al tanto de los códigos o palabras utilizadas en estas novelas. También es ideal para la ocasión estar familiarizado con los típicos detalles que Tardi utiliza para adaptar estas historias. Entonces, sin ningún juicio de valor, me parece que estos cómics están hechos para ti. Gustan y serán entendidos por gente de criterio como tú, que sabes valorar cada trama de la vida y tienes un gusto exquisito por lo clásico, los mejores gustos para el paladar. Pues a partir de una trama simple en la mayoría de ocasiones, este genial tandem de autores, conserva un nodo central y se recreaen él. Nos muestra el alocado distrito 13, con la ayuda de un sublime blanco y negro realzado con gris; recreación del París de los años 50 a lo golpe maestro, con huellas de quienes componían la materia viva del barrio; obreros, artesanos, niños correteando y prostitutas simpáticas, no mucho. Un lugar atípico pero profundamente humano, de posguerra, lleno de insólitos crímenes donde Burma, el antihéroe creado por el novelista Léo Malet en 1942, se encuentra con personajes a cual más realista.

Tal como indica el avance editorial, cuatro álbumes creados a lo largo de veinte años por el autor de Adèle Blanc-Sec y ¡Puta guerra! y reunidos ahora por primera vez en una lujosa edición integral, en tapa dura y con los colores ideales para que un buen lector sepa de la joya que tiene entre manos. Y es que Nestor Burma es una serie que me habían recomendado leer por activa y por pasiva. Un cómic del que me advirtieron que se disfruta mucho después, cuando se digiere. Aunque se habla aquí de una edición íntegra, me consta que al otro lado de los Pirineos existen más volúmenes con el personaje. Supongo que la siempre recomendable Norma Editorial estará al tanto y traerá más (siempre lo hace), de un mítico detective que ya ha entrado en mi cuadro de honor de “elementos a seguir con gabardina».

Y no estoy hablando de marisco.

Nestor Burma es puro género negro. Ocurrencias, el humor negro, cinismo, el viejo París vivo e intriga con cebollitas… Cuatro álbumes más que recomendables que devorarás de un tirón. Aunque también es cierto que el disfrute depende de ti. Por que no todo el mundo está hecho para que le hablen en plata…

¡Feliz noche de Reyes Magos!