Reseña: Demon Wars (Edición de Lujo), de Peach Momoko

Si algo te llama la atención (aunque no sepas por qué), tienes que/debes acceder y echar un ojo porque puede que disfrutes un poco/demasiado. Es lo que me ha pasado con este tomo completo de Demon Wars que se ha marcado Panini Cómics y con el que si os soy sincero, el primero paso para poner mi atención en él, fue leer que era la colección completa de una obra en un solo de volumen. Así de simple, somos a veces, sí, pero para después descubrir un buen título del que no sabía nada de nada. O sea, que el tiro me salió bien. Así que ni tan mal. Aunque una frase promocional sí que había leído a la vez que me dejaba con el culo torcido: ¡Peach Momoko lleva su versión del Universo Marvel al siguiente nivel! Lo que queda entonces es otra buena lectura donde el guion y el dibujo se compaginan bien aparte de que no son el foco principal del título que tenemos entre manos. Este volumen recoge toda la ambientación de este mundillo: Demon Wars: The Iron Samurai, Shield of Justice, Down in Flames y Scarlet Sin. Y me ha encantado porque así queda uno a gusto cuando devora todo lo publicado de una obra que engancha desde la primera página.

Momoko-san se explaya y nos da un tremendo aporte de su propio mundo, el folclore japonés y se apoya en todo a la hora de unir los personajes de Marvel, dándole a la historia y al mundo más identidad propia. Sí friends, Demon Wars es donde se mezcla de forma alucinante personajes de Marvel Comics con folclore japonés, un viaje visualmente evocador donde la lógica se ciñe solamente a este mundo y sus sentidos.

Los personajes que lo habitan tienen sus propias motivaciones, y no hay porqué dar explicaciones de los caminos utilizados. Tenemos entonces una dimensión llena de criaturas maravillosas: una armadura samurái inteligente, un individuo alado con una máscara de halcón, una pantera misteriosa y un monstruo rojo con forma de serpiente con un apetito mortal. Mientras estos increíbles yokai luchan, Mariko Yashida se verá obligada a elegir un bando. La historia es sencilla pero atrapa como cualquier peli de artes marciales ochentera. No dejan de ser formas creativas de combinar la tradición popular y el mundo marvelita y darle juego con enfrentamientos épicos. Como echarte una “maquinita” de las que muchos degustábamos en nuestra infancia. Pero puedo adelantar que, sobre todo, The Iron Samurái se ha convertido desde ya en uno de mis cómics favoritos de Marvel de los últimos años. Peach Momoko tiene un empuje tremendo en esta primera miniserie con yokais legendarios y otras leyendas míticas. Y después vienen una serie de one-shots la mar de disfrutables aunque no tan potentes como la primera saga. En El Samurái de Hierro, Mariko Yashida ha vuelto a la normalidad después de enterarse que es descendiente de un Oni. Y mientras vive su vida adolescente normal, Mariko ve varios espíritus acercándose a ella solo para desaparecer. Pero una noche, incapaz de dormir, Mariko decide perseguir a los espíritus y se topa con un monje que invoca una puerta frente a ella. Mariko cruza la puerta y entra al mundo yokai con una yukata que no llevaba antes… (Lo entenderás cuando lo leas). Flipante todo a partir de aquí.

Los personajes clásicos de Marvel como el Capitán América, Iron Man, Black Panther, etc. hacen su debut en la realidad reinventada de Momoko, mientras Mariko debe descifrar la raíz de la crisis de su realidad. Tenemos a una obra inclasificable y a la vez estéticamente hermosa. Más que muchos de los cómics occidentales leídos hasta ahora.

Reseña: Superman. La Orden de la Lámpara Negra, de Cantwell y Rodríguez

Me gusta cuando se intenta sacar originalidad o algo nuevo de personajes que normalmente son redundantes en sus tramas. Y para eso siempre es efectivo recurrir al antes o después. Contar algo de su infancia, de su juventud… o su senectud. Algo que nunca se contó. Por eso me gusta la idea que propone Superman: La Orden de la Lámpara Negra; una colaboración entre Javier Rodríguez y Christopher Cantwell que homenajea a la Edad de Oro del personaje así como a muchas novelas de época. Porque cuentan que antes de estar en La Liga de la Justicia, el joven Clark Kent fue miembro de un club muy especial: la Orden de la Lámpara Negra, el club de fans de Hop Harrigan, su héroe de la infancia. Y le acaba de llegar una nota en la que alguien de la Orden indica: “Sálvame”.

Hop Harrigan fue un personaje clásico de DC (All American Comics, 1939) creado por John Blummer. Un aviador con el que vivíamos trepidantes aventuras en parajes exóticos. Todo muy al estilo Indiana Jones. Pero Harrigan alcanzó una cuota de popularidad importante durante la Segunda Guerra Mundial llegando a protagonizar seriales de radio, películas y serie de televisión. Y La Orden de la Lámpara Negra trata sobre él, sobre el olvido y la memoria. Y aunque Superman y Harrigan son personajes que tienen prácticamente la misma edad, uno permanece en la memoria de todos y el otro no.

Una miniserie que ECC Ediciones ha recopilado en un genial TPB para el disfrute comiquero de todos. Tres números en uno que curiosamente fueron publicados originalmente en la serie Batman: The Brave and The Bold, en la parte «trasera», muy al estilo de lo que se hacía en los cómics que nos encontrábamos en kioscos los niños de los 80. Una trama donde Cantwell (cocreador de Halt and Catch Fire, Briar, Iron Man) y el artista asturiano Javier Rodríguez (Daredevil, Defenders), nos muestran como Superman encuentra un anillo decodificador con un mensaje secreto. Un mensaje oculto que le lleva a saber de un misterio relacionado con el pasado del Hombre de Acero, con el que descubre una curiosa ubicación y entonces se topa con una pregunta: ¿Terminará uniéndose a una persona que nunca pensó que volvería a ver mientras transita los misterios de un lugar secreto que jamás esperaba encontrar? Tenemos a Lois como jefa interina del Planet junto a Clark en este misterio. Ambos interesados en el mensaje recibido, ambos creyendo que la crónica del rescate del antiguo héroe sería mucho más interesante si la escribe Superman como colaborador especial del Daily Planet. Porque Clark de niño era fan de Harrigan y pertenecía a su club. Y todos los miembros recibían un anillo. Y ahora, en el paquete de auxilio, acaba de recibir un anillo “auténtico” que se abre y le permite seguir la pista del héroe desaparecido…

Y ya estás inmerso en la aventura.

Un cómic de Superman que, más que clásico, funciona muy bien al estilo pulp de las novelas de aventuras de los años 50. Homenajea a los personajes que llenaron nuestros sueños, los de una dinastía anterior y algunas posteriores a los niños de los 80 que andamos por aquí. Los diálogos entre Superman y Harrigan están repletos de contenido y de significado metalingüístico que si los pillas, vas a sonreír cada poco. En el apartado gráfico tenemos a nuestro paisano Javier Rodríguez que además es el entintador y colorista. Y nada mejor que sus ilustraciones para una historia así. Le da un aroma clásico a la obra que pocos podrían conseguir.

Una historia breve pero apasionante del superhéroe más poderoso de todos los tiempos.

Reseña: Marvel Omnibus. Tierra X. Omega, de VVAA

Tierra X: Omega concluye la oscura visión de Alex Ross sobre el futuro del Universo Marvel. La Capitana Marvel encabezó una carga contra La Muerte y la mató. Y ahora nadie puede morir. Pueden retorcerse de dolor, sus cuerpos están destrozados sin posibilidad de reparación… pueden clamar para que termine su sufrimiento… pero no perecerán. La muerte está verdaderamente muerta. ¡¿Qué?! ¿Qué ha hecho Mar-Vell? Los héroes restantes de Tierra X deben unirse para poner fin al tormento del paraíso que ayudaron a crear. Y entonces, ¿tendrán éxito en su desesperada búsqueda para revivir a La Muerte?

Recopilando el clímax épico completo de Tierra X: Alpha (https://www.cronicasliterarias.es/?p=13084), además de la historia detrás de las visiones demoníacas de Nighthawk, protagonizada por Daredevil y Mephisto (Paradise X 0-12, Heralds 1-3, X, Xen, Devils, A, Ragnarok 1 y 2 y Marvels X 1-6), tenemos en librerías un nuevo Marvel Omnibus con el que deleitarnos y cerrar una buena saga en conjunto. El segundo y último volumen de la obra maestra de Alex Ross, dos enormes tomos y dos maravillas publicadas en esta gloriosa época de los integrales que estamos viviendo. Un final que a muchos puede dejar con el culo torcido porque la trama continúa en su proceso arduo donde entremezcla divesas temáticas. Múltiples ideas abiertas que no se terminan de cerrar al estilo Perdidos (Lost). Un tema que a muchos cabrea, descoloca o incluso gustar como es mi caso. El mundo siempre estará dividido entre los que disfrutaron Lost y los que no. Además de que tenemos una saga que queda abierta para secuelas.

Es curioso cómo los personajes de los cómics pueden ser «malvados» o tomar «malas decisiones» o vivir una vida de estupidez o vender su alma al diablo y, sin embargo, un acto de altruismo de alguna manera los redime. ¿Esto es real? Cada uno tendrá su opinión. La realidad que yo veo día a día, diría que es así. Perdonamos cada vez con más facilidad. Los actos más desoladores siempre, de algún modo, la justicia los perdona. Hasta que a uno o una le toca lo suyo. La madre del Doctor Doom vendió su alma a Mephisto para que Victor von Doom pudiera ser «un hombre importante». Ella nunca le pidió que fuera un «buen hombre». Sin embargo, aparentemente cuando el Doctor Extraño se une a Doom para salvar a su madre del tormento de Mephisto, su madre realiza un acto de altruismo que la «redime». Lo mismo ocurre con Silver Surfer y algunos personajes más en esta saga. Los autores mostrándonos la idea de que no existe el Bien sin el Mal, y no al revés. Y una conciencia cósmica, una «perspectiva cósmica», de que siempre hay algo por encima de nosotros.

Sinceramente, Omega no es un tomo tan bueno como Alpha. Aunque degustable su contenido algo más complejo, especial para fans de Marvel de toda la vida. Recoge las consecuencias del primer volumen y las desarrolla a limites insospechados que casi nadie esperará. Diría que incluso merece una relectura para entenderlo mejor. Pero esto no nos quita tener a Jim Krueger, Alex Ross y Doug Braithwaite con Steve Sadowski, Tom Yeates, Steve Yeowell y Well-Be nuevamente dándolo todo, en una saga digna de ser llevada con coherencia al UCM (Universo Cinematográfico Marvel). Siempre que se ponga al nivel de entendimiento del público general, claro. Una macro-saga que provoca una sonrisa eterna al fan de Marvel.

Reseña: Érase una vez… EL OESTE, de VVAA

Que duda cabe que leer estas historias transportan a la infancia. Que lindo poder volver a ser niño con estas colecciones de Disney y a poder disfrutarlas de nuevo, ahora con ojos de adulto. Y ahora aún más con este nuevo tomo Disney Limited Edition con historias centradas en el género western al que tanto me he enganchado en los últimos tiempos. Obras de los grandes de esto como fueron Guido Martina y Guido Scala, dos grandes autores italianos que trabajaron a destajo para la revista Topolino y para el caso sacaron excitantes episodios que ahora se recogen en este integral denominado Érase una vez… El Oeste. Donde descubriremos a nuestros personajes de Disney favoritos protagonizando algunos de los grandes -y no tan grandes- eventos que dieron vida a la gran epopeya del Far West norteamericano.

Recopilados aquí todas las historias western que se recogieron en ciertos números de la revista Topolino (#1227, #1281, #1186, #1334…) publicados en diferentes años (1977, 1978, 1979, 1981…). Historias que pese a que tenemos personajes animados, trasladan de todas-todas a todo lo que fue de forma general el mundo del Lejano Oeste. Coo joyitas como Donald, el sheriff de dos estrellas, Daisy y el pistolero sin rostro u obritas muy al estilo de El bueno, el feo y el malo como puede ser Donald y la banda de los Taimados.

Pero, sobre todo, Donald. El pato más famoso de Disney es, por excelencia, el personaje principal de estas historias. O sus familiares. En otro gran tomo de la genial colección en la que se está convirtiendo estos maravillosos Disney Limited que por lo menos yo y mis niños disfrutamos lo más grande. Colecciones ilustradas por varios de los más prestigiosos dibujantes italianos que recalaron en la marca Disney. Dos autores que se hicieron grandes a partir de esto pero que duda cabe que tenían el don para ello. Así que: ¡Ven al Oeste con Donald y su pandilla! Yo que tú no me la perdería, forastero.

Guido Martina y Guido Scala en su punto cumbre.

Lo disfruté a tope.

Reseña: Wonder Woman. Tierra Uno, de Morrison, Paquette y Fairbairn

Iré directo al grano y diré que Wonder Woman: Tierra Uno no es un cómic para todo el mundo. Esta novela gráfica en su conjunto ofrece una versión más provocativa de la icónica heroína, una que la devuelve a su Edad de Oro, a sus raíces obsesionadas con la esclavitud y que incursiona en ciertos argumentos que algunos lectores podrían encontrar incómodos. Ya sabéis como tienen la piel de fina algunos en estos tiempos. Pero también es una historia sorprendentemente extravagante y colorida dada la naturaleza normalmente recta y sólida de la línea Tierra Uno que DC lanzó al mercado para ciertos personajes. De todos modos, si llegáis a este tomo sin otro objetivo que el anhelo de ver a Grant Morrison y Yanick Paquette ofrecer su propio giro único sobre un personaje que tiene ya más ochenta años, con Wonder woman: Tierra Uno, no os decepcionaréis.

Una historia que no brotó de un día para otro pues Wonder Woman: Earth One narra una trama que el maestro Grant Morrison estuvo años desarrollando. Morrison, como es su costumbre, utiliza este cómic para regresar a las primeras historias de la Mujer Maravilla y hacer que esos elementos olvidados funcionen en un contexto moderno. La mayoría de los creadores tienden a restar importancia al trabajo del creador William Moulton Marston, cuya princesa Diana no podía pasar más de unas pocas páginas sin ser atada o sometida a ataduras. Morrison se deleita con la idea de ponernos a Isla Paraíso como un escondite en parte utopía y en parte bacanal donde la dominación y la sumisión son las fuerzas rectoras de la sociedad. La idea era que había algo resonante y significativo en esas viejas historias detrás de las situaciones e imágenes cargadas de sexualidad y Morrison y Paquette presentan eso concretamente aquí. Uno de los temas predominantes en esta novela gráfica es la idea de que la sumisión voluntaria es un acto de fuerza, no de debilidad. No sé si lo sabéis pero se pretendía que esta trama se llamara Juicio a la Princesa Diana, el juicio que constituye la columna vertebral de la historia. El guion adopta un enfoque no lineal para explorar el origen de Wonder Woman en el universo Earth One, cuando Diana regresa encadenada a Isla Paraíso y ella y otros testifican sobre su primer viaje al mundo exterior de los hombres. Este enfoque ayuda a Morrison a abordar, si no a explicar completamente, los problemas de ritmo que han afectado a todas las novelas gráficas Tierra Uno en un grado u otro.

El formato de novela gráfica de más de cien páginas simplemente es el mejor para degustar toda la trama en las sentadas que el lector desee y abordar la construcción del mundo y desarrollo de personajes con la mejor perspectiva. Además, la estructura no lineal de esta historia le permite a Morrison ser más eficiente con el espacio limitado y, al mismo tiempo, brindar mucho por el espacio para las magníficas páginas de presentación y los collages de Paquette. Mi única queja es que la relación entre Diana y Steve Trevor necesita de más atención.

La historia de WW haciendo un breve viaje por carretera y luego, como una adolescente testaruda robándole el coche a papá, siendo castigada por ello cuando regresa a casa… le da una cercanía al personaje tremenda. Y es que Tierra Uno carece del tradicional enfrentamiento entre héroe y villano que es casi un requisito en las historias de origen de superhéroes. Pero yo diría que eso es uno de los puntos fuertes del tomo.

Morrison y Paquette ofrecen una visión muy diferente de Wonder Woman de la que ha dominado los libros de DC en los últimos años. Lo que convierte este nuevo lanzamiento de ECC Ediciones en joyita. Y es que ya solo la “descripción” que hace Paquette de Isla Paraíso ya hace que valga la pena tener el cómic. Y un trabajo con los personajes impresionante. Paquette al nivel aquí de ilustradores como Frank Cho o Terry Dodson.

La historia de cómo Wonder Woman trasciende el miedo y la crueldad del pasado y crece hasta convertirse en una figura que puede inspirar a miles de personas hoy en día.

Reseña: Los Nuevos Titanes. ¡No a las Drogas!, de Wolfman y George Pérez

Pocos cómics vais a encontrar más educativos. Y eso que lo que tenemos entre manos es un cómic o una miniserie de tres numeritos que fueron escritos y divulgados en los años 80 del pasado siglo. Un cómic que como bien cuenta Fran San Rafael en una breve sinopsis fue un proyecto en conjunta de The Keebler Company junto a DC Comics tras el fuerte empuje que la primera dama norteamericana Nancy Reagan (mujer de Ronald Reagan) quiso dar a la lucha y la concienciación en la campaña contra las drogas.

Un tomito único que recoge este proyecto y que ECC Ediciones ha tenido a bien traer a las últimas novedades comiqueras de este país. El especial de Los Nuevos Titanes publicado por primera vez en 1983. Donde Speedy y Los Nuevos Titanes exploran la adicción a las drogas. Parte de la campaña de sensibilización sobre las drogas que originalmente fue un cómic promocional, pero fue tan popular que se convirtió en un tema para recaudar fondos. Y que contiene curiosidades del mundillo como que el traje de Starfire fue modificado y Robin (Dick Grayson) fue reemplazado por El Protector (un nuevo personaje o no) debido a problemas de licencia. Y es que nada mejor que aquel joven grupo como eran Los Nuevos Titanes para representar estos temas y salir a kioscos (los de entonces) para convertirse en un fenómeno social porque fueron cómics que raro fue el niño o niña al que no le llegó en una época tan emergente de los superhéroes. El gobierno USA de entonces vio el potencial de los personajes y junto con DC y otros patrocinadores corporativos, publicaron tres cómics contra la droga que se enviaron a todo el país y poco después otros países rápidamente importaron porque el boom de las drogas en los 80s fue tremendo (I was there).

Tenemos a estos superhéroes incluso llegando a ser enviados para la distribución en las escuelas uniendo gastos en cooperación con la Campaña Presidencial de Concientización sobre las Drogas (Y was there too); y lo mejor, grandes autores dándolo todo para que los cómics fueran interesantes. No meras viñetas de promoción. Marv Wolfman, George Pérez, Ross Andru, Joey Cavalieri y el gran ilustrador filipino Adrian Gonzales. Ahí es nada.

Por otro lado, lo que me parece curioso es como este tema se ha dejado de lado a día de hoy, teniendo como tenemos, un verdadero problema con las drogas, si cabe, más gordo e impactante, como es el tema del fentanilo. La droga-zombie que está dejando a muertos andantes por calles y calles del país más poderoso del mundo y que poco a poco va conquistando medio mundo. Una droga en la sombra.

Se necesitan más campañas así. Se siguen necesitando campañas así. Y los superhéroes son los mejores embajadores para esto.

Reseña: MARVELS Anotado, de Alex Ross, Kurt Busiek y VVAA

No sé si sois conscientes algunos de lo que es realmente disfrutar de un cómic Marvel. De lo que es…, llevar haciéndolo tantos años y que el gusto no decaiga. Si en algún momento os paráis a pensar fríamente, no es otra cosa que COMER. Tragarnos cosas que nos gustan y muchas de las veces, cuando ya alcanzas un nivel de paciencia (y tienes tiempo), pararte a masticarlo. Eso es el disfrute, eso es apostar por algo que nos gusta: saber de mundos, aventuras, arcos argumentales, historias llenas de actividad… eso es. En definitiva, leer un buen cómic Marvel. Son las reflexiones que me han venido a la mente al terminar esta maravillosa miniserie como es Marvels. Ahora en un volumen, una edición de lujo anotada (Marvels Annotated 1-4, Marvels Epilogue y Marvels 25th Tribute Variants), una maravilla que acaba de publicar Panini Cómics y que recoge desde los orígenes de los superhéroes a la trágica muerte de Gwen Stacy, la llegada de Galactus a la Guerra Kree-Skrull, la irrupción de los mutantes a la boda de Reed Richards y Sue Storm… ¡Los Prodigios están aquí! Todos los números que compusieron la genial serie del siempre maravilloso Alex Ross. Historias modernas con sabor clásico.

Marvels ya entra por los ojos con la enorme portada de mi amado Alex Ross, ese ilustrador primigenio universal el que es llamado Aquel Que Es Capaz de Hacer Real Todo Lo Que Ilustra. Que da paso a una trama donde nos vamos a un mundo donde todas las personas están obteniendo súper poderes y un joven encontrará que el mundo de la heroicidad no es tan bonito como imaginaba. Y es que David ama a los superhéroes, pasa horas jugando con sus favoritos Capitán América, Spider-Man e Iron Man, para disgusto de su familia. Mas, en medio de su sueño de ser un héroe con poderes, el mundo tiene otros planes: un virus misterioso comienza a transformar a los humanos comunes en seres con habilidades especiales y la familia de David decide aislarse y esperar poder sobrevivir a lo que se avecina. No obstante, el virus se apodera de los padres de David cuando este se encuentra al cuidado de su hermana y abuela. El cambio afecta a todos y de diferentes maneras. Su hermana se niega a ser vista y su abuela se está muriendo. A medida que el mundo continúa derrumbándose a su alrededor, David se encuentra en un mundo peligroso lleno de seres que ya poseen lo único que siempre deseó: súper poderes. Un chico que va de un lado para otro con una máscara del Duende Verde…

Todo esto se cuenta en la precuela Marvels X, precuela a su vez de Tierra X, aunque la serie principal la tenemos aquí. Alex Ross mostrando el mundo de los superhéroes a través de los ojos de ciudadanos comunes. Un tema que me interesa muchísimo, de hecho, podría decir que es el tema dentro del pijameo que más me mola. Por eso, una edición de Marvels como nunca has visto, con todo el material creado para el vigesimoquinto aniversario de esta obra maestra. Un emocionante recorrido por los momentos que sirvieron para forjar el Universo Marvel bajo la visión única del fotógrafo Phil Sheldon, es un volumen más que indispensable.

La narrativa de un futuro distópico (no necesariamente nueva), para ver qué sucedía con los superhéroes en un arco donde todo el mundo tenía poderes. Supongo que lo veis: esto no es otra cosa que un modo de convertir a los superhéroes en personas normales. En Marvels, sus creadores Alex Ross y Kurt Busiek, vuelven a juntarse para contarnos cómo ese mundo se hizo pedazos. Una colección de precuelas en realidad que empiezan aquí, con la historia de un joven, una mirada profundamente humana y realista de un joven enamorado de los superhéroes que navega por una realidad donde lo extraordinario se vuelve corriente. Vais a encontrar desde un primer momento en Marvels, una historia bellamente diseñada que recuerda de todas-todas a los cómics de mis queridos años 80. Los personajes son convincentes. La historia tiene un ritmo perfecto y atrae con la promesa de una trama emocionalmente satisfactoria. El mundo que Ross y Busiek han creado para toda la serie me alucina pues tiene ese toque maravilloso y peligroso que gusta de los cómics de antaño. Uno quiere seguir sabiendo de este viaje.

INDISPENSABLE.

Reseña: Control de Daños. La Colección Completa, de Dwayne McDuffie y VVAA

Control de Daños puede ser la serie Marvel que llevo más tiempo esperando ver recopilada. Una de mis más preciadas rarunadas dentro del noveno arte, porque si hay alguien que no aboga por seguir solo lo mainstream, uno de esos siempre he sido yo. Amante de lo diferente y original, Control de Daños fue una de las series que más disfruté a finales de los 90 en su idioma original. La misma que de un modo extraño mi cerebro olvidó con los años e incluso me perdí o pasé por alto los siguientes especiales que salieron. Pero una serie que regresó a mi mente cuando caí en la cuenta (y me encantó el detalle) cuando los vimos aparecer al inicio de Spiderman: Homecoming. Desde entonces, los que andamos por aquí no hemos parado de dar calor…, de reclamársela a Panini Cómics por RRSS porque, sin duda, esta serie debía estar nuevamente disponible. Y sueño cumplido. Y no solo se ha publicado La Colección Completa con las tres miniseries ochenteras-noventeras que leí, también contiene todas las apariciones de este genial departamento en el Marvel Age Annual #4 USA (de donde parte la idea), Marvel Comics Presents #19 USA, el especial de Los 4 Fantásticos así como la miniserie de tres numeritos donde vuelven a encontrarse con el gigante verde, la genial World War Hulk Aftermash!: Damage Control de 2008. Indispensable se mire por donde se mire.

Lo dicho. Si buscas una serie diferente con la que reír un rato pese a que toca de forma general un tema obvio, un tema que curiosamente muchos lectores nunca se han preguntado pues: ¿Qué ocurre con todo lo que superhéroes y villanos dejan tras una tremenda lucha? ¿Quién paga toda esa destrucción? ¿Quién corre con los gastos? O como dice la sinopsis de este volumen: ¿Galactus se ha comido tu casa? ¿El Helitransporte de SHIELD se ha estrellado sobre tu coche? ¿Los alienígenas han destrozado Manhattan… otra vez? ¡Será mejor que llames a Control de Daños! Si no habéis caído ya, os lo digo yo, Hulka tendrá un papel importante en estas miniseries. Su primo es el principal «arrasador de lugares» cuando se encuentra en batalla y ella… Bueno, ella es abogada defensora de profesión, y de vez en cuando también se le va la mano, ¿no?

Un comienzo genial. Los Vengadores (Thor, Hulka, Black Knight y Spiderman) están luchando contra un robot gigante en el centro de Nueva York. El Bug-Bot alternativo (así se llama) crece hasta tres veces su tamaño y aplasta a Thor a varias calles de distancia, derribando un edificio. Entonces Spidey logra meterse dentro de la boca del robot hasta la sala de control y lo apaga…

El atasco que rodea la aventura del superhéroe amenaza con hacer que John Porter llegue tarde a su nuevo trabajo, por lo que corre por las calles hasta el edificio Flatiron y las oficinas de Damage Control, la empresa que repara lo que los superhéroes y villanos destrozan. En el vestíbulo, John se encuentra con el villano Thunderball, que perdió su característica bola de demolición y cree que Control de Daños podría recuperarla (también se encargan de cosas así). Un primer capítulo que os cuento porque representa bien el humor de aventuras posteriores. El gigantesco robot derribado por Spiderman (con un solo click) está tendido en pleno Manhattan entre múltiples edificios, con la cabeza y los hombros apoyados contra el World Trade Center y… ¿quién demonios quita esa chatarra de ahí?

Ya estás enganchado/a. Y en caso de que estuvieras preocupado/a, Thunderball recuperó su bola de demolición. Considero que Control de Daños, de Dwayne McDuffie, es uno de los cómics más divertidos que Marvel ha publicado jamás. Y aunque sé que muchos marvelitas no le dan valor, lo tiene, y mucho por lo original y diferente, además de tratar un tema real llevado al mundo del pijameo. Pero también lo que siempre nos ha atraído del mundo de los superhéroes. Mi parte favorita es la del trabajador que descubre una esfera brillante y tiene un «Origen», convirtiéndose en un nuevo súper… alguien.

Maravilloso, se mire por donde se mire.

Reseña: Buonaparte, de Fabienne Pigiére, Rudi Miel e Iván Gil

Una historia interesante por su lado histórico. Y de moda porque viene como acompañamiento genial a si lo has pasado bien o pretendes pasarlo con Napoleón, la última peli de Ridley Scott donde Joaquin Phoenix está que se sale, aunque haya sido criticada por mil sitios por los “entendidos” históricos. Sin embargo, en el cómic que hoy os reseño, y que Ponent Mon sacará en breve a librerías, nos llevan e modo certificado a lo qué pasó en muchos momentos en la vida de este famoso emperador, sobre todo, con el mayor tesoro de guerra de todos los tiempos descubierto por Napoleón durante su campaña en Egipto.

Hudson Lowe, oficial inglés y carcelero del emperador en Santa Elena, es el encargado de descubrirlo.

En Buonaparte seguimos algunos de los acontecimientos más importantes de la vida de Napoleón I, como sus batallas más famosas. Empezando por Waterloo, y también su campaña egipcia para intentar cortar la ruta inglesa hacia la India. Sólo unas pocas páginas abordarán cada una de estas epopeyas pero las necesarias para que el amante del buen cómic europeo se sumerja en la historia y la disfrute. O eso, al menos, fueron mis sensaciones. Algo que mola porque además permite permanecer en un formato de entretenimiento y no ofrecer una versión enciclopédica de la vida y obra de Napoleón como los “entendidos” y tiquismiquis de la vida pretenden.

Buonaparte proporciona el contexto necesario para llevar al lector hacia el final de la vida del emperador, prisionero en la isla de Santa Elena. Aquí es donde los autores introducen el pequeño giro de la serie. Se dice que Napoleón acumuló un tesoro colosal durante su campaña en Egipto y su carcelero será el encargado de extraerle la información para intentar apoderarse de él. Esta perspectiva es encantadora y abre las puertas a una historia dentro de la Historia. Me encantó esa idea. Los claroscuros de un hombre clave en la historia europea del siglo XIX, del que generalmente solo se recogen las gestas militares y las potencias victoriosas de Waterloo, así como el emperador caído que sigue representando una amenaza para Prusia, Austria, Rusia, el Reino Unido y la Francia de Luis XVIII que se dedica a debatir antes de firmar un protocolo que estipula que Napoleón es ya prisionero de todos.

Santa Elena parece el destino perfecto para deportar a su enemigo común. Isla, aislada, minúscula, rodeada de acantilados hostiles será, tras algún acondicionamiento, la prisión fortaleza ideal. Pero exiliado en la isla de Santa Elena, en el Atlántico Sur, Napoleón continúa su lucha contra Inglaterra a través del gobernador de la isla, Hudson Lowe. Lord Bathurst lo escoge con cuidado, convencido de que aplicarán rigurosamente las órdenes dirigidas a preservar a Europa de más guerras, pero también para humillar a Buonaparte.

Un integral que recoge los álbumes que editó Delcourt en 2021 ahora por fin en nuestro idioma. Un tomo que consta de dos partes (Santa Elena y Tesoro de guerra) y que además contiene material extra con información histórica valiosa y de los autores. Un cómic que sienta las bases para el encuentro entre los dos protagonistas y es hacia el final del integral donde veremos cómo los ingleses intentarán descubrir dónde está el tan ansiado tesoro. El emperador caído se enfrenta a Inglaterra en ese islote perdido en el que, exiliado con algunos familiares y considerado prisionero de guerra, se decide el devenir de este personaje clave en la historia europea del siglo XIX.

Volumen donde todo queda perfectamente plasmado gracias al dibujo de Iván Gil.

Reseña: Bodycount, de Kevin Eastman y Simon Bisley

Si os enteráis que un cómic de hoy en día se inspira en los cómics que uno podía encontrar en la clásica revista Heavy Metal, y si le sumáis el estilo de las pelis de John Woo, creo que os va a entrar un poquito de hype por querer leer el cómic que se marcaron Kevin Eastman y Simon Bisley con Bodycount. Donde se unieron para presentar una versión mucho más oscura de Las Tortugas Ninja, mientras tejen una trepidante historia de acción exagerada con ultraviolencia de la buena. Y es que mientras Raphael y Casey Jones se ven envueltos en una trama complicada que conduce a un tiroteo salvaje… Donde incluso con lo exagerado y atrevido que es, honestamente, lo pasas tremendamente bien leyendo este tomito que recoge los cuatro números de esta miniserie que ahora publica en nuestro país ECC Ediciones.

Creo que los cómics de Eastman funcionan para mí (en su mayor parte) porque parece publicar todo lo que le divierte a él o le divertiría hacer a un guionista sin impedimentos editoriales. Y esta tontería, la libertad, hace que brilles en lo que haces, sobre todo, si normalmente trabajas para grandes empresas. La libertad. Se nota a leguas que Bodycount fue un cómic que tanto Eastman como Bisley claramente se divirtieron al hacerlo. Usando un montón de elementos de otros medios que amaban en ese momento, todos juntos en lo que es uno de los cómics de Las Tortugas Ninja más locos que se pueden encontrar. Si no el que más.

Raphael y Casey Jones ayudan a una mujer perseguida por asesinos. Kevin Eastman intenta y logra crear un largo tiroteo digno de película, insisto. Al nivel de Heat. Y es que si hay alguien capaz de meterse con facilidad en una pelea de bar, ese es Casey Jones. Y en su última bronca, ha conocido a una chica que huye de la mafia de Hong Kong, de su propio hermano y de un pasado complicado. Con ayuda del amigo Raphael, Casey está dispuesto a acompañar a su nueva amiga a Pittsburgh, donde espera salvarse por fin de sus perseguidores. Pero estos no les van a poner el camino fácil… Lo van a llenar de sangre.

Eastman se encarga de la historia y los diseños, mientras que Bisley se encarga de los lápices, las tintas y las portadas. Ellen Sullivan Farley, de los colores, mientras que el pilar de TMNT, Steve Lavigne, ayuda con los colores también cuando es necesario. Y, como siempre, hace las letras. Es decir, tremendo equipo para un cómic que a vista de cegato puede parecer indie pero cuando te pones, lo flipas.

¿La historia, un poco mareante? He visto pelis de supuesta acción, de directores reconocidos, que no le llegan a la suela del zapato a este cómic. Confusa y complicada,dicen, pero bueno ok, no es la trama el principal atractivo aquí. Sino el camino, como un muchísimas pelis de acción. El atractivo principal es el loco arte de Simon Bisley que ha sido trazado con diseños de Kevin Eastman, y que te lleva a recordar y amar las grandes aventuras que Bisley se marcó en Lobo.

¿Uno de los imprescindibles cómics de Las Tortugas Ninja? Obvio. Esto tenéis que leerlo sí o sí. De hecho, se lo recomendaría a cualquier fan de Las Tortugas Ninja así como a cualquier fan de un buen one-shot diferente y original. Sobre todo, para fans de las gamberradas dentro del noveno arte. Una historia divertida con un arte loco y momentos absurdos, como Raphael derribando matones a cascoporro con ametralladoras… Y cómic hasta ahora muy difícil de encontrar en nuestro idioma. Quizás te guste. Quizás te mole. Quizás te encante. Leído con soundtrack rockera esto es la leche.