Llegó por fin la tercera y última entrega del famoso recopilatorio de las historias ideadas por el autor español Pepe González para la inmortal Vampirella. Una edición conmemorativa de los mejores números publicados del personaje, después de dos tomos indispensables para los amantes del verdadero cómic pulp. Un integral que contiene veintitrés números que resumen quince tramas y que vieron la luz en aquella oscuridad de los benditos años comiqueros habidos entre 1978 y 1983. Historias que hasta el momento eran casi imposibles de encontrar.
El calor, la sangre en ebullición y terror insondable. Hablamos de la joya de la corona de la Vampirella Magazine. Una obra, un personaje, que llevaba encerrada más de treinta y cinco años en una bóveda lúgubre y aromatizada, y que gracias a estos integrales de Planeta Cómic vuelve a estar disponibles en librerías. Una dulce y atractiva a los ojos morenaza llamada Vampirella que resurge de donde nunca debió irse. Publicadas y desenterradas al otro lado del charco por Dynamite Entertainment, ahora la tenemos aquí y se cierra así la recuperación de esta maravillosa trilogía de buen cómic de Terror.
En este nuevo tomo se recogen historias escalofriantes de la femme fatale por excelencia del cómic de horror. Aderezada con dioses míticos, seres espectrales, pueblos abandonados, tierras baldías y demonios malévolos, donde Vampirella brilla a base de gracia y sensualidad. Por supuesto, gracias a los lápices de todo un grande con fue Pepe González. Un tomo que en su primer ejemplar y segundo se abría con una introducción magistral hacia el personaje de Antoni Guiral, explicando la de problemas que tuvo el personaje para salir adelante con Pepe González, ya que el tío era un fiestero de los buenos y no cumplía plazos de entrega. Un Pepe González, sin embargo, en todo su esplendor, considerado el dibujante que mejor ilustraba chicas de todo el mundo. Así de simple, así de fuerte. De hecho, se decía que todos los dibujantes de la editorial española Toutain y muchos de la Warren, literalmente copiaban los dibujos de este señor que se nos fue en 2009. Un maestro patrio que nunca debemos olvidar, que desarrolló junto a grandes guionistas a la mejor Vampirella de todos los tiempos.
Guiones recopilados en este tomo de cierre, una indispensable edición para el amante del mejor cómic de Terror, que cierra con historias tan inolvidables como La Babosa Bestia de la Balsa del Bellaco, Un Amor Bendecido por el Infierno, Ser una Esposa en la Muerte o Un Festín de Pavor. Entre otras muchas, por supuesto. Y una que no se me va de la cabeza como Los Horrores de Ciudad Amargura, donde el dibujo alcanza cotas insuperables. Grandes guiones ilustrados a cual más brillante en dibujo y trama, aunque siendo sinceros las que se centran en la trama de continuidad basados en la familia Pendragón nunca me molaron mucho. Soy más de ver a este pibón en aventuras independientes, en luchas contra monstruos aberrantes, pueblos perdidos surgidos del averno o en cavernas húmedas enfrentándose a sectas adoradoras de seres abominables que predican con sangre humana.
Pese a leer y amar relatos, libros y cómics de Terror desde que tengo uso de razón, Vampirella fue un reencuentro tardío para mí. Si contempláis de todas-todas la apariencia de la chica natal del planeta Drakulon y la imagináis en una revista en las manos de un niño…, bueno, supongo que entendéis a lo que me refiero. Tenía que luchar contra viento y marea para obtenerlos. Me podía la curiosidad siempre eterna por el mundo de los vampiros. Y más cuando me enteré que Vampirella tuvo su primera aparición en una de esas antologías del dios de las antologías fantásticas como fue Forrest J. Ackerman. Derechos que fueron comprados para los cómics y ahí es donde el personaje despuntó con notoriedad. Los más grandes siempre quisieron dibujar a Vampirella.
Este tercer y último volumen incorpora además toda una selección de portadas que son lienzos en sí mismos, con los que poder decorar los mejores hogares que se precien. El tuyo, el mío, como dice la canción Si nos dejan… Para los que tenemos buen gusto.