Reseña: ¿Habéis oído lo que ha hecho Eddie Gein?, de Harold Schechter y Eric Powell

Siendo un estudioso de criminología, fijaos si no me iba a interesar leer y reseñar ¿Habéis oído lo que ha hecho Eddie Gein?, un cómic donde uno de los grandes en el campo de la literatura sobre crímenes reales, Harold Schechter, se une al siempre genial Eric Powell, para traernos la historia de Ed Gein. Uno de los asesinos más trastornados de la historia estadounidense que inspiró películas como Psicosis, La matanza de Texas o El silencio de los corderos. Susodicho que recuerdo era un referente constante en el posgrado de Criminología que tuve ocasión de dar en su día.

Un cómic que publicó en USA la editorial Dark Horse y que Panini Cómics trae por estos lares recopilada en un solo tomo, como debe ser. Los serial killers, un mundo tan apasionante como aterrador. Lo peor del ser humano en su máxima expresión. Y expuesto a estudio. Y aunque no son un fenómeno únicamente estadounidense, que duda cabe que ellos le han dado la fama que tienen y el sobrenombre para estudio en documentos penales y de investigación. Las series y pelis han ayudado, por supuesto. Pero es un tema que es casi una obsesión únicamente estadounidense. La de libros y programas de TV que salen al año es tremendo. Nada de elucubrar sobre asesinatos en masa, guerras… un ser humano matando a víctimas concretas, en casos concretos, e intentando seguir siempre el mismo modus operandi. Eso vende que te cagas.

Gein siempre fue un caso fascinante. En términos de conteo de cadáveres (que a la people es lo que le atrae) fue prácticamente una decepción, contando apenas dos asesinatos. Pero los sombríos detalles de la casa de los horrores que habitaba en el pequeño y anodino Plainfield son los que lo convirtieron en uno de los maníacos más notorios del país de mis amores. Y su entorno llevó a muchos artistas a inspirarse para asesinos ficticios de su creación. Y lo que hizo o hacía. Pues Gein cosió trajes con pieles de cadáveres, hizo un cinturón con pezones, comió en un cuenco hecho con la parte superior de un cráneo y realizó una letanía de horrores dignos de La matanza de Texas. Se convirtió en el psicópata estadounidense por excelencia, por no decir del mundo. Y aunque indagas o estudias la historia y encuentras otras aberraciones peores del ser humano, ya sabéis como somos los norteamericanos, provocamos un frenesí mediático casi con cualquier cosa.

Ed Gein el solitario, tocado del ala, el pirado, el lunático, Eddie fue arrestado a finales de 1957, un hecho en sí mismo un tanto sorprendente porque a muchos puede parecerle que sucedió mucho antes. Al leer ¿Habéis oído lo que ha hecho Eddie Gein?, es fácil tener un pensamiento en común. Para los que estamos puestos en el tema, ¿qué queda por decir acerca de alguien tan conocido cuyo status del horror ha sido tantas veces estudiado? ¿Qué hay de nuevo, viejo? (Sin voz de Bugs Bunny) Por supuesto, uno podría pensar lo mismo sobre Charles Manson, y ver cuánta nueva luz se ha arrojado sobre esa criatura del infierno en los últimos años, desde que Quentin Tarantino remodelara su historia en Érase una vez en Hollywood. Pues lo mismo. Inquietantes revelaciones sobre sus vínculos con espías del gobierno, la CIA… las conspiraciones que tanto nos gustan. Ed Gein, solitario, maltratado, patético, casi lamentable, trabajando en su oscuro oficio en una casa vacía en una gélida llanura en el centro de Wisconsin. No era Charlie Manson. Era tanto un producto de su tiempo y lugar como Manson lo era del suyo, pero era un tiempo y lugar muy diferentes. Y ahí es donde entra Eric Powell, el artista infinitamente talentoso por su obra El Bruto (The Goon, ¡por favor, que alguien la reedite!). Un genial dibujo para el horror que acompaña demasiado bien a lo que el guion de Schechter quiere trasladar.

Harold Schechter, profesor del Queens College, es uno de los grandes divulgadores del crimen real. Su trabajo es anterior a la ola actual de documentales de Netflix y podcasts de asesinatos y misterios, y ha escrito libros sobre prácticamente todos los monstruos notorios de la psique estadounidense. Aquí se centra en el caldo de cultivo que fue Ed Gein. Maravilloso.