Reseña: Noches en el Circo, de Angela Carter

Lo que acaba de hacer editorial Sexto Piso es lo que muchos lectores de siempre esperamos, pedimos y rogamos a las editoriales constantemente. Publicar libros inencontrables que para nuestro dolor se pontifican en las cumbres más altas de la especulación en librerias de segunda mano interneteras. Cuanto dolor ha de estar sintiendo aquel individuo que tenía la esperanza de vender Noches en el Circo algún día a precio de oro, al ver que Sexto Piso lo acaba de editar en un muy chulo volumen en tapa dura y a un precio honradoi. Pero a lo que vamos. Estamos ante el libro más potente y recomendado de la historia de Angela Carter. Y ya disponible en librerias. Una de las joyitas más recomendadas del gótico-fantástico ese tan bueno que era capaz de crear esta mujer, novela que nunca había conseguido leer. Y, por supuesto, no iba a leerlo ni en versión pirata ni en digital. Uno tiene sus principios. Además, la esperanza de que pasen cosas como ésta de repente, que alguien tenga la genial idea de rescatarlo del olvido, la iniciativa, esa esperanza siempre está ahí.

Y es que puedes hablar con cualquier autor, cualquier profesor de inglés, cualquier profesor de escritura creativa o casi con cualquier amante de la literatura fantástica y te dirá lo increíble que es Angela Carter. Es la autora de la que todo el mundo ha hablado alguna vez y probablemente alabado. Una autora capaz de llevarte en muy poco tiempo a una asentada tierra de ficción con sus descripciones detalladas, por no hablar de sus relatos que para mí siempre fueron lo mejor de ella… Hasta ahora. De algún modo estoy obsesionado con los circos. No tengo idea de por qué, o porqué los que me molan son esos circos góticos que se proponen en pelis de Tim Burton o en films clásicos como La Parada de los Monstruos. Tal vez fui un artista de circo en una vida pasada o algo así aunque los que me fascinan los que abogan por el terror físico. Sin embargo, Noches en el Circo no se parece a ninguna otra que haya leído. Este circo está de gira mundial gracias a su especial protagonista. La apertura del libro comienza con el trasfondo de la trapecista Sophie Fevvers, a quien nos presentan junto con Lizzie y Walser; el primero es el guardián de Fevvers y el segundo es el periodista que la entrevista. Aprendemos de dónde viene y cómo llegó a donde está.

La siguiente parte de la historia ya me maravilló y capturó por completo. Ubicado justo en el medio del circo, Walser se une al equipo de los payasos. Angela Carter cautiva a su audiencia con las hermosas descripciones de los personajes, los animales y el escenario del circo y es que tiene una habilidad increíble para transformar el entorno con este impresionante circo. Cada aspecto es visualizado. Estás en el circo, quieras o no. Y la protagonista, oh, la protagonista… y lo que le va sucediendo. La magia es magia en esta historia. A día de hoy sigo sin entender cómo Fevvers termina en ese tren a Siberia. por que la última parte está ambientada en Siberia, los personajes han cambiado en este punto, se puede decir que muchos han crecido, pero yo nunca vi su crecimiento. En cambio, fueron transformados. Y el circo… lo que le sucede… bueno, ya me callo.

El caso es que la trapecista Sophie Fevvers cuenta haber nacido de un huevo y se rumorea que las alas que luce en su espectáculo son auténticas. ¿Cómo, si no, podría alguien tan corpulento ser trapecista? El periodista Jack Walser la entrevista aprovechando que el circo en el que trabaja visita Londres y queda totalmente paralizado con su presencia. Lo quiere saber todo-todito-todo de ella y la perseguirá por toda Europa… Resumiendo, Noches en el Circo es definitivamente una lectura obligada sea cual sea el género de lectura que te guste. Una de las publicaciones del año. Es para mí y para muchos lectores de culto, una de esas joyas rescatadas que solo se recomiendan a cierto tipo de gente. ¿Un clásico? De esas joyitas que uno no entiende como no tuvieron más repercusión en su día.

Reseña: Muro Fantasma, de Sarah Moss

Sarah Moss parece una autora interesada en las relaciones humanas. Y en Muro Fantasma (Ghost Wall), su novela corta que por fin llega a nuestro país, analiza la forma en que buscamos la «relatabilidad» de unos y otros. Pero centrado en la Prehistoria, para ser precisos.

Una trama ambientada en un pueblo reconstruido de la Edad del Hierro en Northumberland, donde un profesor de Arqueología, tres de sus estudiantes (Molly, Dan y Pete) y un conductor de autobús local que está obsesionado con los «antiguos británicos» han decidido pasar el verano. Todo, experimentando la vida como si fuera hace dos o tres mil años en lo que puede ser una idea tan original, curiosa, aventurera y a la vez sombría. Sobre todo, con el conductor de autobús que arrastra a su esposa e hija adolescente con él.

Toda la historia de Muro Fantasma se cuenta desde la perspectiva de Silvie, abreviatura de Sulevia, el nombre de una diosa antigua de Britania que el conductor de autobús puso a su hija cuando nació para que tuviera un nombre británico nativo adecuado. Como podréis adivinar, el padre de Silvie es alguien a quien le gusta la idea de que haya británicos originales aún en nuestro tiempo. Sí. Lo habéis adivinado. Es racista y xenófobo, un hombre nostálgico por un pasado en el que sus supuestos antepasados fueron tan duros con la inmigración que los romanos tuvieron que construir el Muro de Adriano para protegerse. Y es que no hay que ser muy listos para darnos cuenta que aunque Muro Fantasma está ambientado en 1991, si estuviera ideado en el presente, el padre de Silvie sería uno de esos partidarios del Brexit que quiere «recuperar el control»… Pero no. No tienes que ser un nacionalista xenófobo para anhelar la conexión que consigue Sarah Moss con su personaje y como de forma magistral nos lleva a ese pasado remoto que los protagonistas quieren rememorar. Como para alguien que le gusta la Arqueología, pero que no la ha estudiado, le puede encantar vivir los sentimientos que en esta historia se expresan. Saber que los pueblos prehistóricos eran en muchos sentidos extraños e incognoscibles y, por otro lado, saber eso, porque eran humanos en fase primaria que debían haber experimentado momentos muy básicos visto hoy en día, pero originales entonces.

A cada momento.

También diría que leyendo Muro Fantasma podemos revivir algo que quizás algunos arqueólogos ya han sentido mientras trabajaban en algunas excavaciones. Me refiero a tener extrañas visiones mientras quitan polvo de aquellas personas que construyeron aquella casa allí y usaron dichos enseres de diversos materiales. Aquellos hombres que levantaron dichas paredes, ahora enterradas. Visiones vertiginosas y estimulantes ya que se encuentran en el mismo sitio y lugar, bajo el mismo cielo. De hecho, una y otra vez a lo largo de la novela, los personajes deben enfrentar el hecho de que es imposible vivir realmente como la gente de la Edad del Hierro. En gran parte porque realmente no sabemos mucho sobre ellos. No más allá de lo básico. Pero la autora también ayuda a disfrutar de otra forma con la narración. Y con nuestra narradora Silvie, un personaje maravillosamente matizado y complejo, que le tiene miedo a su padre porque, además de todo lo demás, también es abusivo con su madre y con ella.

Pero Silvie es rebelde y desafiante cuando toca.

Me ha encantado la lectura de Muro Fantasma por lo diferente que es. Sin embargo, tengo una objeción y no puedo exponerla sin contar algo del final. El caso es que no me lo creo. El padre de Silvie, el profesor y sus alumnos deciden montar un sacrificio fingido en el que Silvie es la víctima. Pude ver qué estaba haciendo realmente la autora con esta escena. Obviamente, poner nervioso al lector. Pero no cuento más. Solo que no me creo que dichas personas lleguen a esa situación y de tal forma…

Sin embargo, como siempre, mi opinión es completamente subjetiva. Probablemente, a vosotros os mole. Ya me contaréis. Vivir una auténtica Edad del Hierro, viviendo a kilómetros de la aldea más cercana, con personas que dan rienda suelta a sus instintos. Una historia que se puede convertir en una auténtica película de Terror. Sarah Moss maneja de forma eficaz una historia difícil.

La ambigüedad a un paso.