Reseña: Barbarella, de Jean-Claude Forest

Barbarella es una especie de testimonio de época, de lo que en aquel momento podía considerarse subversivo. En este sentido, se trata de una curiosidad, un éxito de crítica con un tufo a azufre que muchos hipócritas de la época tildaban como escándalo y la belleza más o menos desnuda de su encarnación por Jane Fonda no hizo más que reavivar la llama. Y cuando, como me pasó a mí, te encuentras con un álbum de ella por primera vez, cuando conocí al personaje en viñeta, tuve que admitir que era un personaje atractivo como pocos. Un verdadero mito para el reino de la imaginación.

Si me preguntase alguien que no la conoce de nada por ella, diría que Barbarella se podría ver como una especie de adaptación de Flash Gordon, esta vez con una mujer como protagonista, una mujer que hace gala de sus atributos, jugando con una sensualidad que la época consideraba desenfrenada (hablamos de mediados de los 60 del siglo pasado).

Jean-Claude Forest le dio el carácter de una mujer libre e independiente, no necesariamente una manifestante como lo hizo otro autor un poco más tarde. Pero fue el excelente editor Eric Losfeld (audaz, inconformista y también editor de bastantes revistas surrealistas) quien dio la oportunidad de lanzar los primeros álbumes. Y es que el aspecto erótico de Barbarella puede que hace muchos años a la sociedad le molestara pero todo aquel que tiene dos dedos de frente ya, sabe que hay -y siempre hubo- cosas peores en otros lugares y me entristece ver que nada más publicarse títulos así, la sensualidad y la belleza de ese ser llamado mujer, fuera convertido en objeto de censura por todo el mundo. Teniendo que retocar ciertas imágenes de este cómic incluso. Y eso que era un erotismo muy inocente comparado con lo que se hizo después, en los años 80, e incluso ya en los 70, porque Forest solo mostraba pechos marcados y algunas nalgas, nada más. Pero nada, en fin, que tenemos esta joyita de cómic nuevamente en librerías, que Dolmen Editorial saca en un buen tomo digno de ser poseído por todo aquel amante de la buena viñeta y la ciencia-ficción.

Barbarella no es otra cosa que un cómic clásico que todo el mundo debería conocer, un testimonio de una época en la que ver a una mujer independiente –y a menudo desnuda– podía resultar chocante, sin duda, pero que debe leerse con cierta indulgencia, porque no es necesariamente innovador. Un cómic vanguardista (y en cierto modo “de culto”) que hay degustar sí o sí. A eso sumad, historias de ciencia ficción clásicas en consonancia con el género donde incluso los diálogos molan.

J. J. Castillo nació una fría mañana de invierno en la que el murmullo del viento hizo temer al más valeroso. Enamorado de esa sensación, dedica su tiempo a escribir y leer historias que increpen el alma. En el ámbito de las letras ha ganado premios y ha colaborado con cantidad de editoriales especializadas en los tres grandes géneros.