Reseña: Asuntos de Muertos, de Nieves Mories

Cuentan que, en el interior de la casa con un seis pintado en la fachada, se habla con los muertos. Dicen que han visto salir de ella a hombres lívidos y a mujeres llorando. No suelen descorrer las cortinas, apenas hacen la compra y ni se relacionan con nadie. El padre dejó de trabajar para llevar este negocio desde casa, “Asuntos de Muertos”, lo llaman.

La historia de Nieves Mories es una novela de Terror contemporánea difícil de olvidar. Viaja de un lado a otro en el tiempo capturando al lector sin dejarle espacio para que escape de sus páginas. El texto bellamente afinado, acompañado de momentos casi poéticos, está impregnado de una rica descripción, generando tensión y una atmósfera que a veces te hace detener la lectura. Necesitas escuchar que tu corazón sigue latiendo…

Si bien existen elementos sobrenaturales aterradores, serán las personas los verdaderos monstruos aquí. La naturaleza humana asoma su espantosa cabeza mostrándose en su forma más cruel y egoísta. Son las memorias del pasado y el presente de una familia contada por una de las hijas. No fue un hogar feliz. Era un sitio horrible donde no solo hacían negocios con los muertos, sino que también ellos crearon los suyos. Victoria, nuestra protagonista principal, narra lo que fue su vida en manos de unas personas que en vez de amarla la llenaron de demonios personales que nunca lograría sacarse. Su hermana, alma inseparable, en cierta forma sin culpa, terminó de destrozarla. Tal vez Victoria no debería querer volver a casa. Es un lugar que representa el dolor donde su memoria pinta los pasillos de unos recuerdos horribles… Y, sin embargo, regresa de todos modos.

La autora sacará a la superficie el conflicto interno que todos experimentamos cuando lo que debemos hacer y lo que nos sentimos obligados a hacer, están en guerra. Un texto repleto de sentimientos, intensas cicatrices que ya no duelen pero siguen recordando tragedias. Personajes magníficos, vivos, rotos con tendencia al suicidio, que se aman con la misma fuerza con la que desean destruirse. Visiones, relojes invertidos, tijeras manchadas de sangre y una habitación llena de espejos. Una historia de amor, del amor que debían tenerse, pero nadie les enseñó a hacerlo. Una historia de cómo pasa el tiempo y este ni perdona ni olvida. Romance, sexo y un juego de café de porcelana que huele a sus antiguos dueños. La Casa Usher, así la llamaba Victoria. Vidas perseguidas para siempre por la sombra de la muerte. ¿Qué ocurre cuando damos más amor del que recibimos? Una máquina que invoca a los muertos… ¿Fue siempre un simple juego? Las tijeras, el regreso de esas tijeras, chas, chas, chas…

Hermosa, cruel, demasiado real, deseas ponerte en su piel, pero esa locura que arrastra, te hace apartarte de ellas prefiriendo verlo todo dentro de una novela de ficción. Lo que ocurre es que no lo es. Lo sabes, porque algunos de los hechos puedes haberlos vivido.

Hubo páginas que, sin darme cuenta, las leía moviendo los labios, dejando salir pequeños susurros. No da miedo, pero la historia aterroriza sumergiéndote en una extraña melancolía. Letras de Sinatra, matices acompañando una narración donde se domina la palabra… Increíble novela. La recomiendo mucho y al mismo tiempo tengo miedo de hacerlo, porque es un libro que una vez cerrado, la historia seguirá atormentando al lector.

Reseña: Trol, de Luis Pérez Ochando

En verano, los días son especiales, incluso en algunos lugares pueden suceder prodigios. Pero donde hay luz siempre hay oscuridad, donde hay alegría también se llora. En uno de esos días de verano un simple y celoso deseo se convierte en una pesadilla para una niña cuando termina con un monstruo por hermano. Los padres no ayudan mucho, ellos no ven ningún Trol y si a un bebé. Aquí es cuando me detengo en la lectura para sacar alguna conclusión: ¿Tiene razón la niña? O es tanta el ansia de un nuevo hijo que no ven los padres la realidad, no sabiendo distinguir un Trol de un niño…

Destacar la bella portada y pequeñas ilustraciones interiores de Diego A. Bartolomé y un bonito prólogo de Óscar Brox. Nuestro autor Luis Pérez Ochando ha escrito una novela corta de género fantástico con un fondo de terror narrado desde los ojos de una niña. Un toque infantil que conmueve y asombra.

Las páginas de este corto están construidas a partir de una prosa que se lee con toda la gracia de la poesía, aunque las hermosas palabras se entregan con una sensación de extrañeza que incomoda al lector. No es un cuento para dormirse, intuyes que aquí hay más de lo que parece. Sabes que vas a sufrir con la lectura. No importa lo bonito que sea ese bosque donde va la niña a nadar, el cielo azul claro, las libélulas, el frescor de la sombra, todo desaparecerá para traer dolor. No sabes cuándo, pero ocurrirá, por que la magia dejada a su suerte funciona bastante bien sin la participación de adultos. Los niños son particularmente hábiles para recibir esa magia y prosperar en ella. Es el mundo de las reglas y las expectativas lo que distorsiona la alegría. Las cosas que alguna vez fueron hermosas se convierten en una burla de sí mismas. Las intenciones inocentes adquieren resultados siniestros y la magia se convierte en algo espantoso.

Trol captura esa transición y la entrega.

Una historia tan hermosa como siniestra, conmueve el corazón de la inocencia y te asquea el comportamiento adulto. El corazón se te acelera, no se os calmará, cuando empezáis a intuir que es la realidad, lo que la niña entendió y eso que forma parte de la familia y hay que tratarlo bien.

¿Qué define la realidad? En verdad, la realidad es un espejismo que vacila cambiando según la perspectiva. ¿Es un niño pequeño? ¿Es un monstruo? ¿Es otra cosa? Nunca sabremos porqué la madre de Caperucita Roja la dejó introducirse sola en un bosque donde había lobos. Tampoco sabremos si Alicia tomó el té con un conejo u otros seres… En Trol, Luis Pérez Ochando nos escribió un cuento o tal vez más de uno permitiéndonos con ello que cada cual le ponga el final que le permita… Para poder dormir cuando llegue la noche.

Increíble historia e inolvidable.