Reseña: Star Wars. Era de República – Héroes, de Houser, Smith y Santos

Uno quedó con ganas de más después de la estupenda novela de Claudia Gray, Maestro y Aprendiz. Y resulta que, como si eso lo hubiese pensado ya Planeta Cómic (no me cabe duda), recién calentito para este mes de los amores se acaba de publicar el tomito recopilatorio Star Wars: Era de República – Héroes. El mismo que de algún modo continúa o enlaza lo contado en la novela. Aunque esperad.. No es una primera ni una segunda parte, ni siquiera es indispensable el uno sin el otro, quiero decir: ocurren en el mismo tiempo, con casi los mismos personajes y referencias a sus tramas. De eso hay un poquito-mucho.

Cuando se anunció que Marvel produciría los cómics de Star Wars que tendrían lugar en la era de las precuelas, la gente se asustó. Las sorpresas de sopetón a los frikis les provoca rechazo. Somos gente muy conservadora con nuestros amores y recuerdos. No obstante, el paso del tiempo nos afecta y nos enternece quizás aún más que a los demás mortales. Y al final, terminamos diciendo con la boca chica, al principio, que bueno el Episodio I, II y III tampoco estaban tan mal. Vienen del Papá Lucas, al fin y al cabo. ¿Pero qué pasa con los que somos más permisivos que nos gustó en su día? Pues que disfrutamos más pues, ¿quién no quiere ver más historias de Qui-Gon y Obi-Wan en su mejor momento? Tramas que te permiten volver a la vida de algunos de los personajes queridos y escritos en gran parte por Jody Houser con dibujos de Cory Smith y Wilton Santos, un equipo que para mí hacen un gran trabajo, sobre todo, en la adaptación de personajes canon al formato viñeta.

¿Sabéis qué pasa? Que los permisivos disfrutamos la vida lectora tres veces más que los haters.

El resumen oficial de las miniseries Star Wars: Era de República dice: «¡Esta es la Era de Star Wars, una serie épica de aventuras que une a tus personajes favoritos de las tres trilogías! ¡Únete a los héroes más grandes de los últimos días de la Antigua República! ¡Sé testigo de los momentos nunca antes vistos que los definen, las increíbles batallas que los moldearon y su eterno conflicto entre luz y oscuridad!». ¿Qué os parece? Parece que quieran que te reenganches a la Armada, ¿no? Lo que sí que es cierto, es que aquí vais a disfrutar a tope con el que para mí es uno de los mejores Caballeros Jedi que conoce la saga. Un tío duro en sus creencias como es el inconformista Qui-Gon Jinn, que no duda en infringir las reglas y meterse en problemas con el Consejo por tener personalidad y luchar por sus conflictivas creencias. Y aunque ciertas misiones le salgan mal, que duda cabe que tiene razón pue, hasta George Lucas sigue manteniendo a día de hoy que Anakin era el Elegido…

Pero más tramas e historias con Anakin Skywalker, Obi-Wan Kenobi, Padme Amidala e incluso el maestro Yoda vais a encontrar en Star Wars: Era de República – Héroes. Y es que a veces es agradable leer una historia sobre un personaje que amas y eso es fácil de hacer gracias a la capacidad de Jody Houser para escribir personajes. Desde Qui-Gon hasta Anakin, Houser demuestra que los entiende y que puede escribir diálogos naturales en ellos. Esencialmente, cada capítulo de este tomo es un estudio de cada protagonista y le da al lector un vistazo de cosas en las que quizás no se había fijado. La historia de Obi-Wan ayuda a transmitir la cantidad de dudas que tenía como Maestro Jedi, mientras que la de Qui-Gon llega a la raíz de lo inquisitivo que era. Una buena visión. Además, cada capitulo comienza con un párrafo-ensayo de seguimiento sobre el personaje que conecta lo que has leído con la imagen más amplia de quién era en las películas. Una buena forma de agregar peso a la historia que acabas de leer y que ayuda a desarrollar en tu mente lo que sigue.

Es fácil olvidar que Obi-Wan entrenó a Anakin durante mucho tiempo. Muuuchooo tiempo… Pero también dedicó años Qui-Gon al entrenamiento de Obi-Wan y de eso poco sabíamos. Pero a raíz de cómics y novelas del Universo Expandido como Star Wars: Era de República – Héroes podemos saciar nuestra curiosidad. También es cierto que la historia de Padme recopilada aquí dice muy poco (es heroica y demás), pero los eventos reales en su conjunto nos llevan a lo realmente importante que es la escritura de personajes interesantes que amas y que quieres disfrutar. De lo que Jody Houser claramente tiene un control que abruma.

Reseña: Star Wars. Dark Droids, de Soule, Guggenheim y Espín

La moda es lo que tiene. Y ahora estamos en modo-on con Star Wars nuevamente gracias a la serie de The Acolyte que está trayendo cola -con temas que no debería-, pero la cuestión es, dicen, que se hable de ti aunque sea para mal. No voy a entrar ahora en las chuminadas woke o como quieran que se llamen. A lo que voy es que si estamos en modo Star Wars, apetece mucho-mucho darle a más cositas del Universo Expandido porque el mono de querer más tira de ti. Y tenemos juegos de mesa, videojuegos y en Planeta Cómic joyitas en formato libro y cómic. Lugar al que acaba de llegar una de las miniseries que más hype me creó desde que me enteré de su publicación en USA. Porque, ¿qué era eso de droides liándola parda y volviéndose algunos muy malos-malutos? Ideas originales. Siempre brindaré por eso y eso es lo que está proponiendo Dark Droids. A todo esto hay que sumar que los droides de La Guerra de las Galaxias siempre han sido una de mis principales pasiones de la saga. Raro que es uno.

Y ahora os diré algo importante que quizás muchos no sepan. Para aquellos que solo son lectores ocasionales de la línea de cómics de Star Wars, el evento Dark Droids es el cruce actual que conecta sus diversos libros, centrado en una rebelión de máquinas inteligentes contra su sociedad opresiva. La dominación de los droides no ha sido un foco central del universo Star Wars a lo largo de su historia, pero escritores recientes (tanto en cómics, novelas y películas) han encontrado formas de inyectar este conflicto obvio en la narrativa galáctica más amplia. Y Star Wars: Dark Droids D-Squad parecía ser una miniserie superflua añadida al evento, pero ha resultado ser una de sus joyas. Escrita por Marc Guggenheim e ilustrada por Salva Espín, esta miniserie de cuatro números publicada en solo tomo por Planeta Cómic en nuestro país es un auténtico indispensable. Donde encontramos a C-3PO y R2-D2 formando un equipo de droides para enfrentar la corrupción que las máquinas están experimentando en toda la galaxia. Y finalmente, el destartalado equipo encuentra que su misión los lleva al palacio de Jabba. Aparecen numerosos droides queridos, incluidos Chopper, IG-88 y QT-KT, con algunas fanfarrias de «qué droide ganaría en una pelea» durante toda la aventura. ¡Incluso tenemos un poco de romance en esta aventura!

Insisto, siendo un fanático de los droides, me sorprendió gratamente esta trama nominalmente notable, especialmente cuando a mi querido R2-D2 se le da un papel principal. Los droides de Star Wars generalmente desempeñan un papel secundario, y ver un tomito completo centrado en sus normas y habilidades para formar equipos ha sido súper entretenido. Estos minis cortos agregados a crossovers más grandes tienen una calidad real de acertar o fallar, y algunos claramente se publicaron solo para atraer a los completistas a elegir otras colecciones de cómics. Pero puedo decir con confianza que incluso aquellos que no están familiarizados con el evento más grande probablemente disfrutarán esta miniserie, ya que cuenta de manera eficiente una breve aventura.

El trabajo centrado y cuidadoso de Salva Espín complementa perfectamente la dirección argumental de Guggenheim. El cómic parece caricaturesco y divertido sin romper con la vibra o el tono de Star Wars. En cuanto a los complementos, al final se incluyen algunas variantes de portadas (me encantaron especialmente las portadas de Tom Reilly, que servirían para bonitos estampados de camisetas. O esta misma que os pongo a la izquierda). Pero el verdadero punto de venta de Dark Droids es la historia accesible y divertida que no requiere un conocimiento profundo del evento más amplio. De hecho, me encantaría ver que el D-Squad bajo la tutela de este equipo de creadores tenga más escapadas en el futuro.

Me ha encantado. Una tarde de piscina me duró.

Reseña: Retratos de los Hijos, de George R. R. Martin

Hay otro George R.R. Martin ahí fuera. Una especie de autor semidios anterior al maestro de la Fantasía con su Canción de Hielo y Fuego. Ganador de un Nebula y tres premios Hugos, nada más y nada menos, y en su día famoso por su trabajo como guionista en series de televisión como The Twilight Zone y La Bella y la Bestia. Qué hubo un antes, en definitiva. Y que aún a día de hoy, uno se siente raro cuando lleva aconsejando tanto tiempo a un autor, y resulta que hasta que no se hace mundialmente conocido (¡por una serie de TV!), no empiezan a reparar en sus obras. Por ello, algunos damos gracias a Editorial Gigamesh por su intención de rescatar una nueva colección en formato bolsillo con grandes titulos del maestro. Títulos ya en librerías como Nightflyers o dos buenas antologías como Nómadas Nocturnos o este Retratos de los Hijos que os traigo hoy.

Quizás para aquellos corazones desolados que ven como nunca llega Vientos de Invierno, quizás para aquellos que amamos a Martin por encima de todo, como autor de CF y Terror, volvemos a tener más literatura suya para disfrutar. Retratos de los Hijos te invita a visitar una galería de retratos muy inusuales. Temas tan extraños como un autor que comienza a ser visitado por los personajes de sus novelas; esos señores rencorosos a quienes no les hizo ninguna gracia el trato con ellos. O tal vez prefiráis transitar por aquella antigua pintura que guarda el recuerdo del último partido de la Super Bowl que se jugó. O inspeccionar un boceto de la niña cuyo mejor amigo era un dragón hecho de hielo. Y más. Por que también capturado en esta galería de lienzos está aquel hombre que viajó en el tiempo para revertir los errores y humillaciones de su pasado, a cambio de recibir justicia. Y retratos igualmente extraños en una variedad de estilos, algunos bizarros, otros conmovedores, todos inolvidables. Por que George R.R. Martin es un maestro literario de los tres grandes géneros y en antologías así lo demuestra.

Y ahora confieso. Al señor Martin lo descubrí hará unos veinte años. Lo recomendé y lo recomendé. Sus cuentos molaban cantidad. Para mí fue un enorme descubrimiento encontrarle en un ejemplar de la extinta colección de Martínez Roca en la colección Gran Súper Ficción. Una antología que trataba los Premios Hugo (el premio más importante a nivel mundial que se otorga en CF), y que se llevan dando desde principios del siglo XX. En fin, que di con un tomo que contenía dos relatos suyos. ¡Este señor había ganado dos premios Hugos al Mejor Relato con dos cuentos propios! Un «ex-aequo» para él solito. Pero dos maravillas. El Camino de la Cruz y el Dragón y Los Reyes de la Arena. Dos joyas de la CF que recomiendo que leáis cuanto antes. Pero que duda cabe que hablo de un joven que ya venía de ganar anteriormente un Hugo con una novela corta, y que a partir de ahí empezaba a despuntar. Hasta que bastantes años después dio el pelotazo con la saga Canción de Hielo y Fuego (o Juego de Tronos para los seriéfilos), y entonces se amilanó…

¿Qué fue? ¿El dinero, la fama, la comodidad de saber qué tranquilamente todo llegará? Pero no llega. Pese a todo, soy de los que mantienen la esperanza, pues un señor que ha creado historias tan fascinantes, no puede dejarlo así como así. Y aunque nadie le pide que sea una tormenta de palabras constantes como el tito Stephen King, sí que tenemos el deseo de volver a verlo en la palestra con un nuevo titulo.

Por el momento, os recomiendo esta maravilla llamada Retratos de los Hijos, con prólogo del gran Roger Zelazny y dos relatos inéditos en español como La Última Superbowl y Hora de Cerrar. Nunca me cansaré de recomendar a alguien que me maravilla como escribe.

Reseña: TER, de Rodolphe y Dubois

En la estela de los últimos buenos cómics europeos leídos, me topé con TER, publicado en nuestro país por Yermo Ediciones. Un cómic, una historia muy digna de reseñar porque la idea siempre-siempre es contaros las cositas buenas para leer que se publican en nuestro país. Tres álbumes en formato original que han sido traducidos y editados en un buen integral para nuestro disfrute, pero también una muy buena serie de CF y un trabajo realmente espectacular de Rodolphe y Dubois.

Rodolphe está inspirador aquí. Nos ofrece una historia cautivadora. Una trama que no revolucionará el género pero donde sabe poner todos los ingredientes para convertir la trama en un mundo coherente donde la religión juega un papel importante. Personajes, entrañables o no, aguantan con una ligera pega, el lado ingenuo de nuestro héroe, que evoluciona lentamente y así entramos en una narración dominada con una historia que se desarrolla a lo largo de tres álbumes llenos de vueltas de tuerca. Por eso, para mí lo importante es, la trama coherente con sorpresitas que contiene.

Empezamos con El Extraño, donde conocemos a un personaje que sale de la nada y tiene un extraño don en sus manos. Es muy intrigante. Un álbum que deja un cliffhanger de narices. Menos mal que lo tenemos en integral. Un hombre surgido de la nada, en un cementerio en medio de un desierto hostil, donde nadie puede sobrevivir…Y Pip, un joven inventor y saqueador de tumbas, se topa con él, dormido en una sepultura, desnudo… No sabe hablar y el único distintivo es un tatuaje en el brazo que dice «Mano de Oro».

La Guía, tan sólo nos aporta más preguntas. ¿Quién es este desconocido? ¿Es el salvador que anuncian las profecías o es un destructor de mundos que acabará con la pacífica vida de Pip y sus paisanos? Desde el momento en que al final del primer volumen, descubrimos lo que se esconde detrás de TER, en el segundo volumen hay muchas menos sorpresas. Sin embargo, tenemos ansias por saber que pasará en una historia de la que no tenemos ni idea cómo acabará.

¿El Impostor es uno de esos spoilers metidos ya en el título? Solo puedo decir que lamentablemente esta obra sólo concluye un ciclo, de ahí mi decepción momentánea porque es un thriller de los que calan hondo. Y aunque TER puede leerse como una historia completa, recientemente ha aparecido una secuela en el país vecino que ya ando loco por leer. Si estás bajo el hechizo de este tríptico, creo que andarás loco por degustar la aventura denominada TERRE que espero publique Yermo Ediciones en no mucho tiempo.

TER es una obra donde el dibujo de Christophe Dubois es suntuoso. Soy un gran admirador de Dubois, tiene su propio estilo a lápiz, es preciso, detallado, dinámico. Y goza de creatividad, las impresionantes decoraciones y los magníficos colores contribuyen a una atmósfera del fin del mundo muy chula. Donde anda muy presente la pata de Rodolphe con el bestiario que aporta, muy al estilo de obras como Aldébaran (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6223).

Con TER es fácil volver a la nostalgia de aquellos álbumes que contenían buena ciencia ficción clásica.

Reseña: Shangri-La, de Mathieu Bablet

Cuando el Hombre quiere convertirse en Dios, sólo puede quemar sus alas…

Después de descubrir a Mathieu Bablet con Adrastea con el tema mitológico, no dudé un momento en ponerme con este maravilloso tomo de cómic que trae space-opera, una diferente, que atenta con la idea de marcar un hito en el campo de la ciencia ficción. Del cómic europeo de CF, mejor dicho, porque Shangri-La es una historia que sigue siendo clásica en esencia pero que logró mantener mi interés desde la primera hasta la última página. Una narrativa controlada que visita el racismo con animosidades y publicidad muy sexualizada, una distopía realista que te hace pensar en el valor de proteger nuestro hermoso planeta, el mismo que se está yendo a pique y no hacemos casi nada por salvarlo.

Es difícil no enamorarse de Shangri-La nada más coger el volumen que recién publica Tengu Ediciones. Magnífico cómic grueso (220 páginas) con lomo encuadernado en tela y cubierta majestuosa, con una excelente relación calidad-precio. Donde la obra de Mathieu Bablet hipnotiza incluso antes de ser abierta. La impresión de grandeza que transmite la portada ya atrapa. Y cuando lo abrimos, no nos decepcionamos…, cada página es una oportunidad para Mathieu Bablet de ofrecernos composiciones suntuosas, con decoraciones colosales y líneas extremadamente dominadas. Y de hecho, el estilo gráfico del autor-diseñador es, sin duda, lo que más atrae. Cómic para dejarte llevar, hechizado por el don de Bablet, y así descubrir los entresijos de un mundo futurista tan terrible como fascinante. Sin embargo, persisten dos grandes errores en mi opinión. Como leí en ciertos sitios, los diseños de personajes son muy cuestionables. Por mucho que los escenarios sean de un rigor y majestuosidad imponentes, los personajes son algo simples, esquemáticos; Todos lucen casi iguales. Y la otra incomodidad es quizás más grave: al querer interferir (y nosotros con ello) en los códigos de la novela de anticipación. Bablet cae en todos los clichés en los que esperamos no verlo caer. Por lo tanto, nos encontramos ante una situación que ya hemos visto en cientos de historias de CF: la humanidad reducida a vivir hacinada en entornos metálicos y espacios restringidos, una organización grande y abrumadora que gobierna el mundo (o lo que queda de él), una rebelión que intenta organizarse en secreto que cumplen sabiamente su misión sin conocer todos los aspectos del género.

Una descripción mordaz de una humanidad que no tiene sentido que siga existiendo, que discrimina y martiriza a los más débiles para establecer mejor su orgullo…, pero que quede claro que este argumento no es desagradable en sí mismo, pero sí peca de ser refrito de refritos, y obviamente Bablet corre el riesgo de enfrentarse a las grandes obras de ciencia ficción -de otras muchas- que ya lo hicieron mejor.

¿Se disfruta? Por supuesto. Porque el amante del buen cómic europeo siempre anda dispuesto a hacerlo con lo que se acaba de comprar. Pero al ver que cuanto más avanza la historia, más nos damos cuenta de que Mathieu Bablet sólo utiliza clichés e intenta ser original en cosas sin conseguirlo. Pero eso si, desarrolla una reflexión sorprendentemente potente sobre la humanidad, sobre la frontera entre el Bien y el Mal, y sobre todo, sobre el voluntariado, al describir una forma de totalitarismo mucho menos heredera de Orwell que de Huxley (véase su brillante Un mundo feliz).

Bablet describe la peor forma de totalitarismo que existe, una forma de totalitarismo consentido en el que la población sería consciente de su servidumbre, pero aceptaría sin problema siempre y cuando sirviera a su comodidad individual. Pese a todo, soy fan del estilo Bablet. Por lo que siempre-siempre seguiré sus obras. Y más, si afortunadamente llegan al español, como es el caso.

Reseña: Space Relic Hunters, de Sylvain Runberg y Grun

Space Relic Hunters fue un título que dividió opiniones en los lectores constantes de la BD. Y es cierto es que después de hojear rápidamente el álbum, pensé que los autores iban a urdir una historia de aventuras arqueológicas futuristas, del mismo tipo que la novela de Jack Seeker McDevitt, o el ciclo de Inhibitors, de Alastair Reynolds; una historia desarrollada en un futuro muy lejano donde la trama se resuelve mediante sucesivos enigmas para al final desenterrar un potencial “tesoro”.

Y así fue. Y eso me gustó. Estoy en ese bando. Porque estamos antes una space-opera en ese sentido trabajada, el tipo de historia que está en las estanterías mentales frikis de muchos de nosotros amantes de la CF: Star Wars, Starship Troopers, Desafío Total…, todo lo que hay para bombear, no nos molesta y nos resulta atractivo con poco argumento que lleve. La evocación a un futuro que no viviremos, el traslado a esas aventuras que solo podemos disfrutar a través de la imaginación de otros o de nosotros mismos. Pero nada de completos disparates. Existen más en la vida real, demasiados sentidos que nos han tocado vivir. Muy aburrida para mí y más si estás tieso normalmente como la mojama. En fin, a lo que vamos. En un imperio galáctico donde la libertad religiosa está prohibida, una de las mejores formas de ganarse la vida es convertirse en un cazador de reliquias prohibidas. A mí, ya está premisa, me enganchó. Tenemos a la humana Xia y Little Mercur, un extraterrestre enmascarado cuya especie se desconoce; los cuales se alían con Vitellius, un ex centurión que ha desertado de las Legiones Imperiales Divinas para llevar a cabo la misión más peligrosas de sus vidas.

Sí que recuerda a pelis como Rebel Moon…, visualmente potente pero donde el guion no es tan épico como podría ser. No obstante, se consigue una obra que da pie a secuelas y a mundo de mundos, universo de universos abiertos. Como me dijo un colega que lo había leído, afortunadamente, está Grun para salvar el barco del hundimiento. ¡Qué artista! Lo vi en Metronom y luego lo redescubrí en On Mars (https://www.cronicasliterarias.es/?p=11824). Un artista que nunca deja de sorprender, una evolución en la dirección correcta, ¿podemos decir que hoy está en la cima de su arte? Para mí tiene todo lo que me gusta: inventiva (si dejo de lado el aspecto a veces kitsch de los personajes), minuciosidad a todos los niveles, una línea limpia y legible, una delicia visual con dibujos a toda página, diversificados y extremadamente buenos. Colores pastel a juego con el lugar o planeta visitado. Ojalá pudiera poner su arte al servicio de uno de mis relatos o futuros libros.

En definitiva, Space Relic Hunters es de esos cómics que se disfrutan, sobre todo, por su arte. E insisto, es una pena porque la ambientación es tan potente que, en mi opinión, se le podría haber sacado más (mucho más) a una premisa en principio muy interesante. Pero como autor tampoco voy a recriminar nada porque sé que es difícil a veces conseguir que la trama llegue. Y aquí el agravante es que Sylvain Runberg nos tiene acostumbrados a cositas mejores y no tramas lineales y sin tensión. Pero mi atención la seguirá teniendo porque como poco, queda un álbum ligerito de leer que tampoco deja malas sensaciones. Quizás me hubiera flipado de adolescente.

Reseña: Sky Masters of the Space Force (1958-1961)

Otro boom para mí de las últimas semanas fue descubrir que Aleta Ediciones publicaba en español la recopilación completa de las tiras diarias de la serie clásica Sky Masters of the Space Force. Todo lo que se publicó desde 1958 hasta 1961, tal como dice la sinopsis editorial: ¡La épica aventura creada por Jack Kirby y Wally Wood por fin completa y mejorada.

Dos maestros de maestros, dos dioses del cómic haciendo lo que mejor sabían hacer. ¿Es decir? Es decir, un tomo imperdible para todo amante del cómic, un volumen del que hasta el momento era muy difícil encontrar copias a precio razonable. Porque Sky Masters of the Space Force es un trabajo de amor por un género. Esta primera colección completa de las tiras cómicas dominicales es verdaderamente una belleza. Un tomo que además cuenta con una nueva traducción de José M.ª Méndez, lo que mejora con creces la anterior edición de la desaparecida editorial Glénat. La calidad de reproducción de muchas tiras en aquella edición era superable, ya que la principal fuente era limitada. Un título inspirado en los incipientes pasos de los Estados Unidos en el espacio exterior, unas viñetas que fueron la incursión más exitosa de Kirby en las tiras periodísticas, publicándose por primera vez en entregas diarias a partir de septiembre de 1958 y con tiras dominicales añadidas a partir de febrero de 1959. Y aunque inicialmente, los guiones fueron proporcionados por Dave Wood, colega de Kirby en el título Challengers of the Unknown de DC Comics, después se incorporó al equipo el genial Wally con las tintas, el legendario artista de EC Comics/Mad Magazine, que también había trabajado en las historias de Challengers… con Kirby. Fue entonces que tras la unión de estos dos gigantes del cómic se parió un título tan especial como el que os traigo hoy.

Wood hizo por su cuenta historias clásicas basadas en el espacio y la combinación de sus ricas tintas en varios equipos espaciales y paisajes lunares con las dinámicas figuras de Kirby quedó espectacular. Todo eso lo tenéis aquí. Si bien Wally Wood recibe la misma atención de nuestros ojos ya en la portada, debe mencionarse que solo las primeras veintidós tiras presentan sus tintas. El resto fue entintado por Dick Ayers, o por Kirby solo con la ayuda de su esposa, Roz. Y Kirby también escribió muchas de las tiras posteriores por su cuenta. No fue un trabajo conjunto en ese sentido. Por eso ocurre que si bien Kirby da algunos saltos imaginativos al llevar al hombre al espacio y a la luna, antes de los acontecimientos reales, la acción es a nivel humano y se basa en una tecnología emergente o imaginada. Pero como resultado, quedó algo bastante realista. No hay extraterrestres ni pistolas de rayos, pero, como hizo a lo largo de su carrera, Kirby imagina algunas cosas que eventualmente se hicieron realidad, como libros electrónicos, tablets, portátiles o ipads (es muy posible que estés leyendo esta reseña en uno de ellos ahora mismo).

Os contaré también que «Sky» Masters, el personaje principal aquí, y sus colegas de la Fuerza Espacial (la Space Force, sí, Kirby también inventó ese término) son un grupo atractivo que interactúa de una manera animada, no muy diferente a los Challengers o los héroes de Marvel que Kirby crearía poco después de la desaparición de esta tira. ¿Cómo? Sky Masters of the Space Force se terminó como resultado de una demanda presentada por el editor de DC, Jack Schiff, quien afirmó que había hecho el trato que llevó a la producción de la tira y que no se le proporcionó un porcentaje de las ganancias como se había prometido. Kirby negó que se hubiera llegado a tal acuerdo, pero Schiff prevaleció y obtuvo un porcentaje de participación en la tira. Esto llevó a Kirby a dejar de producir la tira en 1961 y a su salida de DC. Pero se fue a Marvel, creó Los 4 Fantásticos, El Increíble Hulk, Iron Man, Thor, Los Vengadores y bastantes más personajes icónicos que ya conocéis junto a Stan Lee.

Se puede decir que los fans de los cómics salieron ganando con aquella salida. Pero eso no quita que esta publicación sea un diamante en bruto.

Reseña: Star Wars. El Retorno del Jedi, de Ryder Windham

Una vez que aterrizas de verdad en dicho universo, ya sólo queda seguir disfrutando. Sobre todo, en esta época de disfrute constante en el que cada no mucho tiempo nos llegan buenas pildoritas de Star Wars. Por que no me diréis que no estáis flipando por un tubito con la serie The Mandalorian… Bueno, a lo que vamos, hoy vengo a cerraros con reseñas, la trilogía original de Star Wars en formato novela, las recientes publicaciones traídas por la editorial referencia de la franquicia como es Planeta Cómic. Aclarando siempre un detalle muy importante, para todos aquellos que puedan pensar que estas novelizaciones no son atractivas, que son más de lo mismo, bla-bla-blá, bla-bla-blá…, deciros que para todo fan que se precie -y aclarando que son nuevas traducciones de las clásicas novelas-, estos libros no son solamente todo lo cariacontecido en los films. Vais a encontrar el más puro mundo de Star Wars narrado en un espacio corto y certero.

Después de aquel pelotazo que para el mundo fuera Episodio IV: Una Nueva Esperanza, deberíais ser conscientes de ciertos detalles que quizás no hayáis tenido en cuenta. Desde el primer momento que se comenzaron las producciones, entre otras muchas cosas se daba via libre a la novelización del guión. «Antes del Inicio del Rodaje», se le otorgaba el desarrollo de la historia a un autor asignado y este llevaba ese libreto de diálogos y ambientación al mundo literario. Entonces, ay, my friends, si lo pensáis un momento, y teniendo en cuenta que el proyecto fílmico pocas veces queda totalmente fiel al primer guión… ¡Estamos ante una primera historia llena de escenas nuevas! Un volumen de trama pulcra, sin reseteos pensados en lo visual. De detalles nunca vistos. De hecho, os aviso que esa sensación da leer El Retorno del Jedi, así como sus predecesoras El Imperio Contraataca y Una Nueva Esperanza. «¿Esto sale en la peli?», se vuelve una pregunta constante.

Un emocionante recuento de la trilogía original para celebrar los 40 años de Star Wars… que estamos viviendo desde 2017, jajaj… Los films que lanzaron al mundo la mayor epopeya de fantasía espacial de la historia. Un conjunto de adaptaciones de novelas juveniles de la trilogía original ideal para cualquier novato que quiera entrar en este mundillo por la puerta grande, evangelizar a amigos o hijos, o simplemente por puro completismo para esos incansables amantes de este interminable universo que somos algunos. Las aventuras de Luke Skywalker, la princesa Leia, Han Solo, Chewbacca y la Alianza Rebelde luchando contra el malvado Emperador Palpatine y su siniestro agente y mano ejecutora, Darth Vader. Luke Skywalker regresando a casa, a su planeta de origen Tatooine, para intentar rescatar a su amigo Han Solo de las garras del mafioso Jabba el Hutt. El Imperio Galáctico por otro lado comenzando en secreto la construcción de una nueva estación espacial armada, más poderosa que la temida Estrella de la Muerte. El arma definitiva que significará la aniquilación de ese pequeño grupo de rebeldes, de seres y razas diferentes, de la gente libre, en definitiva.

El fin está cerca y lo sabemos.

Star Wars: El Retorno del Jedi, del completo autor Ryder Windham, es el culmen a estas fantásticas ediciones llevaderas y asequibles que propone en librerías Planeta Cómic. La trilogía original en formato papel. Digna de regalo, un excelente recuerdo en negro sobre blanco, de una trama disfrutable que uno necesita revisitar cada no mucho.

Reseña: Dune. Edición Especial, de Frank Herbert

Raro es el lector que no sienta afinidad por siempre por Dune tras vivirla. Tras sentirla de verdad: introducirte en su mundo, dejarte llevar por su mitología, sus detalles, sus ideas… El Wow! brotará de tus labios en cuanto la devores. O quizás mienta. Quizás te surjan esas exclamaciones en el “durante”. ¿Por qué? Por que esta clásica novela puntera de Ciencia Ficción te lleva al futuro más lejano y para mal del demonio, te trae de vuelta a casa. Es una obra de arte. En mi caso, volver a ella tras los años, y en esta magnifica edición en tapa dura (de coleccionista, diría) que trae Nova CF, ha sido toda una experiencia. La considerada mayor epopeya del género de todos los tiempos (como dice la sinopsis editorial), con doce ilustraciones a color muy afines del artista Sam Weber para esta edición conmemorativa del cincuenta aniversario de Dune, de The Folio Society. En resumen, volver a sentir amor por la CF. Vista con ojos más adultos, me pareció tremendamente maravillosa y llena de cientos detalles. Por supuesto, devorada en cero como dos.

Dune mezcla aventura, misticismo y política. Nos lleva a un universo donde los planetas están controlados por Casas de familias nobles bajo el mandato imperial de un gobernante de una de las Casas. Cuenta principalmente la historia de Paul Atreides, hijo del duque Leto, heredero de la Casa Atreides. La madre de Paul es una especie de bruja con poderes únicos de persuasión que ha conseguido transmitir a Paul. La novela comienza con la familia Atreides preparándose para abandonar su amado planeta verde y tomar el control de otro; el llamado planeta Arrakis, que es básicamente un gran desierto. Pero también es el único lugar en la galaxia donde se extrae una valiosa sustancia llamada melange. Parece insignificante, pero este traslado real, desencadena una cadena de eventos que impulsarán a Paul a un mundo completamente nuevo de batallas por la famosa especia, monstruos de las arenas y como trasfondo los Fremen, raza de las arenas que vive entre las dunas. Todo esto más un joven Paul Atreides enfrentándose por un lado al emperador, y por otro, a sus antiguos enemigos de la Casa de los Harkonnen.

Dune es una obra épica la mires por donde la mires. Lo dicho, podría ser un resumen rápido, sin ir mucho al grano. Lo que podría comentar a un incauto amigo que no la haya leído aún mientras nos tomamos un té en un cafetería. Pero Dune abarca mucho más. De esos mundos que como consigas entrar (no cuesta mucho aún siendo un muggle total en CF), te cautivará. Repito: es mucho más. Dune establece un mundo intrincado y fascinante con la cantidad justa de tecnología. Me encantaron las descripciones de los «trajes de baño» que usan en el desierto para recuperar el agua del cuerpo (por lo que básicamente bebes tu propio sudor) y también las fábricas de cosecha (muy de insectos) para minería que vuelan dentro y fuera del desierto por los gigantescos “dispositivos alados» llamados carryalls, pilotados por una tripulación de mineros. Pero habla también de profecías y habilidades psíquicas (me encantó la madre de Paul, Jessica y sus misteriosos poderes), de disputas políticas (el personaje del barón Harkonnen es brillante, intrigante y despreciable), así como la acción, giros e intrigas que se van sucediendo. Disfruté y he vuelto a disfrutar especialmente de los pequeños extractos de la princesa Irulan al comienzo de cada capítulo, que por cierto, parecen no tener sentido la primera vez que los lees. Aunque a medida que avanza el libro, cobran lógica. Cuando finalmente “entiendes”, el disfrute alcanza cotas muy altas. Asientes y asientes. Y si lo tuyo es escribir, te maravillas y te mueres de envidia por que quieres escribir algún día algo así. Una novela inmortal.

Dune será siempre considerada el gran triunfo de la imaginación que convirtió a Frank Herbert en uno de los grandes visionarios de la literatura universal. Hoy este gran clásico vuelve a estar de actualidad por su aniversario y por que pronto inspirará película y serie de televisión dirigidas por Denis Villeneuve (guionista y director francés de moda en USA tras La Llegada y Blade Runner 2049). Una obra impertérrita, seductora, que ganó el primer Premio Nebula (1965), el Premio Hugo (1966) y cimentó una de las sagas más grandiosas de la Ciencia Ficción.

El no haberla leído aún, entre amantes de la literatura fantástica, es una verdadera blasfemia.

Reseña: Las Crisálidas, de John Wyndham

Hay historias que te cambian la vida. Más o menos. Y es que a estas alturas uno se siente un poco extraño al sentarse a escribir una reseña de Las Crisálidas. Obra de un autor tan reconocido en la literatura fantástica, tan súper recomendado entre los que amamos los tres grandes géneros, como es John Wyndham. Un libro que leí por primera vez cuando tenía once o doce años y que tenía muchísimas ganas de retomar pues cuando uno anda escaso de ideas, las mejores fuentes son pura inspiración. Pero hasta no ponerme con esta genial edición que ahora recupera Alianza Editorial, no recordé que lo que disfruté mucho entonces era que el protagonista era un niño de misma edad. David Strorm me cayó bien desde el principio. Leer Las Crisálidas, es esa sensación de volver a pasar tiempo con un viejo amigo.

Las Crisálidas se desarrolla en algún momento en el futuro. Realmente no se sabe cuando, pero se puede asumir que han pasado al menos mil años desde hoy. La civilización cayó hace bastante y ahora solo quedan reductos que intentan salir adelante en una era agrícola en gran parte muy poco tecnológica. El no saber en esta novela te intriga, te atrapa de forma brillante, no se sabe con certeza qué fue de la humanidad, pero los indicios apuntan a que una guerra nuclear a gran escala, tuvo bastante culpa de la extinción de la prosperidad.

David vive con su familia en una granja en Waknuk, parte de lo que ahora conocemos como Labrador. La vida no es fácil allí. Se teme que las «desviaciones» (cultivos y animales mutados) sean obra del Diablo y deben protegerse, desarraigarse y destruirse para garantizar la pureza genética. Las «abominaciones» (personas mutadas) son esterilizadas y expulsadas a Las Franjas, una tierra donde la realidad es un tormento y la esperanza de vida es corta. Una frase muy optimista. Esas famosas desviaciones físicas son fáciles de detectar: un dedo extra, brazos largos, etc…Pero la desviación de David no se capta a simple vista. Su mutación le permite comunicarse mentalmente a largas distancias. ¿Y eso es una maldición o un don? A medida que crece, la situación se vuelve cada vez más difícil para el grupo social donde vive. Ocultar su desviación se vuelve un problema, y lo peor es que si le descubren, la cosa sólo pude terminar de una forma. Pues en una tierra impulsada por la religión (la Biblia es solo uno de los dos libros que sobrevivieron a la Tribulación, el fallecimiento de los ancianos), el propio padre de David es uno de los fanáticos más fervientes que no dudaría en entregar a uno de los suyos a las autoridades.

Cautivadora historia, fabulosa trama como solo Wyndham (uno de mis tres autores favoritos) sabía crear. Una obra que para el lector asiduo e incauto que aún no la haya leído, casi todo le parecerá un argumento bastante trillado. Pero recordad que estamos recurriendo a las fuentes. Las Crisálidas vio la luz, nada más y nada menos, que en 1955. Una de las primeras historias con tema apocalíptico que se pudieron leer en el pasado siglo XX. Aunque sí que se podría decir que es una escritura de su tiempo. Un poco formal para los ojos de hoy, cuando sólo se buscan lecturas mega-rápidas y sin apenas profundidad. «De su tiempo…», pero sólo a modo de estructura. Por que a nivel global, estamos hablando de una novelita de apenas doscientas páginas que un lector constante devorará en nada; pues absorbente, es quizás su mayor virtud. Con un gran discurso pronunciado como colofón final.

Mil gracias a Alianza Editorial por no olvidarnos, por seguir rescatando en su sello Runas estas joyitas que nunca deben faltar en cualquier biblioteca o librería que se precie. John Wyndham Parker Lucas Benyon Harris (1903-1969) fue un autor clásico británico de Ciencia Ficción que probó distintas profesiones como agricultor o marchante de arte antes de dedicarse a escribir relatos detectivescos y de CF. Maravillosas sus obras, El Día de los Trífidos, El Kraken Despierta (también en Runas) e indispensable, por supuesto, Las Crisálidas. Pero tiene más. ¡Así qué vamos a ello!