Reseña: El Gabinete de los Ocultistas, de Armin Öhri

Impedimenta y las joyitas literarias que publica casi a escondidas… Menos mal que yo casi lo huelo en sus títulos y sé a lo que me tengo que acercar. El Gabinete de los Ocultistas… es de esos titulos que vi, llegué y vencí. El autor me sonaba de estar en boga en ciertos círculos, y además, el título terminó por hacerme levantar las orejas cual conejo en mitad de la carretera.  Armin Öhri empieza a ser un autor de novelas policíacas a los que poner el ojo publicación tras publicación. Grandes éxitos cosecha ya en el país germano. De hecho, La Musa (también publicada por Editorial Impedimenta) le hizo merecedor del Premio de Literatura de la Unión Europea a la vez que inauguraba la serie de detectives berlineses, mismos protagonistas de El Gabinete de los Ocultistas. Novela que he disfrutado un montón. ¿Una cautivadora novela gótica? Cierto es que tiene ese ambiente neo-gótico que algunos autores están consiguiendo en la actualidad. Pero en mi opinión, va un poco más allá. Por que es una forma renovada de ese género que mola por su tono oscuro pero trasladado de alguna forma a nuestros días.

El Gabinete de los Ocultistas cuenta que a finales de 1865, un glamuroso personal se reúne en el castillo de Buckow pues el barón Valentin von Falkenhayn ha organizado una fiesta para Nochevieja. Lamentablemente, el comisario de policía Gideon Horlitz no puede asistir así que ha asignado su invitación a los dos estudiantes Albrecht Krosick y Julius Bentheim, que en su nombre tienen el placer de participar en la mesa del barón con un menú exquisito y posterior sesión. Nadie sospecha que habrá alguien muerto esa noche, víctima de un espantoso accidente, al menos, a priori. En cualquier caso, la prensa identifica rápidamente la causa del accidente: 13 personas participaban en la fiesta. Un número espantoso. ¡Por tanto algo tenía que pasar! ¿Pero qué diablos? A Albrecht Krosick le divierte la superstición e inmediatamente funda un Club de Ocultistas. Por supuesto, con exactamente 13 miembros. Recluta a algunos de estos miembros entre los invitados de la pasada celebración del día de San Silvestre. Pronto, sin embargo, habrá otra persona muerta y ahora se decide que el malvado 13 ha vuelto a atacar. Pero ahora está claro que ha sido un asesinato y por eso el instinto fisgón de ambos estudiantes se activa. Para Julius Bentheim, sin embargo, la búsqueda del asesino también se convierte en una maniobra de distracción de su dolor personal porque solo unos meses antes creía haber encontrado el amor. Y desde entonces andaba atormentado por el anhelo de Filine. Pero dicha investigación le sumerge en otra corriente y eso que está de por medio la sensual Adele, una tentación que no deja de cruzarse en su camino…

«Un thriller policial berlinés», es una de las definiciones más he oído de este titulo y me gusta. El autor dibuja una imagen interesante de la clase media de la capital alemana a mediados del siglo XIX. Lo hace maravillosamente bien. Krosick y Bentheim también frecuentan el conocido salón de Fanny Lewald y como lectores tenemos la oportunidad de pararnos como si estuviéramos tras una cortina para observar el decorado. Theodor Fontane frecuenta las páginas, así como el mariscal de campo prusiano von Moltke y Rudolf Virchow. El autor (¡qué tiene mi edad!) logra hacer unos bocetos de personajes muy interesantes. Y Bentheim y Krosick como protagonistas principales también son personajes que rezuman realidad. Casi imágenes para nuestro cerebro que se vuelven tangibles cuando los oímos “hablar”. No obstante, tienes otros personajes más duretes de asimilar como el padre de Filine o la directora del monasterio de Lindow, la madre Caritas. Demasiado exagerados para mi gusto. Pero no distraen de la trama central de misterio que es lo que importa. Estamos inmersos en una historia que nos atrapa tan fuertemente que uno tiene unas tremendísimas ganas de visitar Berlín. Aunque estoy seguro que poco de lo de aquí, voy a encontrar a día de hoy. Pero bueno. Los detalles. La gracia está en los detalles.

Armin Öhri ofrece un thriller interesante. Lectores interesados en la vida diaria de la Berlín de 1865, han venido al lugar correcto, si encima adoran las tramas bien cuidadas. Como anécdota, me pareció curioso que esta novela tenga como portada, una foto original del castillo de Buckow, el cual fue demolido hace mucho tiempo. ¿Tiene eso algo que ver con el misterio de los 13?

A investigar se ha dicho.