Reseña: Murder Falcon, de Daniel Warren Johnson y VVAA

Ese que siempre anda buscando la originalidad en un libro, en un cómic, en un guión, soy yo. It´s me…, como decía la canción. Por eso cuando a mis oídos llegan voces de Murder Falcon y mis ojos twitteros reparan en ilustraciones como las de Daniel Warren Johnson; una especie de hype crece en mi interior. Una bola de nieve que se agranda y agranda, hasta tenerla en mis manos. Para colmo, me entero que Planeta Cómic, siempre al quite con este tipo de obras chulas actuales e independientes del mercado USA, lo recién publica en español. Un tomito genial con los ochos primeros números, que comprenden la primera miniserie al completo. Una historia tan desmesurada como divertida, tan atractiva por su narrativa tensa y emocionante, que uno se pregunta como obras tan chulas han podido pasar tan desapercibidas hasta el momento.

Murder Falcon es una historia sobre monstruos, música y amor. Quién se atreva con ella, disfrutará de una combinación increíblemente satisfactoria con algunos elementos de cyberpunk, steampunk, o una mezcla de cualquier subgénero que toque el tema futurista semi-actual y se salsee con monstruos. Murder Falcon, de Daniel Warren Johnson, es ridículo, exagerado e increíble, uno de esos extraños sandwiches mixtos que nos pedimos en un bar, con un sabor nuevo y que bocado a bocado nos va gustando cada vez más. Es un cómic que celebra la música metal y la cultura que lo acompaña, lo que lleva a una trama que resulta ser al final sorprendentemente dulce y significativa. Algunos que no lean fantástico solo experimentarán una historia de amor y pérdida con un poderoso mensaje sobre cómo superar el dolor. Pero para el 98% de los que estáis leyendo esta reseña, la combinación de estos elementos increíblemente convincentes se convierten al poco en una historia súper entretenida que se puede leer fácilmente en una o dos tardes de piscina. Pues el núcleo de Murder Falcon se centra en una batalla entre seres monstruosos de otra dimensión que invaden la Tierra, esos mismos que son completamente inmunes al armamento tradicional; en cambio, se les opone una banda de metal, cuya música puede impulsar a los héroes con la capacidad de luchar contra esos seres. Esto lleva a batallas enormes de acción ininterrumpida, con demonios atravesados por colmillos de mamuts lanudos gigantes o un halcón que explota y raja aberraciones como quien corta mortadela.

Un nivel de acción tan enorme que lo convierte en una lectura tremendamente adictiva. Sin embargo, Murder Falcon tiene más que ofrecer. Mientras se desarrollan esas batallas, también se desarrolla una historia profundamente personal sobre la pérdida y el autoaislamiento. A medida que se avanza por la lectura, comprendes que el personaje principal, Jake, ha estado sufriendo por algo (no quiero spoilear) y, debido a esto, ha tomado medidas para aislarse de las personas que ama. Esto le hizo perder a su novia, despedir a su banda y entrar en un estado de depresión que le impidió hacer lo que más ama, tocar su música. Pero la vida siempre te da sorpresas (sorpresas te da la vida) y el paso del tiempo (y las hojas) le va ofreciendo a Jake una salida de sus pensamientos más oscuros a través de la música metal, que con el tiempo le permitirá volver a conectarse con las personas que quiere. Un mensaje poderoso que puede parecer demasiado obvio, pero en general sigue siendo muy efectivo.

Por que la vida del ser humano lo es. Por que las historias de amor son así.

Lo que atrapa verdaderamente de esta miniserie es la forma en que se aborda este mensaje. Durante los primeros capítulos, se desconoce por completo la condición de Jake. Hay indicios de que sufre algún tipo de trauma, pero no parece tan complicado. Luego, a medida que avanza la historia, se recibe una información tan fuerte como importante con la que casi te da un vuelco el corazón… por que ya casi “amas” a Jake. Con momentos muy dolorosos para los que hemos sufrido de cerca ese tema, pero también muy emotivos para los que comprendemos que la vida son dos días y hay que vivirla a tope.

Genial, magnífica miniserie, con muy atractivas ilustraciones (siempre me parece sorprendente leer un cómic escrito e ilustrado por la misma persona), elementos que bien trabajados de forma conjunta, dan pie a una obra de arte del cómic independiente.

Maravillosa.