Reseña: La Cosa del Pantano. Cuentos de la Ciénaga, de Tim Seeley, Tom King, Brian Azzarello, Greg Capullo y VVAA

No voy a descubrir nada a nadie si digo que en verano, con estas calores, tiempos en los que uno apenas quiere pensar en otra cosa que no sea bañarse en piscina o playa, disfrutar (ahora que podemos ) con la familia de buenos ratos de cervecitas, comidas, helados y frutos secos bajo la sombrilla; en estos momentos en los que uno tampoco quiere dejar de leer, se apetecen historias cortas. Por eso hoy os traigo otra antología de historias cortas en formato cómics que recién he disfrutado. Este chulo volumen llamado Cuentos de la Ciénaga, donde podemos encontrar a La Cosa del Pantano dándolo todo.

El otro día me lo preguntaba alguien y curiosamente (esas coincidencias que tiene la vida) yo estaba leyendo Cuentos de la Ciénaga. Me preguntaba por dónde era mejor empezar con el personaje: si por la típica famosa obra de Alan Moore ahora que ECC Ediciones va a sacar un mega-integral de todo, u otra cosa. Fue en el metro, con un chaval con el que me suelo encontrar, que trabaja en RENFE y con el que suelo hablar de cómics. Le dije: «Si no sabes nada del personaje y no estás muy seguro si te va a gustar, antes de gastar pasta libremente, ponte con éste». Por que, sin duda, Cuentos de la Ciénaga es un buen tomito para ello, que está en novedades recientes y que con historias básicas te pone en conocimiento sobre qué es y cómo se comporta La Cosa del Pantano.

Este volumen recopila algunas historias de los últimos años, ya que el pobre Alec Holland no ha tenido una evolución adecuada desde que terminó su cabecera en Los New 52. Abrimos el tomo con La Propagación, una épica historia de Tom King y Jason Fabok, que es dolorosa y hermosa a la vez, de la forma en que solo Tom King sabe hacer. Y os voy a decir una cosa. Deseo con todas mis ganas poder ver a estos dos autores en una serie regular de La Cosa del Pantano algún día. No digo más.

Este cómic-antología recoge historias chulas varias fácilmente entendibles para el que no sepa nada de nada de La Cosa del Pantano. Donde es fácil entender la pena de Alec Holland y donde se puede ver lo “facilón” que es a la hora de enamorarse, especialmente cuando lo comparas con el Winter Especial, la historia del principio. Pero hay otras tramas que llevan a ver el infierno por el que pasa, como la que aporta el gran Tim Seeley. Sin embargo, a día de hoy, aún estoy intentando entender la historia que se marcan los maestros Brian Azzarrello y Greg Capullo. Menuda paranoia. Un amigo me dijo que es una historia que se lee mejor si ignoras los diálogos. Jajaj…

Una colección de historias de Swamp Thing donde en realidad se añaden dos arcos argumentales largos (Cenagal Sangriento y El Efecto del Observador) que nunca había leido pero que también apareció donde las otras en el Swamp Thing Giant norteamericano. Estos arcos me encantan, se centran en el horror, donde creo que se hace fuerte el personaje. Brujas, demonios y la Parca. Donde los malos-malutos solo tienen a su alrededor masas y aberraciones que escupen. Y donde La Cosa del Pantano lo pasa mal de verdad. La mayor parte de tramas de este volumen son historias del guionista Tim Seeley (autor de la magnífica Revival), que aquí suele mostrar a Swampy y a su nueva novia, Briar Woodrue (sensual como pocas damas del bosque), que andan a la caza de un enemigo que hace apariciones en momentos concretos. Las fuerzas oscuras van en aumento -incluso Superman lo siente-, y nadie sabe quién o qué es El Yermo. Pero está filtrando oscuridad al mundo y representa una amenaza para El Verde y todos los demás Reinos Elementales.

Brillante este guión. De lo mejor que he leido en La Cosa del Pantano.

Tales From the Bayou (como se llamó en la edición original) es lo que decía, una antología de guionistas y dibujantes que vale la pena echarle un vistazo a poco que te interese saber del personaje, y más aún si no lo conoces. Una colección de historias breves que presentan a La Cosa del Pantano y donde no hay superhéroes. Aquí se brinda por el horror y por lo sobrenatural.

Con el toque justo de corazón.