Reseña: The Grocery, de Singelin y Docoudray

The Grocery ha sido considerada ya la mejor obra de Guillaume Singelin. Un autor que notabas que tenía ese “algo” en sus historias de Doggybags, pero cuyas historias deseaba que se desarrollaran más. Y en The Grocery lo hizo para mostrarnos que es un autor e ilustrador muy a tener en cuenta. El hecho de tratar un tema que también me gusta en otros medios como el cine o la caja tonta a través de una obra colorista con seres retorcidos como metáfora de lo que dejan en las personas las guerras en los barrios obreros es lo suficientemente intrigante como para ignorarlo. Por eso no hay que dejarse engañar por el estilo falsamente ingenuo e infantil de los dibujos que traen esta trama planeada en tres volúmenes en su edición original pero que aquí Nuevo Nueve ha publicado en un portentoso integral.

Nuevo Nueve Ediciones vuelve a poner en librerías un genial titulo rescatado del sello 619, un buen tochal que nos lleva a una inmersión cercana a los barrios bajos o suburbios de California donde la vida cotidiana de este barrio carcomido por la violencia y las pandillas no es divertida… si vivieras allí. Pero The Grocery goza de unos protagonistas entrañables (salvo algún psicópata pervertido aquí y allá) por su amistad y su ingenuidad donde la palma de oro se la lleva, sin duda, el dueño de esta famosa tienda de comestibles.

Singelin me llevó a conocer la pequeña tienda de comestibles de un barrio en la que se codean jóvenes traficantes de droga y vagabundos espirituales. Un poco como el centro de la nada, el último baluarte social de una comunidad en tiempo prestado, de la que Elliot será el factor unificador sin ser necesariamente el único héroe de esta crónica. Porque Elliot es, en realidad, el hijo del tendero. Pero su pequeño tamaño y su reciente llegada al barrio no le impedirán hacer amigos rápidamente gracias a su descaro y su buen humor, un poco como el «chico de al lado» que todos querrían tener como vecino. Es culto y también podría contentarse con sus buenos resultados académicos, pero el llamado de la calle y sus facilidades no le privan de algunas estafas de pandillas con Lefty, Sixteen y los demás amigos del barrio.

Luego también está el ex-soldado. que regresó de la guerra de Kuwait para encontrar un mundo que no reconoce y del que las nuevos hipotecas le han robado la poca pasta que le quedaba. Y todo podría acabar ahí pero: ¿y si un psicópata quisiera apoderarse del barrio de la forma más vil y violenta posible? Todo un número de personajes a punto de colapsar de un momento a otro.

The Grocery es eso y más cosas al final. Como cualquier crónica social, una serie que se comprende ahora en un tomo que bien vale como novela gráfica, una serie fascinante de leer de esas que no quieres soltar hasta su conclusión. Donde incluso hay algunos momentos agradables en los que la violencia se detiene para contar historias que ocurren «antes» que aportan mucho al mundo en el que acabas de sumergirte. Una historia que se atreve con todo donde hay que reconocer que Singelin tiene un cierto talento para hacer que sus personajes atípicos sean más reales que humanos, y donde Ducoudray demuestra un gran dominio del montaje (al estilo The Wire), para dispersar y reunir personajes cuando la trama los necesita.

Una gran obra para leer y releer.

J. J. Castillo nació una fría mañana de invierno en la que el murmullo del viento hizo temer al más valeroso. Enamorado de esa sensación, dedica su tiempo a escribir y leer historias que increpen el alma. En el ámbito de las letras ha ganado premios y ha colaborado con cantidad de editoriales especializadas en los tres grandes géneros.