Reseña: Letanía de los Sueños, de Ari Marmell

¿Te gusta leer libros que expanden el mundo en un videojuego o un juego de mesa? ¿Te gusta cualquier cosa que esté mínimamente relacionada con el maestro-autor-creador-de-mundos H.P. Lovecraft? La verdad es que si aún no estáis en el ajo o no conocéis la colección de libros que está rescatando Minotauro con los libros de Arkham Horror; una serie de libros independientes ambientados en el universo de Arkham, cada uno independiente en tramas y autor; para los que seguís tristes y sin saber nada de nada, no sé a qué estáis esperando…

Letanía de los Sueños (Letany of Dreams), de Ari Marmell, corresponde al libro número diecinueve de la colección en USA y el cuarto libro publicado en nuestro país. Son historias, tramas, novelas que si no tenéis conocimiento previo del mundo de Lovecraft, aun así, también las podréis disfrutar como una novela más de Terror. Cada una de su padre y de su madre, insisto. Pero, ¿qué se cuenta aquí?

Letanía de los Sueños sigue a Elliot en su búsqueda por encontrar a su amigo Chester, quien ha estado desaparecido por algún tiempo. Más que nada porque Elliot sospecha que tiene parte de culpa debido a una investigación que está realizando. Como lingüista, Chester pasaba cada vez más tiempo en la sección oculta de la Biblioteca, estudiando un antiguo artefacto, una piedra llamada Ujaraanni. Con la ayuda de Bill Shiwak, de cuya familia robaron originalmente dicha reliquia, Elliot se encontrará inmerso en una peligrosa búsqueda que tiene como principal objetivo encontrar a su amigo. Y eso que hay una serie de palabras… unas frases que aprendió de Chester…, que no puede quitárselas de la cabeza. ¿Qué es esta letanía que sigue sonando en su mente y para colmo hay otros que también pueden escucharla? ¿Podría haber una conexión entre la letanía de Elliot y la estela de delirios que deja esa piedra quebrada cubierta de escrituras antediluvianas que obsesionó en su día a su amigo? Averiguar las respuestas le conducirá hasta el corazón de un plan diabólico que tiene como fin el resurgir de un antiguo terror.

La variedad de personajes y la parte más oscura de la ciudad expuesta en esta historia es una experiencia única lectora. Me encantó el ritmo del libro así como las conexiones históricas. Letanía de los Sueños se basa en una investigación de lingüistas, tratos ocultos y reliquias antiguas que tienen un poder más allá de la comprensión. Hay una serie de jugadores clave en los eventos que ocurren y casi cada uno de ellos tiene su propia base de conocimientos. Esto me flipó. No hay semejanza alguna entre ellos más allá de su afán por las lenguas. Pero el caso es que la Universidad de Miskatonic ha albergado una enorme tablilla de piedra llamada Ujaraanni en su colección privada sin darse cuenta de su terrible contenido…

Como anécdota, uno de los personajes importantes del libro es Daisy Walker, la bibliotecaria de la Universidad de Miskatonic y uno de los personajes más conocidos del juego Arkham Horror LCG. Aquí, ella quiere ayudar a Elliot, pero las obligaciones morales de involucrarse con personas poco éticas y ladronas, le echa para atrás. Daisy es una persona inteligente y me gustó cómo su conocimiento ayuda a llenar los vacíos sobre la investigación y el curso de acción de Chester. Por otro lado, la ambientación creada para esta historia es asombrosa. Arkham es un lugar peligroso y lo sabemos, sobre todo, los que jugamos a los juegos de mesa que la contienen, pero aquí se siente muy bien ese tono de ciudad siempre oscura y lúgubre. Se muestra muy bien como es un lugar en el que casi nadie quiere vivir. Y los personajes principales, el resto de las personas de la trama, son extrañas, de esas que asustan.

Aprender sobre sociedades secretas que todavía están presentes en la ciudad me hizo preguntarme sobre aquellas partes y sus barrios con los que no todo el mundo interactúa.

Para colmo, tiene un buen final. Y también mola como expone esas teorías sobre el ser humano y su comportamiento cuando se encuentra en la terrible situación de tener que buscar a un ser querido desaparecido. Ari Marmell me ha ganado.