Reseña: Marvel Omnibus. Dinastía de M, de Brian Michael Bendis y Olivier Coipel

Todo-todito-todo de una obra apoteósica, un evento como pocos que juntaba a Los Vengadores y a todo mutante existente dentro del Universo Marvel. Se dice que Dinastía de M es el acontecimiento que cambió para siempre el destino de los mutantes, pero yo diría que incluso también a todas las series posteriores que fueron brotando en La Casa de las Ideas. Los Vengadores y La Patrulla-X haciendo frente a un enemigo común, un enemigo que desatado, podría acabar con nuestro mundo pero también un ser, una persona que todos conocemos como es Wanda Maximoff. Sí friends, a nuestra querida Bruja Escarlata se le está yendo la pinza. Una de las sagas de Marvel que más he recomendado por originalidad en los últimos tiempos (y tras releerla lo corroboro). Creo que ninguno de los que andáis por aquí queréis perderse esta joya y menos en un formato Marvel Omnibus como la acaba de sacar al mercado Panini Cómics. Una edición digna de las mejores cómictecas.

Y eso que como sabéis no soy muy de mutantes. Pero eso no quita que tenga que rendirme a la evidencia cuando un macro-evento está bien hecho, con argumentos entrelazados muy bien entretejidos, una historia que impacta. Y aunque no fuera de mutantes tenía que leerlo todo y todo de un tirón tal como este tochal propone. Porque soy de pijameo desde que tengo uso de razón y el jamón de cinco jotas le gusta a todo el mundo. Dinastía de M, se puede decir que es una de las aventuras más chulas para todos los que tenemos reciente en nuestras cabezas todo el buen UCM (Universo Cinematográfico Marvel) creado y al que volvemos cada poco revisitando pelis y series. Es una trama de las más interesantes y de las que curiosamente se ha “picado” poco a la hora de los brainstormings hechos para los films. Obviamente, esto era así hasta que enero de 2021 se estrenó en Disney + la serie de WandaVision. Donde vimos un argumento parecido aunque no exactamente igual. Pero la idea central de Dinastía de M, sí. Los cómics que conforman Dinastía de M, todos los cuales se reúnen en este Marvel Omnibus (House of M 1-8, Spider-Man House of M 1-5, Fantastic Four House of M 1-3, Black Panther 7, Wolverine 33-35, Iron Man House of M 1-3, Captain America 10, The Pulse 10, The Pulse: House of M Special y House of M Sketchbook). Juntos forman un todo. Y todo -valga la redundancia- parten de los ocho primeros numeritos que fueron, en realidad, la potente miniserie. Un arco que todo el mundo debería leer, al menos, una vez en la vida y no solo leer, a poco que seas marvelita, TENER. De ahí que sea obvio que Panini Cómics la incluyera en su colección Must-Have.

Dinastía de M es Brian Michael Bendis en todo su esplendor, aportando un argumento que tiene una potencia enorme. La historia en la que se le va la pinza a Bruja Escarlata una cosa mala. ¿Cómo? Os pongo en situación: Wanda Maximoff, también conocida como la Bruja Escarlata, vive en la devastada isla de Genosha bajo el cuidado del Profesor Charles Xavier y su padre Magneto (sí, su padre). El Profesor X le informa a Magneto que sus poderes telepáticos ya no son suficientes para frenar las habilidades de deformación de la realidad que Wanda no para de crear una y otra vez. Y se debe encontrar una solución. Magneto se limita a culparse a sí mismo por retorcer la mente de sus hijos con sus propias ambiciones. Xavier lo que hace es organizar una reunión con Los Vengadores, La Patrulla X y varios héroes que transitan constantemente la Torre de los Vengadores. ¿La idea? Debatir el destino de Wanda Maximoff. Y es la radical Emma Frost (una ex-villana y ahora heroína, telépata capaz de transformar su cuerpo en diamante orgánico) la que concluye que matar a Wanda es la única forma de acabar con su magia destructiva. El Capitán América argumenta que el grupo debería buscar métodos alternativos para lidiar con Wanda, incluida la supresión de sus poderes y su locura. Los X-Men argumentan que si se corre la voz de que un mutante con la capacidad de cambiar la realidad se vuelve loco, las relaciones entre humanos y mutantes se convertirán en una guerra. A medida que avanza la conversación, el Profesor X revela que le pidió ayuda al Doctor Extraño. Pero aunque lo intentaron, ninguno fue lo suficientemente fuerte para combatir su magia. Sorprendentemente, Lobezno dice que no hay otra: Wanda debe ser asesinada.

Si no sabías del argumento, quedas impactado. Y no me extraña. Es súper potente. La idea de Bendis rápidamente derivó en una serie de sucesos que aún a día de hoy continúan afectando a tramas y cabeceras de Marvel. Quizás algún día veamos esta idea completamente llevada a la gran pantalla.

O no.

¡Feliz Día de la Independencia a mis paisanos!

Reseña: Merry X-Men – Calendario de Adviento, de Chris Claremont, Charles Soule, Cullen Bunn y VVAA

Cómics interesantes para épocas ideales. Jamás pensé que podría reseñar un cómic así. Aunque de ideas originales sabemos que los guionistas de La Casa de las Ideas andan un poco sobrados a veces. Y es que estamos en esa época del año otra vez; las personas se vuelven locas por meterse en un lugar calentito para un pastel y una taza de café, a otras se les va la pinza gastando dinero en comida y regalos para la familia, y otras solo necesitan para estar a gusto, acurrucarse en el sofá con su ser querido. En resumen, es la temporada de vacaciones de finales de año. Al igual que la mayoría de las compañías de medios, Marvel tampoco evita la posibilidad de que lo pasemos bien leyendo algo acorde a los días que actualmente transitamos.

Y así llega Patrulla-X Especial Navidad o Merry X-Men – Calendario de Adviento. Un especial algo diferente. Un tomo en el que cada página de la historia (salvo el capítulo final), se cuenta en tiempo real y cada página es un día en el siempre maravilloso mes de diciembre. Esto permite más de una docena de historias diferentes y lo que mola es, que están llevadas por equipos creativos diferentes.

Merry X-Men – Calendario de Adviento se centra, sobre todo, en Júbilo y su hijo Shogo. Nuestra mutante intentará llevar a su hijo a Hawái en dichas fiestas tal como hacen muchos norteamericanos que prefieren playa y sol, a la nieve invernal. Lo que deparará en una serie de eventos increíblemente divertidos con robots, explosiones, luchas en las alturas en abundancia, todo durante un mes de diciembre bastante movidito. A groso modo, ese es el resumen y no deseo contar más pues estamos ante un tomo que en general, con poco que cuente, mucho desvelo.

La cuestión es que todo tipo de creadores, conocedores de La Patrulla-X, se han reunido para sacar adelante un cómic ideal (y que siempre lo será) para devorar en la estación navideña. Y no unos cualquieras, hablamos de los maestros Chris Claremont, Charles Soule, Cullen Bunn y Kelly Thompson, entre muchos otros que aunque no son tan consagrados, sí que reúnen un enorme talento como para estar presentes en un volumen así. Lo que incluye además ilustradores muy a tener en cuenta a día de hoy como Terry y Rachel Dodson, Chris Sotomayor, Carlos López y David López, entre una docena de artistas más.

En Merry X-Men – Calendario de Adviento hay suficientes momentos de personajes y chistes sobre los X-Men como para complacer al fan más puntero del reino mutante. Incluso al fanático del cómic más hastiado le gustará este soplo de aire fresco por que no es lo qué se cuenta, sino cómo se cuenta. Y bueno, no sé si me he explicado bien, pero hago constar que no sólo está la historia de Júbilo y su peque, está también la del enfrentamiento entre Santa Claus y la traviesa Domino, la trama de los Braddocks en Navidad y la “reunión” de Brian y Betsy, Gabby rastreando a Santa buscando alegría y conexión familiar, varios X-Men recordando aquella vez que Bobby la lió, Hank en su apariencia mutada capturando la melancolía y la soledad de volver a casa con una familia que puede quererle… Y más. Bastante más.

En definitiva, una obra bastante divertida y bien dibujada para disfrutar estas vacaciones. ¡Felices Fiestas a todos!

Reseña: 100% Marvel HC. El Castigador: Zona de Guerra, de Chuck Dixon, John Romita Jr. y Mike Harris

Interminables alabanzas para definir esto de tener en un sólo tomo una serie al completo. En un solo volumen portable donde quiera que vaya, una maravilla que poder llevar bajo el brazo para degustar y abstraerse en cualquier lugar posible. La Maravillosa Época de los Integrales que estamos viviendo y que en el futuro recordaremos, o se recordará, como años dorados de publicaciones en papel. Como si no hubiera un mañana.

El Castigador: Zona de Guerra es una serie publicada por Marvel Comics donde vais a ver a The Punisher dándolo todo. Tramas que fueron escritas y dibujadas por varios artistas en un total de cuarenta y un números, pero donde esplende por encima de todo el inicio llevado a cabo en 1992; guionizada por Chuck Dixon, y con un John Romita Jr. pletórico a los lápices. El Castigador: Zona de Guerra está considerada la tercera serie más popular entre los aficionados, pero ya sabéis como es esto, para gustos los colores. En mi caso, leerla de un tirón así, ahora, y con la madurez que uno tiene en estos momentos, os juro que ha hecho tambalear mis dos altas posiciones que ostentaban Punisher Max y Diario de Guerra. Y no es para asustarse, se dice que con Zona de Guerra, el personaje llega a marcar en los 90s su máximo pico de explotación y popularidad.

Los seis primeros números comprenden un arco argumental. Con el trasfondo común de lo obvio: la guerra contra el crimen de Frank Castle como El Castigador convierte el Universo Marvel en una zona de guerra. Donde al abrir el tomo nos damos de bruces con un enfrentamiento: un oficial de policía recibió un disparo y un pintilla utiliza a otra poli como escudo humano. The Punisher le dispara y ella puede correr a auxiliar al otro agente. Mientras tanto El Castigador ejecuta al pintilla. Pero ella trata de arrestarlo y él, tranquilamente, le dice que haga lo que crea correcto. Y al no hacer ningún esfuerzo por detenerlo, se va. Comienzan a desatarse entonces toda una serie de crimenes violentos por la ciudad. Un colombiano herido se encuentra con sus superiores y les explica una reciente masacre. Frank Castle empieza a sospechar que su compañero Micro tiene un problema con la mafia. Noches después, desaparece. En una de sus salidas, Frank intercepta un robo de uno de los lavaderos de dinero que usan las Tríadas y los mata a todos, excepto a uno, que se niega a dar información. El Castigador lo tortura con una paleta, un trozo de carne y un soplete (hay que verlo). Pero todos los caminos parecen llevar al denominado Shotgun, que ha empezado a gobernar la gran ciudad de la noche a la mañana. Y cuando los jefes de reclutamiento policial empiezan a requerir gente, Mickey dice que tiene a un primo de Kansas ideal para el trabajo: Johnny Tower (El Castigador, encubierto) que va de todas-todas a por ese Shotgun…

Lo siguiente es que Rosalie se molesta porque las familias de la mafia se están reuniendo sin ella. Uno de los cabecillas le dice que debería irse a casa y llorar la muerte de su padre, tío y prometido. Ella argumenta que nació en La Familia y ha estado al lado de su padre desde que era pequeña. La mayoría alegan que no van a trabajar para una mujer. Ella ordena a sus chicos que lo maten. Después del altercado, se elige a sí misma como nuevo jefe y les da a todos su primer mandamiento: ¡Quiere a El Castigador muerto! Para asegurarse, Rosalie se reúne con Los 7 Asesinos y les explica los términos. Todos tienen puesto el ojo en The Punisher después de esa famosa recompensa de cinco millones de dólares.

Caña de la buena.

Ciertos desconocidos creen que cuando recomiendo algo con ansia, con tanto ímpetu, es por que soy así de entusiasmista, de forofo, de influencer… Es en esos momentos cuando les recuerdo (mi madre decía: «Tienes tan buena memoria, de lo rencoroso que eres».), les recuerdo a esa gente sin fe, que El Castigador: Zona de Guerra es una jodida maravilla.