Reseña: La Desaparición de Josef Mengele, de Guez, Matz y Mailliet

Siguiendo en la línea de la reseña de ayer, tenía ganas de algo del mismo tema pero un poco más serio. Otro cómic del conflicto bélico que más obras ha dado al mundo del arte. Un poco más serio…, esa era la idea. Y sabía que Planeta Cómic recién publicaba este mes La desaparición de Josef Mengele, una historia de la que había oído hablar pero de la que apenas tenía conocimiento y resultado. Y para eso uno lee, ¿no? Para disfrutar a la vez que aprende, se documenta, con libros y cómics históricos bellamente representados como podemos encontrar siempre dentro del cómic europeo.

La desaparición de Josef Mengele, narra la vida de este nazi «médico» que realizó experimentos con deportados en Auschwitz. Mengele fue el arquetipo básico del criminal nazi de los chungos, horrible personalidad y sin pizca de humanidad. Ofició en Auschwitz, llevando a millones de personas a la muerte sin el menor arrepentimiento. Fue el médico que llevó a cabo algunos experimentos antropológicos y genéticos bastante morbosos para el Reich. Por eso al final de la Segunda Guerra Mundial era uno de los criminales más buscados. Pero este tío contó con el apoyo familiar de su padre, propietario de una fábrica de equipamiento agrícola en Baviera, los mismos que contaban con la buena voluntad de los norteamericanos en el contexto de la Guerra Fría. Sin embargo, los crímenes que contaban en su haber eran demasiado horribles como para dejarlos pasar. Lo que le llevó a una huida desesperada a la Argentina de 1949 en un momento en que ese país estaba dirigido por un militar llamado Juan Perón.

Es cierto que existe una especie de simpatía entre las dictaduras del mundo, ¿no? El modelo alemán fue fuente de inspiración para Argentina, que soñaba con ser una verdadera potencia en Sudamérica. Como resultado, entre 1946 y 1952, bajo las dos presidencias de Perón, varios miles de ex-nazis, incluidos muchos criminales de guerra notorios, llegaron a Argentina a través de diferentes canales. Uno de los más famosos fue Adolf Eichmann (a quien también conoceremos durante la lectura) y también conoceremos a Vittorio Mussolini, uno de los hijos del famoso fascista italiano. Pero por entonces Argentina era un verdadero remanso de paz, una tierra de asilo para los nazis en fuga, los vemos en cenas sociales, los vemos prosperar en los negocios, hay que decir que incluso antes del fin del conflicto mundial, el capital alemán transferido a Argentina financió el nacimiento de un centenar de empresas. Y aquí también se les ve bebiendo cócteles sentados en una tumbona al borde de la piscina con suelo cubierto con una esvástica. ¡La vida es bella!

Escenas que pueden provocar malestar al lector. Pero Mengele siempre quiso más. Esto le llevará a la paranoia total y a su perdición. Y con Perón derrocado, el doctor Mengele, el ángel de la muerte de Auschwitz, tiene que salir por patas de Buenos Aires hacia Paraguay. También sabemos que en 1960, un trueno sembró la serenidad de los nazis en Argentina porque un comando israelí secuestró a Adolf Eichmann, uno de los principales perpetradores del Holocausto. El lazo se estrecha entonces sobre Mengele, que es perseguido por investigadores alemanes e israelíes hasta que…

Lo siento, si no yo no sabía como acababa esta historia, imagino que alguno de vosotros tampoco. Así que lo ideal es poneros con esta genial novela gráfica para resolverlo. Pero antes, unas palabras sobre el dibujo de Jorg Maillet para indicar que su dinamismo transmite perfectamente el ritmo y la energía del escenario de Matz.

Fascinante cómic que narra perfectamente una versión realista de los hechos.

Reseña: Demon Wars (Edición de Lujo), de Peach Momoko

Si algo te llama la atención (aunque no sepas por qué), tienes que/debes acceder y echar un ojo porque puede que disfrutes un poco/demasiado. Es lo que me ha pasado con este tomo completo de Demon Wars que se ha marcado Panini Cómics y con el que si os soy sincero, el primero paso para poner mi atención en él, fue leer que era la colección completa de una obra en un solo de volumen. Así de simple, somos a veces, sí, pero para después descubrir un buen título del que no sabía nada de nada. O sea, que el tiro me salió bien. Así que ni tan mal. Aunque una frase promocional sí que había leído a la vez que me dejaba con el culo torcido: ¡Peach Momoko lleva su versión del Universo Marvel al siguiente nivel! Lo que queda entonces es otra buena lectura donde el guion y el dibujo se compaginan bien aparte de que no son el foco principal del título que tenemos entre manos. Este volumen recoge toda la ambientación de este mundillo: Demon Wars: The Iron Samurai, Shield of Justice, Down in Flames y Scarlet Sin. Y me ha encantado porque así queda uno a gusto cuando devora todo lo publicado de una obra que engancha desde la primera página.

Momoko-san se explaya y nos da un tremendo aporte de su propio mundo, el folclore japonés y se apoya en todo a la hora de unir los personajes de Marvel, dándole a la historia y al mundo más identidad propia. Sí friends, Demon Wars es donde se mezcla de forma alucinante personajes de Marvel Comics con folclore japonés, un viaje visualmente evocador donde la lógica se ciñe solamente a este mundo y sus sentidos.

Los personajes que lo habitan tienen sus propias motivaciones, y no hay porqué dar explicaciones de los caminos utilizados. Tenemos entonces una dimensión llena de criaturas maravillosas: una armadura samurái inteligente, un individuo alado con una máscara de halcón, una pantera misteriosa y un monstruo rojo con forma de serpiente con un apetito mortal. Mientras estos increíbles yokai luchan, Mariko Yashida se verá obligada a elegir un bando. La historia es sencilla pero atrapa como cualquier peli de artes marciales ochentera. No dejan de ser formas creativas de combinar la tradición popular y el mundo marvelita y darle juego con enfrentamientos épicos. Como echarte una “maquinita” de las que muchos degustábamos en nuestra infancia. Pero puedo adelantar que, sobre todo, The Iron Samurái se ha convertido desde ya en uno de mis cómics favoritos de Marvel de los últimos años. Peach Momoko tiene un empuje tremendo en esta primera miniserie con yokais legendarios y otras leyendas míticas. Y después vienen una serie de one-shots la mar de disfrutables aunque no tan potentes como la primera saga. En El Samurái de Hierro, Mariko Yashida ha vuelto a la normalidad después de enterarse que es descendiente de un Oni. Y mientras vive su vida adolescente normal, Mariko ve varios espíritus acercándose a ella solo para desaparecer. Pero una noche, incapaz de dormir, Mariko decide perseguir a los espíritus y se topa con un monje que invoca una puerta frente a ella. Mariko cruza la puerta y entra al mundo yokai con una yukata que no llevaba antes… (Lo entenderás cuando lo leas). Flipante todo a partir de aquí.

Los personajes clásicos de Marvel como el Capitán América, Iron Man, Black Panther, etc. hacen su debut en la realidad reinventada de Momoko, mientras Mariko debe descifrar la raíz de la crisis de su realidad. Tenemos a una obra inclasificable y a la vez estéticamente hermosa. Más que muchos de los cómics occidentales leídos hasta ahora.

Reseña: Laberintos, de Jeff LeMire

Jeff LeMire siempre es un guionista en cuyas novedades hay que poner siempre un mínimo de atención. A mí por lo menos siempre me ha dado lecturas muy buenas. Y de diversos géneros. Por eso ver que Planeta Cómic traía este mes en su colección de novelas gráficas la tan mencionada en USA, Mazebook (Laberintos), era motivo para alzar la ceja y querer saber más aprovechando que se publica en español. Un volumen en tapa dura que recopila los números #1 al #5, la edición completa de esta miniserie que es digna de estudio. Porque os puedo adelantar que Laberintos es una exploración conmovedora de los sentimientos apáticos de pérdida, pero al mismo tiempo nos prepara para un viaje desgarrador. LeMire te atrae magistralmente a los pasillos de la agonía emocional antes de sorprenderte con un giro que te recuerda porqué invertiste (y seguirás invirtiendo) en cómics así.

Y es que si hay una constante en la vida es la pérdida. La pérdida de la inocencia. La entropía que gobierna nuestro universo. En el caso de Will –el protagonista– se trata de la pérdida de un ser querido, y para afrontar la pérdida, Will se pierde en la mundanidad de la rutina. Pero, para bien o para mal, se avecina un cambio masivo para él. Will es un inspector de construcción que lleva años lamentando la pérdida de su hija, amante de los rompecabezas. Pero una noche recibe una misteriosa llamada telefónica de una chica que dice que es ella y que está atrapada en medio de un laberinto, lo que hace que Will se embarque en un viaje en busca de respuestas a sus diarios personales y acertijos sobre dónde está y cómo traerla de regreso a su hogar… Si es que esto es posible.

LeMire muestra de manera experta cómo el dolor divide a las familias. Con su esposa en una nueva relación, por ejemplo, mientras Will se vuelve más desaliñado y retraído y sigue obsesionado con el porqué hay que perder a seres tan queridos como un hijo o una hija. Mas, ¿Wendy sigue viva o Will está usando su amor por los laberintos para finalmente hacer frente a su dolor y seguir adelante? ¿Will está perdiendo la poca cordura que le queda? ¿Le terminará explotando la cabeza por culpa del dolor y la locura?

En Laberintos percibí que los dibujos están plagados de acertijos, laberintos e imágenes superpuestas que contribuyen aún más al misterio de lo que está sucediendo. Además, LeMire permite deliberadamente a los lectores interpretar este volumen como un cómic de misterio en el que un padre busca a su hija que es a la vez una forma de terapia cognitivo-conductual en la que utiliza el amor de su hija por los rompecabezas para aceptar su pérdida. Me repito, sí, pero solo es para que veáis o sepáis que este método está estudiado en Psicología y que ahora ha sido llevado al noveno arte de forma maravillosa por el autor.

Lecturas que son toda una experiencia.

Reseña: Soy Leyenda, de Hernández, Caballero y Matheson

A una buena historia de Terror, uno siempre quiere volver.

Y más aún si nunca tuviste la oportunidad de verla reflejada en un formato diferente a la que la leíste o viste por primera vez. Hablo de Soy Leyenda, el novelón que se marcó el siempre original Richard Matheson, allá por 1954. Nada más y nada menos. Una versión que nos traslada a una post-apocalíptica ciudad de Los Ángeles (no a Nueva York), en lo que serían unos supuestos años entre 1976 y 1979. Una historia que los quita-méritos del género de terror siempre han querido catalogarla de Ciencia Ficción antes que decir claramente que estamos ante una trama que alcanzó la cima de nuestro glorioso y amado género. Y todo, para llevársela a su terreno. Pero no, my friends, I am leyend es puro horror y para mí no es una trama que produce los clásicos síntomas del vampiro mítico y trata de re-evaluarlo, como he leído por ahí. Para mí es simplemente la versión de Matheson de lo que sería un mundo gobernado por zombies.

Y ahora Sergio Hernández y Toni Caballero (Backhome, Planeta Manga), han convertido esta historia en novela gráfica. Ya la convirtieron en cómic en su día Matheson, Brown y Elman en 2007, pero que duda cabe que era llamativa y atractiva la idea de leer esta versión de dos autores de este país, elaborada al estilo amerimanga.

Si no conocéis la historia, ya tardáis. Tenemos a Robert Neville, el único superviviente de un despiadado virus que ha asolado el planeta, convirtiendo al resto de la humanidad en “vampiros”. Su existencia, se ha reducido a combatir a estos seres sanguinarios, quienes tratan desesperadamente de darle caza, ya que, para ellos, él es el verdadero monstruo. Y con escenas espectaculares, de acción y bastante drama (de esta historia, recordaremos siempre el tema del perrito), van pasando los días, días que Neville intenta seguir a duras penas con el solo objetivo de encontrar a otros que hayan sobrevivido como él. Y salir, poder llegar lejos, alcanzar un mundo nuevo que debe haber tras la ciudad fortificación en la que se esconde…

Neville ha sobrevivido a una pandemia propinada por una bacteria. ¿Os suena? Solo que no fue lo mismo que vivimos hace unos años, ¿no? Gracias a Dios. Pero como veis, casi setenta años antes, Matheson adelantaba acontecimientos con una idea futurista entonces, de lo que podía pasar por culpa de una guerra bacteriológica. Aunque estoy de acuerdo que Soy leyenda, en realidad, trata otros temas como la soledad, la fuerza del ser humano por sobrevivir, ese mismo que flaquea en ocasiones y se piensa seguir viviendo.

Una luz en lo que parecía un largo e interminable túnel.

Lo he dicho. A una buena historia, uno siempre vuelve.

Reseña: En la Noche de los Tiempos, de Gou Tanabe y H.P. Lovecraft

Original, atípico y magníficamente ilustrado, rinde muy buen homenaje a la obra de Lovecraft. Podría ser la definición de En la noche de los tiempos, la nueva publicación de esta maravillosa colección que Planeta Cómic está trayendo a nuestro país, del siempre magnífico Gou Tanabe; el cual está o estuvo trasladando las grandes obras del maestro del horror cósmico H.P. Lovecraft, lo que le quedaron grandes cómics o mangas que todo amante del terror debería degustar en algún momento de su vida.

Tras disfrutar de El morador de las tinieblas (https://www.cronicasliterarias.es/?p=14169) y La sombra sobre Insmouth (https://www.cronicasliterarias.es/?p=10994), percibes que lo mejor que Tanabe sabe crear es una narración fluida para las diferentes historias. Tanabe se toma el tiempo para establecer esa atmósfera vagamente inquietante que añade sabor a las historias del maestro de Providence. Y muchos de los que estáis por aquí sabéis que de lo primero nunca gozas en la literatura del propio Lovecraft. Aunque de lo segundo sí. Tengo un colega que siguió toda esta colección en francés y decía que cuando tuvo concretamente este volumen que os reseño hoy (2018), se dio cuenta que junto a La llamada de Cthulhu (https://www.planetadelibros.com/libro-la-llamada-de-cthulhu/361322), estaba ante una de las mejores obras adaptadas de toda la colección. Eso me hypeó bastante. Por eso andaba loco porque llegara. ¿Y qué tenemos aquí? En la noche de los tiempos encontramos los temas centrales de Lovecraft que giran en torno a cierta forma de drama angustioso, opresivo y de terror. De libros secretos (¡Ah, el Necronomicon!), de civilizaciones antiguas surgiendo de las entrañas de la Tierra, y de una lenta toma de conciencia por parte del héroe (buena parte de la narración es en estilo indirecto) de estos fenómenos que impactan con su personalidad. Esto juega en el tiempo, que no se desarrolla a la misma velocidad para todos (el héroe tiene así un “intervalo” de algunos años durante el cual parece estar en una progresión paralela), o en el que parece que podemos viajar. Esperad, esperad… que empiezo a enrollarme como Lovecraft, ¿no? Lo contaré al estilo Gou Tanabe. ¿Qué tenemos aquí? En la noche de los tiempos encontramos una historia que se desarrolla a lo largo de unos veinticinco años. Con un personaje con doble personalidad y después de una amnesia de cinco años. Se narra en primera persona la historia de Nathaniel Wingate Peaslee, un profesor de Economía de la Universidad de Miskatonic, que entre 1908 y 1913 sufre una inexplicable amnesia y trastorno de la personalidad, cuyo trasfondo tratará de descubrir a pesar de las cosas terribles que pueda averiguar. Las personas más allegadas a él lo abandonan, debido al extraño comportamiento que desarrolla durante los cinco años de amnesia. Excepto su hijo, Wingate Peaslee, a quien más tarde confiará a través de una carta todos los detalles de la historia que va desenterrando acerca de lo sucedido.

Y luego de haberse recuperado, extraños sueños lo acosan noche tras noche y cada vez lo atormentan más… Hasta que los sueños se vuelven cada vez más nítidos y aterradores y descubre la razón de sus gritos al despertar: la existencia en el pasado de una raza de extraños alienígenas. Pero años después de haber sobrellevado sus temores y haber enterrado sus sueños, recibe una carta desde Australia, donde al parecer se han encontrado misteriosos restos con grabados curvilíneos como los que describió periódicamente en una revista de psicología. El arqueólogo le propone realizar la empresa de excavar las arenas si dispone de recursos y obreros para realizarlos. Y allí que va.

Un nuevo título donde el dibujo es realmente bueno. Con algunos escenarios fantásticos que podrían estar a la altura de los grandes dibujantes de los 70 u 80 del pasado siglo. Un buen tomo llevadero con el que disfrutar de la lectura doquiera que te encuentres.

En la noche de los tiempos ya era una de las obras más “accesibles” de Lovecraft antes de esta versión. Pues imaginaos si os la presenta Gou Tanabe. En mi opinión, si no la mejor, una de las más espeluznantes, completa y rica. Indispensable para amantes del horror atmosférico.

Reseña: La Mosca, de Lewis Trondheim

Lewis Trondheim es uno de los autores de la BD que sigo con fervor desde mis lecturas en Infinity 8 (https://www.cronicasliterarias.es/?p=865), Density (https://www.cronicasliterarias.es/?p=8684) y, por supuesto, la genial obra de La Mazmorra (https://www.cronicasliterarias.es/?p=1952) que se está publicando actualmente en nuestro país en formato integral. Laurent Chabosy, conocido como Lewis Trondheim, es uno de los miembros fundadores de la asociación OuBaPo, de la colección Shampooing de Delcourt, del Syndicat des Auteurs de Bande Dessinée (SNAC-BD) y de la revista Papier. Particularmente, un autor conocido por ser muy prolífico y por brindar por el estilo zoomórfico. Un autor que desde 1999 ha participado en numerosos proyectos, entre las que se encuentra la genial y antes comentada obra Donjon que elaboró con Joann Sfar y numerosos autores para Delcourt. Ahora llega La Mosca a nuestro país, la publica Planeta Cómic y mañana mismo sale a librerías. Claramente no es un imprescindible, excepto si no eres súper fan como yo del autor. Os puedo contar como anécdota que durante los 90 me propuse hacerme con todos los álbumes de Trondheim y La Mouche (La Mosca) fue uno de los más difíciles de encontrar. En 1995, fecha de su estreno, el autor aún no gozaba de su aura actual. Estamos ante un titulo que huele a álbum experimental, silencioso, donde el autor afina aún más su narración presentando a su feo héroe, lo que lleva a unos pasajes geniales (zoom, vistas improbables, etc.). La lectura de este álbum será rápida, porque es muda, salvo algunas aventuras. Es un poco un ejercicio de estilo, si queréis, un especie de cortometraje de humor al estilo Pixar. Pero en cualquier caso se trata de un ejercicio formal, uno más, donde Trondheim nos cuenta una historia rayando el absurdo, siguiendo a una mosca, desde su nacimiento hasta su…

Fácil de leer incluso para jóvenes que son capaces de prestar atención a algo más de dos minutos. En mi opinión, descubrir de algún modo la miserable y corta vida de una mosca. Así de simple. Y no es de extrañar porque Trondheim ofreció a menudo álbumes conceptuales con un principio sólido donde desarrollaba el ejercicio hasta el punto del absurdo. Aquí el lector seguirá la ruta de una mosca en su proceso de vida cotidiana y básica en su ciudad-país-mundo demasiado industrializado. El diseño minimalista presenta “personajes” dentro de un entorno realista básico y esbozado. Los degradados de grises permiten evitar gráficos demasiado minimalistas y representar determinadas perspectivas. Trondheim lo hace mucho más divertido, mucho más inventivo e interesante dentro de la simpleza que puede ser la vida de este insecto tan denostado.

Cabe señalar que La Mosca originalmente se trataba de un pedido para el mercado japonés que fracasó, pero Trondheim no tiró la toalla y reelaboró a su “héroe”, improvisando cositas más modernas y se nota en el resultado que el autor terminó divirtiéndose. Un buen remate. Lectura sencilla pero reconfortante, y es que Lewis Trondheim no es un autor cualquiera. Fue elevado al rango de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en 2005 y recibió el Gran Premio de la ciudad de Angoulême en 2006.

Si amáis el buen cómic europeo, tenéis que seguirlo.

Reseña: Todas las Princesas mueren después de Medianoche, de Quentin Zuttion

Imagino que como para muchos de vosotros el Festival Internacional de Angoulême es un evento en el que poner el ojo cada año para descubrir nuevos cómics, nuevas historias, donde se pueden encontrar grandes joyas del cómic europeo actual. Y donde ver títulos a los que estar atentos por si llegan a nuestro país. Por eso, cuando se da el caso y como ocurre en esta ocasión con Planeta Cómic, que trae uno de los ganadores del pasado año 2023, decidme, ¿quién demonios se lo va a perder?

Toutes les princesses meurent après minuit (Todas las princesas mueren después de medianoche) fue la ganadora del Premio Especial Juvenil del Gran Jurado. Y la premisa principal, más suspense no puede tener: “La vida sentimental de una familia peculiar”. Una novela gráfica pura que llega en pocos días a librerías dentro de la genial colección Es Novela Gráfica que se está marcando Planeta Cómic. Una colección con la que disfrutar de  grandes títulos, el más reciente Al son de un fado, de Barral, que disfruté muy mucho (https://www.cronicasliterarias.es/?p=14963). Historias que dejan regusto tras una buena sentada lectora.

En Todas las princesas mueren después de medianoche, durante un breve periodo de tiempo, seguimos a algunos personajes: una pareja en proceso de separación y sus hijos, una adolescente que descubre las alegrías y desilusiones del primer amor, y su hermano menor que toma conciencia de su homosexualidad y lucha por expresarse… con su mejor amigo en particular. Amores incipientes que sobreviven, otros que mueren: esperanzas y sueños chocando. Un guion que esplende muy profesional pese a la poca experiencia del autor, donde la narración está bastante bien labrada y no muestra demasiado patetismo. Bastante modesta y aireada, diría yo; la historia toma la forma de un día en la vida de una pareja y sus dos hijos. Un día que marca un punto de inflexión para cada integrante porque la pareja ha llegado a un punto de quiebre, la hija mayor está a punto de perder la virginidad, el niño está despertando su sexualidad y descubre que prefiere desempeñar el papel de princesa mejor que el de príncipe. Este último personaje es el más destacado y, sobre un tema difícil, Quentin Zuttion consigue pintar una imagen sensible y desprovista de cualquier voyeurismo. Los inmaduros, sus miedos y sus expectativas. El día termina en un punto de quiebre que invita a un nuevo comienzo, a una reconstrucción, muy bien traducida en el Epílogo.

El dibujo me pareció curioso. No sabría definirlo bien. Simple pero basados en colores pastel dando apoyo a los diseños algo amerimangas que le dan un toque curioso porque en ciertas viñetas cambian al punto clásico del cómic europeo. No sé definirlo bien. Pero esas son las sensaciones.

Quentin Zuttion progresa bastante bien.

Transmite agradablemente sus mensajes de tolerancia.

Hay algo en este título que complace por enteros a buen amante de la novela gráfica.

Reseña: Huérfana y las Cinco Bestias, de James Stokoe

Uno de los mejores juegos de los últimos años es, sin duda, The Legend of Zelda: Breath of the Wild, de Nintendo de 2017 para Switch. La historia va de la princesa Zelda pidiéndole al aventurero Link que derrote al malvado Ganon con la ayuda de las Cuatro Bestias Divinas, todas las cuales, junto con la tierra de Hyrule, han sido corrompidas por la plaga de Ganon y Link debe curarlas a cada una de ellas para cumplir la misión de tal búsqueda. Estoy especulando, pero supongo que James Stokoe estaba entre los millones de gamers que jugaron y amaron Breath of the Wild. Y, inconscientemente o no, ha replicado a su modo una historia en formato cómic. Para los que conozcan el videojuego, esas serían las sensaciones al leer Huérfana y las cinco bestias, este tomito que publica este mes en nuestro país Planeta Cómic. Un tipo le encarga a la luchadora Huérfana Mo que derrote al malvado Hombre Lobo, así como a las Cinco Bestias, todas las cuales, junto con la tierra misma, han sido corrompidas por el poder demoníaco del Hombre Lobo.

Huérfana Mo debe derrotarlos.

Una Quest en toda regla. Un cómic que, por supuesto, cuenta con el asombroso arte de Stokoe; maravillosamente detallado, coloreado de una manera que complementa perfectamente el estilo dinámico, viñetas barrocas donde cada uno de los huecos se rellenan. Mola el estilo del diseño a lo manga El Puño de la Estrella del Norte o Kamui, de los primeros mangas que llegaron a nuestro país.

Huérfana Mo parte después de que su maestro muera. ¿El objetivo? Destruir a cinco de sus discípulos que amenazan al mundo con sus poderes demoníacos. Básicamente estamos ante una aventura que nos lleva a una serie de batallas contra jefes finales cual videojuego de plataformas que se precie. Pero de los que todos disfrutamos y mira que casi siempre son más de lo mismo. La receta fácil es la receta efectiva, ¿no? Cada Bestia tiene su estilo único, sus armas, sus detalles su historia detrás…, como en un videojuego de artes marciales de los que a tantos de nosotros nos han encantado en algún momento de nuestras vidas.

James Stokoe aporta su ultra-detallado dibujo fantástico de violencia desbocada en un relato de venganza clásico a lo John Wick. Eso cuenta la sinopsis y es eso, concretamente. Y yo que siempre he disfrutado el dibujo de Stokoe, aquí no decepciona. Es un artista talentoso para los cómics de acción. Y aunque es una pena que exista una enorme disparidad entre arte y guion (los malos son muy malos y los buenos son muy buenos), de todos modos, la historia se disfruta por ser palomitera al estilo John Wick o una peli de Statham. Simple pero acción a tope, lo que deriva en diversión.

El arte es magnífico, tanto la violencia gráfica como las expresiones faciales. Realmente, uno de los diseños más detallados que podrás ver en un cómic. Es impresionante. Por eso, feliz de que James Stokoe haya regresado por estos lares con una serie en curso.

Hoy sale.

Reseña: Al son de un fado, de Barral

Al son de un fado, de Barral, logra dar una sensación de melancolía como pocos cómics consiguen. Y todo mientras dibuja los contornos del terror y la desolación de la dictadura de Salazar. A la edad que uno tiene ya, rodeado de viejóvenes y viejos que se están yendo demasiado pronto, uno tiende a pensar en la muerte más de lo normal. Y a veces no sabe como tomárselo. Para colmo, me llega un cómic que hace que piense más en ello y en lo deplorable de los gobiernos que solo piensan en su beneficio. Una mezcla que en Al son de un fado se hace de forma maravillosa y que encaja en una narración bien hecha y hace que la historia sea bastante cautivadora. La división de la historia y algunas narrativas inesperadas están servidas por un dibujo elegante, además. Agregad a esto personajes entrañables y bien descritos. Un bálsamo a mi corazón de alcachofa…, como dicen los franceses.

Sobre un tema cercano a las afirmaciones de Pereira, que leí –y aprecié– no hace mucho, este álbum logra mezclar pequeñas y grandes historias. En efecto, siguiendo al personaje principal, un médico que escapa a las contingencias de la dictadura y que, a través de encuentros fortuitos, se enfrentará a sus aspectos más terribles. Un cómic donde descubrir como era la dictadura de Salazar en Portugal.

Nos vamos a Lisboa, verano de 1968. Fernando Pais ha decidido disfrutar de la vida a orillas del Tajo. Un señor médico que ya solo piensa en cerrar los ojos ante la dictadura de Salazar, después de una atormentada juventud militante, una vida de idas y venidas. Pero. de pronto, un día, Fernando se ve de pronto defendiendo a un niño que tiene un pequeño lío con un policía. Aunque el pequeño a la hora de sus actos, de sus comentarios, no hace distinción entre el ángel bueno y el ángel malo…

Un encuentro que cambiará su vida.

Al son de un fado es un cómic muy equilibrado, la narración es fluida, nos apegamos a los personajes (algunos flashbacks nos permiten comprender mejor la personalidad del médico y la historia del país). El dibujo de Barral, por supuesto, es eficaz. Obviamente, una lectura recomendable, o no la traería por aquí. Tiene también un lado romántico a la hora de ver al protagonista en aquellos momentos duros de la dictadura, enviando a sus hijos a la guerra en África, gente que defendía un país, la misma gente que después la policía no tenía miramientos en torturar. Los denominados «oponentes». Como muchos de vosotros (imagino), me sentí atraído por Al son de un fado por ser un álbum que trata el tema histórico, concretamente, la dictadura de Salazar en Portugal. Algo muy difícil de encontrar en cómic. Con este álbum en solitario, Nicolas Barral nos ofrece una maravillosa inmersión en el oscuro pasado del país vecino. El interés reside en el prisma elegido por el autor: Fernando Pais, su personaje principal, nos hace cuestionar el compromiso de cada uno, la resistencia a una dictadura en la que todos podrían verse implicados… y ser aplastados. Y es también toda esta vida bajo tal régimen de hacer “como si no pasara nada” que Nicolás Barral nos hace darnos cuenta de manera sutil e inteligente como son la mayoría de los seres humanos. Hasta que el destino provoca que una vida de un vuelco… Una chispa, un encuentro, basta para ponerlo todo en duda.

Reseña: Star Wars. Sombra de los Sith, de Adam Christopher

Si estás buscando saber cómo Dathan huyó de Exegol, cómo se sentía acerca de su pasado y cómo Miramir entró en escena y su participación en las decisiones y la lucha por la seguridad de su hija, Sombra de los Sith es tu novela. Y si no sabíais nada de nada de los padres de Rey, creo que os acabo de crear una necesidad. Las esperanzas y los sueños de ambos personajes, y los sentimientos de confianza con respecto a la galaxia más grande y más lejana jamás creada, ayudan a que sus decisiones finales y el destino tengan aún más sentido.

Escrita por Adam Christopher, Sombra de los Sith es una de las primeras grandes novelas que explora un momento crucial entre la trilogía original y las secuelas, ya que cubre eventos que salieron a la luz por primera vez en El ascenso de Skywalker con respecto al pasado de Rey. Además, resume varios hilos persistentes que surgieron una vez que se revelaron esos detalles, de una manera entretenida, con buen ritmo y de forma satisfactoria, basándose en otros trabajos pero inyectando contenido nuevo. Crea un pack memorable. Que “asciende” a su propósito. Sombra de los Sith, en cierto modo, se lee como una novela clásica de Legends, pero ampliando la historia de fondo que solo se insinúa en las películas al mismo tiempo que incorpora nuevos elementos. Y para más inri, deja una inmersión más profunda en la narración del pasado de la mejor prota femenina jamás creada de Star Wars.

El ascenso de Skywalker, la historia de fondo, dejó muchas preguntas abiertas que la película no tuvo tiempo de responder o desarrollar completamente. Pero para eso tenemos el Universo Expandido, ¿no? Por eso, Sombra de los Sith se centra en intervenir, desarrollar y suavizar todas esas preguntas. Es lo que Adam Christopher se propuso y, en mi opinión, le salió muy bien. En cuestión, varias cosas: cómo y por qué Ochi de Bestoon no pudo encontrar a Rey a pesar de localizar a sus padres, y terminó en las arenas movedizas de Pasaana. O por qué recuerda haber visto el barco de Ochi volar después de que ella la dejó en Jakku. O por qué sus padres la abandonarían en un lugar tan desolado. Y lo que es más importante, cómo y por qué Lando Calrissian y el maestro jedi Luke Skywalker tampoco la descubrieron nunca residiendo en ella un poder tan concentrado.

La prosa de Adam Christopher no solo es entretenida, genera tensión incluso con personajes cuyo destino ya conocemos. Nunca en la narración se siente que está haciendo todo lo posible por responder las preguntas persistentes, sino que la historia se lee como un conjunto natural de eventos que se desarrollan en dicha época, las decisiones de los personajes y los resultados son razonables y factibles para lo que sucede. Como mencioné antes, a pesar de conocer el final, hay mucha tensión a lo largo del libro, principalmente por el regreso de un personaje de la trilogía Aftermath (Consecuencias). Me encontré disfrutando de estos personajes más que descubriendo la verdad de lo que sucedió. Miramir fue mi personaje favorito de los dos, especialmente, porque sentí que Adam Christopher la escribió no solo pensando en Jody Comer, sino también en Rey, ya que muchos de los rasgos y dones de Rey provienen de su talentosa madre.

Ciertamente disfrutaría explorando más del pasado de Dathan y Miramir, especialmente con algunas bromas sobre el linaje de Miramir, y todo gracias a la vida que Christopher les infunde. Uno de los aspectos más fascinantes de este libro, al menos para mí, era la idea de que conoceríamos a los padres de Rey, cuyos nombres se revelaban como Dathan y Miramir, y descubriríamos su viaje independientemente de su trágico final. No pasó mucho tiempo para ponerme los vellos como escarpias. Creí que nunca sabría lo que sé ahora.