Reseña: Limpieza en Seco, de Joris Mertens

Me comentó un amigo comiquero – en cuya opinión confío mucho-: «Tienes que descubrir este cómic, creo que puede llegar a muchos lectores». Y cierto es que Limpieza en seco es una auténtica inmersión en la Bruselas de los años 70. Confieso que leí este cómic rápidamente, Limpieza en seco es un cómic con poco texto y los personajes no son muy habladores. Sin embargo, hay motivos para tomarte tu tiempo en admirar los detalles que cada una de las páginas de esta historia de Joris Mertens ofrece. El nivel de detalle y la magnificencia de los gráficos pueden dejar espacio para la contemplación durante varios minutos, sin problema. Un trabajo precioso, de verdad.

¿Y de qué va esta novela gráfica? Seguimos la rutinaria vida de François; vive solo, en una ciudad donde llueve constantemente, y lleva años trabajando en una lavandería sin recibir el más mínimo aumento. Odia la vida que lleva. Sus pasatiempos se resumen a jugar los mismos números de lotería todas las semanas durante cinco años, sin resultado, y tomar una pinta de cerveza fría en el Monico donde se encuentra con frecuencia con Maryvonne, con quien le gustaría establecer una relación más íntima… algún día. Pero una entrega cotidiana le lleva un día a llamar a la puerta de una mansión, escenario de un crimen, donde encuentra una decena de cadáveres y una bolsa llena de dinero. Por una vez parece que ha tenido «suerte» y François decide llevarse la bolsa… Y ya sabéis a lo que lleva coger lo que no es tuyo, en especial, si es pasta gansa.

La tristeza y la belleza de una época pasada, cuya moral se desvanece con el paso del tiempo, me llevaron entonces a sentir una fuerte melancolía al leer Limpieza en seco. Y nunca he vivido en Bruselas, ni mi vida se ha parecido en ningún momento a lo que se cuenta sobre este señor de triste figura. Pero la tristeza de no haber conseguido algo grande en la vida, a cierta edad, sí que es un sentimiento común en muchos de nosotros. Y aquí eso está muy bien representado. El tema de “el dinero no compra la felicidad” está muy bien pero el anhelo de ser rico, al menos, por un tiempo, es un deseo que rara vez nos podremos quitar de encima. Sentir esa sensación. La no preocupación por lo que puedes o no gastar…

Me quedó una enorme empatía por François tras leer esta obra. Este hombre es uno más de nosotros y el que me diga que no haría lo que él hace, miente. O está muy cerca de hacerlo. Codicia y envidia sin ser codicioso, y el suspense de este cómic, su fuerza, es ver que el riesgo lo somete y lo consume. Se trata en definitiva de una historia popular, genial, que no esperaba que me gustara tanto. Totalmente recomendable por las sensaciones que deja. Además de que los problemas sociales que trata son atemporales. Esta historia jamás envejecerá.

¿Y el dibujo? Menuda bofetada visual. Esta Bruselas bajo la lluvia de los años 70 y 80 con su cuota de Renault 5, Estafette, DS, 4L, Citroën Diane…, donde también se siente como la París de sus grandes atascos y caras pálidas y malhumoradas de sus habitantes; los rostros de los personajes y sus expresiones faciales están muy bien transcritos por Joris Mertens, que aprovecha para ofrecernos numerosas escenas mudas donde comprendemos fácilmente las reacciones de los diferentes protagonistas. Estamos ante el ejemplo perfecto de cómo conseguir ambiente y personaje con lenguaje no verbal. Así que cómic descubierto, my friend, y recomendación reportada a mis lectores.

Reseña: Chick Bill 1969-1970, de Tibet y Duchâteau

Como si fuese una especie de droga, mi padre solía decir (en una pregunta que parecía hacerse a sí mismo): «¡Niño! ¿Una del Oeste?«. Lo mio con el género western tiene su historia. Una que probablemente habré contado ya. Es un género que nunca me gustó y que casi llegué a odiar de pequeño. Pero también es una de las muchas cosas que cambiaron al hacerme viejóven. El gusto por lo antiguo, especialmente, por que noté que mis ojos se habían abierto del todo y vi ciertos recovecos a los géneros y sus historias. Los detalles. Si nunca dejaste la lectura constante y tocaste cantidad de palos o géneros literarios en el proceso, obtuviste este poder. Y estoy totalmente de acuerdo con la máxima de que el western evolucionó al denominado actualmente género negro. Y eso ya es otra cosa, friends. Aun así, las historias del Oeste dejan poso e incluso combinadas con misterio, terror, incluso con el humor, suele quedar una ensalada la mar de rica de esas fresquitas que apetecen de vez en cuando. Un ejemplo de ello es Chick Bill.

Chick Bill es la famosa serie de cómics de la BD que Dolmen Editorial está publicando en nuestro país por ciclos. Cuentan que en 1953, Lucky Luke ya no era el único cómic occidental humorístico. Llegó Chick Bill, un fiel vaquero, que al igual que Lucky Luke, era un semi-dios con el gatillo, y junto a varios personajes exponía cantidad de aventuras a cuál más chula. De hecho, uno de los personajes que para mí casi lo eclipsa es el secundario sheriff Dog Bull; estúpido, torpe, enojado, jactancioso pero hecho de buena pasta, flanqueado por su adjunto Kid Ordinn; un simplón ingenuo y tontorrón, prototipo de imbécil magnífico que en ocasiones puede aparecer con un aspecto asombroso, como en el episodio El inocente del pueblo o El arma secreta de Kid Ordinn. Álbumes magníficos, por cierto.

El tema es que me picaba el gusanillo del western nuevamente y aprovechando que regresaba un nuevo tomo como novedad, decidí devorar el correspondiente a los años 1969-1970. Otro de los buenos integrales en tapa dura de la colección que Dolmen Editorial está editando. Una colección que intento seguir fielmente y que en este caso hablamos de un volumen que contiene solo tres historias: Un inocente se encuentra en medio de una ciudad habitada por bandidos, en la que el delito es ley, y un disfrazado Dog Bull se inmiscuye en ella para rescatarlo; un dibujante ha convertido a Kid Ordinn en la estrella de su exitosa historieta, mientras este se las ve y se las desea para enfrentarse a un persistente atracador de bancos; y un buhonero consigue construir un robot con la intención de vendérselo a un excéntrico y acaudalado coleccionista, en una aventura en la que nada ni nadie es lo que aparenta ser.

Además, un volumen que cuenta con una “Kidordinería” que no había sido reeditada desde 1970 y sus habituales extras.

La calidad de las historias en estos integrales es importante. Son historias agradables de leer, un agradable diseño del maestro Tibet, que mezcla aventuras, humor y otros géneros dentro del entorno Salvaje Oeste. Es cierto que Chick Bill no se considera un cómic de culto, lo que me parece lamentable. Pero los requisitos los cumple de-todas-todas. Eso os lo aseguro. Siempre-siempre es un cómic, historia o tomo, disfrutable. Y eso no se dice de cualquier cómic, y menos, uno clásico.

Solo tenéis que poneros con una de estas geniales historias para daros cuenta.

¡Niño! ¿Una del Oeste?

Reseña: Los Dominantes, de Runberg y Toledano

Los Dominantes abre con una máxima de la que yo no tengo ninguna que es cierta: ¿Y si la mayor amenaza para la humanidad fuera ella misma? Aparte de esto, representa muy bien lo que sucedería si una raza alienígena decidiera hacerse con el planeta Tierra. Tres puntos. Hay o habría los que deciden adaptarse y convivir con los invasores. Segundo: los que optan por resistir y reclutar gente para formar la Resistencia. Y por último, los que les rendirían culto como si de dioses o una invasión divina se tratara. Que de estos últimos, sin duda, habría bastantes porque el ser humano parece estar hecho para creer. Al menos, ante el miedo.

A medida que el país más poderoso de la Tierra se acercaba a las elecciones presidenciales de 2020, una terrible epidemia de origen desconocido azota al país y mata a más de ochenta millones de personas. Justo después, el país, el mundo o lo que queda de él, ve aterrizar formas de vida desconocidas, criaturas terrestres o voladoras que no parecen querer entrar en contacto con los seres humanos. Aterrizan en distintos puntos del planeta y trastornan la vida de las personas con su presencia. Aquella mañana, de camino a Los Ángeles, Andrew tuvo que detenerse a un lado de la carretera, sufriendo fuertes náuseas y vómitos. Este es el efecto que provoca el paso de un nauseabundo alienígena si lo tienes en las proximidades.

Ahora… Han pasado más de siete años desde que la vida de todos los supervivientes se transformara por completo. La gente se agrupa en pequeñas comunidades, comparte la comida que escasea y se protegen unos a otros como pueden. Aquellos que iniciaron la Resistencia a la presencia de los aliens se han convertido en terroristas que cobran rescate a su paso, matando indiscriminadamente, provocando más miedo que apoyo. La prensa sólo existe local y artesanalmente, Internet ha dejado de funcionar, nadie sabe en qué se ha convertido el resto del mundo. Sin embargo, las centrales nucleares siguen funcionando, lo que permite la circulación de vehículos eléctricos… Y volviendo a Andrew, este continúa su viaje hacia un museo donde espera encontrar pinturas que representen escenas de la vida familiar. Esta es su forma de aguantar, soportar, sin noticias de su familia desde la llegada de la Gran Cepa.

Runberg sabe cómo capturar el espíritu de los tiempos. Lo que está de moda. Con este virus que ha devastado a la humanidad, muchos recordarán lo recientemente pasado con el coronavirus. Aunque le pone la guinda con el tema de la invasión extraterrestre. Y a los que leemos CF de toda la vida, estos dos ingredientes nos llevan lógicamente a pensar en La guerra de los mundos, de H. G. Wells. Por lo que tenemos una historia, un tomo, un volumen que se disfruta bastante bien pero donde muchos no vais a encontrar originalidad. Los aliens son monstruos enormes con formas diferentes pero siempre tirando «a lo crustáceo». De ellos se sabe bastante poco. Cada especie causa daños diferentes, pero a menudo destructivos, a su entorno o a los humanos cercanos, aunque parece que exploten a estos de ninguna forma (que se sepa). Lo que da lugar a imaginarse cualquier cosa. Eso me gustó.

En cuanto al dibujo de Toledano, es correcto, incluso bueno, pero no me gusta mucho el coloreado, evidentemente, renderizado de ordenador. Llámenme viejo pero donde se ponga la mano -nunca mejor dicho- del hombre… que se quite todo lo demás.

Virus, epidemias, oscurantismo, el mundo que se va a la mierda, aquello recientemente comentado en un tribunal norteamericano sobre lo próximo que tenemos ya una visita extraterrestre… Pocas veces he visto en un cómic, un tema tan premonitorio tan en sintonía con nuestra actualidad.

Reseña: RIP. T5 – Fanette. Mal en la Piel del Otro, de Gaet´s y Julien Monier

Casi un año después he podido devorar un nuevo volumen de este serión del cómic europeo que es RIP. Que se nota que me gusta, se puede ver en que he reseñado todos y cada uno de los álbumes que ha ido sacando Ponent Mon hasta el momento porque RIP tiene una premisa y ambientación tan potente que es difícil de ver en otros cómics. Insisto, un serión de cómic europeo que nadie debería perderse. Y es que RIP fue para mí más que una agradable sorpresa cuando la descubrí allá por 2021 en plena pandemia. Tanto en gráficos como en guion, me encantó. Y ahora de pronto me encuentro con el quinto volumen disponible donde disfrutar nuevamente de un cómic donde Julien Monier y Gaet´s siguen creando esa atmósfera tan característica, ambientación maravillosa, dos autores con un poderío tremendo en lo que hacen, dos autores a seguir.

El olor a sudor, las paredes amarillentas por el tiempo, las sucesivas borracheras, el mal gusto de los coqueteos de los clientes borrachos… y algunas moscas. Detrás de la barra, en su puerto destartalado, así es la vida cotidiana de Fanette; aburrida hasta la muerte. Hay que decir que ella no lo eligió especialmente (¿quién elegiría esta vida?). No. Fanette tiene una misión. Tiene a una persona de la que cuidar. El problema es que ella no entiende quién es ni por qué despierta tanto interés en sus jefes. Pero existe el riesgo de que la persona en cuestión acabe muerta y si pasa que… Fanette abrirá su propia investigación para escapar de esta monotonía o quizás para vengarse de todo aquel que no merece vivir, aunque vivir en este mundo sea una idea de mierda.

Una nueva historia. Una trama independiente a las demás, contando con el mismo mundo destartalado, eso trae el quinto volumen de RIP denominado Mal en la piel del otro. El ¡No fue culpa mía, joder! ¡Joder!, son dos alegaciones que con poco, dicen mucho. Y vienen como presentación en la sinopsis de este álbum.

En 2018 apareció el primer volumen de lo que era un título enigmático como RIP. Los dos autores al mando, que entonces iniciaban su primera colaboración, no eran desconocidos para la legión de fans de la BD. En cuanto al dibujo, Julien Monier ya había demostrado su talento para atmósferas y rostros expresivos con algunas series cortas como Gant blanc o Asistente l’aube. En el guion encontramos a Gaet, autor de la célebre (y premiada) Un léger bruit dans le moteur o la recientemente reseñada Catamount. Los lectores, atraídos por la curiosa portada de un hombre con traje de limpieza, se encontraron con un equipo bastante inusual encargado de vaciar las casas de los difuntos para encontrar algunos objetos dignos de revender. El tono lo marca de inmediato Derrick, un personaje complejo, un poco perdido, fundamentalmente amargado por su existencia e impulsado por el sueño de otra vida (https://www.cronicasliterarias.es/?p=7301). Seguidos de Maurice, Ahmed y Albert, otros miembros de esta brigada tan especial, que comparten un temperamento fuerte, un cierto carisma y un pasado turbulento (https://www.cronicasliterarias.es/?p=10800). Y ahora tenemos a Fanette. Una historia donde la prota, por primera vez, no es un miembro del escuadrón morboso el que están centrados estos cómics… aunque sí que es un personaje secundario que ya aparecía en álbumes anteriores.

Al igual que lo propuesto en la tercera parte (Ahmed), la dimensión de thriller es aquí muy perceptible y la historia adquiere el carácter de una investigación. Con la información extraída de los volúmenes anteriores, el lector sabe más que la protagonista… al menos al principio. Pero también descubre el caótico viaje de la propietaria; un destino duro, que presenta múltiples facetas (¡brillantemente representadas!) y, sin embargo, profundamente anónima. El sexto álbum, el próximo, parece ser el fin de la serie. Creo que voy a llorar. Amo RIP.

Reseña: Los Pitufos y la Aldea de las Chicas (Integral), de Peyo Creations y Miguel Díaz

Cuando lo vi de pasada entre las novedades de Norma Editorial, pensé erróneamente que esta serie era una adaptación directa de la película animada Los Pitufos y la aldea perdida, de 2017. Pero en realidad, se trata de cuentos e historias de un solo volumen ambientadas en este famoso pueblo y Los Pitufos que se encuentran allí. Aventuras independientes y no directamente vinculadas a la trama de dicho film. Potentes álbumes que trae este genial tomo integral en el que las aventuras parecen encajar en el corazón de las tramas de antaño como un aparte atemporal.

En la película de animación de la que os hablaba, Los Pitufos descubrieron otra comunidad de pitufos formada íntegramente por chicas. Por tanto, tenemos derecho a un spin-off centrad en este lugar, ¿no? Eso debieron pensar en Peyo Creations cuando decidieron contratar al belga Miguel Díaz (hijo de inmigrantes andaluces) para el dibujo. Esperaba una historia larga, pero afortunadamente para la época veraniega en la que estamos, encontré toda una serie de historias cortas que se devoran de un tirón. Aunque lo que de verdad hubiese estado súper bien hubiese sido una historia más larga donde se hubiese desarrollado completamente el porqué de la existencia de este nuevo escenario o comunidad. Pero… tampoco nos lo hizo Peyo entonces. Nos soltaron en mitad de una aldea que existía, que era invisible en ciertos momentos del día y ¡Cataplof! ¡A pitufar! Ya estábamos enganchados.

El bosque prohibido cuenta como el mundo de Los Pitufos se expande cuando la Pitufina, el Pitufo Filósofo, el Pitufo Valiente y El Pitufo Torpón descubren una nueva aldea llena de nuevos y misteriosos habitantes.

La traición de Pitufirretoño cuenta como la cascada a las afueras de la aldea de las chicas se seca de manera inesperada y las pitufas no tardan en organizar junto a tres compañeros pitufos una expedición al bosque para averiguar lo ocurrido. La creciente enemistad entre Pitufitormenta y Pitufirretoño tendrá mucho que ver…

En El cuervo, el siniestro Gargamel tiene un nuevo plan para cazar a los pitufos: hacer que su cuervo aprenda a hablar gracias a una de sus pociones y que este se gane la confianza de los pitufos para descubrir así dónde se encuentra su aldea. Pero… ¿qué pasará cuando el cuervo llegue por error a la aldea de las chicas en lugar de a la de los pitufos?

Pues pasa que en Un nuevo comienzo sabemos de la destrucción de la aldea de las chicas, y como estas se ven obligadas a buscar un lugar nuevo en el que vivir. Después de deambular durante mucho tiempo, descubren un lugar idílico para instalarse. Pero este lugar aparentemente seguro bien podría esconder un peligro insospechado.

Descubrir este pueblo donde sólo hay chicas, resulta divertido leerlo aún siendo adulto (que quizás sea lo más importante para nosotros, en este caso). Estamos lejos de los mejores álbumes de Los Pitufos compuestos por historias que duraban más de ocho páginas. Eso está claro. Pero no podemos comparar cada nuevo jugador que brota con Messi. Los Pitufos y la aldea de las chicas es una serie bastante divertida donde descubres nuevamente tu amor por las historias de estos seres azules que dotados de un encanto extraordinario, hicieron su primera aparición en la revista Spirou en 1958, en un episodio de Johan y Pirluit, gracias al maestro dibujante belga Pierre Culliford, conocido como «Peyo». ¡¡1958!! Fue tan tremendo éxito la publicación de su serie independiente que a día de hoy sigue siendo un mito del cómic europeo.

Gráficamente, Los Pitufos y la aldea de las chicas se diferencia del original no por su línea, en la misma línea que la de Peyo y su estudio, sino por su colorido mucho más intenso, variado y fantástico a los ojos. Una elección bastante agradable. Entonces, ¿cómo no recomendar algo así para pasar un buen rato leyendo?

Reseña: Catamount Vol. 1, de Benjamin Blasco Martinez

Catamount consta actualmente de cuatro álbumes y Yermo Ediciones acaba de publicar un primer volumen que contiene los dos primeros. El primer título puede leerse como un relato completo. Los álbumes segundo y tercero forman un díptico, por lo que ya sabéis que aquí hay cliffhanger. Mmmm… Pero todo sea por poder completarlo con una segunda publicación en el que supuestamente aparecerá el cuarto título que también es una historia completa así como lo que parece que será el final de un ciclo. De hecho, me contaron mis «pajaritos” que ese cuarto título de Catamount es todo un espectáculo por que en él, el prota ya se ha convertido en una leyenda y da paso a su «nueva» vida. Ganazas.

Pero vamos a lo que tenemos; la serie ofrece temas extremadamente clásicos para el género. El primer volumen es una historia de colonos víctimas de la venganza ciega de los indios. ¿Típico? Sí. ¿Uso recurrente de una historia grabada a fuego para los que gustan de las historias del Oeste clásicas? También. Es una trama bastante fiel a lo utilizado en los westerns americanos de principios de los 60, mientras que los siguientes volúmenes están mucho más marcados por el espíritu de los spaghetti western de los años 60 y 70 (fuertes homenajes al Grand Silence son además identificables). La segunda historia me enamoró por lo que cuenta. Y aunque la trama central nos sitúa en plena conquista del Oeste cuando la familia Osborne recoge a un recién nacido, el único superviviente de una caravana de colonos asesinados por los indios cheyenne. Niño al que llamarán Catamount (gato de las praderas). Años después, Catamount se convertirá en un vaquero y magnífico pistolero gracias a las enseñanzas de un viejo trampero. Pero el deseo de vengarse de los asesinos de su familia lo llevará a alejarse de la vida en el rancho y adentrarse en las praderas del Lejano Oeste. La segunda trama gira en torno a la construcción de una línea ferroviaria, cosa que me moló cantidad.

Como aficionado al western tardío (he contado en ocasiones que nunca me gustó el género quizás porque era lo que más le molaba a todo el mundo en mi niñez), con el paso de los años y las similitudes encontradas con el género negro, me enganché. Y, en este caso, confieso haberme sorprendido gratamente por estas historias que al parecer son adaptaciones de una trilogía de un autor francés de principios del siglo XX llamado Albert Bonneau. Mas, yo las disfrutó así. En cómic. Porque aunque he intentado leer novelas western (y me fui a las buenas, a los clásicos), son un tipo de lectura que no me llega al cien por cien. Pero en formato cómic, oh dioses, si las disfruto.

Y tiene mucha culpa el dibujo. En Catamount, si el primer volumen es, a mi gusto, el más arquetípico de lo que se puede esperar del western, el siguiente da un cambio del copón y se ve tremendamente más elaborado. Eso sin contar que los personajes cobran profundidad y la mayoría de personajes principales acaban revelando cierto lado oscuro o ciertos secretos (no es que la humanidad de cualquier personaje deba tener una cuota intrínseca de oscuridad… pero se vuelven mucho más creíble, sobre todo, en el Far West de finales del siglo XIX). Pero hablaba del dibujo. Aprecié mucho el trazo nervioso y ahumado de Benjamín Blasco-Martínez, que a partir del segundo volumen se afirma aún más y se vuelve más preciso y sustentado. Sus atmósferas de montaña o bosque son sencillamente cautivadoras, y las expresiones de sus personajes están muy bien plasmadas.

Amantes del western, tenemos cómic digno de atención.

Reseña: Altor (Integral), de Moebius, Bati y Bellamy

Como bien alega Norma Editorial, Altor es la uno de los cómics del gran Moebius, una joyita que permanecía inédita en este país. Por lo que pocos amantes del cómic europeo nos la íbamos a perder. Recién publicado el primer volumen en formato integral de un cómic clásico, ochentero, en el que Jean Giraud (Moebius) se juntó con Marc Bati para crear una nueva historia a la que muchos enganchó entonces. Otro genial volumen trasladado de la siempre fantástica BD que llega a nuestro país, considerado uno de los grandes cómics escritos primariamente en francés.

¿Altor qué tiene? Ilustraciones suntuosas en sintonía con bellos colores que ilustran historias interesantes y creíbles, mezclando armoniosamente fantasía (elfos, sílfides…) y ciencia ficción (naves espaciales, confederación galáctica…). En cuanto al trasfondo filosófico, es decididamente moderno y lleno de positivismo: armonía, naturaleza, contactos entre civilizaciones… Es, sin duda, lo que distingue a esta serie. El buen rollo que deja mientras lees. Fueron álbumes que al otro lado de los Pirineos volaban rápidamente de los supermercados. Sí friends, en los 80 se podían comprar buenos cómics en grandes supermercados. Un cómic que, para colmo, no ha envejecido nada de nada.

¿La premisa? Es la historia de Altor, un elfo y el mago Apildom, los cuales viven en un mundo lleno de magia (que recuerda bastante a la Tierra Media). Por eso, ya de primeras, me encantó. Recordad que en la obra de Tolkien (lo que corresponde a El Señor de los Anillos) la magia casi que ya no existe. Se ha disipado. Pero es más, encontré a Moebius a los mandos de unos escenarios bastante esotéricos. De ahí la verdadera atracción. Porque Altor es un tipo de cómic de los que se han dado en llamar oníricos. Donde la imaginación no tiene límites y donde es difícil predecir qué sucederá. Mezclamos CF del tipo New Age (científica) con Fantasy. Una serie que brilla por su originalidad, su humor y buen rollo, como antes os decía. La vida es bella y la de este futuro aún más. La ecología, el pacifismo y la tolerancia están presentes en altas dosis en esta serie. Dicho esto, el universo creado por Bati y Moebius es coherente y agradable.

Los dibujos de Bati se aproximan mucho al estilo de su guionista y reflejan una auténtica maestría técnica. Cabe señalar que la coloración de Bellamy influye mucho en la calidad gráfica de la serie.

En su búsqueda de una mítica estrella-hada, el mago Apildom y su amigo, el joven elfo Altor, abren por error las puertas de su mundo a una estrella malvada. Lorcan, emisario de la Confederación Galáctica, y Aurelys, una joven amnésica con extraños poderes, se unirán a Altor para tratar de frustrar los planes de la siniestra entidad.

Un primer volumen integral que recoge oro puro: la trilogía original con la que empezó y se dio a conocer la serie (El Cristal Mayor, En la isla del Unicornio y El secreto de Aurelys). Me consta que los volúmenes 4 y 5 fueron historias independientes y finalmente los volúmenes 6 y 7 formaron un solo arco. No sé cual será el siguiente paso de Norma a la hora publicar estos pero mientras lleguen (pronto) muchos estaremos/seremos felices de completar (pronto) una serie de las que esperas que no te defraude, y no defrauda. Esta serie no revolucionó ni la CF ni la Fantasía pero es lo suficientemente entretenida como para encariñarse con ella.

Altor es puro mithril.

(Muy recomendable leer el artículo sobre la obra que Norma Editorial tiene en su web)

Reseña: URBAN (Integral), de Luc Brunschwig y Roberto Ricci

Otro genial tomo integral de buen cómic europeo que se ha publicado hace nada y que no debiera pasar desapercibido, sobre todo, por el buen amante de la Ciencia Ficción es Urban. Un integralazo que se marca Yermo Ediciones con cantidad de puntos positivos, y que tuvo mucha expectativa con la salida de cada nuevo álbum al otro lado de los Pirineos.

Cantidad de preguntas en las tramas que no dejan de ser ramales que brotan (y vas descubriendo) de un trasfondo o argumento principal. Algunas de esas historias, os dejarán con el culo torcido por ser contadas mediante flashbacks que ayudan a completar las tramas que conforman el puzzle que se abre en la mente del lector cuando empiezas a leer Urban.

Urban es potente porque contiene dos puntos muy logrados. Por un lado, tenemos un universo escalofriante e hipnótico, la empatía mostrada por muchos protagonistas. Por otro el trasfondo de los personajes secundarios que son una maravilla acompañando las tramas. Del guion me gustó mucho el trasfondo psicológico que tienen ciertos detalles, insisto, por parte de los personajes. Da la sensación (por como se comportan) que provienen o están adaptados de ciertas entidades reales con un pasado real (las malas maneras del hombre nunca se enmascaran). Eso sin contar a lo que les lleva su libre albedrío: giros regulares inteligentes, la insistencia en el tiempo extra, normalmente, infrautilizado… La historia en sí, cuenta que Zacchary Buzz proviene de una familia de granjeros pero lo deja todo para irse a vivir a Mi Placer, una gran ciudad dedicada al ocio, el juego, los placeres de la vida… Siguiendo como modelo al mayor justiciero de todos los tiempos, sueña con unirse a la mejor policía del mundo: la Urban Interceptor. Pero Mi Placer no es un sitio cualquiera. En realidad, es una especie de urbe-empresa hipercontrolada, dirigida por un jefe omnipresente, el cual, con grandes refuerzos de cámaras y pantallas gigantes, controla toda la ciudad y sigue en directo las más mínimas acciones y gestos de sus habitantes. Y es que Mi Placer está bajo el control de A.L.I.C.E., un sistema automatizado formado por robots limpiadores del mal que cazan a ladrones con métodos bastante “sutiles”. El sistema de control ideado permite a la policía presentarse in situ a poco que un delito real se cometa. Y es que en Mi Placer tiene cabida todo-todito-todo (encontramos los cuerpos mutilados de varias niñas, por ejemplo). Una de las terribles tramas por las que tendrá que pasar el protagonista, uno de los horrores que le hará pensar si trabajar par la Urban Interceptor era tan ideal como imaginaba.

Y el caso de las niñas solo es una de las tramas por las que tendrá que pasar. Sumad a eso ciertas intrigas como que el investigador principal más conocido sea asesinado y sustituido por uno demasiado sospechoso para ocupar su lugar, un teatro de acusaciones y delitos enmascarados o una cacería que se escenifica en vivo como programa de juegos donde los espectadores pueden apostar a la muerte de uno de los dos protagonistas. Zach, que soñaba con la justicia, descubre que todo es violencia y cinismo y que el mundo mágico de Mi Placer es demasiado cruel para formar parte de él.

Una historia de CF que sí, que el que haya leído mucha Ciencia Ficción le va a encontrar muchas similitudes a otras (1984, Campo de Concentración, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas o Blade Runner, la serie de TV Westworld…). Estoy de acuerdo en que también traslada una ácida crítica al mundo del ocio contemporáneo. Pero es una historia general que atrapa. Cinco álbumes reunidos que hacen que te compense el tiempo y dinero por la obra que tienes entre manos. El mundo a descubrir aquí te “afecta”.

Aparte, amé muy por encima de todo, el dibujo del señor Roberto Ricci, al que pienso seguir en todo lo que ilustre porque sus diseños son geniales. En ocasiones, tuve la sensación de estar leyendo algo que podría ser la versión seria de Goomer incluyendo en el pedido también unos dibujos evolucionados y estilizados como los que consigue Ricci. Diseño minucioso, variado y detallado.

En resumen, muchas cosas buenas.

Reseña: El Porteador, de Armand y Roulot

Después de revisitar el western con Sykes y Texas Jack, Armand cambia de universo y opta por una historia de Ciencia Ficción, aunque la estructura de El Porteador y la psicología del personaje principal son muy similares a las de un western. Este famoso Porteador es un personaje bastante cercano en apariencia y carácter al pistolero de labios apretados interpretado por Clint Eastwood en la «Trilogía del Dólar», de Sergio Leone. Por lo que mola ya desde la primera vez que te topas con él. Así tenemos un cómic que nos trae Ponent Mon, un integral que recopila los álbumes originalmente publicados, un cómic apocalíptico de los chulos e indispensable para los amantes de esta temática… como yo.

En un mundo pos-apocalíptico, el legendario Porteador va a caballo a cumplir las misiones que le encargan. Porque nadie se atreve. Un virus se ha extendido por la tierra; el óxido ha atacado al hierro, destruyendo poco a poco las infraestructuras, los vehículos, las herramientas… El metal se desmorona en todas partes y nuestra civilización ha vuelto a edades antiguas. En este mundo brutal de inquisidores, seres mutantes y ruina en un escenario medieval de atmósfera apocalíptica que recuerda a Mad Max, el legendario y enigmático Porteador encarna la única esperanza para muchas personas ofreciéndose a cumplir todas las misiones que se le encomienden. ¿El girito? Lo tienes en que como pago por esas misiones este señor exige que quien se la encargue debe comerse un extraño y misterioso huevo…

Quizás más que un Clint Eastwood, en el modo de operar, el prota me recordó más a un Jeremiah pero sin Kurdy. Lo que me suele gustar de los cómics que describen un mundo pos-apocalíptico es a menudo la descripción que dan los autores, y más concretamente, el diseñador. Aquí reconozco que lo hicieron medianamente bien. Esa mezcla de Edad Media con referencias a Mad Max están muy logradas. El escenario del primer álbum es el de un volumen introductorio que deja muchas preguntas sin respuesta. De ahí lo de celebrar que Ponent Mon publique esta serie en formato íntegro. Estos señores de la BD no entienden que hay series que no se deben cortar. Mirar más por el lector y menos por la pasta. Por eso, cuando comprendemos las tramas al completo que se nos quieren contar, el cómic gana mucho. El Porteador desarrolla una atmósfera angustiosa y fascinante en torno a este universo deshumanizado con su cuota de violencia y oscuridad. Lo que no cuenta la sinopsis es que la epidemia no solo afectó a los metales sino también a los humanos debido al contenido de hierro en sangre. Lo que llevó a mutaciones genéticas a veces monstruosas como la de Nymph…

A primera vista, este cómic no tiene tantos elementos sorprendentes, varios cómics post-apo ya han mostrado este tipo de mundo destartalado y criaturas con trastornos genéticos, pero hay algo que hace que te aferres a la historia, al trasfondo general. Los autores entregan una visión oscura de la humanidad que está entre los mejores cómics post-apocalípticos que he leído. Tiene ese estilo de maldad que se puede encontrar en el maravilloso Hombre, de Antonio Segura y José Ortíz (un referente del género), al igual que lo que se puede encontrar en The Land of the Bomb, un mundo poblado bestialmente por mutantes degenerados que impresiona.

Y esta historia está maravillosamente traducida en imágenes por Dimitri Armand. Encuentro que su poderoso dibujo ha logrado un nivel alto aquí. Se percibe cierto encuadre estudiado. Se puede sentir que su dibujo se espesa un poco tras sus dos westerns, pero da el paso para parecerse a la vigorosa maestría de Swolf. La serie está diseñada según un sistema de ciclos de álbumes autónomos concluyentes de los que cada volumen sería una historia completa. Menos el primer álbum, como dije antes.

¿Un thriller de anticipación? Ya hemos vivido una pandemia y la hemos superado. A ver si la próxima no se parece demasiado a esto.

Reseña: Tungsteno, de Marcello Quintanilha

Tungsteno es un álbum bastante sorprendente tanto en su contenido como en su narración. Su contenido, en primer lugar, es una trama de eventos que duran medio día en una ciudad costera brasileña. Un puñado de protagonistas que nos llevan a una temática social, policial y amorosa. Está el veterano y algo trastornado, el traficante de drogas que oculta algo, el policía que siempre está listo para tomar medidas de choque y la esposa de este último que planea dejarlo. Y alguna que otra historia de vida más que no hacen otra cosa que ensamblar retazos de seres humanos venidos a menos, en especial, por cierta situación que hará que sus caminos se crucen.

La puesta en escena, entonces, es especial porque los hechos de esta historia suceden simultáneamente. Saltamos regularmente de un personaje a otro para mostrar lo que todos están haciendo al mismo tiempo. La acción anda entrecortada con muchos cambios de ritmo, como si las escenas se contaran unas veces a cámara lenta y otras a cámara rápida. Es todo muy cinematográfico. Recuerda totalmente a esos intentos de innovar en el cine que ciertas pelis propusieron en los 90. Por lo que si eres conscientemente posterior a esta época quizás al principio del cómic te cueste acostumbrarte.

Pero eso no quita que Tungsteno muestre una historia entre dos aguas: anecdótica y aventurera. Sentir que solo estás presenciando unas pocas horas de la vida de los protagonistas, puede ser un poco frustrante o poco inspirador o… quizás, todo lo contrario. Porque para algunos activará ese modo alcahueta que tanto engancha. Y adelanto que además hay escenas de acción real y algo que se construye finalmente e impacta a los personajes. Sí, digo «finalmente», porque, de hecho, es el colofón del cómic.

Tungsteno destaca especialmente por su construcción, su hábil narración poliédrica (originalidad al estilo Memento), pero muy importante es, que nunca se pierde el lector. El cómic está catalogado mundialmente de género crime/thriller; yo lo veo más de lo que se ha dado en llamar “fábula urbana”: Historias de vida, en casi doscientas páginas que lees en un suspiro.

Y ahora diréis: ¡Pero qué #$%#&$! ¡No tenemos ni idea de qué va! ¡Casi parece una reseña para leer después de haberlo leído! Lo siento, sí, a veces, escribo yo también alterando el orden que marcan los canones. Pero está bien. Cuento un poco más: la playa es la de Salvador de Bahía, en la costa brasileña, escenario de una noticia que constituirá la esencia de la historia. Dos pescadores capturan peces cerca de una caja de dinamita. Un anciano, soldado retirado, discute con un pequeño narco y dándose cuenta de en el lío que se pueden meter, lo convence para que llame a las autoridades. Llevándonos hasta Richard, un policía de paisano, quien hereda la historia y se embarca en la aprehensión de los delincuentes. Luego cambiamos a una especie de vídeo musical, un vodevil brasileño con una docena de personajes y ahí empieza a tejerse la red de pescar que es Tungsteno (metáfora del cruce de tanto personaje). Una auténtica sorpresa.