Reseña: Supervisor. El Disparador Rubicón, de Jed MacKay y Alessandro Vitti

Los que disfrutamos de los nuevos juegos de mesa y de joyitas como el nuevo Marvel Champions LCG hacemos una genial combinación con los cómics de Marvel que se publican actualmente pues las aventuras y enfrentamientos que se pueden dar en el juego dan lugar a que quieras saber más de ciertos personajes, sobre todo, y en mi caso, de villanos de los que poco sabía. Me parece tremendamente curioso pero obvio pensar que tanto Fantasy Flight Games como Panini Cómics están al tanto de las publicaciones de una editorial y otra para hypear aún más si cabe al verdadero fan de Marvel. Fue así como llegué con muchísimas ganas de querer leer este TPB de Marvel Héroes donde tenemos a Supervisor (Taskmaster) como protagonista. Una aventura en solitario del mercenario más mortífero del Universo Marvel. Supervisor es un villano que es percibido como amenaza legítima para héroes de primer nivel pero un espantoso ser para cualquier persona que no lleve capa. Esto lo tenían muy claro el equipo creativo de Jed MacKay y Alessandro Vitti cuando idearon la trama, y así inician con una mini escena de broma que pronto se convierte en el acto frío de un asesino sin miramientos.

Comenzamos con Supervisor usando sus súper habilidades fotorreflectantes como disparador de tragedias en un torneo de golf organizado por la mafia. Con momentos muy Deadpool, no pasa mucho tiempo hasta que todo se vuelve un caos; sangre, tiros, muertes por doquier… Y un asesino vestido con traje de cuero, motocicleta y metralleta a dos manos pegando tiros. Cuando es rescatado por Nick Furia, Supervisor se entera de que Maria Hill ha sido asesinada y que él es el principal sospechoso. Hasta aquí todo bien. O no. Por que Furia le dice necesitar que memorice la presencia física de tres de los mejores súper espías para abrir una bóveda en un lugar que contiene… Bueno, no voy a profundizar mucho más en esta misión. Sería un spoiler en toda regla. Pero una aventura que se degusta de una sentada y que lleva a pensar que quizás es posible que algunos estéis interesados en saber de este personaje tras conocer al tipo en la película Black Widow. Aunque ya os aviso que veréis poco semejanza entre ambos. Y eso que se puede decir que la agente Romanoff es la principal antagonista de este arco argumental.

La escritura en sí es divertida. Como os decía, encontramos a un Supervisor como una especie de Deadpool con momento melancólicos. Diría que es su punto fuerte, las constantes indirectas-directas entre Supervisor y Nick Furia te sacan la sonrisa mínimo. La trama tiene momentos que son bastante buenos (la pelea de Hyperion en particular es un punto culminante de la serie), seguidos de escenarios genéricos y algo “familiares” que siempre gustan. El ejemplo más claro es una escena en Corea del Sur, en la que Supervisor realiza una artimaña creativa para obtener acceso a la oficina de Ami Han, solo para que al final tenga que darse de tortas con lo que le espera dentro. También se puede alabar de esta aventura la consistencia del diseño de personajes y la fuerza de la coreografía que muestra. Escenas de combate dignas de película de acción, aunque la resolución del conflicto resulta muy apresurado, quedando la sensación que el guionista tenía para más.

Supervisor: El Disparador Rubicón recoge la miniserie de cinco números que se ubicó dentro del Vol.3 de Taskmaster que se publicó en USA al inicio de este mismo año. Un trama que no esperaba tan entretenida, la verdad, pues me quedaba la duda de si Supervisor me parecería tan intrigante como en el juego de cartas Marvel que al principio de la reseña mencionaba. Y cierto es que algo más he podido conocer. Aunque siendo sincero no es una trama que quedará en tu mente por siempre porque hay bastantes aventuras de este tipo. Pero el momento bueno de lectura te lo da. Una lectura ligera y divertida con acción bien renderizada y algunas púas decentes, o mejor dicho, bromas divertidas entre Supervisor y Nick Furia. Y una conjunta de escenas de lucha muy bien coreografiadas.

Lectura adecuada para un viaje en metro o en tren o para la sala de espera del dentista. Lectura palomitera que es lo que iba buscando.