Reseña: Hinatsuba, de Koichi Masahara

Koichi Masahara es un mangaka moderno y clásico al mismo tiempo. Refinado intérprete de Jidai Geki, es capaz de hacer muy atractivas tramas de ambientación histórica, en su mayoría situadas temporalmente en el corazón del período Tokugawa. Además tiene antologías muy buenas como Los regalos de Edo, obra que por cierto aún no la he podido disfrutar en español. En nuestro país, Quaterni es la editorial que tenéis que buscar para encontrar bellísimos mangas tanto en títulos como en formato. y uno de los que consta en su catálogo es Hinatsuba, obra del maestro Masahara. Un volumen único que nos cuenta la historia de una joven con alma de samurái, en el final de la época Edo.

De nombre Suzu, a través de la prota, vamos a conocer más personajes femeninos, diferentes vidas, en esos años de transición en el imperio del sol naciente. Porque Hinatsuba es un manga atractivo lo mires por donde lo mires. Hacía tiempo que le tenía ganas a esta lectura. Ganas de este volumen tan agradable a los ojos y a las manos porque además sabía que era un manga ligero a la vez que profundo. Pero jamás imaginé que tan cargado de significado sobre la búsqueda de tu sitio en el mundo y del papel condicionante que puede jugar la sociedad sobre eso. Y tiene lo que muy pocos mangas aportan: escenas de paisajes que cautivan, lo que provocó que me metiera en la obra de todas-todas.

Además, en Hinatsuba, se puede disfrutar como telón de fondo, de los hechos narrados en dicha época clásica en todo su esplendor. A través de los paisajes, las vestimentas, los vínculos familiares y la cultura de sus habitantes. Sigue siendo evidente el deseo del autor, ya expresado en otros títulos, de crear un contraste fuerte entre una época tan lejana, la temática de las historias y el estilo moderno, casi digital, al que ha llegado dicha sociedad a día de hoy. Son muy precisos y detallados los dibujos. Y mientras que en otras obras es poquísimo el espacio que se da a las figuras femeninas. en Hinatsuba, todo lo contrario. Ella estará acompañada de personajes entrañables como su pretendiente, Iba, y su padre. Los consejos de su padre serán un gran apoyo para Suzu, así como las nuevas personas que entran en su vida; desde su futuro prometido hasta otras mujeres que se encuentran en la misma situación. Se topará con situaciones que harán que se plantee su forma de pensar, y afrontar sus problemas desde una perspectiva más humanista, alejando de su mente el peso de la sociedad. Porque, sin duda, el punto fuerte de este manga es su gran abanico de personajes.

Koichi Masahara, nacido en Kyōto en 1967, debutó como artista de manga en 1999. En 2011 recibió el premio en la categoría Nuevo Talento del Japan Media Arts Festival en la sección de manga. Su arte se hizo famoso gracias a su forma de describir la humanidad del período Edo con un estilo refinado y rico en investigaciones históricas. En breve, espero poder reseñaros más títulos del maestro Masahara.

Tiene un don.

Reseña: Misuk. La Chica del Año, de Cheong Won

Me gusta que una editorial como Quaterni, especializada en literatura oriental, haya decidido publicar manhwas que no son otra cosa que el término general coreano para denominar las tiras cómicas e historietas, es decir, el equivalente coreano a los mangas japoneses. Donde la principal diferencia y diría que única, es que estos tomitos sí se leen verticalmente y de izquierda a derecha, como el modo occidental. Misuk: La chica del año es el primero de estos volúmenes publicados por la editorial. Y espero que sea el primero de muchos. Un relato en este caso sobre la soledad que se puede sentir viviendo en familia y sobre el daño que nos provocan los seres queridos en ciertos momentos de nuestra vida. La historia de Misuk (Mi-sook), quien se destaca como un «yo» fuerte y adecuado para cualquier chica joven, comprende una novela gráfica que no deja indiferente en cuanto a sentimientos. Quaterni ha publicado un trabajo muy esperado por estos lares, un título que lideró la industria del cómic en 2019 por Oriente, pese a que fue un año difícil para todos. Y eso que es un manhwa de un escritor novel como es Cheong Won.

Misuk se publicó por entregas en la plataforma de webtoon Pinetoon, y fue un cómic que ganó mucho con el boca a boca. Se convirtió en un tema candente no solo entre las personas que leen cómics sino también entre las personas a las que les gusta la literatura. La publicación en formato papel fue importante porque mejoró aún más la calidad del trabajo al modificar la configuración y el contenido de la segunda mitad de la historia. ¿Y qué cuenta? Es la historia de crecimiento de Misuk (Jang Mi-sook), nacida en la década de 1980, de quien siempre se burlaban en la escuela por ser una niña «inmadura» debido a su nombre. Representa líricamente los años de adolescencia del personaje principal, quien crece sola y sin apoyo bajo un padre incompetente y opresivo; y una madre que siempre está cansada de administrar la casa. También tenemos a su hermana mayor Jeong-suk, que ha entrado en la pubertad. Lo que me encantó muy mucho de esta novela gráfica fueron sus dibujos y como evocan una emoción única a través de delicadas reproducciones de paisajes coreanos familiares de los pasados años 80-90 hasta principios de la década de los 2000. Que tampoco hace tanto.

Los conflictos que Misuk experimenta dentro de su familia y la soledad que siente entre sus amigos evocan una profunda simpatía en todo momento. Esto se refleja muy bien en los dibujos, en cada viñeta. Ponen el vello de punta. A eso hay que sumar un ritmo único y diálogos con estilos muy directos que se agradecen. La vida misma. Misuk es una chica que lucha por llegar a ser una adulta buena. A lo que doy gracias porque el autor decidiera terminar la historia con una buena noticia que deja un bienestar de lectura y de buen rollo.

Provoca reflexión.

Dicen que Misuk es una amiga inolvidable que recuerda a los personajes de Studio Ghibli. Estoy de acuerdo. Una obra esperada y aclamada, fruto del talento del renombrado dibujante y escritor, Cheong Won, la aparición de un personaje al que merece la pena prestar atención que evoca que siempre existe la posibilidad de un nuevo comienzo.

Por otro lado, decir que adoro la textura de portada y contraportada de los títulos de Quaterni.

Reseña: El Libro del Té, de Kakuzȱ Okakura

¿Cómo no reseñar el mejor libro sobre té escrito, siendo esta mi bebida favorita con diferencia? El Libro del Té, de Kakuzȱ Okakura, es uno de los dos libros incluidos en el pack Tea for Two que promocionó la empresa Novel Tea Book Club Classic el año pasado. Pero también es el libro más recomendado de este tema de toda la historia. Escrito por Kakuzȱ Okakura (1862-1913), un filósofo, escritor, historiador y crítico de arte japonés, director de la Escuela de Bellas Artes de Tokio; estamos ante un ensayo dirigido a una audiencia occidental que explora el “teaísmo” y sus vínculos. También los aspectos filosóficos, estéticos y culturales de la vida japonesa. Un ensayo que me pareció curioso saber que fue escrito originalmente en inglés y publicado en 1906. Y si bien el librito tiene capítulos, la prosa recorre la historia, la cultura y las comparaciones entre Oriente y Occidente de manera prodigiosa.

Eso sin quitar la escritura hermosa e ideas interesantes que contiene. Si bien he disfrutado de algunos rituales creados por mí mismo en torno al consumo de té, soy relativamente ignorante de las complejidades del “téísmo” y la cultura y el ritual que rodea a esta maravillosa planta que según la leyenda, un monje persa, primer patriarca zen chino, fue quien lo usaba como tónico medicinal y reconfortante en sus viajes y lo puso de moda allá por donde iba. No obstante, hay más leyendas sobre su origen pero, sin duda, me quedo con esta por posible veracidad. Cuando se ofrecen dos o más explicaciones de un fenómeno, la explicación más simple suele ser la correcta. Eso decía la Navaja de Ockham, ¿no?

Fue fascinante leer El Libro del Té en esta edición tan llevadera como es la que acaba de publicar Quaterni. Editorial especializada en literatura japonesa y oriental que publica un librito ideal para degustar en cualquier lugar donde te encuentres. Y dado que este ensayo fue escrito hace más de un siglo, también fue fascinante considerar lo que ha cambiado en las relaciones entre Oriente y Occidente y la cultura japonesa desde 1906. Un obra también perfecta para leer, mientras uno se toma una taza de té perfectamente preparado.

Sospecho que podría ser el tipo de libro al que vuelvo cada vez que estoy de humor para que surjan en mí palabras hermosas e ideas errantes. La Filosofía del Té no es un mero esteticismo en la aceptación ordinaria del término, ya que expresa conjuntamente con la ética, la religión, y nuestro punto de vista completo sobre el hombre y la naturaleza. Mientras lo leía, comencé a doblar ciertas páginas cada vez que encontraba una cita que me gustaba. Y, de repente, todas las páginas tenían las esquinas dobladas. Tiene ciento veinte y tres páginas y vale la pena verlo. Y más en esta edición que aporta el clásico chino de Lu Yu, El Sutra del Té.

Saber de lo que te gusta, ir más allá, siempre es bien.