Reseña: Hellboy. Los Huesos de los Gigantes, de Christopher Golden, Smith y O’Halloran

Una tras otra, así se devoran las historias de Hellboy. La fama no es porque sí. Cuando el río suena…, ya sabéis. Y Norma Editorial que de esto sabe un rato, nos trae al quite cada mes estos tomitos ligeritos de devorar que son tan gustosos de leer como llevaderos. Tras la genial El Club de la Linterna de la Plata (https://www.cronicasliterarias.es/?p=13040) que devoré hace apenas dos semanas, ya he podido darle a Los huesos de los gigantes, la última historia de la colección publicada en nuestro país. Pero ahora empezaré contando algo que en la anterior reseña no conté. Tanto El Club de la Linterna de Plata, Los huesos de los gigantes como Hellboy Universe Essentials: Witchfinder (que entiendo, será lo próximo que publicará Norma) son una especie de trilogía del pasado del Chico Infierno. Un maravilloso conjunto de novelitas gráficas con historias bastante curiosas. Y aunque mis compis de USA ya me archirrecomendaron Hellboy Universe Essentials: Witchfinder (uno de los primeros casos de Sir Edward Grey como agente de la reina), tengo que decir que las dos que llevo hasta ahora las he disfrutado un montón.

Los huesos de los gigantes es una adaptación de la novela del mismo nombre, que yo no he leído. El propio Christopher Golden, con la ayuda de Matt Smith a los lápices y el color de Chris O’Halloran, adapta su propia novela. Donde se cuenta como se hace un descubrimiento sorprendente en Suecia y la A.I.D.P. (B.P.R.D.) envía a Hellboy y Abe Sapien a investigar. Y lo que sigue es una aventura salvaje llena de leyendas nórdicas, criaturas míticas y una amenaza que podría poner de rodillas no solo a la Tierra sino a los Nueve Reinos de dicha mitología.

Acaban de despertarse: «Los que no deben ser despertados».

En el Mignolaverso se siguen creando increíbles historias de Hellboy unas décadas más tarde de su creación. Pensarás que después de tantos años y tantas tramas el nivel alto no se puede mantener. La chispa alegre de la creación se habría ido para Mignola o al menos las historias dejarían de ser jodidamente buenas. Pero no. En el Hellboy Universe o Mignolaverso (incluso habiendo generado otras muchas series) vas a encontrar cuentos fuertemente geniales. Tramas como esta que nos llevan a los países helados del norte de la Tierra y con el solo hecho del descubrimiento de un cadáver misterioso que lleva un antiguo martillo de batalla nórdico, empieza una trama de no te menees. Y con sus originalidades. ¿Y si os dijera que el que recoge ese martillo no puede soltarlo y es temporalmente poseído por el fantasma de Thor? No me digáis que esto no promete.

Me sorprendió descubrir que esta historia es algo así como una secuela de la historia King Vold de la colección Right Hand of Doom. Pese a que no hay mucho Terror, buenos dibujos y buena historia para el recuerdo.

Reseña: Hellboy. El Club de la Linterna de Plata, de Mike Mignola y Chris Roberson

Ya tocaba un poco de Hellboy por estos lares.

Consíguenos otra ronda y te contaré sobre la vez que participó en un concurso de beber con un oso grizzly domesticado que terminó en un incendio forestal.”

Un cómic, una historia…, no puede evitar ser encantadora cuando contiene conversaciones como esta. Y Hellboy: El Club de la Linterna de Plata ofrece montones de ellas. Es una nueva historia del gran personaje creado por Mike Mignola, una nueva trama donde Hellboy esplende y se pare un cómic de una colección que cientos de miles de personas adoran en todo el mundo. Sobre todo, los amantes del buen cómic, del terror, del pulp… del fantástico, en general, porque cuando conoces Hellboy, sus aventuras, sus grandes arcos argumentales y personajes, ya no puedes dejarlo.

En un momento en que los «universos» de ciertas franquicias frikis están colapsando el panorama de la televisión, las series, los cómics y el cine está perpetrado de tantos títulos de relleno de la UCM para que el hype no decaiga; quiero decir, incluso Yellowstone, el programa más popular en la televisión en USA, ya grita a los cuatro vientos que ahora tiene un «universo». Por eso, es bueno volver a los cómics donde esta palabreja se creó y donde en ciertos sitios se sigue manteniendo el nivel. El Mignolaverso, junto al Universo Expandido de Star Wars, son los primeros, las fuentes, no lo olvidéis. Y a pesar de que la historia principal de Hellboy se terminó hace mucho tiempo, Mignola y compañía siguen encontrando nuevos argumentos a los que llevar al personaje, un montón de historias nuevas que Norma Editorial publica en nuestro país y de tanto en cuando, nos deleita con un maravilloso integral (que ya toca). Donde se cuentan las aventuras de Big Red (como se le llama en USA) y los personajes que le rodean. Y ahora nos asentamos en un pub de Londres en 1953 y escuchamos historias del famoso Silver Lantern Club, lo que fue para el profesor Bruttenholm, una clara inspiración para la creación del grupo de la A.I.D.P. (B.P.R.D.), y no solo por las travesuras de El Club de la Linterna de Plata investigando casos paranormales, sino porque un miembro de ese club fue Simon Bruttenholm, quien más tarde se convirtió en el tío de Trevor. Y mientras se acumulan pintas de cerveza, Simon Bruttenholm relata historias de su tiempo con el Silver Lantern Club, una diversa gama de personajes que no solo son interesantes sino que parece hecho a la medida para una buena serie de televisión: el ocultista británico Sir Edward Grey, la temeraria Sarah Jewell (siempre con un cigarro en la boca), una mística llamada Lady Bai y el soldado indio Mayor Singh.

Me encanta cómo esta serie toca temas históricos y ciclos que se repiten. Y últimamente, he estado pensando mucho en cuánto dura la mano de la gente sobre la historia. Pensamos en la década de los 50 de una manera muy particular, largamente divorciada de los victorianos. Sin embargo, muchos victorianos (la era duró de 1837 a 1901) aún estarían vivos y su influencia aún sería fuerte a través de sus hijos y nietos. El pasado siempre está mucho más cerca de lo que pensamos.

Bien, desvaríos del reseñador aparte, este tomito que se lee en un pis-pas, como casi todos deja con ganas de más. Recopila las cinco grapas que comprendieron la miniserie del Silver Lantern Club. Y luego incluye arte nuevo y original, además de un cuaderno de bocetos de personajes. No me gusta revelar mucho de estas joyitas, ya lo sabéis. Así que sal y búscalos y disfrútalos por ti mismo/a.

Mike Mignola y Chris Roberson, ampliándonos más cositas del pasado del Chico Demonio.

Reseña: El Joven Hellboy. La Tierra Oculta, de Mike Mignola, Thomas Sniegoski, Craig Rosseau, Dave Stewart y Clem Robins

Nunca debe ser un problema leer y disfrutar de un cómic o un libro con cierta tranquilidad pasmosa. Lo importa en esto, como en todo hobby que se precie, es disfrutar. Y si uno va predispuesto a pasarselo bien, seguramente se lo pase bien. Si uno tiene entre manos un tomo que pretende disfrutar si o si porque le encanta lo que se propone, os aseguro que las posibilidades de que esto no ocurra pasan a ser ínfimas. Y esto que os comento, por ejemplo, es el modo en el que me enfrenté al nuevo tomito sobre el Chico Infierno que publica nuestra querida Norma Editorial.

El universo de Hellboy ya es conocido por su amplia gama de géneros de aventuras, desde historias de fantasmas, de casas embrujadas, hasta el enfrentamiento contra seres del averno y buenas peleas con ellos tipo Kaiju. Sin embargo, una cosa que no había visto nunca es ver como se introduce a este personaje en un clásico cuento de isla prehistórica al estilo de Viaje al centro de la Tierra.

En El joven Hellboy: La Tierra Oculta, una miniserie de cuatro números del maestro-creador Mike Mignola junto a Thomas Sniegoski, os encontrareis esto precisamente. Con ilustradores como Craig Rosseau, el colorista Dave Stewart y el rotulista Clem Robins, los cuales aportan una visibilidad magnífica a la historia. Una divertida trama de aventuras con dinosaurios y monstruos, pero con el toque adicional de la mitología de Hellboy.

Dice la sinopsis que: “Perdidos en una extraña isla tras sufrir un accidente de camino a una excavación en América del Sur, Hellboy y el profesor Bruttenholm se ven asediados por toda clase de monstruos… ¡Por tierra, mar y aire! Pero una extraña los rescatará y resultará ser una de las heroínas idolatradas para Hellboy… ¡Pero no están tan a salvo como creían! Un antiguo mal confinado en la isla está a punto de despertar…». Y es que contar mucho más que eso sería spoilear a cascoporro. Porque estamos ante una aventura de esas de acción, de peli palomitera en las que no terminan de acabar con un enemigo cuando sale otro.

El guión del creador de Hellboy y vanguardista de este universo Mike Mignola y su coguionista Thomas Sniegoski lo hacen sencillo. Decir lo contrario sería engañarnos. Pero todo enfocado a una aventura divertida y con la perspectiva del niño curioso al estilo del porculero enano que molesta a su padre, todo se vuelve aún más divertido y refrescante de leer. De hecho, muchas de las interacciones que tenemos en Hellboy y la A.I.D.P. (B.P.R.D.) son historias que involucran al joven Chico Infierno y su padre adoptivo, el profesor Bruttenholm; pero aquellas en las que este último está demasiado ocupado por culpa de su cargo. Por eso ver a los dos juntos por una vez en plan niño y padre que van a echar un día de parquecitos juntos y en un entorno al estilo Jurassic Park, es una cosa que mola bastante.

El joven Hellboy: La Tierra Oculta es un gran tributo a las clásicas historias de aventuras en islas misteriosas, aquellas magnificadas por Julio Verne; linaje que se remonta a los libros que tanto disfrutamos los niños de los 80 pero que tan buena fama tuvieron desde principios del siglo XX. Época donde también empezaron a despuntar los cómics de aventuras de la Edad de Oro y Plata, por cierto. Estrellarse con una avioneta en tierra inhóspita con cangrejos enormes deambulando, dinosaurios y simios irritables por doquier, es un tropo clásico y familiar en el género de aventuras, pero algo que para muchos de nosotros nunca va a pasar de moda.

Este cómic ofrece cada una de esas cláusulas pero con los giros relacionados con Hellboy como personaje y el mundo en el que habita. Diálogos simples pero divertidos. Ritmo intrépido. Lo dicho: para degustar con tranquilidad pasmosa.