Reseña: MARVELS Anotado, de Alex Ross, Kurt Busiek y VVAA

No sé si sois conscientes algunos de lo que es realmente disfrutar de un cómic Marvel. De lo que es…, llevar haciéndolo tantos años y que el gusto no decaiga. Si en algún momento os paráis a pensar fríamente, no es otra cosa que COMER. Tragarnos cosas que nos gustan y muchas de las veces, cuando ya alcanzas un nivel de paciencia (y tienes tiempo), pararte a masticarlo. Eso es el disfrute, eso es apostar por algo que nos gusta: saber de mundos, aventuras, arcos argumentales, historias llenas de actividad… eso es. En definitiva, leer un buen cómic Marvel. Son las reflexiones que me han venido a la mente al terminar esta maravillosa miniserie como es Marvels. Ahora en un volumen, una edición de lujo anotada (Marvels Annotated 1-4, Marvels Epilogue y Marvels 25th Tribute Variants), una maravilla que acaba de publicar Panini Cómics y que recoge desde los orígenes de los superhéroes a la trágica muerte de Gwen Stacy, la llegada de Galactus a la Guerra Kree-Skrull, la irrupción de los mutantes a la boda de Reed Richards y Sue Storm… ¡Los Prodigios están aquí! Todos los números que compusieron la genial serie del siempre maravilloso Alex Ross. Historias modernas con sabor clásico.

Marvels ya entra por los ojos con la enorme portada de mi amado Alex Ross, ese ilustrador primigenio universal el que es llamado Aquel Que Es Capaz de Hacer Real Todo Lo Que Ilustra. Que da paso a una trama donde nos vamos a un mundo donde todas las personas están obteniendo súper poderes y un joven encontrará que el mundo de la heroicidad no es tan bonito como imaginaba. Y es que David ama a los superhéroes, pasa horas jugando con sus favoritos Capitán América, Spider-Man e Iron Man, para disgusto de su familia. Mas, en medio de su sueño de ser un héroe con poderes, el mundo tiene otros planes: un virus misterioso comienza a transformar a los humanos comunes en seres con habilidades especiales y la familia de David decide aislarse y esperar poder sobrevivir a lo que se avecina. No obstante, el virus se apodera de los padres de David cuando este se encuentra al cuidado de su hermana y abuela. El cambio afecta a todos y de diferentes maneras. Su hermana se niega a ser vista y su abuela se está muriendo. A medida que el mundo continúa derrumbándose a su alrededor, David se encuentra en un mundo peligroso lleno de seres que ya poseen lo único que siempre deseó: súper poderes. Un chico que va de un lado para otro con una máscara del Duende Verde…

Todo esto se cuenta en la precuela Marvels X, precuela a su vez de Tierra X, aunque la serie principal la tenemos aquí. Alex Ross mostrando el mundo de los superhéroes a través de los ojos de ciudadanos comunes. Un tema que me interesa muchísimo, de hecho, podría decir que es el tema dentro del pijameo que más me mola. Por eso, una edición de Marvels como nunca has visto, con todo el material creado para el vigesimoquinto aniversario de esta obra maestra. Un emocionante recorrido por los momentos que sirvieron para forjar el Universo Marvel bajo la visión única del fotógrafo Phil Sheldon, es un volumen más que indispensable.

La narrativa de un futuro distópico (no necesariamente nueva), para ver qué sucedía con los superhéroes en un arco donde todo el mundo tenía poderes. Supongo que lo veis: esto no es otra cosa que un modo de convertir a los superhéroes en personas normales. En Marvels, sus creadores Alex Ross y Kurt Busiek, vuelven a juntarse para contarnos cómo ese mundo se hizo pedazos. Una colección de precuelas en realidad que empiezan aquí, con la historia de un joven, una mirada profundamente humana y realista de un joven enamorado de los superhéroes que navega por una realidad donde lo extraordinario se vuelve corriente. Vais a encontrar desde un primer momento en Marvels, una historia bellamente diseñada que recuerda de todas-todas a los cómics de mis queridos años 80. Los personajes son convincentes. La historia tiene un ritmo perfecto y atrae con la promesa de una trama emocionalmente satisfactoria. El mundo que Ross y Busiek han creado para toda la serie me alucina pues tiene ese toque maravilloso y peligroso que gusta de los cómics de antaño. Uno quiere seguir sabiendo de este viaje.

INDISPENSABLE.

Reseña: Eternos. Sólo la Muerte es Eterna, de Kieron Gillen y Esad Ribić

Uno de los cómics, uno de los tomos más chulos en tapa dura que están disponibles para compra/regalo estas fiestas es, sin duda, la edición de lujo de Eternos: Sólo la Muerte es Eterna. La ha publicado este mismo mes Panini Cómics y recoge un arco argumental muy diferente que se ha marcado Kieron Gillen con los héroes de moda ahora en el Universo Marvel.

Eternos: Sólo la Muerte es Eterna, de Kieron Gillen y Esad Ribić es un debut imponente y una introducción perfecta a los superhéroes monumentales de Marvel que tanto están dando que hablar tras la genial peli que se estrenó hace nada. Y es que Gillen y Ribić han aterrizado para visualizar una historia y lo han hecho sobre los hombros de un gigante como fue Jack Kirby, quien creó a estos seres en 1976. En una especie de reinvención de Chariot of the Gods, Los Eternos imagina un mundo donde unos alienígenas llamados Celestiales experimentan en la Tierra con el hombre primitivo, creando dos nuevas razas: los Deviantes de aspecto diabólico y genéticamente inestables, y Los Eternos, seres poderosos e inmortales. Durante más de un millón de años, los Eternos cuidaron a la humanidad y la protegieron de los Deviantes, pero todo no es más que un retardo, un anticipo del final que nos espera. Del juicio final del que solo nos pueden proteger los Celestiales…

Los Eternos se ha convertido en una potente franquicia en ambición desde que Marvel decidiera rescatarla y sacarla adelante de nuevo. Salió una cabecera que fue cancelada a los diecinueve números, pero otros creadores han ido tejiendo nuevas historias a partir de hilos de trama colgantes, y algunas han quedado muy resultonas. Pero la pregunta es: ¿quién puede igualar la visión de Kirby? Los Eternos fueron trasplantados al Universo Marvel con el desafortunado efecto secundario que ahora se sienten tan esenciales como el dedo gordo de una mano. Los Eternos son una rama superior evolucionada de la humanidad. NO SON MUTANTES. MAs bien , una sociedad antigua, genéticamente alterada, que vive en una ciudad separada de la humanidad, pero no son Inhumanos. Son parte del Universo Marvel y, sin embargo, existen aparte de él. Por lo tanto, otra pregunta es: ¿Cuál es exactamente el propósito de Los Eternos?

Si alguien puede deciros algo sobre ello, son estos autores que han trabajado en Sólo la Muerte es Eterna. Pues se trata este tema con cierto trasfondo. Donde una vez más, volvemos a saber de Ikaris, el último Eterno en ser resucitado por la Máquina después de cometer un homicidio masivo contra Los Vengadores (de Jason Aaron), al conocer una verdad impactante sobre su existencia. Páginas que son una introducción rápida y sorprendente a Ikaris y su naturaleza misteriosa, incluso contradictoria respecto a otros Eternos. Pues viven para siempre, excepto cuando mueren, ese tipo de inmortalidad. Y no se metamorfosean más allá de cambiar su forma humana cuando lo deseen. En definitiva, estamos ante una historia que plantea dos casos: Si los Eternos son inmortales, ¿cómo demonios uno de ellos acaba de ser asesinado? ¿Y qué tiene que ver Thanos en todo esto?

En cuanto al dibujo, Ribić hace que lo irreal parezca real con dibujos propios de lienzos. Su arte es singularmente poderoso y perfecto para un cómic que tanto homenajea a ese tipo de escritos sobre mitología. No obstante, una trama que tiene una dinámica curiosa que sigue una extraña corriente subterránea inquietante. Concretamente, me refiero a Sprite que no recuerda el daño que dejó a su paso, pero Ikaris sí. Gillen y Ribić cincelan en un mármol de arquetipos familiares: el héroe rubio y brusco, el líder autoritario, el pequeño tramposo astuto, todo para revelar la carne y la sangre mortal que siguen teniendo en sus cuerpos. Zuras, el primer Eterno barbudo y de cejas pobladas, poderoso, pero en última instancia vulnerable. Ikaris, severo y propenso a fruncir el ceño, pero divertido casi sin quererlo.

Personajes imponentes que se desafían sin hablar.

Ribić y Gillen han creado un fuerte punto de entrada para estos esquivos héroes que ciertos lectores son reticentes a leer. Aunque para algunos otros, ya muy queridos, atractivos e indispensables, en este mundillo comiquero Marvel que nos tiene tan enganchados.