Reseña: Hulk. Rojo, de McGuinness y Jeph Loeb
Cuando escuchéis hablar de un Hulk Rojo, pensad que hay un nuevo y sádico ser de piel roja en el Universo Marvel. Pero…, ¿sabéis quién o qué es? Una cosa es segura: es un gigante con músculos tras las orejas con una misión y se convertirá en una demolición viviente se enfrente al Goliat original de piel verde…
Este Must-Have que recién publica Panini Cómics este mes es posiblemente uno de los cómics más absurdos que he leído, pero también uno de los más divertidos. La primera mitad del tomito es un caos de peleas, y noté que mi interés disminuía considerablemente cada vez que otro artista tenía que sustituir a McGuinness. Pero poco después me fijé en lo que Loeb aporta y ahí es donde el cómic enamora. El encuadre de página, su prosa y los bloques de texto mostrando la información más precisa, recuerdan mucho a los cómics de Marvel de los 70.
¿Y la trama? La trama sí que puede recordar a la peli reciente de Brave New World porque aquí un “patriota» rojizo (casi naranja…) intenta derrocar al gobierno mediante un golpe de Estado para tomar el poder y hacer que el país «vuelva a ser grande». ¿Quién lo hubiera imaginado?
Esto es lo que la mayoría de la gente cree que es un cómic: monstruos gigantes golpeando a otras criaturas asombrosas hasta que alguien gana. Tiene todos los golpes, armas gigantes y la emoción que puedas desear. No es un cómic profundo, ¡pero es divertido! Una de las mejores aventuras recientes de Hulk, y vale la pena solo por las peleas. Y sencillamente por eso La Masa siempre ha sido uno de mis superhéroes favoritos.
El arte de Ed McGuinness se aguanta. La historia de Jeph Loeb está tan llena de inconsistencias y preguntas sin respuesta que mi mente sigue dando vueltas. Pero el misterio general de la identidad del Hulk Rojo es divertido, incluso si Loeb no juega limpio con las pistas que muestra.
No me sale otra definición, friends.
Es un cómic DIVERTIDO. Y se lee, por supuesto, de una sentada.