Reseña: Buyan. La Isla de la Muerte, de Martin y Xavier Etxeberria y Aritz Tryeba

Al igual que la lotería, cupón o demás apuestas; un libro o un cómic siempre te puede sorprender para bien. Y quizás el flow sube cuando las expectativas no eran muy altas y te llevas el premio gordo como me ha pasado con Buyan: La Isla de la Muerte.

Un cómic violento, sangriento, a veces melancólico, características también de los esclavos o personas venidas a menos que encontrarás dentro. Cómics que a mí me molan por lo profundos que resultan ser. Porque estamos ante un volumen que, en definitiva, es, un cuento medieval y un viaje impresionante a una parte del mundo aún hoy en día inexcrutable con una mitología desconocida para muchos, y aún más, cuánto más al sur del globo terráqueo te vayas.

¿Pero qué cuenta? Mientras los mongoles liderados por Batu Khan continúan con sus conquistas, los Caballeros Teutónicos llegan para conquistar Novgorod. El príncipe de esta ciudad, Alexander Nevsky, deberá elegir entre la peste y el cólera, la horda de oro o los cristianos. Pero entre el tumulto de la guerra, los pueblos brindan. Y Maansi que vio cómo atacaban su pueblo y cómo mataban a su esposa, termina yendosele la pinza y… A raíz de esta tragedia, decide ir a Buyan, esa mítica isla donde descansan los muertos y el único lugar donde, por lo visto, tiene la oportunidad de volver a ver a su amada.

Buyan: La Isla de la Muerte es una trama dura pero a la vez hermosa. Un cuento que alcanza la crudeza de las tramas eslavas pero que ha sido escrito por Martin y Xavier Etxeberria. Además, ilustrado por el talentoso Aritz Tryeba. Es el primer cómic en español de esto premiados autores internacionales que gracias a Aleta Ediciones se puede adquirir ya en librerías especializadas. Con una línea nítida e intransigente, los colores a menudo melancólicos y suaves, a veces terribles y sangrientos. En mi opinión, consiguen captar al cien por cien el entorno que se proponen en narraciones norteñas donde el frío es el menor de los problemas.

Un álbum atractivo a las pocas páginas, con un contexto no muy original (podría ser una buena historia western) pero que consigue el enganche que todo cómic intenta con ese lector rodeado de las prisas del día a día. Tenemos a Maansi que emprende un largo viaje, uno peligroso hacia el Oeste, acompañado de su perro lobo blanco Noho. Se encontrará con guerreros sedientos de sangre, fanáticos religiosos pero también con espíritus magullados por la guerra. También conocerán a un bardo irreverente que está decidido a seguirlos hasta la Isla de la Muerte… Es casi una odisea pues además conoceremos hechos históricos reales del siglo XIII asi como seres sobrenaturales de dicho folklore.

Muy recomendable.

Diferente.