Reseña: Mi Amigo Pierrot, de Jim Bishop

La Cúpula se ha marcado un cómic que muchos no esperábamos. Si me lo permiten, un cómic europeo que no casa mucho con lo que los amigos del cómic nacional suelen publicar. Pero eso no quita que tengan buen gusto para publicar cositas chulas como Mi amigo Pierrot, y eso es muy de agradecer. Una verdadera sorpresa. Agradable. Un cómic a descubrir con urgencia por muchos de vosotros. Os lo digo muy en serio. Porque Jim Bishop tiene mucho talento.

Mi amigo Pierrot tiene grandes cualidades. Sus coloridos gráficos y decoración son lo primero. Ambos están fuertemente inspirados en Miyazaki, es lo primero que se os va a venir a la cabeza, está claro. En particular, El castillo ambulante, tanto por la ambientación como por la historia. De hecho, encontramos muchos elementos similares a la historia de Sophie y el hechicero Hauru en Mi amigo Pierrot; en la trama, pero también en muchas escenas, lugares y protagonistas. No es desagradable porque, como muchos de ustedes, soy un terrible admirador de Miyazaki, y porque… más de un buen jamón… como que uno no se cansa nunca, ¿no?

Afortunadamente, Jim Bishop aporta a su historia algunos elementos más personales, y una reflexión más centrada en el sentimiento de amor y en la libertad. La libertad de elegir el amor y el camino que quiere tomar uno/a en su vida. De todos modos, el autor hace algo también para contrariar al lector: elogia el romance rebelde aunque esto signifique abandonarlo todo para vivir su amor en completa libertad. Pero también vuelve a sentimientos más celosos y elogia el regreso a una relación más sabia y sincera, para finalmente regresar a la idea inicial de abandono. Incluyendo las responsabilidades parentales. Una trama que con la decisión final de la prota, os va a dejar un poco perplejos. Amor mágico, amor tóxico. A Cléa, una joven de la nobleza, se le promete un futuro brillante junto al hijo del Conde del Agua, Berthier. Pero mientras se prepara para casarse con él, tiene un encuentro de lo más inesperado con un mago callejero llamado Pierrot. Un acróbata que hace que su corazón vuelque. Encantador, galante y un poco intrigante, le ofrece el viento de libertad que le falta en la vida. Y siguiéndolo hasta su guarida escondida en el corazón del bosque, le abre un mundo maravilloso. Pero el vértigo del amor durará poco y ya las primeras lágrimas corren por las mejillas de Cléa pues tanta pasión da pronto, da paso a la confusión. ¿Quién es realmente Pierrot? Por otro lado, Berthier, angustiado, sale en busca de su prometida sin sospechar ni por un momento que esta búsqueda podría llevarlo al umbral de la locura.

Mi amigo Pierrot es un verdadero cuento para adultos. Bishop utiliza los códigos necesarios para hacernos reflexionar sobre la relación entre hombres y mujeres, sobre la libertad, la autonomía, el libre pensamiento, etc. Prisionera de una vida trazada por su madre, Cléa tiene un encuentro que cambiará su vida. Pierrot, un mago, la tomará bajo su protección, la seducirá y la hará descubrir la vida, a su manera y en todos los sentidos. La maravillosa relación del principio se irá transformando poco a poco en una relación tóxica, como si, una vez finalizada su obra de liberación, Pierrot perdiera el interés por su amada.

Edición, dibujos e historia, todo es maravilloso en este título. Realmente disfruté leyendo esta joyita que no esperaba. Un cómic realmente hermoso. Pero más allá del cuento, la transición de la niñez a la edad adulta está bien resaltada y, en última instancia, plantea la única pregunta real: ¿Cuándo abandonaste tus sueños para establecerte en la realidad?