Reseña: Secretos Mortales, de Robert Bryndza

Robert Bryndza es un viejoven autor (de mi edad) nacido en Reino Unido que muchos no lo conocerán por estos lares. Ha vivido en Estados Unidos y Canadá y ahora reside en Eslovaquia, pero si os digo que es creador de la mejor detective de la literatura actual, en mi opinión, ¿qué me decís? Hablo de Erika Foster, sí, la inspectora jefe de la comisaría de Lewisham Row en Londres. Uno de los pocos personajes de novela detectivesca que me atrae leer con cada nueva novela que se publica. ¿Por qué? Porque me identifico bastante con ella. Erika Foster lleva veintitantos años trabajando como policía, ascendió a inspectora jefe rápidamente, es muy eficaz en su trabajo y es fiel a sus convicciones aunque tengan consecuencias adversas. No sabe manejarse políticamente (ni quiere) y ama ser policía porque sabe que hay tanta maldad que la única forma de soportarlo es seguir trabajando. Y aunque yo no he enviudado como ella, intento usar la ropa más sencilla posible aunque tenga una cita con el mismísimo rey, presidente o lo que se tercie. Y comemos espaguetis como si no hubiese un mañana y solemos beber vodka doble con tónica a poco que se presente la oportunidad. Erika me encanta.

Roca Editorial vuelve a publicar un nuevo titulo con esta señorita como protagonista. Secretos Mortales puede ser una de las novelas de Bryndza que más rápidamente he leído. Una novela donde el autor volvió a encontrar el camino del entretenimiento que consiguió con Te veré bajo el hielo. Y aunque Sangre Helada me gustó mucho, Secretos Mortales me parece mejor e incluso es una novela que se puede leer bastante bien si llegas de primeras al personaje. Secretos Mortales (Deadly Secrets) correspondería al sexto de la enormemente popular serie de la Detective Erika Foster. ¿Dónde nos lleva? A una mañana helada y nevada, cuando Mandy Brent se despierta de su neblina alcohólica para descubrir el cuerpo empapado en sangre de su hija Marissa, congelado en el suelo, a solo unos metros de la puerta principal. Su hija, Marissa Lewis, era una hermosa joven de veintidós años que trabajaba como bailarina en uno de los clubes de strip-tease de Londres. Una chica conocida por todos y con cierta buena reputación en su barrio. Incluso era de conocimiento común que había tenido aventuras con al menos dos de sus vecinos, ambos hombres casados. Y a medida que conocemos más a Marissa, no es difícil ver que se habría ganado varios enemigos.

Por otro lado, el autor nos presenta un caso paralelo. El de un acosador que ataca tanto a hombres como a mujeres -los testigos lo describen como muy alto y vestido de negro-, pero lo que lo diferencia del agresor habitual es el hecho de que siempre usa un máscara anti-gas adornada, dando la apariencia de una sonrisa lasciva, no poco natural, algo que obviamente esta hecho para sumar miedo antes de infligir daño. Este peligroso individuo aparentemente aparece de la nada para aterrorizar y atacar a sus víctimas. Pero, ¿cómo se unen tan macabras historias? Tendréis que descubrirlo.

Me encantó todo de esta novela. Me encantó la forma en que presenciamos el lado vulnerable de Erika con algunos momentos realmente conmovedores. El trabajo procesal policial en sí fue excelente, con un uso impresionante de giros y vueltas en la trama que desconciertan. Para los fans, fue bueno ver al Detective Moss asumir un papel principal en la última parte del libro. De hecho, uno de los capítulos más intensos involucra a Moss y me pareció absolutamente apasionante. No podía parar de leer. Y un final increíble que no lo vi venir.