Reseña: Do a Powerbomb!, de Daniel Warren Johnson, Spencer y Rus Wooton

Daniel Warren Johnson es conocido por entregar algunos de los títulos con guion y arte, de los más originales que se están viviendo en la industria del cómic actual. Echad una visual a sus dibujos, por ejemplo, de este Do a Powerbomb! que os reseño hoy y os aseguro que querréis ver más o saber de él. Sin duda, uno de los artistas más talentosos que trabajan en el noveno arte, de ahí que, por ejemplo, la web comiquera IGN lo nominara como Mejor Artista de Cómics por su trabajo en Wonder Woman: Dead Earth. La habilidad de Johnson para crear páginas dinámicas, la pura acción frenética tan difícil de representar… lo estiliza, y le viene perfecto para crear un cómic basado en la lucha profesional como es el caso de Do a Powerbomb!

El mundo de la lucha libre profesional o el wrestling como muchos lo hemos conocido gracias a los combates televisivos del Wrestling-Mania; no deja de ser un mundo entretenido a la vez que surrealista. Y eso es en parte por qué traduce muy bien lo que es la hipocresía del ser humano. Algo que te divierte, que es pura belicosidad, pero que al final no es real o no tiene consecuencia alguna para los enfrentados. Pero es PURO ENTRETENIMIENTO. Y toda la parafernalia que se monta alrededor es espectáculo, engancha y gusta al más pintado. Y da dinero a espuertas a cantidad de gente. Algo muy norteamericano, ¿no? El dólar lleva al dólar.

En Do a Powerbomb!, los aspectos más grandes que la vida del deporte se prestan muy bien a lo fantástico. Esto se captura brillantemente en esta miniserie creada por el guionista y dibujante Daniel Warren Johnson, el colorista Mike Spencer y el rotulista Rus Wooton. Un cómic que fundamenta su mundo vibrante con ritmos de legado, dolor a cascoporro, para luego agregar un toque sobrenatural a una historia única que merece todos los elogios. Un toque que para nada esperaba, por cierto.

Conocemos a Lona Steelrose, la hija de una de las estrellas más grandes de la lucha libre del Tokyo Grand World. La serie rápidamente establece una apariencia y una vibra que es indiscutiblemente de lucha y entusiasmo. Lona también quiere ser luchadora profesional, pero la sombra de su madre es eternamente grande, eternamente larga. Sin duda, la mejor luchadora que nunca hubo. Pero cuando menos se espera, todo cambia. Un nigromante obsesionado con este deporte le pide que se una al torneo de lucha libre más ambicioso de todos los tiempos, ¡y también el más peligroso! Ya nada será igual con una luchadora capaz de hacer… las cosas que va a hacerles… a sus contrincantes.

Se compara en muchos sitios con un cómic que traslada al lector, todo lo que Dragon Ball trasladaba cada vez que se nos venía un torneo. En cierto modo, es así. Aunque se intente llevar más al lado del Wrestling-Mania en la época en la que Hulk Hohan, Rody Piper, El Último Guerrero, El Enterrador o Los Sacamantecas…, por nombrar algunos, lo daban todo. Cierto es que tiene más ese tono épico de Dragon Ball Z. Johnson consigue que te mole casi cada página que pasa por tus ojos. Con secuencias que se sienten como si hubieran sido extraídas directamente de una transmisión de este tipo de lucha. El estilo visual abarca los colores vibrantes y los diseños audaces a los que están acostumbrados los fans de la lucha libre. Quedando muy bien en el formato que nos lo presenta Norma Editorial. Eso sin contar que el trabajo estelar de Wooton te sumerge aún más en la acción que tiene lugar en el ring, asegurando que sientas cada golpe, golpe de codo y sumisión, haciéndote sentir como si estuvieras realmente en el ring.

Muy-muy-guapo.