Reseña: La Casa del Diablo, de José Ortiz, John Wagner y Alan Grant

Isla de Nabumbu sigue recopilando joyitas del cómic clásico para su catálogo. Joyitas que ningún aficionado al cómic fantástico se debería perder. Grandes maestros, nuevamente traídos a la palestra de novedades, títulos a cual más apetecible. La última sorpresa ha sido La Casa del Diablo (The House of Daemon), obra que se sacaron de la manga el maestro Alan Grant, John Wagner y nuestro paisano con el don de la ilustración como es José Ortiz. Uno de los cómics favoritos para el fan y que ya tocaba reeditar. Con un argumento sencillo, en principio, una historia de Terror que es maravillosa en todos los aspectos, pues en La Casa del Diablo, Elliot Aldrich ha construido una casa de ensueño para su chica. Pero un sueño que termina por convertirse en pesadilla para todos.

Elliot con su esposa Cassandra y algunos valientes trabajadores y parapsicólogos contratados terminan por quedar atrapados en esta retorcida mansión del terror. El Diablo (Daemon) hace lo que quiere dentro de ella, una casa de la que nunca les permitirá escapar…

¿Qué tenemos? Una impresionante obra para mí que conocí por primera vez en su publicación de New Eagle allá por finales de 1982. Y si no fue ahí mi primera lectura, recuerdo que esa edición sí que la tuve un tiempo en mi poder. Aunque es de esos cómics que se perdieron con el tiempo en mi vida y no sé donde acabó entre tanta mudanza. Así que imaginad mi sorpresa cuando vi que Isla de Nabumbu lo sacaba de nuevo y en una nueva edición en español. Una historia magníficamente escrita por Alan Grant y John Wagner, acompañada del arte incomparable del maestro español José Ortiz. Y es que no me canso de repetirlo y todo porque es sorprendente la calidad creativa que se reúne en este cómic. Donde Grant y Wagner dan cuerpo a todos los personajes de manera efectiva, no solo brindándonos una gran acción y aventura, sino también fuertes heroínas femeninas; una rareza en la mayoría de los cómics británicos “para niños” de aquellos años. La historia no trata de una simple posesión demoníaca. Más bien de una infestación. Una fuerza maligna mucho más aterradora y aparentemente imparable que se ha hecho con «la realidad» de los presentes. Y la batalla. Escenas que os dejarán boquiabiertos por como están diseñadas desde la primera hasta la última página.

Si deseáis sentaros a saborear buen cómic de Terror, con un trabajo creativo, asombroso, detrás, esta debería ser una de vuestras opciones en este momento. Y quizás, en cualquiera de los momentos lectores de los que dispongáis. Un buen cómic de Terror, una buena historia, siempre-siempre es un cóctel que se disfruta. Recordad que el primer sentimiento del ser humano, aquel que sintió y le inquietó por primera vez, tiene el poder de atrapar a todo aquel que se expone. En vosotros está querer más o no. O de forma más culta, lo que dijo el maestro H.P. Lovecraft:

La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo,

y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido.

La Casa del Diablo es un clásico cómic británico de terror verdaderamente escalofriante. Pasa rápidamente de ser una historia de casa embrujada al mundo de las pesadillas cuando los Aldrich y los que les rodean se sumergen en un aterrador paisaje de ensueño. Con un ente que no puede existir sin hacer el Mal.

Reseña: Las Mil Caras de Jack el Destripador, de Antonio Segura y José Ortíz

Lo decía el otro día en redes sociales. Menuda recuperación de órdago que se acaba de marcar la cada vez más recomendable editorial Isla de Nabumbu con la publicación/reedición en un genial álbum de tapa dura de Las Mil Caras de Jack el Destripador. La tan alabada obra de Antonio Segura y José Ortiz imposible de tener y gozar en un genial formato como el comentado… hasta ahora. Como bien alega la editorial y su principal representante el amigo Javier Alcázar; libros y tebeos hechos con cariño, cómics que nunca pensaste volver a ver editados con calidad, recuperación de autores olvidados, libros necesarios aunque minoritarios, la esperanza del neopulp hispano… y mucho más. Rescatados muchos, obras indispensables como todo lo publicado de Auraleón…, añadiría yo.

Y ahora un glorioso cómic de Terror con el que babear un poquito ahora que se puede conseguir en librerías y en su web. Las Mil Caras de Jack el Destripador, una colección de historias magníficas. Y es que a uno le da un subidón de narices siempre que puede ponerse con otra colaboración de dos grandes maestros del noveno arte como fueron José Ortiz y Antonio Segura. Y más cuando hablamos de una mini colección de historias de Jack el Destripador con muchas ilustraciones que son dignas de cuadros. Con una premisa que fue más que sorprendente para mí pues, a partir de la locura asesina de Jack, nuestro aterrador protagonista se expande en otros personajes como si los poseyera. Una psicosis común en otros tantos asesinos, que los autores llamaron Jack para hacer a los personajes más «encantadores» si podemos decirlo así.

Todas estas pequeñas historias tienen lugar en Londres durante un período de veinte años. Donde se rememora muy bien ese desconocimiento, ese halo de misterio que siempre debe llevar la sombra de Jack el Destripador consigo mismo. Es entonces cuando Ortiz y Segura nos acercan, nos llevan de la mano, a nuevos crímenes a través de otros rostros, seres perdidos, que pasaron a la historia del delito mediante la fama de este ser abominable que hizo los indescriptible con algunas de sus víctimas…

Jack está súper bien representado. Tiene un aire a Drácula tremendo desde la portada hasta sus escasas apariciones “reales” en viñeta. Tiene aire a ese tipo de persona que hemos visto alguna vez gobernado por las arrugas, casi decrépito, a ese tipo que va de vuelta en la vida y opta por la muerte como diversión. La muerte de los demás, por supuesto. Otra de las muchas cosas que me gustaron del cómic es que presenta una teoría sobre el personaje-mito-realidad que podría sostenerse bastante bien y explicar muchas cosas, en especial, la razón por la que los cuerpos de seguridad nunca lo hemos podido atrapar ni identificar en todos estos años.

Para más inri o para más acercamiento al horror y al acecho que muestran cada una de las historias, los ambientes son oscuros. El nivel de vida social y la miseria están bien representados, los barrios-bajos también y lo mismo ocurre con la mentalidad inglesa que quería que el asesino no fuese inglés, porque eso sería imposible, ¿no? Los piratas estos siempre igual… El hilo de las tramas que siguen son, por supuesto, los diferentes asesinatos cometidos no por uno, sino por varias personas que se hacen llamar Jack y que matan de todas las formas posibles e imaginables, sin que sea necesario abordar esa fama del Destripador, ese rumor tan trillado de que sólo iba a por prostitutas. Aquí, sin sexismo, sin selección, esta esencia del Mal le quita la vida a todo lo que le rodea. El asesino, el destroza-alamas tiene mil caras, mil motivos, mil víctimas. Y entre los guiños gráficos podemos encontrar dos referencias (o yo encontré sólo esas dos) en algunos de los asesinatos narrados donde se puede reconocer a un tipo que viste un abrigo largo gabardinero que diría que se apellida Lee… y otro que, sin duda, tiene toda la pinta de Boris Karloff en La sombra de Frankenstein.

¿Lectura en blanco y negro? No es la primera vez que digo que ciertos dibujos o mejor dicho ilustradores se magnifican con el uso del b/n. Y sé que a cierto tipo de gente no le gusta, que si es antiguo, que si los ojos sufren, los modernitos que detestan las cosas sin antes probar. Lo diré una y mil veces: dependerá del trazo, del dibujante y su don. A lo quisquilloso que sea, sobre todo, el ilustrador con los detalles. Si lo maneja a la perfección, el dibujo se encumbrará, cuando lo normal es que en blanco y negro pierda. Ahí está la magnífica labor de José Ortíz, su don, capaz de hacer maravillas de este tipo como hizo con su gran obra Hombre.

Grandes historias cortas de las que al terminar quieres más. Una más. Y otra. Otra más, camarero, por favor. ¡Qué no me voy todavía! Patatas fritas con ketchup, tinto de verano, el horror más puramente logrado por dos de los grandes maestros comiqueros de la historia de nuestro país.

Reseña: El Taxidermista y Otras Histerias Macabras, de SantiPérez

La recuperación de los grandes cómics españoles, y de españoles, grandes historias que gozan de ilustradores muchos mundialmente conocidos, a todo eso y más está dedicando sus labores Isla de Nabumbu. No hay que ser muy listos para ver que su editor es un enamorado de esas grandes publicaciones que Toutain Editor se marcó en nuestro país. Un lugar, una casa encantada con miles de rincones, una caja de Pandora de donde se pueden extraer grandes relatos de Terror, Fantasía y Ciencia Ficción. Insisto, con grandes autores que si somos honrados y humildes deberíamos homenajear, rememorar, casi cada día. Porque el olvido es la muerte del hombre, el olvido es la muerta certera del maestro, del ser humano que una vez fue. El olvido es el Terror de muchos y es el dolor de unos pocos. Una época en la que fuimos muy grandes una vez.

SantiPérez es de esos maestros que Isla de Nabumbu rescata del olvido. Tras Autraleón y otros tantos (y muchos más que están por venir, estoy seguro), ahora le toca el turno a un autor que sorprendió a todos por su llegada pronta al mundo del cómic de élite. El Taxidermista y otras histerias macabras no es otra cosa que una genial antología de grandes guiones e ilustraciones de SantiPérez realizadas muchas para Toutain en los 90s. Ya sabéis, aquellas revistas que fueron “crème de la crème” en USA pero sobre todo en nuestro país. Revistas joyitas que siempre alabaré como Creepy, Zona 84, Dossier Negro, Comix Internacional… No obstante, los relatos aquí recogidos solo vieron la luz en la primera y en la última. Pero además se incluyen historietas inéditas, bocetos, comentarios del autor y un portadón digno de enmarcar. Tal como dicen ciertas menciones, el talento de SantiPérez es capaz de alumbrar a muertos que regresan de la tumba, relaciones de pareja morbosas, familias disfuncionales con asesinatos de por medio, muñecos vivientes con celos patológicos… Todo ello reflejado con exquisita brillantez con un estilo clásico y moderno a la vez. Pero lo que más me gusta de todo esto es que SantiPérez sigue muy activo en el sector. Ha trabajado en IDW, Norma Editorial, con Diábolo Ediciones ha hecho «cositas»…, sigue siendo un tío de Estudio, como digo yo. Y eso siempre es una buena noticia. Que grandes autores de la extinta Toutain sigan dando caña no es otra cosa que sinónimo de calidad para el mundillo que más nos gusta. Y para la ocasión, para disfrutar con otro buen álbum que, sin duda, os recomiendo ya como compra para este Halloween; Isla de Nabumbu edita este tomo de historietas que vieron la luz entre 1990 y 1993. Casi noventa páginas en las que perderte en historias de horror con saber a clásico que la editorial ha escaneado de los originales, retocado y vuelto a rotular, además de utilizar papel de alta calidad para ello.

Migas es la historieta más corta, la primera que hizo profesionalmente el autor. Un tiro al corazón. Accidente Laboral, se hizo para un concurso de dibujo de instituto. Los profesores llamaron al autor para ver si tenía problemas en casa… Puppet (en color), consiguió el primer premio de ese concurso. Amigos hasta la muerte, es la historia más larga, con más enjundia, digna de film. El Taxidermista, es la historia con la que entró a formar parte de Toutain y se publicó en un especial de Zona 84/ TOTEM. Jack el Moroso, con trama a lo América profunda, se publicó en el número #2 de Creepy. La Mirada, en el #4. Sígame, Padre en el #11 y cuenta la historia de una mujer que recurre al cura de su pueblo para que vaya a ver a su marido que lo tiene encadenado en el sótano… Accidente Doméstico, es una historia que os pondrá los pelos de punta a los que tengáis hijos pequeños. Merrie Melodies (en color también), os mostrará los peligros de estar enganchado a la TV. Y Valle Paraíso es una trama en dos partes, que os va a dejar con ganas de más. De saber más. Aunque temerosos de lo que pueda ocurrir. Recordaros también que el editor Javier Alcázar aporta un artículo al principio del volumen, en el que nos pone al día del autor y su obra.

Y ahora, tal como menciona el propio autor en un apartado que me encanta que se aporte en la antologías (allí donde se menciona de dónde procede o parte la idea de tal y cual relato), este álbum podría haberse titulado Historias para concursos… Pero la cuestión no es esa. Es si estamos ante un volumen recomendable o no. Y, sinceramente, creo que tanta obviedad puede llegar a molestar.

Reseña: Mata Hari, de Marika Vila y Andreu Martín

No sólo alabo el trabajo de editoriales grandes por su poderío a poder rescatar obras que te gustaron en su día. Existe un porcentaje menor – pero no menos digno-, de pequeñas editoriales que se engrandecen con títulos o rescates de títulos que jamás pensabas volver a ver disponibles en librerías. Hablando de cómic, de aquel gran cómic nacional que tuvimos en este país en su día, una editorial cada vez más distinguida como Isla de Nabumbu ya tiene en su haber sendos títulos como Caos y Viaje al Infierno de los maestros Echevarría y Auraleón. Y ahora recién calentito nos trae la tan atractiva a los ojos (gracias a los lápices de la inconmensurable Marika Vila), Mata-Hari. Una recreación maravillosa de la famosa bailarina, cortesana y sobre todo, espía neerlandesa que con su danzas brahmánicas y orientales triunfó en la Europa de principios del siglo XX, durante la Primera Guerra Mundial, realizando «labores intermediarias» a favor del por entonces esplendoroso Imperio Austro-Húngaro.

Siguiendo la estela de recuperar grandes obras, Isla de Nabumbu publica esta joya de cómic en tapa dura, un álbum que es un deleite se mire por donde se mire. Con el gran Andreu Martín dándolo todo (novelista, guionista de cómic y cine español, especializado en novela negra y novela infantil y juvenil) y la gran Marika Vila (prolífica ilustradora, historietista, dibujante, coordinadora editorial, articulista y autora, cuya obra si no conocéis ya tardáis); un enorme trabajo de ambos, haciendo lo que mejor saben hacer. O que hicieron, mejor dicho. Pues este tesoro rescatado no es una obra nueva precisamente, sino una recuperación de la historieta publicada en la grandiosa revista Totem, donde en su día disfrutamos de grandes trabajos allá por los 70s y 80s.

Y es cierto que, son pocos los nombres femeninos que destacaron en la viñeta en aquellos años. Pero sin duda uno de los más importantes fue el de Marika Vila, una pionera que abrió camino a la mujer en este sector y cuya obra Mata Hari vuelve a estar entre nosotros. De hecho, el volumen abre con un prólogo de la propia Marika Vila exponiendo como fue “descubrir, buscar el coraje y mostrar» el trabajo de esas mujeres que «han sido y son valientes», como la famosa espía. Tenemos así, una historia que fue publicada de forma serializada en la revista Totem y con un enorme valor. Pero Andreu Martín, también aporta su visión de los hechos con otra introducción en donde aclara un curioso comentario reconociendo que cuando Marika Vila le propuso la historia para que él la guionizara, en ese momento, él no tenía ni idea de quién era Margaretha Geertruida Zelle, alias Mata Hari. Y confiesa que tan solo un año después ya se había convertido en coleccionista de libros sobre la espía.

¿Qué encontramos en Mata Hari? Se podría decir que una o quizás de las muchas situaciones por las que debió pasar o aventurarse la espía favorita de muchos historiadores. Tanto la prostituta que se enfrenta a sus clientes como la espía que trabaja para la Triple Alianza haciendo lo que haya que hacer, como la guerrera que facilita muertes por el bien de su guerra. Una mujer sin miramientos inmersa en una tentación malévola de forma voluntaria y consciente, que utiliza el dolo como su horizonte. Mujeres valientes en definitiva, como enfatiza Vila en su prólogo pues: «Todas sabemos que ser mujer significa arriesgarse a serlo en la dificultad». Además, en este tomo, también se incluye material extra que corresponde a la colaboración de la dibujante catalana (Barcelona, 1949) con Felipe Hernández Cava, con quien comenzó su andadura como autora en el Colectivo de la Historieta. Dos historietas como Circe y Devil-idad, donde también encontraremos gajes del ser femenino y su poderosa hipersensibilidad.

La Mata Hari real fue detenida por las fuerzas francesas, declarada culpable de espionaje y traición, condenada a muerte y ejecutada por fusilamiento el 15 de octubre de 1917. La palabra «matahari» proviene del idioma malayo y significa Ojo del Día. Tenemos aquí, una obra maravillosa que tiene el poder de instalar en tu mente a un personaje icónico que Martika Vila decidió dibujar pelirroja, de grandes ojos azules y silueta deseable que transmite pasión a todo el que la conoce.

Para enmarcar.