Reseña: Superman 1978, de Robert Venditti, Wilfredo Torres y Jordie Bellaire

Durante muchos años, Superman, de Richard Donner, fue mi película de superhéroes favorita jamás producida. Fue la primera película en abrazar sinceramente los elementos del género en lugar de jugar con ellos a través de la lente (muy alejada por entonces) del espectador. Richard Donner consiguió dentro del cine fantástico que la palabra «verosimilitud» existiera. Además, me consta que el elenco y el equipo vieron varias veces la película una vez acabada para que en cada entrevista, en cada evento, tuvieran como objetivo transmitir que el mundo de Superman, de algún modo, existía o existió en sus mentes durante el proceso de producción. Existía y no simplemente como una fantasía, sino como la historia de un hombre que se podía ver, tocar y tratar con él de no ser porque les separaba una simple pantalla. Y que volaba. Volaba de verdad. Y más de uno dijo durante el rodaje: “Creo que Reeve estaba volando…, de verdad”. Ya sabemos todos que el resultado fue un momento icónico e histórico en cuanto a se refiere la creación de un mito dentro del séptimo arte, pero también un momento único por lo del genial paso del papel a la pantalla y porqué no, a la realidad. Y si a eso le suman Main Title March, de John Williams, como fondo, sus vellos se erizarán.

Podrán sentir el poder que aún tiene.

Una vez terminado Superman 1978, escrito por Robert Venditti y dibujado por Wilfredo Torres, que recopila los seis números de Superman´78 y que recién publica ECC Ediciones; me dije que quizás lo tenía que haber leído con la genial soundtrack de Williams detrás. Aunque tampoco era plan de castigar a los piscineros de la sombrilla de al lado durante mi lectura y devoción. Bueno, ya sabéis, Clark Kent se quita la camisa para revelar el emblema rojo, azul y amarillo que lleva debajo y en ese momento, supe que este cómic no solo me tocaba la fibra nostálgica, esplendía inspiración con resultados electrizantes. Y es que, por supuesto, Superman 1978 aborda su historia con enfoque fílmico ese que vuelve a familiarizar a la audiencia con los personajes y los mitos esenciales antes de presentar una nueva amenaza que se abordará en la historia que se avecina. Es fácil imaginar cómo el guión de Venditti podría reinventarse como uno para el cine. Sin embargo, Venditti es un consumado escritor de historietas y si bien su historia puede adaptarse utilizando tropos y ritmos familiares como película, destila sus acciones e historia en momentos diseñados sólo para su disfrute en formato viñetario. En este caso, se trata de un flashback de la muerte y destrucción por la que pasó el planeta Krypton, mientras que Clark y Lois se ponen al día en su camino al trabajo bajo la influencia y llegada de un extraño ser llamado Brainiac.

Cada momento ofrece un hilo claro y nostálgico, humor y emoción para llevar a los lectores más adentro de la trama si cabe. Independientemente de la familiaridad del lector con la película original de Donner, este enfoque crea un espacio para que los no iniciados entren en esta secuela sin trabas. El enfoque de Torres sobre el elenco y el escenario de Superman garantiza su accesibilidad. Es fácil percibir la influencia de actores, incluidos Christopher Reeve, Margot Kidder, Marlon Brando y Jackie Cooper, en estas páginas, pero Torres usa el toque ligero de un caricaturista para tomar lo esencial y desarrollar personajes en la página. Evita las feas trampas que se encuentran en tantos cómics modernos de Star Wars en los que los rostros de Carrie Fischer y Harrison Ford parecen trazados de forma dolorosa. La sonrisa dulce y segura de Reeve está y la postura apresurada de Kidder también. Eso es verosimilitud, la sensación de que lo que estamos viendo es real, y el efecto de la sonrisa de Superman en estas páginas es absolutamente real.

El enfrentamiento inicial de Superman con Brainiac se lee como la secuencia de acción que normalmente presenta los créditos iniciales de una película: el conflicto ha llegado y la audiencia recuerda lo que están aquí para ver. Mola mucho este cómic. Superman 1978 recupera el tono y el espíritu de Superman y hace la misma promesa que Donner, Reeve y otros ya cumplieron.