Reseña: Bogavante Johnson Integral Vol.2
Un año después (¡por fin!), llega el segundo integral del gran Bogavante Johnson. El héroe pulpero creado por el maestro-dios Mike Mignola, creador del denominado Mignolaverso. Un lugar, un mundo, un serie de historias que sigo como perro a salchicha humeante (ya lo dije) y más si se publican en ediciones así donde tenerlo todo-todito-todo bien recopiladito en la comicteca da un gusto y un placer indescriptible. Porque al igual que está haciendo Norma Editorial con Hellboy, A.I.D.P. y recientemente con Cazador de Brujas (que en breve se viene el segundo integral también), sigo insistiendo en mi preguntita eterna: Norma Editorial, por favor, ¿para cuando un buen tomo integral de Baltimore? Bueno, a lo que vamos. Tenemos aquí un buen broche de oro para completar mi colección de Bogavante Johnson. Y es que espero de verdad que esta serie continúe en el futuro o la retome Mignola y compañía a base de one-shots porque aunque sus tramas no son tan profundas como las de mi querida A.I.D.P., en diversión y palomiteo sí que las supera. Y me gusta que un personaje, de vez en cuando, sea simple en cuanto a motivación. Porque la única que parece tener Bogavante Johnson es: «Justicia».
El caso es que nos encontramos con historias pulp que, de alguna manera, se centran en lo sobrenatural. Y eso siempre mola. Y las tramas más largas siempre son las mejores. Hay ilustraciones de Troy Nixey, Kevin Nowlan, Peter Snejbjerg, Toni Fejzula, Stephen Green, Tonci Zonjic (el artista croata es un verdadero genio), Jason Armstrong, Matthew Dow Smith, Ryan Sook y mi favorito Ben Stenbeck. También los colores son de Dave Stewart. Y es que si no colorea el Mignolaverso, pues la verdad, la cosa no encaja. En El Prometeo de Hierro, nuestro prota se vincula directamente con incursiones místicas que afectan directamente al universo de Hellboy, a pesar de estar ambientado en 1937. Hay espías nazis, indicios de caníbales en las alcantarillas, antiguas leyendas chinas, un villano familiar para los lectores de la A.I.D.P., un matón con una gigantesca pinza mecánica de langosta y serpientes monstruosas. Un arco genial donde además Bogavante Johnson se muestra notablemente más hablador con frases como: «Es una casa llena de cobardes. ¡Asesinos ansiosos por probar la justicia del tío de las pinzas!». Es el mejor arco que he leído del personaje.
En las dos historias combinadas denominadas El fantasma del pirata y Los monstruos de metal del centro de la ciudad, vemos como Zonjić es otro gran narrador y llena las páginas con sus geniales dibujos de época. Su arte es impresionante. Historias donde Mignola y Arcudi se centran más en el reparto secundario de Bogavante, quienes lo asisten con la investigación, el diseño y la ingeniería, y refuerzan a un villano recurrente.
Una cadena forjada en vida muestra como el regreso de los muertos suele ser el problema para muchas cosas. Donde los villanos se adelantan a la hora de pagar sus deudas secuestrando a Papá Noel justo delante de unos grandes almacenes junto con su saco de regalos. De ahí en adelante… sírvanse un cubata, un vinito o un té helado y disfruten con una historia que recuerda mucho-mucho a las tramas de The Goon (El Bruto), otra obra que por cierto rezo casi todos los días para que Norma Editorial la recupere pronto.
Dicen que el Langosta es el personaje más completo del universo Mignola y el más consistente en cuanto a arte y escritura. La crème de la crème. Estoy de acuerdo en muchas palabras de esta máxima.