Imaginad que tenéis dos amigos que no se conocen entre ellos pero que el día que se conocen hacen una amistad de la ostia. Es eso y poco más la sensación que tengo tras haber descubierto como Minotauro ha dado en el clavo (al menos, conmigo) al traer a nuestro país estas estas novelas basadas en el mundo de Arkham Horror. ¿Me explico? A ver, este que os escribe, aparte de ser un lector tremendamente constante de libros y cómics, es tan polifriki que…, que también le da a los juegos de mesa modernos. Así se les suele llamar para que los no-jugones lo entiendan y no confundan los juegos de mesa que digo con el parchís, Monopoly, Trivial y otros trastos obsoletos. Lo cuento rápido. Ya desde hace unos años (aunque se están poniendo muy de moda ahora), están llegando a nuestro país toda una serie de juegos de mesa (eurogames, ameritrash, fillers…), juegos esta vez sí interesantes para adultos que están abriendo un nuevo mundo de ocio más que interesante. Dentro de esos «ameritrash» o juegos temáticos están los basados en los mundos de Arkham Horror. Contado a groso modo, diseños de juegos en los que poder sumergirte solo o con más jugadores en una aventura con investigación y lucha contra seres monstruosos, esos mismos que tan de moda puso H.P. Lovecraft y otros autores en la antología de relatos Los Mitos de Cthulhu. Aprovecho una linea más de esta parrafada para recomendaros Arkham Horror, Las Mansiones de la Locura y el indispensable Arkham Horror LCG. Los tres pilares de este mundillo aunque existen muchos más. En cuanto pruebes uno, vas a querer más.
Sumergirte en literatura basada en el mundo de Arkham Horror comienza con un estilo elegante en La Ira de N’Kai, de Josh Reynolds. Una trama entretenida y oscura sobre una ladrona de guante blanco que obtiene más de lo que esperaba de un trabajo que se presentaba fácil. Un primer libro de una colección que ya os aviso que Minotauro ha anunciado que al menos, se publicarán dos más en meses venideros. Historias independientes, por supuesto.
La condesa Alessandra Zorzi recibe el encargo de viajar a Arkham, donde se exhibirá una antigua momia recientemente descubierta. La idea es robarla. Pero lo que suena como un trabajo relativamente simple, se complica por la presencia de un investigador de la compañía de seguros que se suscribe a la exhibición y comprensión de hechos paranormales que comienzan a suceder. Más cosas de las que se ven a simple vista tanto en el mundo criminal de Arkham como en su clase alta adinerada… Lo que mola en La Ira de N’Kai es los grandes momentos de tensión que se crean en escenas clave de la historia (algo de lo que puede presumir también los juegos de mesa antes mencionados). Lo que al principio parece estar preparándose como una historia de atraco, se convierte en algo mucho más misterioso, ya que los planes de Alessandra se frustran con la llegada de otros que se llevan a la momia antes de que ella tenga oportunidad de mover un sólo dedo.
El investigador, Abner Whitlock, se establece rápidamente como un antagonista que se obsesiona con Alessandra y persigue sus pasos dificultando así sus movimientos. Pero él solo es uno de sus problemas. Para completar su tarea y apaciguar a su misterioso e infeliz cliente, necesita localizar a los ladrones y volver a robar la momia (quién roba a un ladrón…), cuando de pronto se ve atrapada entre las sospechas de Whitner y las partes rivales que quieren la momia por razones muy diferentes. Bandos que llegarán a donde haya que llegar por conseguir la figura decrépita. Entonces, Alessandra lo ve claro. Todo lo que tiene que hacer es llamar a un viejo amigo, y con la dudosa ayuda de un taxista de Arkham llamado Pepper, llegar a fondo del asunto.
Josh Reynolds crea un personaje icónico. A Alessandra no le faltan sus propias habilidades, fortalezas y experiencia, sin mencionar el revólver que siempre tiene a mano. Es de las que usa su encanto y persuasión cuando es posible, pero no se opone a un poco de violencia si la situación lo requiere. En otras palabras, mola conocerla. Al igual que en los juegos, tenemos aquí una historia, una aventura, un módulo de rol de La Llamada de Cthulhu, una novela, que se disfruta muchísimo. Los sonidos y olores peligrosos de Arkham se palpan. Una ciudad oscura llena de baretos clandestinos, gánsteres, túneles subterráneos y monstruos al acecho. Cine clásico de terror más novela de aventuras. Con suerte, no será la última vez que veremos a la condesa Alessandra Zorzi.
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