Reseña: El Exorcismo de mi Mejor Amiga, de Grady Hendrix

Quién nos iba a decir que el ochenteo se pondría tan de moda. Hombre, las modas poderosas siempre vuelven, sobre todo, en ropa y música, pero es que los que vivimos los 80s y la cantidad de temas nuevos que surgieron en cuanto a música, cambios de look, literatura, cómics, juegos de mesa y… ¡¡El rol!! Y demás cosas que antes se consideraban frikies y que ahora resulta que a todo el mundo les mola… Todo aquel boom de originalidades que fue un fenómeno social mundial, vuelve a repercutir en los que estamos vivos a día de hoy. Gobernando todo lo que nos rodea cuarenta años después, que se dice pronto. Y es que muchos sabíamos que pasaría, aunque no del modo que está pasando. En mi opinión, es porque se han dado una serie de coincidencias poderosas como el gusto general maximizado por las series de TV. Algunas de ellas con un enorme impacto mundial como Juego de Tronos y millones de personas esperando cada capítulo. O Stranger Things y las modas que se crean/renuevan cada vez que sale una nueva temporada.  Pero es un cúmulo, un bombardeo de frikerios que no paran. ¿Qué me decías del boom de pelis de superhéroes, sobre todo, de Marvel, capaces de juntos a abuelos, padres y niesto en el cine? ¿Y las pelis de Terror que siguen saliendo y que muchas son homenajes o renovaciones (perdón, no me sale ahora mismo la palabra correcta) de los clásicos ochenteros? ¿Y la vuelta a nuestros días y la moda de los zombies que provocó The Walking Dead? Todo esto sin contar el regreso a pantallas de actores míticos que creíamos olvidados como el dios del “carpenteo” Kurt Russell, Harrison Ford (y el regreso y moda de Star Wars), John Travolta (gracias a Tarantino) o Tom Hanks que no nos lo quitamos de encima ni con zotal. Y entonces, ¿cuál es el resumen de todo esto? Yo lo tengo muy claro: por fin los muggles de a pie se han dado cuenta de la enorme calidad de productos que salen de los tres grandes géneros como son la ciencia ficción, la fantasía y mi amado Terror.

Minotauro acaba de publicar lo que puede ser la novela más referente del ochenteo en estos momentos. Ya sólo su portada evocadora de nuestras amadas cintas VHS de videoclub… Ay dios… Muchos no sabrán nunca lo que era esa sensación de llegar el fin de semana o el jueves (¡Día del Espectador!) e ir al videoclub a por una peliculita en mi caso de Terror o fantástica (Esa casa al lado del cementerio, Posesión Infernal, Los Goonies, Viernes 13, Noche de Miedo 1 y 2, Los Critters…), los vellos como escarpias. Todo tiempo pasado sí fue mejor.

El exorcismo de mi mejor amiga sigue a dos mejores amigas, Abigail y Gretchen, desde el inicio de su amistad, durante el cuarto grado, cuando Gretchen le regala a Abigail una biblia por su cumpleaños en lo que se pretendía una fiesta por todo lo alto en la sala de patinaje del pueblo con temática de E.T. (sí, la peli de Spielberg). Pero es a través de la escuela secundaria cuando su amistad se vuelve mucho más confusa y es probada por una influencia demoníaca, literalmente. Abigail, la protagonista del libro, ve la vida como un antes y un después. Antes de Gretchen y después. Los dos son inseparables. No obstante, una noche salvaje en un bosque donde rulan el LSD como si fueran M&Ms, Gretchen regresa… diferente. Al principio, Abigail no puede entenderlo y culpa a otras cosas que sucedieron. Pero hay algo oscuro en el corazón de su mejor amiga, y ella es la única que puede salvarla. O eso parece.

Tuve unas amistades muy parecidas a las de la historia en mi juventud con un par de colegas con los que crecí. Hicimos muchas de las cosas que hicieron Abigail y Gretchen. Recuerdo a uno de mis mejores amigos haciendo el baile de Thriller a mi par en un aparcamiento de coches y la gente de alrededor quedándose flipada. Se nos daba bien bailar. Mi mejor amigo este era increíblemente talentoso para ciertos temas. Aunque era dos años mayor, aun así, bastante más listo que yo en todo. Pero sé que las personas que van a la escuela, al instituto, tantos años juntos, tienen amigos así. En cualquier época. Los detalles pueden ser diferentes, pero en el fondo, los sentimientos son los mismos. Y leer El exorcismo de mi mejor amiga te lleva de forma formidable a esas sensaciones, en mi caso, ya perdidas. Cada uno toma caminos diferentes, cada cual su pelea, algunas personas entran en tu vida y te ayudan a moldearte y después desaparecen. A mi hija quinceañera se lo digo a cada momento pues le está pasando. Hay personas en tu vida que te ayudan a convertirte en la persona que vas a ser, o no, tú decides. A veces se quedan por un tiempo, pocas veces duran toda la vida porque la mayoría son imantadas por el destino a otros derroteros. Pero permanecen en tu corazón. Estas conexiones son los hilos que Grady Hendrix toca cuando lees esta novela donde te toca la fibra, valga la redundancia.

Además, esta es una novela de terror. Tiene «exorcismo» en el título, por que suceden cosas gráficas y horribles de esos temas. Está contada al estilo de Grady Hendrix que equilibra los elementos narrativos y terroríficos con cosas divertidas y cómicas. Equilibra momentos claros y oscuros, tanto que, por momentos, bajas la guardia como lector. Luego, ¡¡badaboom!! ¡En toda la cara! Eso lo hace genialmente bien. Como todo lo referente a la mejor década social de la historia, El exorcismo de mi mejor amiga es un libro sobresaliente con momentos de humor negro, retorcidos, que atraerán a casi cualquier lector. Stranger Things mezclado con El exorcismo de Audrey Rose y con banda sonora de Madonna de los 80. Entretenida como el infierno.

Y ahora voy a aprovechar: Minotauro, por favor-por favor-por favor… ¡¡Tenéis que publicar de Hendrix su obra magna Paperbacks from Hell!! ¡¡El mejor ensayo escrito sobre la literatura de Terror de los 80s!! ¡¡No existe en nuestro idioma!! Eso debe ser como mínimo pecado.