Reseña: Hereje, de Robbie Morrison y Charlie Adlard
Una de las mejores distopías que se pueden leer ahora mismo en formato cómic es Hereje (Heretic), de Robbie Morrison y Charlie Adlard. Y más ahora que sale en nuestro idioma gracias a Planeta Cómic, en formato tapa dura, y cómo he disfrutado de esta aventura donde nos vamos a junto al gran Sherlock Holmes a un misterioso caso al estilo de El Nombre de la Rosa, una oscura y emocionante historia donde se reinterpreta a una de las figuras más fascinantes del Renacimiento.
Una trama que nos lleva a Amberes durante el apogeo del Imperio Español, el cual, como parte de los Países Bajos, es donde la Inquisición Española estaba a tope de power en esos momentos donde servía como una brutal herramienta de subyugación para la población también por estos lares. Y tenemos una historia que se centra en la mentoría de Johann Weyer (autor de la influyente obra Sobre las ilusiones de los demonios y Sobre hechizos y venenos) y Cornelius Agrippa, quien recibe el encargo de los inquisidores de investigar una serie de crímenes blasfemos. Y Weyer, un novato de mirada vivaz y algo ingenuo, es la perspectiva principal, y es a través de su mirada que vemos a Agrippa como un instructor seguro de sí mismo y, a veces, arrogante, en las artes más arcanas. Bien, pues Agrippa, conocido por sus campos de estudio, a menudo controvertidos, como el ocultismo, no era un amigo fácil para la Inquisición, pero su estatus social lo convertía en un blanco difícil para los inquisidores, ávidos de poder, y así es donde la caracterización de Agrippa en esta historia es, en efecto, la de un Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle, solo que con mayor énfasis en la filosofía.
Por eso, me flipó este cómic. Porque con Hereje, Robbie Morrison teje una fascinante historia de misterio y asesinato con los rasgos de una narrativa de ficción histórica. Aunque la trama se precipite hacia un final apresurado en la segunda mitad, en mi opinión, el misterio subyacente es intrigante de principio a fin y los personajes son fascinantes pero dan lugar a bastantes preguntas en el colofón de la historia y no sé si es algo intencionado por seguir con una nueva trama más adelante.
Por otro lado, Charlie Adlard, conocido por su larga trayectoria en The Walking Dead, de Robert Kirkman, aporta una sensación de seriedad con sus ilustraciones. Al igual que en sus trabajos anteriores, Adlard utiliza ilustraciones en blanco y negro con gran efecto, y en Hereje encontramos esto de forma más nítida. Dibujos que recuerdan a las obras de los grandes artistas de terror que adornaron las revistas Warren, como Creepy o Eerie, y esta estética encaja a la perfección con la historia.
Obrita muy recomendable.
No esperaba tal chulada de cómic.