Reseña: Incidente en Green Round, de Arthur Machen
Muy buena noticia es, que Incidente en Green Round esté por fin publicada en nuestro país. Publicada originalmente en 1933, una novela corta con una idea muy adelantada a su tiempo y la última obra significativa del escritor galés. Un autor que te puede enamorar desde el primer momento en que lo descubras, curiosamente, un autor con la maldición de ser poco visto en librerías pese a su gran poderío para con el fantástico y la originalidad.
Incidente en Green Round goza de un comienzo casi prosaico y muy moderno para cuando se escribió. El protagonista, Hillyers, está de vacaciones en Porth. Es un erudito especializado en obras raras y temas ocultistas, que vive como un ermitaño en la metrópolis de Londres. Casi sin amigos ni contacto con nadie, se dedica a sus estudios nocturnos hasta que, al borde del agotamiento, su médico lo envía a Porth para recuperar la salud mental. Su tratamiento consiste en leer los periódicos a diario y conversar sobre cualquier tema con otras personas, sin importar los malentendidos que pueda provocar su torpeza. Él también adora la soledad de las «Bans», que, de hecho, son frecuentadas por muchos amantes del paisaje solitarios, atraídos por los campos de tomillo silvestre y, en particular, por el «Círculo Verde», una hondonada en las dunas donde uno puede sentirse aislado del mundo. Pero su experiencia en el «Círculo Verde» será muy diferente. A pocos kilómetros del encantador balneario, la gente vive en granjas aisladas en medio de páramos salvajes pero aquí tiene lugar un crimen brutal, y nuestro Hillyers, que nunca ha salido de las dunas, es recibido en el «círculo verde» por una delegación de lugareños que lo acusan vehementemente, junto con un acompañante no identificado…
Un historia con un poderoso trasfondo si sabes leer a un autor que escribía mucho “entre líneas”. Capítulo tras capítulo, en esta novela también, encontramos una serie de densas reflexiones que casi constituyen un testamento espiritual del escritor galés: al comienzo del capítulo tres, una tensa comparación entre los estados mentales del sueño y los que el alma experimentará inmediatamente después, por ejemplo. Pues, si creer en absurdos y contradicciones monstruosas es la señal inequívoca de un sueño y entonces…, ¿qué hacemos entonces cada día? ¿En qué clase de mundo vivimos? ¿Creer o no creer en hadas y elfos? Las dudas del protagonista parecen reflejar las del autor, siempre abierto a ver vestigios de lo oculto en la realidad.
Me encanta desde siempre este autor. Desde que empecé a saber de él en mis tiempos de instituto cuando empecé a indagar en escritores clásicos de terror y varios caminos me llevaron a él. Y debo decir que una de las razones profundas del atractivo de Machen es que, para él, lo fantástico no era solo una forma de expresar metafóricamente la angustia cósmica, como lo fue para Lovecraft y todos los escritores de fantasía posteriores: Machen era un místico y un esoterista cercano a la sociedad secreta Golden Dawn (¡el fundador y satanista Aleister Crowley había incluido las obras de Machen en la lista de lecturas de sus adeptos!), apreciado por Wilde y Stevenson y otros esoteristas como Conan Doyle (el mismísimo padre del racional Sherlock Holmes… criatura a la que intentó repudiar). En aquellos turbulentos años, Machen creía firmemente en lo que escribía. Y la fe que expresó en el El gran dios Pan y El pueblo blanco sigue sin verse sacudida varias decenas de años después.
Una obra de gran riqueza y complejidad, donde, como uno de los protagonistas afirma, no todos los hilos encajan. Se trata de una obra de fantasía meditativa, que incluye un libro maldito… aunque no desempeñe un papel central. Una joya que por fin se encuentra en nuestras librerías y nadie de los que estéis por aquí, debéis perderos.