Reseña: Candy Candy. La Historia Definitiva, de Keiko Nagita

Candy Candy fue un manga japonés Shòjo (para chicas) escrito por Keiko Nagita que se publicó originalmente en formato serie en la revista Nakayoshi entre 1975 y 1979. Llegó a ser bastante popular en el país y en casi todos los lugares donde llegó, dando lugar a una muy chula serie de anime e incluso varias novelas. Para haceros de una idea de donde llegó su popularidad, se imprimieron alrededor de doce millones de copias en total entre libros y manga. Y en un año recaudó alrededor de ocho mil millones de yenes (unos sesenta y siete millones de euros, ahora mismo) entre elementos de la serie, especialmente, merchandising. Respecto a novela (que sé que muchos no teníais ni idea que existían), se publicaron tres títulos entre 1978 y 1979 y curiosamente contenían algunas diferencias con la trama de los mangas originales. Arechi – Editores Independientes de Manga acaba de nacer como nuevo sello editorial dedicado a la cultura asiática. Viene con ideas muy buenas de publicación donde tendrán cabida tanto narrativas de base histórica como magical girls, combates de artes marciales o dramas románticos, entre otros. Y fijaros si tienen buen ojo que han decidido comenzar con Candy, Candy: La Historia Definitiva, pues dicho titulo es una reedición de lo que os comentaba antes, incluidos algunos cambios respecto a descripciones de lugares. Obviamente, no he leído las novelas originales, pero sí que he oído que la trama principal no cambia mucho, si es que lo hace. Pues mientras lees Candy, Candy: La Historia Definitiva, por lo menos a mí todo me ha ido sonando y encandilando (nunca mejor dicho), yo que me tragué en mi juventud la serie de anime varias veces y mi mujer y yo la tenemos bien recopiladita en formato VHS.

Candy, Candy: La Historia Definitiva cuenta la vida de Candice (apodada «Candy»), una niña que fue abandonada de niña y criada en un orfanato. Finalmente es adoptada, pero lucha con el trato cruel de su nueva familia debido a sus antecedentes, y finalmente logra salir al mundo y ganarse la vida. Hasta aquí bien, pero ninguna historia de la mayoría de edad estaría completa sin elementos románticos, y este libro está lleno de personas que incluyen a varias personas a las que Candy interesa…

Se dijo en su día que los creadores originales (Nagita, el ilustrador de la obra original y algún editor ) tomaron ideas de varias obras clásicas niponas como Ana de las Tejas Verdes, Papá Piernas Largas o Heidi. Pero leyendo y leyendo, y pese a los años, lo sigo confirmando: para mí Candy Candy es La Cenicienta del mundo asiático. Y a pesar del hecho de que este cuento fue escrito originalmente para chicas jóvenes, como hombre que se acerca al medio siglo y que lee de todo por su perseverante idea de ilustrarse para llegar a escribir como uno de los grandes escritores algún día; os puedo decir que el libro está genialmente escrito (y traducido, por supuesto) de forma que rápidamente te asocias con la difícil situación del personaje principal, especialmente, respecto a los elementos románticos. No obstante, tengo que decir que mi interés aumentó y disminuyó en varios puntos, pero algunos de los giros de la trama al final hicieron que el viaje valiera la pena. Además, en general, este trabajo contiene varios temas universales importantes muy bien entretejidos, incluida la aceptación del pasado inmutable y el futuro imprevisible, así como la creencia de que todas las personas son buenas de corazón, por norma.

Al igual que con muchos trabajos que ganaron gran popularidad, a veces es difícil saber exactamente por qué llegó tan lejos esta historia. Tengo el presentimiento de que darle a la historia un ambiente occidental (USA, entre otros) contribuyó en gran medida al éxito de Candy Candy en Japón. También goza a ratos de un modo de escritura que engancha como son las cartas hacia Candy o que parten de ella; proporcionan un cambio interesante de estilo. Pero, sin duda, una de las cosas que me encantó y donde le vi originalidad al libro fueron sus muchas referencias a las flores (y las flores son una parte importante de la historia, como se puede adivinar en la portada), y como incita a buscarlas en un diccionario o internet para conocer de primera mano lo que se cuenta.

Volver a las mejores sensaciones de nuestras vidas, siempre es buena idea. Candy, Candy: La Historia Definitiva es una bonita sensación.