Reseña: Nightwing. Año Uno, de Chuck Dixon, Scott Beatty y McDaniel

Nunca fui muy de Robin y eso lo sabe cantidad de gente que lee cómics y me conoce. Pero también saben (porque aparte también le ha ocurrido a ellos) que nos hemos tenido que ir callando la boca por obritas que nos han ido llegando de este personaje/reinventado. Obras y arcos del personaje que tienen mucho tirón. ¿Qué no es lo mismo Robin que Nightwing ni Nightwing que cada uno de los diferentes Robins? Quizás el alter-ego haya ido cambiando pero objetivamente son todos el mismo… o no. Y en base a ese pensamiento he podido de disfrutar de cómics, cómics como Nightwing: Año Uno, un tomo publicado por ECC Ediciones de lectura más que recomendable. Recopila los números del #101 al #106 de la serie original. Diría que un reinicio inquietante pero que vale, sobre todo, para ver si te gusta, si entras, si decides hacertela, en definitiva, si el nuevo personaje te puede gustar.

Y es que Robin se apresura, llega tarde, para ayudar a Batman a luchar contra Clayface (Cara de Barro), que busca un bebé. Acabando con Clayface, llevándolo a rastras a la nieve, congelándolo. Mientras Batman discute sobre su tardanza, Clayface les apunta con un arma pero… ¿atina? No atina. Y Clayface sale corriendo y Robin lo persigue hasta una alcantarilla. Allí, Clayface casi derrota a Robin, pero es arrastrado por una tubería abierta. Batman devuelve el bebé, que resulta ser el hijo de Clayface, a su madre que… Ufff, spoilers, no. Pero cuando el dúo regresa a la Baticueva, Alfred le tien guardado a Robin un traje. Sin embargo, el Caballero Oscuro reprende a Robin y lo despide por no ser lo suficientemente devoto a sus ordenes. Furioso, se aleja, dejando atrás el traje nuevo. Pero… el inicio de un nuevo personaje acaba de ponerse en marcha. Acaba de nacer Nightwing.

La nueva colección de Nightwing es una mezcla de géneros. Aventuras, intriga e incluso politiqueo. También, obviamente, desarrollo y lucha personal. Aunque por encima de todo es un cómic de superhéroes atractivo, de los que nos engancha a muchos. El origen. Un volumen que tiene unos arcos que son puro entretenimiento asi como algunos momentos geniales y escenas de lucha inolvidables. Desafortunadamente, también tiene algunos momentos más centrados en personajes que, pese a que están bien escritos, no se desarrollan todo lo que deseamos. Un fastidio, pero no un problema, ¿quién dijo que aquí se venía a hablar de villanos?

En el guión de Chuck Dixon y Scott Beatty asistimos a la transformación de Robin en Nightwing con los guionistas de Robin: Año Uno y Batgirl: Año Uno; o sea, que algo puestos en esto de los inicios están. Hay un buen equilibrio entre la acción y la historia, pero la mayor parte de la acción no parece tener mucho peso hasta que se desata el horror y la soledad en uno de los arcos centrales. Parecen aventuras de pijameo normales pero con el paso de las páginas las historias adquieren tal profundidad que incluso diría que se convierte en un cómic muy adulto. ¡El recién bautizado Nightwing sale a la calle por primera vez, pero se necesitará una noche de lucha contra el crimen contra lo peor de Gotham, incluido el Joker, para conquistar la opinión de muchos. Encuentros con el nuevo Robin, Jason Todd, Superman, villanos a cascoporro, las malas influencias del siempre misterioso Black Mask… Saber elegir. A las viñetas Scott McDaniel, uno de los dibujantes fundamentales de la historia de Dick Grayson en solitario.

Un volumen notable.