No vengo a descubrir nada si digo que las obras de Zidrou hay que leerlas, seguirlas, al menos, echarles un vistazo siempre. Porque es uno de los grandes del cómic europeo de nuestro tiempo. Simplemente eso. Sin embargo, como suele ocurrir con el maravilloso mundo de la BD, el dibujo es lo que me atrajo de este cómic. Y tan pronto como abrí este tomito que Planeta Cómic acaba de publicar en nuestro país, la atmósfera inmediatamente me sedujo. El colorido, con sus grandes zonas planas y vivas, como inundadas de luz solar, contrasta con las viñetas más oscuras que albergan escenas apasionadas, o su dibujo lineal claro en contornos a veces ausentes que sólo el uso del color delimita. Amore es espléndida, inspiradora, llena de delicadeza…, me atrapó como una película de Antonioni.
Es un cómic que no parece gran cosa, pero hay detalles cuidados. Es toda una época que Merveille ha logrado capturar gráficamente, y es bastante encantador. Incluso más que eso, y fue solo por esta fe que Amore puede ser ahora mismo uno de los cómics más bellos que puedo recomendar. Porque con Amore, en primer lugar, esperaba profundizar en una historia completa, pero cuál fue mi sorpresa cuando, al cabo de unas páginas, me di cuenta que en realidad se trataba de una sucesión de cuentos. ¡Una antología para el forófo de las antologías! Si el ejercicio puede resultar verdaderamente fructífero en la literatura, sigue siendo algo maravilloso e inusitado en los cómics. Y cuando lo terminé, me di cuenta que tenía entre manos un tomito con historias ciertamente bien estructuradas, con más profundidad de la que esperaba, un compendio de historias que no sé porqué me recordó al film The Big Blue, de Luc Besson. Me encantó aquella introducción de la película, rodada íntegramente en blanco y negro, con una imagen espléndida y ambientada en el sur de Italia.
Fragmentos de historias bien representados (y magníficamente dibujados una vez más), y con enjundia, saborcito, como es todo lo que podemos referir al amor, el amore, ese poder que es de los pocos que aún mueve el mundo en el buen sentido. Siendo sincero, Amore es una antología sin sorpresas, sin risas pero con tramas que tocan de algún modo la patata. Un volumen bastante fino, que diría un amigo. Una sucesión de historias, relaciones de personas, que probablemente te lleven a pensar en alguien que conoces o hayas oído «su caso». Y que agradarán a los amantes de las historias contemplativas. Me gustó mucho porque tienes la impresión de estar leyendo una colección de cuentos de Dino Buzzatti con un marco bastante poético. Las historias tienen lugar en la Italia de los años 50 y 60, lo que aumenta el espíritu nostálgico del maestro Zidrou. Los vaivenes de las tramas dejan al lector muy libre ante el poder de la imaginación. Los gráficos de Merveille aportan más originalidad a ese sueño. Su estilo es moderno pero refleja perfectamente el ambiente de aquellos años de la Dolce Vita. Su colorido, muy elaborado, alterna tonos oscuros o brillantes y regala a Italia multitud de rostros como esta multitud de historias de amor que se pueden dar, en realidad, casi en cualquier ciudad de un país que tenga orillas en el Mediterráneo. Me encantó además que Zidrou domina el tema y ofrece más de un final abierto. El pequeño arte de la frase bien escrita.
El encanto de Amore funciona y compensa en parte, esa sensación de vacío que muchos hemos tenido alguna vez respecto a una historia de amor que pudo ser y no fue.