Reseña: Malasangre, de Michelle Roche Rodríguez

Una vez me dijeron: La narrativa de Michelle te deja embelesado… Y entonces me interesé por su obra. Me encantó ver que uno de los títulos que más ha llamado la atención de esta autora hace referencia a un libro sobre vampiros. A mi normalmente las historias de vampiros de estilo clásico, o que se comportan de forma diferente a todas las demás, me llaman mucho la atención. Y en Malasangre se usa más bien como hilo conductor de la historia pero cuando ya estás enganchado a su trama, en realidad, pasa a segundo plano y te adentras en la Venezuela de 1920, en los comienzos de poder económico como fuerza petrolera. Ah, y no olvidemos la corrupción humana y política que empezaba a despuntar, la cacicada a las mujeres pero también a toda la gente del pueblo que pensara diferente a lo que el gobierno empezaba a imponer. Pero cuando un libro está bien escrito, lo está, y muchísimo se tiene que alejar de mis gustos para que no acabe devorándolo. Y es que Michelle Roche Rodríguez escribe con un ritmo y una tensión durante toda la novela Malasangre, que impone. La historia termina por envolverte. Es como esas veces que juegas a un juego de mesa temático, lees un cómic basado en hechos reales, o incluso cuando ves una película histórica… Te quedas con ganas de saber más y acudes a internet.

Denominada como deslumbrante historia vampírica cargada de violencia y erotismo, como amante del género de Terror, Malasangre llamó mi atención por el tema, sinceramente. Pero rápidamente me advirtieron que nada del tema que me interesaba había. Pero una devora-guiones como yo de vez en cuando también lee novela histórica, y pese a ser un declarado amante sobre todo del Medievo, hay ciertos momentos o rasgos de la historia en general, o mejor dicho, de cierto países que me interesa saber. Y Venezuela siempre fue una gran desconocida para mí. En especial, me llamó la atención esa ambientación tan particular: la Venezuela de los años veinte. Y a partir de ahí, quedé embelesado.

En Malasangre, Diana es la hija de catorce años de una familia de arribistas de Caracas. Ha heredado la hematofagia de su padre, un prestamista y hacendado con serias ocupaciones desempeñadas gracias a su relación con la dictadura. Hablamos de un país que comienza, año 1921, y las enfermedad de la chica la inclina a la violencia contra algunos hombres y comienza a alejarla de su madre, señora de estrictas convicciones católicas. Mientras madura, Diana se enfrentará al maltrato psicológico de un novio con el que se empeñan en casarla, la brutalidad de su familia y a la tiranía del patriarcado militarista y religioso. Inquieta como es, no sale de una cuando se mete en otra; se verá involucrada en actividades ilícitas y conspiraciones políticas de los socios de su padre que incluso la llevarán hasta las recámaras privadas del palacio presidencial. Son tiempos de revolución petrolera, pero también tiempos muy peligrosos en los que muchos buscan el poder sin miramientos. El general al mando se llama Juan Vicente Gómez, un hito en la historia venezolana, y no porque durara tres décadas en el poder, sino porque bajo su mandato se instauraron y fortalecieron las fuerzas armadas y la economía rentista. Diana navegará en esa poderosa alegoría nacida de lo fantástico y cierto toque costumbrista. La lucha por afirmar su identidad como mujer en una sociedad machista y el vampirismo como trasfondo. Una enfermedad que la define.

Reconocida claustrofóbica por no poder dormir en un ataúd, Michelle Roche Rodríguez (Caracas, 1979) contó en una entrevista que se interesaba por Elizabeth Báthory, ya que fue una persona-vampiro real: una condesa húngara que en el siglo XVI mató a unas seiscientas doncellas para utilizar su sangre en tratamientos rejuvenecedores. Y no soy la única conmovida por ella, dijo. Michelle es narradora, crítica literaria y periodista. Ha publicado Álbum de Familia: Conversaciones sobre identidad y cultura en Venezuela (2013), Madre mía que estás en el mito (2016) y la colección de cuentos Gente Decente, que fue Premio de Narrativa Francisco Ayala en 2017. Además, colabora con varias revistas literarias españolas y medios culturales venezolanos.

Si esperas una historia de vampiros con acción, derramamiento de sangre, muertes y venganzas en  Malasangre; no lo encontrarás. Es otro tipo de historia y no debería venderse como un libro de Terror. Aunque quizás sí sea una novela que trata el horror y la desesperación en sus más amplios significados. Esas «virtudes» tan poderosas del ser humano.