Reseña: Alvar Mayor, de Carlos Trillo y Enrique Breccia

La aventura con «A» mayúscula en la época del colonialismo español en las Américas. Esa época tan exótica como atractiva, una época de poderío mundial para el Reino Español tan denostado por tantos, tanta envidia debe quemar a algunos otros imperios por dentro… Mis vellos se erizaron cuando me enteré que Dolmen Editorial publica Alvar Mayor. La publicaba, la rescataba, como lo queráis llamar. La obra de renombre que se marcó Carlos Trillo con el maestro Enrique Breccia, dos leyendas del cómic que se juntaron en el bendito año de 1977 para serializar este maravilloso cómic para la extinta revista Skorpio, genial publicación dentro del cómic argentino.

Cierto y verdad es que a mí siempre me llegaron informaciones de esta obra desde el otro lado de los Pirineos. Por lo que mi mente encajó que de algún modo pertenecía a la BD. En 1983, cuando el cómic ya existía en Sudamérica en formato álbumes y era reconocida como imprescindible, una ínfima parte de las peregrinaciones de este héroe atípico aparecieron en Editorial Dargaud en TPBs grandes muy curiosos de los que recuerdo haber leído algo. Recuerdo aventuras sueltas, aunque ninguna en especial. Era muy pequeño, todo hay que decirlo, leía desde muy temprana edad cómic para adultos pero no podía recordar nada de esta obra. En fin, el tema es que tenemos casi sesenta historias historias que componen la gesta, el cantar de gesta (lo llamaría yo), de Alvar Mayor; hijo del cartógrafo de Pizarro y por tanto uno de los primeros descendientes de españoles nacidos en América del Sur. Un tipo que conoce a la perfección todos los caminos, senderos y atajos que surcan tan enorme continente. Respetando a los pueblos indígenas y sus culturas, se gana la vida guiando aventureros en busca de El Dorado y el Cíbola, otra ciudad legendaria llena de riquezas, que durante la época colonial se le presuponía existir en algún lugar del norte de la Nueva España, en lo que hoy es el norte de México y el suroeste de USA. Y que duda cabe que en sus viajes, Alvar se encuentra con extraños personajes y pueblos de misteriosos conocimientos. Este es el fuerte del cómic. La aventura pura y dura, la historieta de aventuras en todo su esplendor.

Al leer este primer volumen recopilatorio, del que ya está anunciado el segundo (y por mis cuentas, el último) lo que me impactó fue la altísima calidad del dibujo de Enrique Breccia en esta época. El ilustrador navega entre viñetas perfectamente dominadas con paisajes o escenarios extremadamente detallados, pero también con una gran sensación de pureza y control en ciertos dibujos. Contemplando estas viñetas o a veces páginas enteras, uno no puede dejar de pensar en Toppi o el genial Joan Boix cuando ambos dos estaban en lo más alto de su nivel. Aquí Breccia esplende. Una fuerza gráfica que emana de cada página, solo por eso es indispensable esta colección para el amante del buen cómic.

Pero es que encima las historietas de Trillo son súper chulas, dignas de una buena serie de TV con buen presupuesto. En la trama general, seguimos a Alvar en relatos breves de unas diez páginas y en el transcurso de estos, lo que destaca sobre todo es la empatía que muestra el héroe hacia los pueblos indígenas así como una mirada intransigente hacia sus compatriotas a quienes les interesa más la búsqueda del lucro que cualquier otra cosa. Y donde dos personajes generalizados son recurrentes y siguen a Alvar en varias de sus aventuras; el indio Tihuo y luego las mujeres que se van cruzando en su camino. Personajes para nada secundarios que no tienen ni un pelo de tonto/a y participan de lleno en las historias.

Respetando el orden cronológico de publicación, en estas páginas se incluye el inicio de este viaje repleto de hechiceros, barcos, dioses nuevos y antiguos, calaveras, tabernas y puestas de sol legendarias, tal como cuenta la sinopsis editorial. Cierto es que tenemos bastante documentación de casi todo lo ocurrido en esta época en general. Resido en la ciudad donde se ubica el Archivo de Indias y sé esto de buena mano porque lo he visitado varias veces. Una época donde la búsqueda de enormes riquezas, con todo lo que ello conllevaba, deparaba en brutalidad, atrocidades, poder, sangre y rebelión. Perros sin salida, en muchos casos.

Alvar Mayor es un soberbio cómic realista, puntilloso, buscado, que te hace sentir la humedad de las selvas, la inmundicia de los soldados, su mismo hedor. La propia jungla es una especie de personaje que acaricia a estos aventureros y los envuelve… Volver a tenerlo disponible en librerías es muy buena noticia.