Reseña: Kraken (Integral), de Jordi Bernet y Antonio Segura

Recuperar obras como Kraken es importante. Súper importante que vuelvan a nuestros días y a las novedades de las librerías especializadas obras de cómic clásicas que tuvieron sus años de gloria en los benditos 80. Entre otras cosas, se supone que somos gente honesta, ¿y qué debe hacer la gente con esta virtud? Homenajear a los grandes, alabar a nuestros paisanos, sobre todo, con tal nivel de maestría y creatividad. Gente que puso el cómic español en cartelera mundial. Editoriales, en este caso, que tienen la consideración de poner nuevamente en la palestra a maestros como Jordi Bernet y Antonio Segura. Dos iconos de nuestro mejor noveno arte. Por eso, van mis aplausos para Editorial DQ que recién publica este integral de Kraken, una de las obras más representativas de Segura y Bernet como tandem, edición que recopila aquella miniserie en el mismo chulo formato en tapa dura que ya hiciera en su día el sello Evolution de Panini Cómics donde los fans del mejor cómic de género negro pudimos conseguir joyitas como Torpedo 1936, Los Relatos o Serie Negra. Y ahora Kraken queda genial en similar formato a esa colección. Eso sin contar el integralazo que se marcaron con HOMBRE.

Todos los relatos de Kraken se desarrollan en un mismo escenario: las cloacas y el inframundo de Metropol, la capital del crimen, la ciudad más corrupta del planeta. En este pozo negro, pútrido, regado sin cesar con desechos humanos, reina una criatura despiadada llamada el Kraken. Se ha creado un grupo de acción clandestino para localizarlo y destruirlo. Estos agentes policiales bastante peculiares y cada uno de su padre y de su madre, saben que no es solo ese “boss-final” el objetivo de la misión, porque las alcantarillas de Metropol también son refugio de forajidos y bandidos de la peor especie. Es decir, el paso, el durante, ya no es nada fácil de cruzar. Y ahora no me digáis que la premisa no es cañera y merece una serie o un film a lo Snyder. Ay Netflix, si me tuvierais de consejero…

Kraken no es la creación de Jordi Bernet más conocida. Lo es, la que os comentaba antes, Torpedo, creada casi doce meses antes, quizás tras el flipe tremendo de aquellos comiqueros de entonces a los que Bernet nos había hecho feliz con tales series. Kraken fue igual de exitosa pero con el detallito del cambio; pues se aleja del género negro para instalarse en esa Ciencia Ficción casi/semi/post-apocalíptica al que algunas ciudades cosmopolitas se ven abocadas. En concreto, una trama o un mundo que le permitió a Antonio Segura evolucionar con sus guiones y tener casi que más liberada sensación de creatividad a la hora de desarrollarlo. Y, sobre todo, una enorme plenitud gráfica donde Jordi Bernet esplende en el registro del fantástico y las historias de anticipación (como se llamaba entonces a la CF). Kraken tiene como protagonista al teniente Dante, un policía que patrulla las alcantarillas de Metropol y ahora va a liderar la caza del monstruo. Una espantosa y formidable aberración que vive en el más profundo corazón de las enormes cloacas de Metropol. Y que como buena historia de Terror apenas se deja ver si no es para que sea tu último momento. Pues este ser mata a los imprudentes que se refugian en estos sucios sumideros: drogadictos, asesinos, vagabundos e indigentes…, pero aun así, la escuadra de acción del teniente Dante intentará acabar con dicho mal. Pero que los sepáis, la obsesión por matar al Kraken, la criatura repugnante nacida de la pestilencia y la basura enconada de la ciudad, moviliza la energía del grupo. El Kraken, una legendaria criatura pútrida nacida de la contaminación y el vicio humano, es la esencia de la escoria de este laberinto que en realidad esconde propósitos mucho más oscuros.

El blanco y negro transcribe maravillosamente la sofocante arquitectura de las alcantarillas. Alien, La Cosa (The Thing)… son películas que se vienen a la cabeza cuando te sumerges en la trama de Metropol. Humor negro a raudales, tiroteos y buenos juegos de palabras, todo vale y es deliciosamente retro y estimulante. Segura escribe giros a menudo sorprendentes y no duda en romper ciertos tópicos. El dibujo vigoroso de Bernet hace maravillas con esa caras de piojosos y detalles de gente desnuda a la que todo se la refanfinfla. Todo muy Mad Max. Sangre, acción, suspense y un poco de magreteo. Lo que molaba en los 80. Década que vuelve a ponerse muy de moda en varios sectores.

Kraken vio la luz, al menos, en tres editoriales. Sinceramente, esperaba que alguien lo trajera de nuevo a nuestros días. Y ha pasado. Por eso, y simplemente por eso, mil gracias a Editorial DQ por la iniciativa. Por favor, que no quede aquí. Hay mucho más por publicar y lo sabemos. Como dijo Bernet sobre Kraken: «Era solo una excusa para contar historias que tenían lugar en un mundo podrido…». Le faltó decir…, como el nuestro.