Reseña: Nestor Burma, de Léo Malet y Jacques Tardi

También leo novela negra y vaya si me gusta, eso mismo le contesté a un lector hace unos días. Novela negra; lo que es género negro, en general, porque en formato cine y cómic también devoro este género que realmente me inculcó un amigo hace no muchos años. Por supuesto, uno ya se ha convertido en devorador de buenas historias, independientemente del género, si son buenas historias. Todo depende del momento. Por que sabiendo indagar, se pueden leer cositas muy jugosas, muy chulas, que casi te cambian la vida al hacerlo como, por ejemplo, me ocurrió a mí con algunos cómics de Ed Brubaker o las joyitas literarias de Dahiell Hammett o Raymond Chandler. Y cuando el radar está sobre un objetivo muy recomendado, dejo de mover el periscopio.

Lo llamamos Burma. Nestor, es su nombre de pila. Profesión: detective privado. Se le conoce como «el hombre que oculta misterios». Seguro, la fórmula suena bien. Pero la mayoría de las veces es él quien queda atónito cuando le empiezan a llegar casos en los que la batuta de la vida da golpes inesperados a gente que se creía inmune. Entonces, ahí está el detective privado parisino, Nestor Burma, un antihéroe de época: lejos de los clichés estadounidenses que representan a los superhéroes al estilo de Hollywood. Pues Burma investiga casos (necesita pagar el alquiler y financiar su firma de detectives), y es un tío útil, jovial, bohemio, pero Nestor Burma también sabe ser duro con los criminales que tienen la desfachatez de ponerse delante. Y con las mujeres es dulce, un Don Juan, rara vez se le resisten, como Helene su secretaria…

Pero tengo la impresión, que para leer y apreciar Nestor Burma, hay que tener cierta edad. Es un tema recurrente en mi cabeza desde que empecé a leer los clásicos del género negro. La novela negra o cómics de este estilo, llegas a ellos y te encantan, con cierta edad. Al menos, ser un adulto confirmado en el sentido de que hay que tener algunos recuerdos o un conocimiento no demasiado antiguo sobre el período en el que tienen lugar las acciones, haber leído al menos una novela policíaca e incluso estar al tanto de los códigos o palabras utilizadas en estas novelas. También es ideal para la ocasión estar familiarizado con los típicos detalles que Tardi utiliza para adaptar estas historias. Entonces, sin ningún juicio de valor, me parece que estos cómics están hechos para ti. Gustan y serán entendidos por gente de criterio como tú, que sabes valorar cada trama de la vida y tienes un gusto exquisito por lo clásico, los mejores gustos para el paladar. Pues a partir de una trama simple en la mayoría de ocasiones, este genial tandem de autores, conserva un nodo central y se recreaen él. Nos muestra el alocado distrito 13, con la ayuda de un sublime blanco y negro realzado con gris; recreación del París de los años 50 a lo golpe maestro, con huellas de quienes componían la materia viva del barrio; obreros, artesanos, niños correteando y prostitutas simpáticas, no mucho. Un lugar atípico pero profundamente humano, de posguerra, lleno de insólitos crímenes donde Burma, el antihéroe creado por el novelista Léo Malet en 1942, se encuentra con personajes a cual más realista.

Tal como indica el avance editorial, cuatro álbumes creados a lo largo de veinte años por el autor de Adèle Blanc-Sec y ¡Puta guerra! y reunidos ahora por primera vez en una lujosa edición integral, en tapa dura y con los colores ideales para que un buen lector sepa de la joya que tiene entre manos. Y es que Nestor Burma es una serie que me habían recomendado leer por activa y por pasiva. Un cómic del que me advirtieron que se disfruta mucho después, cuando se digiere. Aunque se habla aquí de una edición íntegra, me consta que al otro lado de los Pirineos existen más volúmenes con el personaje. Supongo que la siempre recomendable Norma Editorial estará al tanto y traerá más (siempre lo hace), de un mítico detective que ya ha entrado en mi cuadro de honor de “elementos a seguir con gabardina».

Y no estoy hablando de marisco.

Nestor Burma es puro género negro. Ocurrencias, el humor negro, cinismo, el viejo París vivo e intriga con cebollitas… Cuatro álbumes más que recomendables que devorarás de un tirón. Aunque también es cierto que el disfrute depende de ti. Por que no todo el mundo está hecho para que le hablen en plata…

¡Feliz noche de Reyes Magos!