Reseña: Tarzán de los Monos, de Edgar Rice Burroughs

Estoy bastante de acuerdo en lo de… «Burroughs tenía un don que muy pocos escritores poseen: puede describir la acción vívidamente». Durante mis años lectores no hubo novela de este señor maestro que no haya disfrutado. Sin embargo, me quedaba una importante por leer. De las más quizás, de las que aún no había disfrutado por haberse metido por medio cine y cómics del personaje. Sí, Tarzán de los Monos, una historia que a mi entender (y antes hubiera pensado lo contrario), se disfruta más cuanto más curtido estás en las novelas de aventuras. Pues con Tarzán de los Monos, Edgar Rice Burroughs ideó uno de los íconos más perdurables de la cultura popular, quizás solo superado por Sherlock Holmes en términos de impacto y reconocimiento universal.

Nacido en Chicago en 1875, Burroughs pasó sus primeros años como soldado de caballería, vaquero y buscador de oro. No comenzó a escribir de manera seria hasta los treinta y cinco años, edad en la que consiguió vender su primera obra de forma profesional (A Princess of Mars). Ese inesperado éxito comercial se vio eclipsado rápidamente y al año siguiente por la publicación de Tarzán de los Monos en la revista pulp The All-Story. Con el tiempo, Tarzán pasó a ser un personaje protagonista de nada más y nada menos que veinticuatro novelas escritas por Edgar Rice Burroughs que fueron publicadas entre 1912 y 1966, seguidas de varias novelas coescritas o autorizadas oficialmente por su patrimonio. También hay dos obras escritas por Burroughs especialmente para niños que no se consideran parte de la serie principal. Y bueno, qué decir de Tarzán de los Monos: novela indispensable de leer, joyita de la literatura de entretenimiento, súper recomendable para todo tipo de público… Serie y personaje considerado un clásico de la literatura y, por supuesto, la obra más conocida del autor. Aunque hablamos de un autor prolífico que tiene otros tantos títulos a recomendar.

¿Qué cuenta? Conocemos a John y Alice Clayton, Lord y Lady Greystoke de Inglaterra, los cuales terminan perdidos y accidentados en las selvas costeras occidentales de la África ecuatorial de 1888. Después de una cantidad de tiempo no declarado, nace su hijo John Clayton II. Y cuando el peque alcanza el año, su madre muere y poco después su padre es asesinado por el rey simio salvaje, Kerchak. El niño Clayton, posteriormente adoptado por la simia Kala, empieza a ser llamado Tarzán («Piel blanca», en el lenguaje de los simios) y se cría ignorando su herencia humana. De niño, sintiéndose alienado por sus compañeros monos debido a sus diferencias físicas, Tarzán descubre la cabaña de sus verdaderos padres, donde tiene noción por primera vez de otros seres como él. Y usando libretos con palabras e imágenes durante años, se enseña a sí mismo a leer inglés, pero al no haberlo oído nunca, no puede hablarlo.

A medida que crece, Tarzán se convierte en un hábil cazador, despertando los celos de Kerchak, el líder de los simios, quien finalmente lo ataca. Tarzán se enfrenta a él y… Toma su lugar como «rey» de los simios. Y a partir de aquí, el novelón se desata con toda una serie de sucesos que provocará que con poco, termines enganchado al personaje. Porque no solo son aventuras, hay luchas individuales e incidentes selváticos y también hay amor. Una relación que os pondrá el corazón en un puño.

Tarzán fue llamado a ser uno de los personajes más conocidos a nivel mundial. Tocado por una varita y gracias también a la adaptación de Disney, diría que no existe persona viva de cualquier edad que no lo conozca. Y eso se dice pronto. Tarzán ha sido adaptado muchas veces, completo o en parte, para radio, televisión, teatro y cine. Curiosamente, más veces llevado al cine que en formato literario. Cosa que también se dice pronto.

Libro de los súper indispensables de leer. Señores profesores, por favor, recomienden y trabajen más con literatura de este tipo. Menos problemas y más aprobados. Estoy seguro.

Reseña: Almuerzo en el Café Gotham, de Stephen King y Javier Olivares

Almuerzo en el Café Gotham es un cuento de terror del escritor y ya maestro eterno por los siglos de los siglos Stephen King. Una de esas historias nacidas de una anécdota que surge, y uno (como autor con don) va corriendo a casa para poder transcribir al papel lo antes posible. Antes de que se le olvide el más mínimo detalle de lo imaginado. La inspiración. La musa. Me ha pasado y sé lo que es. Y en mi humilde opinión, salen de esos momentos relatos chulos (no tengo abuela). Pero que al maestro King, a poco que lees sus relatos, libros y demás ocurrencias, te enteras de cómo se le ocurrió tal o cual historia, y ves que esas «flechas de inspiración» hacia su mente receptora es algo que le ocurre en su vida a cada momento.

El caso es que Almuerzo en el Café Gotham es un relato que se publicó originalmente en 1995 en la antología de varios autores Dark Love. Tiene un potente aliciente y se podría decir que es una historia que rompe con las historias habituales de King al no haber ningún elemento sobrenatural. Aunque el terror psicológico sí que ya lo mostró en tramas de publicación temprana. Y donde un señor llamado Steve Davis llega a casa un día y encuentra una carta de su esposa, Diane, que le dice fríamente que lo deja y que quiere el divorcio. Él se encuentra desconcertado y se deprime cada vez más. La partida de Diane lo impulsa a dejar los cigarrillos y comienza a sufrir abstinencia de nicotina. El abogado de Diane, William Humboldt, llama a Steve con planes de reunirse con los dos para almorzar. Se decide por el Gotham Cafe y fija una fecha. El abogado de Steve no puede asistir debido a una crisis familiar. Sin embargo, a pesar de las advertencias de su abogado, Steve está decidido a mantener la cita y volver a ver a Diane una vez más…

Llega el día y los nervios lo corroen, por la situación tan desconcertante, por ver de nuevo a su pareja y por tener que afrontar uno de los momentos mas duros de su vida. Pero nada de eso es comparable a los horrores y el terror que va a encontrar en el particular Café Gotham de Nueva York. Y eso es lo que se encontrará nuestro protagonista. Lo que esperaba como un posible acto de reconciliación acaba por ser uno de los momentos más traumáticos y surrealistas de su vida. Y quizás de la tuya, porque ya no mirarás a los camareros de la misma forma…

Y mira que son muchos los que han pasado ante mis ojos, pero tengo que decir que uno de los villanos creados por Stephen King que más me han impactado y que más recuerdo es este Guy que es capaz de ir empeorando la trama ya tensa con cada participación en la historia. No sé si os pasa pero para mí, camareros y jefes de cocina, son gente a la que hay que respetar. Y temer. ¡Juegan con tu comida! O al menos, la sirven. Un mal gesto, una mala respuesta y las consecuencias pueden ser fatales si bebes o comes en el sitio. Eso sin contar que no lleves el horror ya intrínseco aunque te portes bien. Como todo trabajo, todo queda en el honor de cada persona, sí, está claro, pero que me digan si ellos no tienen un pase directo VIP hacia tu intestino y eso en un maître psicótico y homicida puede resultar fatal.

En apenas noventa páginas (lo que se considera un cuento largo) el maestro de Maine construye una historia macabra que acaba de rescatar ahora Nørdica Libros en una bonita y llevadera edición ilustrada por Javier Olivares; historietista nacido en Madrid, un referente de la ilustración que ha trabajado en publicaciones conocidas de este país como la revista Rolling Stone, Quo, El País Semanal, el diario El Mundo… Además de ser autor de numerosos libros, cuentos y novelas. Por lo demás, leer este relato te cambia la vida. Sobre todo, al que ama comer fuera de casa.

Cuidadín, cuidadín.