Reseña: Chandara. El Rayo y el Trueno, de Roberto Recchioni y Andrea Accardi

Después de las dos aventuras recogidas en Chanbara: El Camino del Samurái, el anterior cómic publicado de esta serie por Panini Cómics y Bonelli Editore, Roberto Recchioni y Andrea Accardi regresan a nuestras librerías con un nuevo volumen. Una serie de tomos donde ambas editoriales pretender publicar las mejores novelas gráficas de la editorial milanesa en español. En este caso, regresamos y gozamos de una aventura que nos lleva al Japón feudal nuevamente, con el anciano verdugo y ciego Ichi reuniendo a Tetsuo y Jun (protagonistas de El Camino del Samurái) y al nuevo personaje Daisuke, para formar un cuarteto variado cuya tarea es enfrentarse al despiadado ronin Ryu Murasake. No obstante, Chanbara: El Rayo y el Trueno cuenta con todos los elementos necesarios para aparentar ser el primer volumen de una serie, pues cuenta con todos los elementos necesarios para su presentación e inicio de trama, que incluso sin referirse a los dos episodios anteriores, funciona.

Todo un conjunto de tramas que nos envuelven y se disfrutan de inmediato. Diálogos nítidos, gags entre los personajes que confiesan sucesos pasados casi sin necesidad de retrospectiva… El escenario, los tonos de la historia, el ritmo narrativo utilizado en Chanbara: El Rayo y el Trueno, representan la síntesis perfecta a las sugerencias, todas aclaradas en el epílogo del volumen, esas mismas que animaron al guionista italiano a la creación de esta saga. Grandes referencias al western, desde Akira Kurosawa a Sam Peckinpah, si me permitís la comparación. Homenajes a lo bueno-bueno, a las raíces del género negro. Así que, tras un tiempo de incertidumbre en publicacaciones que salen o no salen por culpa del tema-que-quema; llega por fin a librerías el tercer episodio de las historias de samurái creadas por Roberto Recchioni con los diseños de Andrea Accardi.

En las historias precedentes, en ambas, tuvo que intervenir el maestro de espada ciego y anciano Ichi, que es para mí el personaje potente de Chandara. Pero empecemos por ahí. «Chanbara», es un término japonés que significa «lucha con espadas». Aunque también proviene de una especie de subgénero de libros o films de caballeros de la Edad Media Oriental donde se habla bastante de los valores y las bases de la cultura del país del Sol Naciente. Bien, pues El Rayo y el Trueno, es donde mejor vais a ver reflejado lo que digo. Es una demostración perfecta del término. La Espada del Samurái hace sus evoluciones letales continuamente con un gusto cinematográfico verdaderamente notable y en el sentido etimológico de la palabra “cine”, que en griego significa “movimiento”.

En Chanbara: El Rayo y el Trueno, Ichi debe enfrentar la amenaza del loco espadachín Ryu Murasaki, el Diablo Blanco, que intenta crear terribles obras de arte cortando cabezas, piernas y brazos y abriendo heridas en el abdomen a sus desafortunadas víctimas. Sin embargo, para poder hacerle frente, Ichi necesita recuperar antes, a Tetsuo y Jun para su equipo. Al que decide agregarse un nuevo héroe: Daisuke Nagata. Llamado la bestia atronadora (El Trueno, del título), una fuerza de la naturaleza y de sus designios más profundos. En los inicios del tomo intentarán reagruparse, luego empieza un viaje donde les designios del camino les llevarán a un oscuro final. Con el regalito del enfrentamiento al Diablo Blanco.

La escritura de Recchioni es breve y esencial. Lo que muchos les piden a un cómic. Estoy de acuerdo siempre y cuando la trama fluya y sean tramas como en este caso, donde se brinda por la acción y los golpes a mansalva. Además, percibes que es un género que el guionista italiano ama y conoce bien. En el artículo que cierra el volumen, Recchioni hace sus confesiones: Kurosawa, Frank Miller, Star Wars, así como una enorme lectura de textos sobre la Edad Media Japonesa (siglos XVI y XVII), propiciaron el nacimiento de Chanbara. Y otra cosa que se detecta y que confiesa, es que ha disfrutado escribiendo esta historia, sobre todo, haciéndola clara desde el punto de vista narrativo. Hermosa e hiperbólica; inspiradora, diría yo. La figura de Daisuke y sus excelentes escenas humorísticas que actúan como divertido contraste a las escenas de acción, hacen de Chanbara: El Rayo y el Trueno un cómic referente para todo lector/escritor que busque una buena aventura dinámica en la que perderse una buena tarde de lectura.