Reseña: Cadáveres, de Si Spencer, Ormston, Winslade, Hetrick y Lotay

Si hay una propuesta de Netflix que lleva un tiempo dando que hablar, esa es Cadáveres:

Cuatro asesinatos. Cuatro detectives. Cuatro eras. Una conexión imposible.

Pero recordad friends, que para disfrutar de una buena historia siempre hay que recurrir a las fuentes. Y dicha historia está sacada de la miniserie de ocho numeritos que elaboró el guionista Si Spencer junto a Dean Ormston, Phil Winslade, Meghan Hetrick y Tula Lotay. Volumen recopilado que acaba de ser publicado en tapa dura por ECC Ediciones en nuestro país. Un cómic que contiene una de esas historias impactantes que mezclan el género negro con la ciencia ficción… y el horror.

Porque en Cadáveres esta esa mezcla que suma e inspira y hay referencias a múltiples obras que van desde los cuentos de Sherlock Holmes hasta el poderoso From Hell, de Alan Moore. Pasando por conspiraciones y horrores de los que H. P. Lovecraft estaría orgulloso. Y todo ambientado en Londres donde Edmond Hillinghead es un triunfador de la década de 1890 que intenta resolver un asesinato que a nadie le importa mientras oculta su propio secreto. Pero después tenemos a Karl Whiteman en los años 40 haciendo lo mismo (otro tío con un pasado impactante). Y a Shahara Hasan que es la increíble sargento detective que en 2014 investiga entre la delgada línea que existe entre religión y poder. Y Maplewood, un amnésico de un año 2050 post-apocalíptico que aporta la perspectiva más inquietante de todas. Sin duda, es uno de los cómics que ya llaman la atención por su portada. Y suma cuando te enteras que ha sido trasladado a una de las plataformas de TV que más sigue la gente. Pero el cómic de Cadáveres merece toda tu atención y más. Cuatro detectives, cuatro épocas diferentes, una víctima de asesinato, el mismo modus operandi, el mismo lugar, apareciendo ante cada detective. ¿Quién mató a John Bull? Cadáveres (Bodies) es un misterio de asesinato muy complicado de desentrañar y descifrar, y diré que es uno de los cómics de Vertigo de los últimos años que más he disfrutado. Parece que por fin han vuelto a las “andadas”.

Aparte, mola ver que cada una de las cuatro historias está dibujada por un artista diferente. Eso le da ese toque estupendo de “separación” en el tiempo que la historia necesita. Edmond Hillinghead es un detective encerrado en 1890, dibujado por Dean Ormston; Karl Whiteman es un detective corrupto en 1940, dibujado por Phil Winslade; Shahara Hasan es una detective musulmana de 2014, dibujada por Meghan Hetrick; y finalmente Maplewood es un detective/terrorista amnésico en 2050, dibujado por Tula Lotay. Realmente me gustaron todas las contribuciones de los artistas. Un trabajo muy sólido en general. Y tenemos al ya desaparecido señor Si Spencer haciendo algo grande en el guion. Escribiendo las diferentes partes y haciendo un buen trabajo al presentar cada una con una voz diferente.

El colorista Lee Loughridge también hace un trabajo excelente, dando a cada época una apariencia única: oscura y sangrienta para el Londres victoriano, demasiado brillante y desequilibrada para el futuro. Donde cada personaje tiene la tarea de investigar el asesinato de un hombre desconocido encontrado en Longharvest Lane y surgen similitudes para cada uno.

Por supuesto, no voy a revelar nada más. Pues uno de los mayores éxitos de Seven, de David Fincher, es que la gente nunca habló con nadie sobre el final a menos que la ha hubiera visto.

Reseña: V de Vendetta, de Alan Moore y David Lloyd

El primer día laborable de 2024 os traigo un clásico así como un indispensable de cualquier cómicteca que se precie. V de Vendetta, de Alan Moore, cuando estaba en todo su esplendor creativo, cosa que sabemos que no se extendió mucho en el tiempo.

V de Vendetta es, a nivel de cómic, al menos tan importante como lo podría ser en la ciencia ficción, Un mundo feliz y 1984. Simplemente, porque puede (y debe) ser leída fácilmente por un público más joven y con no mucha suerte, la disfrutará. Y no serán crucificados por considerarla novela gráfica, no son literatura real, que aportan un lavado de cerebro, torturas interminables y argumentos políticos sin gracia. Y es que a V de Vendetta las impresiones generales del ingenuo mezcladas con la escritura ingeniosa, profunda y sofisticada de Moore la hacen aún más inquietante que las distopías generales que carecen de imágenes grabadas dentro de la mente de mucha gente de a pie que solo «vive» de lo que sale en televisión. Para colmo, estamos ante una historia que no es solo pura imaginación. Aquí hay mucha subjetividad que puede incentivar y desatar el pensamiento liberal así como el radical. Por ese lado, sí que es peligrosa la lectura porque cuando el lector se entere que estamos tratando un argumento inspirado en hechos reales arcaicos, la cosa puede cambiar.

V de Vendetta fue una serie de diez grapas escritas por el gran Alan Moore e ilustrada por David Lloyd. Una trama situada en un futuro distópico (para entonces) pues fue escrita en 1980 y nos traslada a finales de 1990. Ambientada en una Gran Bretaña que anda cercana a una guerra nuclear parcial, y con gran parte del mundo destruido, en este futuro, un partido fascista ostenta el poder del país anglosajón. Pero se está dejando ver un misterioso revolucionario apodado «V», que oculto tras una máscara de Guy Fawkes, empieza una elaborada y violenta campaña con el fin de derrocar al gobierno e incitar a la población a adoptar un modelo político-social diferente.

Inglaterra es gobernada por Fuego Nórdico y se sume en un régimen totalitario que controla a la población mediante los métodos habituales: policial, propagandístico… y otros tecnológicos: cámaras, micrófonos…; sin embargo, un «terrorista» subversivo como es V, no piensa permitir que ese régimen perdure mucho en el tiempo. Ha decidido iniciar su campaña de terror.

Tenemos una trama que no es otra cosa que una potente batalla entre anarquía y fascismo así como una crítica total a la sociedad de control. Al totalitarismo. Aunque la serie originalmente fue ideada y publicada como una serie limitada de cómics, no mucho después fue recopilada y siempre vendida como novela gráfica. Y así es como se debe leer. Y así es como ECC Ediciones la pone de nuevo en cartel con esta y otras tantas publicaciones para que tengas como elegir esta joyita del noveno arte si existiera la posibilidad de que no la hubieras pillado ya. O seas como alguno de los que andan por aquí que necesitan tener todas y cada una de las versiones que existen en papel.

V de Vendetta reúne múltiples elementos propios del género literario de la distopía. De hecho, cuando alguien me pregunta por una en concreto, a mi mente siempre viene esta obra. Tras leer V de Vendetta parece que vemos todo diferente, nuestro alrededor, las reacciones y falsedades de la gente, diferente. A los políticos y mandatarios, no os quiero ni contar. Parece que alguien nos ha susurrado que hay que ser pesimista y no admirar las dictaduras reales, sino especialmente las que están en reacción por la degeneración socio-evolutiva. Teorías de la conspiración, pero la vida real.

Curioso es ver a tantos y tantos jóvenes ponerse la careta de Fawkes en fiestas, sin saber lo que realmente significa.

Reseña: País de Pesadillas, de James Tynion IV, Estherren, Llovet y Patricio Delpeche

País de Pesadillas posee un lenguaje bellamente prosaico e imágenes igualmente inquietantes donde James Tynion IV captura el tono y la cadencia apropiada del amado rincón oscuro creado por Neil Gaiman. Un comienzo prometedor, y todos sus encantos mortales. Un cómic con el que una vez más se puede volver al espeluznante y surrealista mundo de The Sandman. James Tynion IV, Lisandro Estherren, Yanick Paquette, Patricio Delpeche, Nathan Fairbarn y Simon Bowland, dan fe de ello. Y como podéis imaginar, tanto por el título como por la aparición de El Corintio en la portada, este es un título que busca explorar el lado más oscuro de dicho universo con un círculo de personajes espeluznantes, antiguos y nuevos, una trama que se inclina muy mucho por el Terror.

El Corintio era y es una pesadilla viviente. Destinado a servir como un espejo oscuro para la humanidad, mientras el Señor de los Sueños estaba cautivo, El Corintio salió al mundo de la vigilia y se convirtió en uno de los peores asesinos de todos los tiempos. Fue deshecho por su transgresión cuando el Rey de los Sueños regresó al poder, pero luego fue rehecho, esta vez con un mayor control sobre su propósito: atormentar a la humanidad pero sin destruirla. Por desgracia, una pesadilla acecha ahora al mundo despierto. Uno que no fue obra del Rey de los Sueños. Y ahora este nuevo Corintio acecha también al mundo de la vigilia. Buscando esta nueva amenaza, sí, pero también buscando el significado de los extraños recuerdos que tiene de una vida suya pero que no es suya en absoluto.

La idea principal de este primer tomo me ha encantado. Empezamos con una estudiante de arte, Flynn, y una aventura de una noche en una fiesta universitaria. Una fiesta en la que fugazmente ve una visión impía que garantiza perseguir sus sueños, y más, a medida que avanza la historia. La inquietud se vuelve aún más desconcertante al conocer a dos asesinos terroríficos e indudablemente sobrenaturales llamado el señor Éxtasis y el señor Agonía (que por alguna razón, me recuerdan en su cadencia a los señores Kidd y Wint de Diamonds Are Forever). Un inicio que, en realidad, es una pieza de humor negro con una narrativa sencilla, pero que funciona bien. Madison Flynn ve a ese “Hombre Sonriente” mientras está despierta… y no es la única. Además, este monstruo es, una pesadilla que no creó Sueño de los Eternos. Y cuando es consciente de ello, El Corintio vuelve a colarse de nuevo en nuestro plano de realidad para dar caza a ese farsante. El terror contra el terror. Y en medio, nosotros.

Una nueva pesadilla causa estragos y El Corintio tiene la tarea de localizarla y detenerla. En País de Pesadillas aprendemos más sobre quién o qué es El Corintio. Vislumbramos qué es esta nueva amenaza y su capacidad. Pero el punto focal es Flynn. A medida que avanza la historia, los pequeños horrores que se muestran ayudan a establecer quiénes son los personajes. Al hacer esto, los nuevos lectores podrán comprender quién es El Corintio (si no lo conocían ya) y por qué es una mala noticia que haya vuelto y que esté a la caza de todo.

En la mayoría de las historias de Sandman, el arte es expresivo y vibrante, y esta no es una excepción. En País de Pesadillas hay más viñetas con visiones infernales que en otro arco que podáis conocer. Estherren muestra su lado más oscuro y siniestro. Los dibujos destacan, sobre todo, por el diseño de los personajes y los trasfondos oníricos que realmente parecen sacados de una pesadilla febril. Por lo que se puede alegar, sin miedo a equivocarse, que País de Pesdillas es una sólida entrada al terror dentro del Universo Sandman. Insisto, el origen de El Corintio recibe una nueva capa de pintura en este cómic. Si buscabas un monólogo sobre el personaje, este es tu tomo. Y la introducción de Flynn es más de lo que parece. Un personaje fascinante, aunque por el momento deja más preguntas que respuestas. Y la aparición de los espantosos señor Éxtasis y el señor Agonía, un par de asesinos trastornados creados por Tynion IV para esta serie que creo que van a dar mucho que hablar. Tynion IV es uno de los mejores guionistas de cómic de terror de la industria, sino el mejor. Sin duda, al que más sigo.

Reseña: Batman. Tres Jokers (Edición Deluxe), de Geoff Johns, Jason Fabok y VVAA

El que lleva tiempo buscando algo original dentro de DC puede llevar sus manos a Tres Jokers, una trama escrita por el gran Geoff Johns y dibujada por Jason Fabok, uno de los títulos más aplaudidos de la línea Black Label y que, sin duda, merecía un puesto dentro las magníficas Ediciones Deluxe que ECC Ediciones está publicando.

Más de cuatro años después de que DC anunciara Batman: Three Jokers, su primera entrega llegó a tiendas. Fue un título muy esperado. Una miniserie de tres números pero una trama de larga gestación en la mente del arquitecto perenne del Universo DC como es Geoff Johns. Innumerables escritores han intentado poner su sello en el Joker, el villano de cómics más infame que existe, y Johns finalmente en Tres Jokers da un paso al frente. La única pregunta que queda es: ¿Por qué tres? ¿Tenemos aquí una reorganización catastrófica del Príncipe Payaso del Crimen? ¿Es diferente siquiera la sensación tras leerla en un mundo saturado de tantas versiones del Joker? Johns es ese raro guionista que llegó a la industria a través de Hollywood, comenzando su carrera como asistente del director del Superman, de Richard Donner, y desde allí forjó conexiones con DC. Por supuesto, regresó a Hollywood en la última década, como director creativo de DC a cargo de la expansión cinematográfica. La lista de películas de DC de Warner Bros: Aquaman, Shazam, La Liga de la Justicia, Black Adam… Se puede decir que nadie tiene tanto poder para meter mano en los personajes como él. Pero en el noveno arte, sus proyectos más exitosos en DC Comics tienden a la naturaleza “clásica”, revitalizando personajes tan antiguos como puros redefiniendo las mejores historias de Green Lantern y The Flash que se pueden leer hoy en día. Incluso él mismo los reivindica como sus personajes favoritos. Y se nota. Por eso era mi curiosidad ver que tenía que decir sobre Joker. Para mí Johns es un escritor de superhéroes no de supervillanos.

Johns alegó en entrevistas que Tres Jokers era una historia sobre curación y cicatrices, sobre Batman, Barbara Gordon (Batgirl) y Jason Todd (Red Hood), y las diferentes formas en que estos mismos han vuelto a seguir adelante después de ser gravemente heridos, física y mentalmente, a manos del Joker. Y eso es concretamente esta obra. Pero añado yo: la historia tiene un gancho para atrapar al lector que ya ha vivido todo eso. Batman, Batgirl y Red Hood se unen para investigar una ola de crímenes de una noche que parece haber sido orquestada por individuos que se hacen pasar por el Joker, o al menos, se le parecen. Una noche. Se ha perpetrado un importante robo de productos químicos y todo apunta a una mini banda de esos terribles seres con pelos verdes, verdaderos demonios de este mundo. Y tres antiguas víctimas del Príncipe Payaso del Crimen que no han olvidado los sufrimientos que el villano les provocó se unen para resolver la investigación.

La línea Black Label se lanzó en DC para lectores más maduros a los que les gustara leer historias fuera del canon. En esta línea, el Joker tiene un puesto en el podio, obviamente. Cerca de la mitad de los cómics publicados bajo el sello Black Label han tenido al Joker como protagonista, codirector, antagonista principal o como antagonista. elemento argumental significativo. ¿Por qué? Fácil. El Joker es el villano más cabrón que tiene DC en cartera. Y cómo el ser humano, en general, adora o le atrae leer sobre el Mal, donde está este tío se recauda. Pero después está el tema de tratarlo y hacerlo bien con el personaje. Y eso lo consiguen muy pocos.

Para Three Jokers, Johns se asoció con el artista Jason Fabok, quien también trabajó casi exclusivamente para DC a lo largo de su carrera. Los dos trabajaron juntos anteriormente en Justice League. Johns y Fabok no son sutiles en este libro. Van al grano y no tienen miramientos de si sale mucha sangre o no. Porque para Batman, Batgirl y Red Hood, los crímenes que tenemos son un misterio, pero para el público es algo más metafísico. Se nos pide que veamos al Joker como alguien que es consciente de que existe en todas las épocas y que debe evolucionar hacia una nueva, de manera que coquetea con la cuarta Pared. Y eso sí da miedo.

Reseña: Rorschach, de Tom King y Jorge Fornés

Muchos tuvimos claro, y muy pronto, que el mejor personaje de Watchmen era Rorschach. Los que leyeron el cómic y, por supuesto, los que vieron la película. Por eso tuve muy claro desde el principio que este tomo que recopila los doce números del spin-off que hicieron Tom King y Jorge Fornés del personaje era indispensable para mí. Una historia apasionante que retoma el legado de Watchmen de la mano de dos grandes maestros del cómic contemporáneos sobre uno de los personajes más emblemáticos de un cómic que lo cambió todo.

En esta secuela moderna del trabajo de Alan Moore y Dave Gibbons y el Watchmen de John Higgins, donde aquel Rorschach seguía a un investigador anónimo en un viaje extraño y en constante cambio que revelaba corrupción política, lo ponía cara a cara con el famoso dibujante Frank Miller y subrayaba el legado perdurable y complejo del justiciero Rorschach. Ahora, el escritor Tom King y el artista Jorge Fornés llevan la investigación a un final apropiado para la colección DC Black Label, con una conclusión inquietante, eso os lo adelanto ya. Rorschach gira en torno al intento de asesinato del gobernador Turley, candidato a las elecciones presidenciales de 2020 con la esperanza de iniciar una «revolución conservadora». Uno de los posibles asesinos, un excéntrico caricaturista llamado Wil Myerson, lleva una máscara de Rorschach que, junto con una extraña grabación en cinta, incita al investigador anónimo contratado por la campaña de Turley a seguir la teoría de que el justiciero aún puede estar vivo o que su espíritu puede vivir en otras personas. Después de seguir todas las pistas, “el investigador” decide compartir sus hallazgos con el político Turley y… ya sabes, fíate tú de alguien tan falso como un político. Más falsos que los actores son.

Una colección de doce numeritos recogidos en este genial integral publicado por ECC Ediciones, donde a lo largo de toda la serie, King llena páginas y páginas con pistas falsas y sorpresas para mantener al lector inquieto en su asiento. Intentando adivinar lo que está pasando. Porque Rorschach está ambientada en la actualidad y eso le da un toque diferente. Es una historia reaccionaria en respuesta a los acontecimientos actuales en la política USA y al volátil panorama político del país. El tema de apertura de Tom King y Jorge Fornés para su propia maxiserie establece de inmediato que Rorschach se aparta del tono y el estilo que Moore y Gibbons crearon para su propia versión. Y hacen bien porque este arco argumental nos lleva a treinta y cinco años después del final de la historia clásica. Con un Rorschach abriendo la senda de las elecciones presidenciales, con la reaparición repentina y asesina del antihéroe enmascarado en un mitin de campaña en Los Ángeles. Con un número inicial en el que cada vez hay más muertos, intriga política al más alto nivel y misterios sin resolver que se remontan al pasado del Universo Watchmen. Un investigador se encuentra explorando la vida y la época de Walter Kovacs, por ejemplo, y el sangriento legado que evidentemente dejó para con el presente.

Gran parte del trabajo anterior de Tom King ha sido visiblemente influenciado e incluye referencias directas al trabajo de Alan Moore. Desde The Omega Men hasta su larga carrera en Batman. Y esa distinción la refuerza y eleva el trabajazo de nuestro paisano Jorge Fornés, acompañado para la ocasión del colorista Dave Stewart. Y es que Rorschach siempre fue en mi opinión un personaje pulp; casi imbatible, protagonista absoluto en la grandes escenas en las que participa. Los lectores que busquen una secuela directa o una continuación de la histórica historia de Alan Moore y Dave Gibbons no necesariamente la encontrarán aquí. Y aunque King también hace todo lo posible para incluir numerosas referencias al Watchmen original (sobre todo, en el último número), estamos ante un cómic, una serie, que se disfruta de todas-todas de forma independiente. Cómic satisfactorio y reflexivo.

Reseña: Una Nevera llena de Cabezas, de Rio Youers, Tom Fowler y Bill Crabtree

Un Cesto lleno de Cabezas (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4116) fue un pelotazo de cómic que trajo ECC Ediciones. Muchos de los que andáis por aquí lo sabéis. Aunque lo que quizás no sabíais es que aquella macabra historia tenía una secuela y que de pronto ya está aquí en librerías. Al menos, a mí me cogió por sorpresa. Nunca esperas que una historia tan bien cerrada tenga continuación. Al menos, no tan pronto. La Hill House Comics de Joe Hill ha estado de parón pero parece volver con más fuerza. Una Nevera llena de Cabezas es el ejemplo. La impresión comenzó en 2019, y en la nueva serie, uno debería esperar algunos vínculos con Un Cesto lleno de Cabezas, pero la serie está escrita por Rio Youers con dibujos de Tom Fowler y presenta algunas diferencias, principalmente, objetos malditos así como otros puntos sospechosos a tener en cuenta en esa pequeña ciudad de Maine donde se desató el horror tiempo atrás. Una trama de Terror digna de ser llevada al cine por partes al estilo Scream.

Lo que está claro es que si disfrutasteis tanto o más que yo del cómic de Joe Hill, está casi garantizado que os gustará este nuevo volumen que recopila los seis números de la miniserie coordinada por el afamado escritor hijo del maestro Stephen King. Pero que ahora llevan otros autores. Edición que además se acompaña de varias páginas de bocetos y diseños. ¿La trama? Presenta un giro similar de los acontecimientos, así como ese inspirador ambiente de Nueva Inglaterra que es inconfundible. Como se puede leer en la sinopsis, algunos matones buscan un objeto mágico que eventualmente desaparece. Pero nos vamos a 1984, Brody Island (Maine), donde una pareja está de vacaciones en verano. Y aquí Youers (el guionista) hace un gran trabajo desde el principio, con una buena actuación de Fowler (el dibujante) para dar a los lectores una sensación realista de los personajes que se ven y actúan como deberían actuar en tales circunstancias. El Terror si no es realista sufre de humor. Y desde la intensa apertura de vida o muerte hasta la pareja casual explorando su nueva cabaña, aquí hay Terror. Hay un nivel de realismo que realza el peligro cuando asoma la cabeza. Lo que quiero decir es que casi con nada estás inmerso en la historia al igual que cualquier inicio de peli de Terror de éxito ochentera (Viernes 13, Halloween, Pesadilla en Elm Street…). Ver dientes salir volando de la cabeza de alguien siempre es desconcertante.

Y tienes esa incertidumbre bien labrada de que hay algunas coincidencias afortunadas que mueven las cosas, pero qué historia del mejor género del mundo no las tiene. Y entonces un elemento clave del problema es un personaje que actúa de manera demasiado descuidada en una ciudad con la que no está familiarizado. Conduce a una secuencia de persecución vertiginosa bien coreografiada por Fowler llena de árboles de aspecto espeluznante al más puro estilo Evil Dead (Posesión Infernal). Y mezcla más ochenteo. Si amas Tiburón probablemente adorarás lo que Fowler cocina visualmente aquí.

No diré más para evitar spoilers, pero si pudieran introducir efectos de sonido en este cómic ya sería la leche. La leche del susto. El caos de los ataques, la desastrosa pareja, uno/a puede adivinar cómo usarán al amigo en función de su interés. Y el momento final es bastante genial dados los efectos de horror que rodean a este pareja de insensatos en todo momento. Bill Crabtree colorea la historia, quien le da al libro un sólido sentido de realismo. Más aún. Las opciones de color están fundamentadas para que cuando aparezcan elementos sobrenaturales, o esos efectos de sonido de los que estaba hablando, realmente resalten. Además de que las letras AndWorld Design siempre son buenas para un fuerte énfasis según sea necesario.

Una Nevera llena de Cabezas se disfruta mucho a solas, en un lugar apartado de la civilización, en una noche de Halloween o en cualquier momento que tengas si eres un amante del género de Terror y te gusta pasarlo mal/bien.

Reseña: Seaguy, de Grant Morrison y Cameron Stewart

Una sorpresa lectora de las gordas ha sido para mi este Seaguy, de Grant Morrison, del que no esperaba nada (pese a ser de Morrison) y que me ha dado grandes momentos de diversión. Un volumen que trae a nuestra tierra ECC Ediciones y que además recopila las miniseries completas Seaguy y Seaguy: Slaves of Mickey Eye; es decir, todo lo que se puede encontrar hasta el momento sobre este loco personaje que se marcó Morrison en su día.

Considerado unos de los superhéroes más peculiares de la historia, algunas cosas son tan extrañas como maravillosas, incluso si el espectador no tiene idea del porqué. Seaguy, definitivamente cumple con los criterios sobre los que estoy comentando, al tiempo que presenta una lectura atractiva y entretenida. Porque Seaguy es ciertamente una historia muy Morrison, que le da al lector un estudio del concepto de superhéroe mientras lo envuelve todo en un curioso y entendible (esta vez sí) surrealismo. Y es que después de la derrota del ominosamente llamado Anti-Papá (Anti-Dad), la supervillanía ha llegado a su fin. Los superhéroes de antaño permanecen en una especie de retiro bajo la vigilancia del siempre alegre Mickey Eye, contentos de tener un merecido descanso. Entre estos pocos ex-héroes se encuentra el alegre Seaguy, que vive con su compañero Chubby Da Choona (un pez bromista que prefiere flotar en el aire que nadar), y si bien Nueva Venecia es perfecta para vivir, Seaguy todavía tiene deseos de aventura, esa misma que parecen haber perdido sus compañeros bienhechores. Pero después de encontrar accidentalmente una muestra viva del refrigerio creado artificialmente, Xoo, Seaguy se ve envuelto en una enorme aventura de altos supuestos, encontrada esa poderosa energía que tanto anhelaba. Una aventura que revela que el mundo no es tan brillante como parece.

Seaguy es cómic-testimonio de la capacidad narrativa de Grant Morrison. Una de las principales quejas sobre el trabajo de Morrison es que su escritura puede volverse muy inconexa, saltando de una escena a otra, con poco material de transición. Pero eso no ocurre en Seaguy. Puede ser de sus cómics más “centrados”. Tenemos una historia que va desde un parque temático hasta Atlantis y se llega incluso a la Luna. Mas, una trama donde uno no se pregunta «qué diablos estoy leyendo», como suele pasar en otros desvaríos de Morrison. Se puede apreciar fácilmente la lectura porque raro es el detalle que será pasado por alto en el lector. A pesar de la naturaleza extremadamente sobrenatural del escenario y los personajes, ambos parecen casi tan reales como una historia que te pudiera contar un amigo… que vio en una peli, eso si. Jajaj. Con el punto de, que Grant Morrison es de los pocos, que podría hacer que la muerte de un pez amante de los cigarros fuera más trágica que las muertes de muchos más personajes «humanos» de otras historias.

Desde una perspectiva artística, el libro es aún mejor. El arte de Cameron Stewart se destaca por ser increíblemente «limpio», entrando en detalles increíbles sin dejar una sola línea suelta. En este sentido, crea un contraste interesante con el colaborador frecuente de Morrison, Frank Quitely (ambos han trabajado en Batman & Robin, por ejemplo), quien es conocido por su extenso uso de líneas. Cada página de Seaguy está hecha con minucioso detalle.

Seaguy es entretenido, palomitero y disfrutable. El segundo volumen (Seaguy: The Slaves of Mickey Eye) es otra mini-aventurita de tres números que provoca que ames más el personaje. Se comentó que saldría una tercera trama (Seaguy: Eternal) que completaría la trilogía que por lo visto anunció en su día el autor. Pero sin noticias, de momento. Aunque esperar, lo espero.

Reseña: Batman. Reptil, de Garth Ennis y Liam Sharp

A quien no le gusta o le entra un repeluquillo por el cuerpo al ver que puede leer una nueva miniserie de Batman con un toque diferente. Este que os escribe, por lo menos, es de esos que ve algo diferente o con titulo atractivo, que encima se encabeza con el nombre del Caballero Oscuro…, y sabe ya que tiene asegurado un buen rato de lectura en el sofá. Y a veces no hace falta ser demasiado original con una historia, un nuevo enemigo a batir o una nueva visión del personaje. La cuestión es, que con un mínimo de nivel en el dibujo y en el objetivo del guion, ellos los autores deberían saber (y saben) que a muchos ya nos tienen en el bote. Como decía esa señora que se hizo viral: ¡A quién no le va a gustaaaaarr…!

Eso ocurre con Batman: Reptil. Este nuevo tomito que sacó hace nada ECC Ediciones y que recopila la miniserie Batman: Reptilian de seis numeritos y que con apenas tres frases se resume bastante bien su sinopsis: «¿Qué es este monstruo reptiliano que acecha en las sombras de Gotham? Para responder a esta pregunta, Batman da caza a esta terrible criatura… Y cuando su investigación le lleva hasta Killer Croc, el mejor detective del mundo se ve envuelto en el caso más raro del mundo…».

Creado por Bill Finger y Bob Kane, Batman ha sido objeto de muchos cambios, muchas interpretaciones (y también, reinterpretaciones), una necesidad dada su larga vida, aparentemente interminable. Hay una fascinación que sentimos por Batman, tanto por lo que representa (la cúspide de la humanidad, un símbolo estoico del progreso, tanto biológico como tecnológico) como por el lugar en el que se ambientan sus aventuras (Gotham como la peor ciudad en la que te gustaría vivir, una en decadencia a veces, de lujo, otras veces pero siempre caótica y corrupta). Pero también el orejas picudas es el favorito del friki solitario, del que se aleja de los superhéroes que por la gracia de Dios o del destino se le ha otorgado un poder que se sale de la lógica. El favorito de los que quieren por encima de todo un héroe REAL.

El sustito viene cuando te das cuenta que Batman: Reptil está escrita por el maestro irlandés Garth Ennis. La visión del personaje de este descontrolado señor que vuelve a Bruce Wayne con un personaje más cáustico y sardónico. El Batman del señor Ennis tiene un oscuro sentido del humor y sabe muy bien lo que representa: el miedo que transmite a la gente, el terror que mueve las bocas parlanchinas al completo silencio y la imponente figura que emana una terrible sensación de siempre estar por debajo. El miedo del maluto de saber que va a enfrentarse a un juez imparcial. A lo largo de esta miniserie, entonces, lo que se nos está dando es un Batman que no solo reconoce el pavor que infunde, sino que también se deleita en su condición de hombre que ha alcanzado la cima de lo que el cuerpo humano y la mente humana pueden alcanzar. Ese übermensch, el suprahombre de la filosofía de Friedrich Nietzsche. Una figura grotesca que conecta con el lector que se da cuenta que andar por una ciudad disfrazado de murciélago es algo muy alejado de la cordura.

Batman: Reptil es una historia tan absurda como lógica. Moviéndose hábilmente del horror psicológico al salpicado, mezcla el elemento básico de cualquier narrativa de Batman (es decir, la idea de resolver un misterio, la marca de la historia de detectives) agregando un elemento de ciencia ficción y guerra biológica. El resultado final es tal que nosotros, los lectores, nos encontramos en una posición en la que se hace bastante difícil saber qué va a pasar a continuación. Una arquitectura inteligente, la forma en que se desarrolla la miniserie logra sorprendernos sin jugar la carta de subvertir las expectativas por el simple hecho de hacerlo. ¿Y recordáis lo que decía de un mínimo de nivel en el dibujo? Es que friends, si una historia así metes a Liam Sharp que te lo hace en formato lienzo… Es que ya se convierte en un tomito recomendable, de sobresaliente.

Me encantó.

De mis favoritas desde ya.

Reseña: Flinch (Integral), de VVAA

Surgida de las entrañas del extinto sello Vertigo, Flinch se basaba en una premisa poderosa: los comportamientos inesperados del ser humano… Flinch reunió a los mejores autores del mundo del cómic, cuyo talento brillaba en la oscuridad de historias tan alucinantes como perturbadoras y macabras. ¿Pero qué es exactamente Flinch para todos esos que miramos este cómic de reojo algún vez? Una colección de historias de terror, dibujadas y escritas por grandes artistas como Brian Azzarello, Kent Williams, Bill Willingham, Garth Ennis entre otros. Un pelotazo de antología aunque ya os adelanto que hay autores que se nota que no valen para este género y sus historias o dibujos se sienten un poco forzados. O bien que en ese momento de sus vidas no les salieron buenas historias y años después sí. De los que os podría decir, al menos, dos casos. De ahí la irregularidad de esta colección. Pero aun así un tomo recopilatorio bastante interesante que ECC Ediciones vuelve a poner en el candelero.

Tenemos aquí historias espectaculares, buenas, medias y otras simplemente normalitas… en el sentido de pasables. Como cualquier antología de terror que se precie. Y no pasa nada. Tampoco quiero desmerecer el trabajo hecho pero el problema de esto suele venir por tener tramas algunas demasiado cortas -o que se quedan cortas- para el argumento que se propone. Obviamente, hay tramas de terror que necesitan más desarrollo que otras. Y si no se hace, hay que ser “muy maestro” para que salgan bien. Mas, os digo que Flinch es un tomo de dieciséis numeritos que he disfrutado como un cosaco, como un poseso, pues eso, uno que ama el Terror en cualquiera de sus formas desde que tengo uso de razón.

Soy un gran admirador de los viejos cómics de la EC, por lo que extraño la falta de este tipo de cómic en el mercado. Tampoco mucho porque aprovecho para decir que Diábolo Ediciones en nuestro país está rescatando cosicas. Pero también es verdad que hay otro público, otro no tan viejoven, para el que se hicieron las historias de horror que se pueden encontrar en Flinch. De todos modos, la clásica antología de terror de la famosa editorial Vertigo, no son otra cosa que cuentos con giros al estilo Twilight Zone (La Dimensión Desconocida) que incluyen una banda violenta de personas mayores, una hija que encuentra una cura para la enfermedad de su padre enfermo que tiene sorprendentes efectos secundarios, la cadena de violencia generada por una organización criminal y un retorcido asumir para lo que fue el hundimiento del Titanic.

Y mucho más. Porque como bien se anuncia -o fue el lema de esta colección durante un tiempo-, nunca se sabe que momento, anécdota o resquicio hará que una persona explote y veamos su lado más oscuro. Un niño que se pierde y sus padres pierden la cabeza, una puerta de ascensor que se abre en un momento inoportuno o la llamada de un extraño en mitad de la noche. Acciones de emisión u omisión del deber socorrido que rompen la rutina, la paz y tranquilidad del ser humano. Y encienden la mecha. Como toda antología que sí que recomiendo, tenemos bastantes más historias buenas que malas. Algunos de los principales creadores de cómics actuales contribuyeron a esta antología. Las historias a veces se extralimitan y tratan de lograr más de lo necesario, es uno de los problemas. Pero es lo típico de: a quién le mole el gore le encantará y a los que sólo les interese el terror en sus más cortas formas, les apartará. Siempre dije que saber hacer gore del bueno es muy difícil. Frontera complicada de alcanzar.

Un cómic donde las portadas de cada grapa fueron su fuerte. Insisto, amo el Terror en sus más diversas formas por lo que recomiendo pasar por Flinch, al menos, una vez en la vida. Una serie que podríamos comparar con la famosa serie de TV del momento como es Black Mirror.

Reseña: Hellblazer. Entre Rejas, de Richard Corben, Brian Azzarello y Tim Bradstreet

No veo tan descabellado que los números de Hellblazer del #146 al #150 se hayan publicado como tomo único y en una versión Deluxe porque es muy cierto que es todo un lujo en su conjunto la historia de Entre Rejas (Hard Time). Una miniserie que junto a grandísimos autores ahora en ciertos momentos, para mí, de Vertigo y diría que de todas, es la única que ha conseguido juntar a la crême de la crême de la historia del cómic americano. Y decir que se puede encontrar ahora mismo una trama donde el maestro del guión Brian Azzarello y Richard Corben trabajan juntos. No friends, no es moco de pavo.

Llevando a John Constantine a la cárcel.

Asesinos, violadores, mafiosos, pirados… a su alrededor. Un lugar al que si metes al ingrediente Constantine se acaba de convertir (como bien dice la sinopsis) en todo un polvorín. En lo que fue su primer trabajo para esta gloriosa serie, el legendario ilustrador y guionista de Terror, Richard Corben, se unio a Brian Azzarello (100 Balas, Johny Double…, entre otras miles), cuando lo estaban petando con casi todo. Recuerdo que fue un notición cuando nos enteramos los que seguíamos la serie mes a mes. Loquitos estábamos por completarla. Por que Entre Rejas es un historia en cinco numeritos que lleva a John Constantine a un nuevo tipo de infierno. Una penitenciaría de máxima seguridad. Y sí que es cierto que quién lo conozca pensará que Constantine no es fácil de asustar. A lo largo de su sórdida carrera, un tío que se ha enfrentado a todo tipo de monstruos, ángeles descarnados y demonios del averno… ¿qué mojonero ladrón de bancos o qué idiota mongolo asesino en serie le va a asustar? Pero aquí, my friends, el tema es otro.

Mientras Constantine ha estado en libertad, ha tenido sus cigarrillos y sus historias para soportar su calvario. Con eso, siempre ha mantenido el control. Pero, ¿qué sucede cuando sus topes de locura y control le son arrebatadas? Despojado de su gabardina característica, su paquete de Silk Cuts y la red de seguridad de sus conexiones personales, Constantine debe adaptarse a un entorno diferente a cualquier otro que haya experimentado. Un lugar duro gobernado por hombres sin escrúpulos, donde la debilidad… se extingue como el paso de un cometa. Uno que va directamente del Sol.

Las respuestas inesperadas las tenéis en esta joyita llamada Entre Rejas, publicada mes por ECC Ediciones en el formato Edición Deluxe con sobrecubierta que nadie se debe perder. Si no la tienes o nunca la leiste está claro que esta edición es la ideal para ti. Pero si ya la posees, por ejemplo, en las ediciones integrales por autor que se publicaron de Hellblazer (https://www.ecccomics.com/comic/hellblazer-brian-azzarello-1623.aspx), como es mi caso; decir que es un magnífico regalo para alguien que aprecies de verdad y/o que quieras que se enganche de una vez al personaje. Y vea todo lo que supone haber leido alguna vez una buena historia de Hellblazer.

Lo mejor de lo mejor.

Ese fue mi caso.

La etapa de culto de Brian Azzarello y Richard Corben al frente de Hellblazer por primera vez recopilada en un único tomo y de lujo. ¿Y qué decir de las portadacas del señor Bradstreet?

Esto se recomienda solo.

¡Disfrutad, qué el verano se acaba!