Reseña: Eternos. Sólo la Muerte es Eterna, de Kieron Gillen y Esad Ribić

Uno de los cómics, uno de los tomos más chulos en tapa dura que están disponibles para compra/regalo estas fiestas es, sin duda, la edición de lujo de Eternos: Sólo la Muerte es Eterna. La ha publicado este mismo mes Panini Cómics y recoge un arco argumental muy diferente que se ha marcado Kieron Gillen con los héroes de moda ahora en el Universo Marvel.

Eternos: Sólo la Muerte es Eterna, de Kieron Gillen y Esad Ribić es un debut imponente y una introducción perfecta a los superhéroes monumentales de Marvel que tanto están dando que hablar tras la genial peli que se estrenó hace nada. Y es que Gillen y Ribić han aterrizado para visualizar una historia y lo han hecho sobre los hombros de un gigante como fue Jack Kirby, quien creó a estos seres en 1976. En una especie de reinvención de Chariot of the Gods, Los Eternos imagina un mundo donde unos alienígenas llamados Celestiales experimentan en la Tierra con el hombre primitivo, creando dos nuevas razas: los Deviantes de aspecto diabólico y genéticamente inestables, y Los Eternos, seres poderosos e inmortales. Durante más de un millón de años, los Eternos cuidaron a la humanidad y la protegieron de los Deviantes, pero todo no es más que un retardo, un anticipo del final que nos espera. Del juicio final del que solo nos pueden proteger los Celestiales…

Los Eternos se ha convertido en una potente franquicia en ambición desde que Marvel decidiera rescatarla y sacarla adelante de nuevo. Salió una cabecera que fue cancelada a los diecinueve números, pero otros creadores han ido tejiendo nuevas historias a partir de hilos de trama colgantes, y algunas han quedado muy resultonas. Pero la pregunta es: ¿quién puede igualar la visión de Kirby? Los Eternos fueron trasplantados al Universo Marvel con el desafortunado efecto secundario que ahora se sienten tan esenciales como el dedo gordo de una mano. Los Eternos son una rama superior evolucionada de la humanidad. NO SON MUTANTES. MAs bien , una sociedad antigua, genéticamente alterada, que vive en una ciudad separada de la humanidad, pero no son Inhumanos. Son parte del Universo Marvel y, sin embargo, existen aparte de él. Por lo tanto, otra pregunta es: ¿Cuál es exactamente el propósito de Los Eternos?

Si alguien puede deciros algo sobre ello, son estos autores que han trabajado en Sólo la Muerte es Eterna. Pues se trata este tema con cierto trasfondo. Donde una vez más, volvemos a saber de Ikaris, el último Eterno en ser resucitado por la Máquina después de cometer un homicidio masivo contra Los Vengadores (de Jason Aaron), al conocer una verdad impactante sobre su existencia. Páginas que son una introducción rápida y sorprendente a Ikaris y su naturaleza misteriosa, incluso contradictoria respecto a otros Eternos. Pues viven para siempre, excepto cuando mueren, ese tipo de inmortalidad. Y no se metamorfosean más allá de cambiar su forma humana cuando lo deseen. En definitiva, estamos ante una historia que plantea dos casos: Si los Eternos son inmortales, ¿cómo demonios uno de ellos acaba de ser asesinado? ¿Y qué tiene que ver Thanos en todo esto?

En cuanto al dibujo, Ribić hace que lo irreal parezca real con dibujos propios de lienzos. Su arte es singularmente poderoso y perfecto para un cómic que tanto homenajea a ese tipo de escritos sobre mitología. No obstante, una trama que tiene una dinámica curiosa que sigue una extraña corriente subterránea inquietante. Concretamente, me refiero a Sprite que no recuerda el daño que dejó a su paso, pero Ikaris sí. Gillen y Ribić cincelan en un mármol de arquetipos familiares: el héroe rubio y brusco, el líder autoritario, el pequeño tramposo astuto, todo para revelar la carne y la sangre mortal que siguen teniendo en sus cuerpos. Zuras, el primer Eterno barbudo y de cejas pobladas, poderoso, pero en última instancia vulnerable. Ikaris, severo y propenso a fruncir el ceño, pero divertido casi sin quererlo.

Personajes imponentes que se desafían sin hablar.

Ribić y Gillen han creado un fuerte punto de entrada para estos esquivos héroes que ciertos lectores son reticentes a leer. Aunque para algunos otros, ya muy queridos, atractivos e indispensables, en este mundillo comiquero Marvel que nos tiene tan enganchados.